En una amarga ironía que el llamado Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) de La Haya esté controlado por los criminales de guerra. No fue el presidente Milosevic sino la OTAN quién comenzó la guerra en Yugoslavia. "Según los jueces en Nuremberg, el crimen de guerra primordial es antes todo empezar una guerra. Todos los demás crímenes de guerra parten de ahí" (1).
Según
William Rockler, ex-fiscal del Tribunal de Crímenes de Guerra de
Nuremberg:
"Los
bombardeos [Guerra de Kosovo, 1999] violan y hacen jirones las
disposiciones fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas y
otras convenciones y tratados; el ataque a Yugoslavia constituye la
agresión internacional más descarada desde que los nazis atacaron
Polonia para "evitar las atrocidades polacas" contra los
alemanes. Los Estados Unidos han descartado toda pretensión de
legalidad y decencia internacional, y se han embarccado en una
carrera de imperialismo crudo fuera de control".
De
acuerdo con la jurisprudencia de Núremberg, los jefes de la OTAN y
sus jefes de gobierno son culpables del delito supremo: "el
crimen contra la paz".
En
consonancia con la definición de Nuremberg de "crímenes contra
la paz", este artículo (publicado por primera vez en 1996, con
una breve actualización relativa a Kosovo) se centra en cómo la
economía y las instituciones de Yugoslavia fueron destruidos mediante las"reformas de libre mercado" impuestas por el FMI, en
estrecha coordinación con las intervenciones militares de la OTAN...
Michel Chossudovsky, autor de esta artículo, colaboró a su vez en la realización del documental "The Weight of Chains" (2010), en el cual se denuncia como occidente utilizó el nacionalismo para destruir Yugoslavia. Asimismo muestra cómo occidente logró provocar la guerra a través de "ayudas económicas" y programas de ajuste estructural del FMI y como la deuda externa ha acabado con cualquier ilusión de soberanía en los estados sucesores de la antigua Yugoslavia (versión gratuita con subtítulos)
Desmantelando Yugoslavia; colonizando Bosnia (2)
Mientras tropas fuertemente armadas de EEUU y la OTAN imponen la paz en Bosnia, la prensa y los políticos describen la intervención occidental en la antigua Yugoslavia como una respuesta noble, si bien agónicamente tardía, a un brote de masacres étnicas y violaciones de los derechos humanos. A raiz de los Acuerdos de Paz de Dayton de noviembre de 1995, occidente está ansioso de maquillar su autoretrato como salvadores de los eslavos del sur y seguir adelante con "el trabajo de reconstrucción" de los recien creados "estados soberanos".
Mientras tropas fuertemente armadas de EEUU y la OTAN imponen la paz en Bosnia, la prensa y los políticos describen la intervención occidental en la antigua Yugoslavia como una respuesta noble, si bien agónicamente tardía, a un brote de masacres étnicas y violaciones de los derechos humanos. A raiz de los Acuerdos de Paz de Dayton de noviembre de 1995, occidente está ansioso de maquillar su autoretrato como salvadores de los eslavos del sur y seguir adelante con "el trabajo de reconstrucción" de los recien creados "estados soberanos".
Pero
siguiendo el modelo establecido desde el inicio de la guerra civil,
la opinión pública occidental ha sido habilmente engañada.
La versión oficial, ejemplificada en los escritos de Robert
Zimmermann, antiguo embajador de EEUU para Yugoslavia, es que la
dificil situación de los Balcanes es el resultado de un
"nacionalismo agresivo", el resultado
inevitable de tensiones étnicas y religiosas profundamente
arraigadas en la historia (3). De manera similar, se ha
hablado mucho de las "lucha por el poder en los Balcanes"
y del choque de personalidades de la política yugoslava:
"Tudjman y Milosevic están partiendo en pedazos Bosnia"
(4).
Perdidos
en el aluvión de de imágenes y análisis escritos para servir a los
propios intereses están las causas sociales y económicas del
conflicto. La crisis económica profundamente arraigada que precedió
a la larga guerra civil se olvidó hace mucho. Los intereses
estratégicos de Alemania y los EEUU que sentaron las bases para la
desintegración de Yugoslavia no se mencionan, ni el papel de los
acreedores extranjeros y las instituciones financieras
internacionales. A los ojos de los medios de comunicación globales,
las potencias occidentales no tienen ninguna responsabilidad por el
empobrecimiento y destrucción de una nación de 24 millones de
personas.
Pero
fué mediante su dominación del sistema financiero mundial como las
potencias occidentales, para favorecer sus intereses estratégicos
nacionales y colectivos, ayudaron desde el inicio de la década de
los 80 a poner la economía yugoslava de rodillas, y contribuyeron a
agitar los conflictos étnicos y sociales latentes en el seno de la
sociedad. Ahora, los esfuerzos de la comunidad financiera
internacional están canalizados en "ayudar
a los estados sucesores de Yugoslavia devastados por la guerra".
Pero mientras la atención del mundo está centrada en movimientos de
tropas y treguas, los acreedores y las instituciones financieras
internacionales se están dedicando a cobrar la deuda externa de la
antigua Yugoslavia, mientras transforman los Balcanes en un lugar
seguro para la libre empresa.
Adoptadas
en diversas fases desde inicio de los años
80, las reformas impuestas a Belgrado por los acreedores de Belgrado
debilitaron la economía y provocaron el caos que llevó a la
desintegración del sector industrial y el desmantelamiento paso a
paso del estado del bienestar yugoslavo. A pesar de la no alineación
(en la Guerra Fría) de Belgrado y de sus extensas relacciones
comerciales con los EEUU y la Comunidad Europea, la administración
Reagan puso la economía yugoslava en la Directiva de Decisión para
la Seguridad Nacional (National Security Decision Directive / NSDD
133) de 1984, clasificada como «Secret Sensitive» y titulada
"Política de EEUU hacia Yugoslavia" («United
States Policy towards Yugoslavia»). Una versión censurada de
dicho documento desclasificada en 1990 estaba conformada en gran
parte siguiendo una Directiva de Decisión para la Seguridad
Nacional previa sobre Europa Oriental, establecida en 1982, la NSDD
54, cuyos objetivos incluían "aumentar los esfuerzos para
fomentar una 'revolución pacífica' que derribe a los gobiernos y
partidos comunistas... y al mismo tiempo reintegre a los países de
Europa oriental en la órbita de los mercados mundiales"
(5).
Las
tendencias secesionistas alimentaron las divisiones sociales y
étnicas, que ganaron fuerza precisamente durante un peridodo de
empobrecimiento brutal de la población yugoslava. La primera fase de
reformas macroeconómicas e inció en 1980 poco antes de la muerte
del mariscal Tito "destrozó la economía y provocó un
caos político... Un cxrecimiento económico lento, la acumulación
de deuda externa y especialmente el costo de devolverla así como la
devaluación provocó un hundimiento del nivel de vida de la mayoría
de la población yugoslava... La crisis económica amenazó la
estabilidad política... y amenazó con agravar las crecientes
tensiones étnicas" (6).
Dichas
reformas, acompañadas por la
firma de acuerdos de reestructuración de la deuda con los acreedores
oficiales y comerciales, también sirvieron para debilitar las
instituciones del estado federal creando divisiones políticas entre
Belgrado y los gobiernos de las Repúblicas y Provincias Autónomas.
"El primer ministro Milka Planinc, que se suponía que iba
a llevar a cabo el programa de reformas, tuvo que prometer al FMI un
incremento inmediato de las tasas de descuento y muchas cosas más
del arsenal de medidas de las Reaganomics" (7).
Tras la fase inicial de reformas macroeconómicas en 1980, el crecimiento industrial cayó a 2,8% en el periodo 1980-87, se hundió a cero en 1987-88 y cayó a -10% en 1990 (8). Las reformas económicas alcanzaron su climax bajo el gobierno pro-EEUU del primer ministro Ante Markovic. En el otoño de 1989, justo antes del colapso del muro de Berlin, el jefe de gobierno federal viajó a Washington a entrevistarse con george Bush. Se le ofreció un "paquete de ayuda financiera" a cambio de acelerar las reformas económicas, incluyendo una devaluación monetaria, la congelación de los salarios, un drástico corte del gasto público y la aliminación de las empresas de propiedad social autogestionadas (9).
La
"terapia económica" (lanzada en enero de 1990) contribuyó
a tambalear el sistema federal. Los ingresos estatales que deberían
haber sido transferidos a las repúblicas y provincias autónomas
fueron desviadas para pagar el servicio de la deuda externa de
belgrado con los clubs de acreedores de París y Londres. Las
repúblics fueron abandonadas a su destino esacerbando el proceso de
ruptura política. De un solo golpe, los reformadores habian
organizado el abandono de la estructura fiscal federal y dañado
mortalmente sus instituciones políticas federales. La crisis
presupuestaria provocada por el FMI creó un "fait
accompli" (hecho
consumado) económico que en parte abrió el camino para la secesión
formal de Croacia y Eslovenia en junio de 1991.
La
deuda externa de Yugoslavia creció de manera imparable desde mediados
de los 70. Las crisis en Oriente Medio en 1973 y 1979 afectaron
enormemente a la economía yugoslava: la crisis económica provocó la
caida de las exportaciones, reduciendo el volumen de divisas
occidentales en manos del gobierno, justo en el momento en que el precio
del petroleo y los intereses de los créditos de la banca occidental (a
pagar en dólares) aumentaban enormemente. Yugoslavia no tardó en convertirse en uno de los focos de la crisis de la deuda de los 80.
Tras la fase inicial de reformas macroeconómicas en 1980, el crecimiento industrial cayó a 2,8% en el periodo 1980-87, se hundió a cero en 1987-88 y cayó a -10% en 1990 (8). Las reformas económicas alcanzaron su climax bajo el gobierno pro-EEUU del primer ministro Ante Markovic. En el otoño de 1989, justo antes del colapso del muro de Berlin, el jefe de gobierno federal viajó a Washington a entrevistarse con george Bush. Se le ofreció un "paquete de ayuda financiera" a cambio de acelerar las reformas económicas, incluyendo una devaluación monetaria, la congelación de los salarios, un drástico corte del gasto público y la aliminación de las empresas de propiedad social autogestionadas (9).
El acuerdo con el FMI
El
paquete económico fué lanzado en enero de 1990 dentro de un Acuerdo
Stand-by (SBA) del FMI y un crédito de ajuste estructural del Banco
Mundia (SAL II). Los cortes presupuestarios que requerían redirigir
los ingresos federales al pago de la deuda fueron responsables de la
suspensión del pado de las transferencias de Belgrado a los
gobiernos de las repúblicas y provincias autónomas, elimentando el
proceso de balcanización política y el secesionismo. El gobierno de
Serbia rechazó categóricamente el programa de austeridad de Markovic dando
lugar a una marcha de protesta de 650.000 trabajadores serbios contra
el gobierno federal. El movimiento sindical estuvo unido en esta
lucha: "la resistencia de los trabajadores superaba las
lineas étnicas, ya que se movilizaron serbios, croatas, bosnios y
eslovenos (...) hombro con hombro con sus compañeros
de trabajo" (10).
Las reformas empresariales de 1989
Las
reformas empresariales de 1989 adoptadas por el jefe de gobierno Ante
Markovic jugó un papel central en empujar al sector industrial a la
bancarrota. En 1990 (11), la tasa anual de crecimiento del PIB
había colapsado hasta un -7% (12). En 1991, el PIB cayó otro
15%, la producción industrial collapsó cayendo un 21% (13).
Los programas de reestructuración exigidos por los acreedores
internacionales de Belgrado buscaba eliminar el sistema enpresas e
propiedad social. La Ley Empresarial de 1989 requería abolir las
OBTAs ("Organizaciones Básicas de Trabajo Asociado"),
las unidades de produccion de propiedad social y autogestionadas por
los trabajadores, en las que el Consejo Obrero era el principal
órgano de toma de decisiones (14).
La
Ley Empresarial de 1989 requería la transformación de las las
OBTAs en empresas privadas capitalistas, reemplazando el Consejo
Obrero por un "consejo social" controlado por los
propietarios de la empresas, acreedores incluidos (15). "El
objetivo era llavar a cabo una masiva privatización de la economía
yugoslava y el desmantelamiento del sector público. ¿Quién
debía llevarlo a cabo? La burocracia del Partido Comunista, y muy
especialmente su sector militar y de inteligencia, fueron sondeadas
específicamente, ofreciéndolas apoyo político y económico a
condición de que se impusiera un corte radical generalizado de las
protecciones sociales de la clase trabajadora yugoslava"
(16).
Revisando la legislación
Una
serie de leyes para apoyar este proceso fueron LEGISLADAS rapidamente
con ayuda de abogados y consultores occidentales. Una nueva ley
bancaria fué ENACTED con el objetivo de poner en marcha la
liquidación de los "Bancos asociados" de propiedad
social. Más de la mitad de los bancos del país fueron
desmantelados, y se puso especial énfasis en la creación de
"instituciones independientes orientadas a generar
beneficios" (17).
En
1990, la totalidad del "sistema bancario de tres pilares",
formado por el Banco Nacional de Yugoslavia, los bancos nacionales de
las ocho repúblicas y provincias autónomas y los bancos comerciales
habían sido desmantelado siguiendo las instrucciones del Banco
Mundial (18). Un crédito del Banco Mundial para reestructurar
del sector financiero fué negociado en 1990. Sería adoptado por el
gobierno de Begrado en 1991...
La quiebra programada
Las
empresas industriales fueron cuidadosamente clasificadas. Bajo las
reformas organizadas por el FMI y el Banco Mundial, se congelaron los
créditos al sector industrial con la intención de acelerar el
proceso que los levarßía a la quiebra. Los llamados "mecanismos
de salida" (exit mechanisms) habían sido establecidos bajo
las provisiones del decreto ley de operaciones financieras de 1989
(19). Dicho decreto ley establecía que si una empresa
permanecía insolvente durante 30 días seguidos, o 30 días un
periodo de 45 en total, debía convocar una reunión en los
siguientes 15 días con sus acreedores para llegar a un acuerdo.
El proceso de bancarrota permitía a los acreedores (bancos nacionales y extranjeros incluidos) convertir sus deudas de ,manera rutinaria en un paquete de acciones de control en la empresa insolvente. Bajo dicho decreto ley, el gobierno no estaba autorizado a intervenir. En caso de que no se llegase a un acuerdo, el proceso de bancarrota se pondría en marcha, en cuyo caso los trabajadores normalmente serían despedidos sin recibir indemnizaciones (20).
El proceso de bancarrota permitía a los acreedores (bancos nacionales y extranjeros incluidos) convertir sus deudas de ,manera rutinaria en un paquete de acciones de control en la empresa insolvente. Bajo dicho decreto ley, el gobierno no estaba autorizado a intervenir. En caso de que no se llegase a un acuerdo, el proceso de bancarrota se pondría en marcha, en cuyo caso los trabajadores normalmente serían despedidos sin recibir indemnizaciones (20).
En
1989, de acuerdo con diversas fuentes oficiales, 248 empresas fueron
llevadas a la bancarrota o fueron liquidadas, y 89.400 trabajadores
habían sido despedidos (21). Durante los primeros nueve meses
de 1990, a continuación de la adopción del programa del FMI, otras
889 empresas con una fuerza laboral total de 525.000 trabajadores
fueron sometidas a el proceso de bancarrota (22).
En
otras palabras, en menos de dos años
el "mecanismo de impulso" (bajo el decreto ley de
operaciones financieras) había provocado el despido de más de
600.000 trabajadores (de un total de 2,7 millones de trabajadores en
la industria). Las mayor parte de las quiebras y los despidos se
concentraron en Serbia, Bosnia-Herzegovina, Macedonia y Kosovo (23).
En caida libre: Hundimiento de la producción industrial en Yugoslavia entre 1989 y 1993. Como puede verse, las sanciones de la Unión Europea (EC) en 1992 fueron en la práctica la continuación de los procesos de reestructuración económica del FMI. La guerra civil misma tan sólo aceleró minimamente el proceso.
Muchas
empresas de capital social del Banco Mundial intentaron evitar caer
en bancarrota mediante el impgo de los salarios. Medio millones de
trabajadores, que representaban en torno al 20% de la fuerza laboral
industrial, no recibieron su sueldo durante la primera mitad de 1990,
para poder cumplir las exigencias de sus acreedores siguiendo los
procedimientos "para llegar a un acuerdo" que
estipulaba la ley de organizaciones financieras. Los ingresos de la
población estaban en caida libre, los programas sociales habían
colapsado y debido a la bancarrota de las empresas industriales había
un paro galopante, todo lo cual creó entre la población una
atmósfera de desesperación social y falta de esperanza:
"Cuando
Mr. Markovic puso finalmente en marcha su «privatización
programada», las oligarquías de las republicas, todas las cuales
tenían visiones de un «renacimiento nacional» propio, en lugar de
elegir entre un mercado genuinamente yugoslavo y la hiperinflación,
prefirieron la guerra que permitiría ocultar las causas reales de la
catástrofe económica" (24).
El paquete económico de enero de 1990 patrocinado por el FMI contribuyó de manera inequívoca a incrementar las pérdidas de las empresas, llevando a que muchas de las grandes empresas electricas, de refinerías de petróleo, demaquinaria, ingeniería y química entrasen en bancarrota. Además, con la desregulación del regimen comercial de enero de 1990 una verdadera avalancha de productos importados contribuyó a desestabilizar aún más la producción doméstica.
El paquete económico de enero de 1990 patrocinado por el FMI contribuyó de manera inequívoca a incrementar las pérdidas de las empresas, llevando a que muchas de las grandes empresas electricas, de refinerías de petróleo, demaquinaria, ingeniería y química entrasen en bancarrota. Además, con la desregulación del regimen comercial de enero de 1990 una verdadera avalancha de productos importados contribuyó a desestabilizar aún más la producción doméstica.
Esas
importaciones se financiaron mediante dinero prestado incluido en el
paquete de ayuda del FMI (es decir, los variados "créditos de
desembolso rápido" con la garantía del FMI, el Banco Mundial y
donacions bilaterales en apoyo de las reformas económicas). Mientras
la bonanza en las importaciones estaba dando lugar a un aumento de la
deuda externa de Yugoslavia, los bruscos aumentos de los tipos de
interés y de los precios de inversión (INPUT PRICES) impuestos a
las empresas nacionales había provocado el arrinconamiento y
exclusión de los productores domésticos de su propio mercado
nacional.
"Librandose de los trabajadores sobrantes"
La
situación que prevalecía en los meses precios a la secesión de
Croacia y Eslovenia en enero de 1991 (confirmada por los datos de
quiebras en el periodo 1989-1990) apunta a la enorme magnitud y
brutalidad del proceso de desmantelación industrial. Los datos, no
obstante, sólo dan una visión parcial de lo ocurrido, presentando
la situación al comienzo del "programa de bancarrotas".
Este último continuó sin pausa a través del periodo de guerra
civil y sus secuelas... A los estados suvesores de Yugoslavia los
acreedores internacionales les impusieron programas de
reestructuración similares.
Zvonimir Trajkovic, consejero politico-economico de cuatro presidentes yugoslavos. El grafico muestra cómo la deuda externa de Yugoslavia, 13.500 millones de dólares en 1988, se ha más que duplicado debido a los intereses; en 2010, la deuda conjunta de las antiguas repúblicas yugoslavas era de nada menos que 184.000 millones de dólares
El Banco Muncial ha estimado que en septiembre de 1990 segían existiendo 2.435 empresas "generando pérdidas" del total de 7.531 que quedaban (25). En otras palabras, esas 2.435 empresas con una fuerza laboral total de más de 1,3 millones de trabajadores habían sido clasificadas como "insolventes" según lo establecido en el decreto ley de operaciones financieras, requiriendo la puesta en marcha inmediata de los procedimientos de quiebra.
Teniendo
en cuenta que 600.000 trabajadores habían sido despedidos
previamente por empresas en bancarrota antes de septiembre de 1990,
esos datos sugieren que unos 1,9 milloned de trabajadores (de un
total de 2,7 millones) habían sido clasificados como "redundantes".
Las empresas "insolventes", concentradas en los
sectores de la energía, la industria pesada, el procesamiento de
metales, forestal y el textil, estaban entre las mayores empresas del
país, representando (en septiembre de 1990) el 49,7% del total de la
fuerza obrera industrial restante que seguía teniendo un empleo
(26).
Desintegración política
Defendiendo
amplios intereses estratégicos, las medidas de austeridad sentaron
las bases para "la recolonización" de los Balcanes.
En las elecciones multipartidistas de 1990, la política económica
estaba en el centro de los debates políticos, y las coaliciones
separatistas expulsaron del poder a los comunistas en Croacia,
Bosnia-Herzegovina y Eslovenia.
A
continuación de la decisiva victoria de la derechista Unión
Democrática en mayo de 1990 bajo el liderazgo de Franjo Tudjman, la
secesión de Croacia recibió el visto bueno del Ministro de Asuntos
Exteriores alemán Mr Hans Dietrich Genscher que estaba casi a diario
en contacto con el ministro de asuntos exteriores de Zagreb (27).
Alemania no sólo favorecía la secesión, también se dedicó a
"forzar la marcha de la diplomacia internacional" y
presionó a sus aliados occidentales para asegurar el reconocimiento
diplomático a Eslovenia y Croacia.
Las
fronteras de Yugoslavia eran una reminiscencia de la segunda guerra
mundial, cuando Croacia (incluidos los territorios de
Bosnia-Herzegovina) era un satélite del Eje bajo el regimen fascista
Ustacha: "la expansión alemana estuvo acompañada
por una ola creciente de nacionalismo y xenofobia... Alemania
ambicionaba lograr que sus aliados la permitiesen tener las manos
libres para asegurarse la dominación económica del conjunto de
Europa central..." (28).
Washington
por su parte favorecía "una unidad débil mientras
favorecía el desarrollo democrático... (el secretario de estado de
EEUU) Baker dijo (al presidente de Croacia) Franjo Tudjman y (al
presidente de Eslovenia) Milan Kucan que los EEUU no favorecerían ni
apoyarían una secesión unilateral... pero que si tenían que
abandonar (Yugoslavia), les instó a hacerlo mediante un acuerdo
negociado..." (29).
Durante
los años 60 y 70 los servicios secretos occidentales apoyaron las redes
en el exilio de los grupos nacionalistas que habían colaborado con los
nazis en la segunda guerra mundial. Los croatas fueron especialmente activos en este sentido, como puede verse en una cronología. Como ejemplo, en Canadá
en 1965 nacionalistas croatas pusieron una bomba en el consulado
yugoslavo de Toronto, y dos años más tarde pusieron bombas en el
consulado y la embajada en Ottawa, esta vez como parte de una campaña de atentados simultaneos en destacamentos diplomaticos yugoslavos en Toronto, Ottawa, Washington, San Francisco, Chicago, y New York
La reconstrucción de la postguerra
Las
reformas económicas que se impusieron entonces a los "estados
sucesores" eran la extensión natural y la continuación de
aquellos previamente implementados en la Yugoslavia federal. En la
tragico situación consecuencia de una guerra brutal y destructiva,
las perspectivas de reconstruir las repúblicas recién
independizadas eran desoladoras. A pesar del apagón informativo al
repecto, el pago de la deuda formaba parte del proceso de paz. La
antigua Yugoslavia había sido sometida a una estrecha vigilancia por
sus acreedores extranjeros, su deuda externa había sido
cuidadosamente dividida y repartida en las repúblicas. Los programas
de privatización puestos en marcha bajo la supervisión de los
donantes contribuyeron a una nueva etapa de dislocación económica y
el empobrecimiento de la población. El PIB se había hundido cerca
de un 50% en cuatro años
(1990-93) (30).
Además,
los líderes de los nuevos estados soberanos habían colaborado
totalmente con los acreedores: "Actualmente los líderes
de las antiguas repúblicas yugoslavas son (antiguos) funcionarios
del Partido Comunista y cada uno de ellos compitió por cumplir las
demandas del Banco Mundial y el FMI, y cuanto mejor lo hacían mejor
se cualificaban para recibir créditos y prebendas sustanciales para
los mandos... La industria estatal y la maquinaria fueron saqueadas
por los funcionarios. El equipamiento acabó en "compañías
privadas" en manos de familiares de la Nomenklatura"
(31).
Incluso
mientras los enfrentamientos armados estaban en su apogeo, Croacia,
Eslovenia y Macedonia entraron por separado en negociaciones para
obtener créditos de las instituciones de Brenton Woods (el FMI y el Banco Mundial). En Croacia, el gobierno
del presidente Franjo Tudjman firmó en 1993 un acuerdo con el FMI.
Bajo dicho acuerdo se impusieron a Croacia enormes recortes
presupuestarios, lo que frustró los esfuerzos de Croacia para
mobilizar sus propias fuentes de recursos, y de esta forma poniendo
en peligro la reconstrucción de la postguerra. El oste de
reconstruir la economía destrozada por la guerra en Croacia se
estimó en unos 23.000 millones de dólares, para lo cual se
requerían nuevos créditos del extranjero. En ausencia de un "perdón
de las deudas", el peso de la deuda estará presente hasta
bien entrado el siglo XXI.
A
cambio de las deudas extranjeras, el gobierno del presidente Franjo
Tudjman aceptó poner en marcha nuevas reformas que provocaron nuevos
cierres de fábricas y quiebras, hundiendo los salarios a niveles
abismales. La tasa de paro oficial se incrementó de 15,5% en 1991
hasta el 19,1% en 1994 (32). Zagreb también puso en marcha
una ley de quiebras aún más rigurosa, junto a procedimientos para
"desmembrar" las grandes empresas de utilidad
pública de propiedad estatal. De acuerdo con su "declaración
de intenciones" dirigida a las instituciones de Brenton
Woods, el gobierno croata prometió reestructurar y privatizar por
completo el sector bancario con la ayuda del Banco Europeo para La
reconstrucción y el Desarrollo (EBRD) y el Banco Mundial. Este
último también exigió que se estructurase el mercado de capitales
de Croacia para aumentar la penetración de los inversores
institucionales occidentales y empresas de intermediarios.
Según
el acuerdo firmado en 1993 con el FMI, al gobierno de Zagreb no se le
permitía mvilizar sus propios recursos productivos a través de la
política fiscal y monetaria. Esta última estaba sometida firmemente
al control de los aceedores extranjeros. Los masivos recortes
presupuestarios exigidos por el acuerdo eran previos a la
reconstrucción de la postguerra, la cual sólo habría sido posible
mediante la entrega de nuevos créditos, un proceso que llevaría (al
pago) de la deuda externa croata hasta bien entrado el siglo XXI. El
coste de resonstruir la economía croata, arrasada por la guerra, y
estimó en torno a 23.000 millones de dólares...
Macedonia
siguió un camino similar. En diciembre de 1993, el gobierno de
Skopje aceptó reducir los salarios reales y congelar el crédito
para poder obtener un crédito en el marco del STF (Systemic
Transformation Facility) del FMI. En un giro poco habitual, el
magnate financiero multimillonario George Soros participó en el
Grupo de Apoyo Internacional, compuesto por el gobierno de Holanda y
el Banco de Pagos Internacionales con sede en Basilea. El dinero
recibido por el grupo de apoyo, no obstante, no estaba destinado a
ser empleado en la "reconstrucción" sino para asegurar que
Skopje fuese capaz de devolver los pagos que debía al Banco
Mundial... (33).
El aumento de los precios en el territorio de la antigua Yugoslavia (1992-1993). La guerra provocó una hiperinflación que destruyó los ahorros de la población y llevó a la quiebra a multitud de empresas, destruyendo la estructura económica existente.
Es más, a cambio de la reestructuración de la deuda, el gobierno macedonio del primer ministro Branko Crvenkovski tuvo que aceptar la liquidación de las empresas "insolventes" restantes, y el despido de los trabajadores "sobrantes" - lo que incluía a los empleados de la mitad de las empresas industriales del país. Como indicaba discretamente el ministro suplente de finanzas Hari Kostov, con las tasas de interés en niveles astronómicamente altos debido a las reformas bancarias impuestas por los acreedores internacionales, "era realmente imposible encontrar una empresa en el país que fuese capaz de (...) cubrir (sus) costes (...)" (34).
En
su conjunto, la terapia económica del FMI en Macedonia fué la
continuación del "programa de bancarrota" lanzado en 1989
en la Yugoslavia federal. Los activos más rentables están ahora a
la venta en la bolsa macedonia, que tiene un escaso año
de vida, pero esta subasta de empresas de propiedad social ha llevado
al colapso industrial y un desempleo desenfrenado.
Pese
a destrozar la economía y desintegrar los centros educativos y
hospitalarios bajo las medidas de austeridad, el ministro de finanzas
Ljube Trpevsli informó con orgullo a la prensa que "el
Banco Mundial y el FMI han puesto a Macedonia entre los países con
más éxito en el contexto de las reformas de transición actuales".
el jefe de la misión del FMI para Macedonia, Mr. Paul Thomsen
coincidía con el, afirmando que "los resultados del
programa de stabilización (en el marco del STF) eran
impresionantes", acreditando de manera especial y dando
su reconocimiento a "la eficiente política salarial"
adoptada por el gobierno de Skopje (35).
Reconstruyendo Bosnia-Herzegovina
Con
el acuerdo de paz para Bosnia aguantando aparentemente gracias a las
armas de la OTAN, occidente hizo público un programa de
"reconstrucción" que eliminaba por completo la soveranía
económica y política de Bosnia-Herzegovina. El programa consistía
en gran parte en desarrollar Bosnia-Herzegovina como un territorio
dividido, ocupado militarmente para la OTAN y administrado por
occidente.
Basandose
en los acuerdos de Dayton de 1995, EEUU y la UE instalaron una
administración colonial de altos vuelos en Bosnia. Al mando se
nombró al Alto Representante Mr. Carl Bildt, antiguo primer ministro
sueco y representante de Europa en las negociaciones para Bosnia. El
Alto Representante tiene poderes ejecutivos que abarcan todos los
asuntos civiles, incluso para anular decisiones de los gobiernos de
la Federación Bosnia y la República Srpska serbo-bosnia (estos si
elegidos en elecciones). Además, el Alto representante actúa en
estrecha coordinación con el alto mando militar de la IFOR (la
fuerza de ocupación de la OTAN), así como con los acreedores
extranjeros.
Una
policía civil internacional está bajo la custodia de un comisionado
extranjero nombrado por el Secretario General de la ONU, Mr. Boutros
Ghali, y unos 1.700 policías de quince países, la mayoría de los
cuales nunca había pisado antes los Balcanes, fueron mandados a
Bosnia después de pasar un programa de entrenamiento de cinco días
en Zagreb.
Mientras
occidente ha subrayado su apoyo a la democracia, la Asamblea
Parlamentaria puesta en marcha a partir de la "constitución"
establecida por los Acuerdos de Dayton, actúa en gran parte firmando
los papeles, detrás de la fachada democrática el poder político
está en manos de un "gobierno paralelo" encabezado por el
Alto Representante y cuyo personal está compuesto de consejeros
extranjeros.
Además,
la constitución acordada en Dayton pone la política económica en
manos de las instituciones de Brenton Woods y el Banco Europeo para
la Reconstrucción y el Desarrollo (EBRD), con sede en Londres. El
Artículo VII stipula que el primer Gobernador del Banco Central de
Bosnia y Herzegovina ha de ser nombrado por el FMI y "no
debe ser ciudadano de Bosnia y Herzegovina o de un estado vecino...".
Fragmento de la "constitución" neocolonial impuesta por occidente a Bosnia, en el que se especifica que el responsable del Banco central no puede ser ciudadano bosnio.
Así como el Gobernador del Banco Central es un empleado del FMI, la
constitución no permite al Banco Central cumplir las funciones de un
banco central: "Durante los primeros cinco años
(...) no debe ampliar el crédito mediante la creación de dinero,
limitandose en este sentido a operar como un consejo monetario"
(Artículo VII). Al nuevo estado "soberano" sucesor
de la antigua Yugoslavia no se le permite tener una moneda propia
(tan solo puede emitir papel moneda si tiene para él cobertura
completa en moneda extranjera), ni tampoco le está permitido
mobilizar los recursos internos (de Bosnia-Herzegovina). Y, como en
los otros estados sucesores, su habilidad para autofinanciar su
reconstrucción (sin incrementar de manera gigantesca su deuda
externa) está impedida desde el principio...
La
labor de administrar la economía de Bosnia ha sido cuidadosamente
dividida entre las agencias de acreedores: mientras el Banco Central
está bajo custodia del FMI, el Banco Europeo para la Reconstrucvción
y el Desarrollo (EBRD) dirige la comisión de corporaciones públicas
que dirige las operaciones de todas las empresas del sector público
incluyendo energía, agua, servicios postales, carreteras, trenes,
etc. Además el presidente del EBRD nombra al jefe de la comisión
que se encarga de supervisar la reestructuración del sector público,
encargandose fundamentalmente de vender las propiedades estatales y
de propiedad social y obtener la inversión de fondos a largo plazo.
No
se puede dejar de lado la cuestión fundamental: ¿es
la constitución de Bosnia, acordada entre jefes de estado en Dayton
una verdadera constitución? Se ha sentado un oscuro y peligroso
precedente en la historia de las relaciones internacionales:
Acreedores occidentales han introducido sus intereses en una
Constitución escrita precipitadamente para su beneficio, y las
posiciones de mando en el estado bosnio están en manos de
extranjeros que son nombrados por las instituciones financieras
internacionales. No hay asamblea constitucional, no hay consultas con
las organizaciones de ciudadanos de Bosnia y Herzegovina, no hay
"enmiendas
constitucionales"...
El
gobierno bosnio estima que el coste de la reconstrucción puede
alcanzar los 47.000 millones de dólares. Los donantes occientales
han prometido entregar 3.000 millones de dólares en créditos para
la reconstrucción, pero según el acuerdo de diciembre de 1995 tan
sólo se aseguraba la entrega de 518 millones de dólares, una parte
de los cuales está destinado (siguiendo lo establecido en los
acuerdos de paz de Dayton) a financiar parte de los costes civiles de
la IFOR, la fuerza militar de ocupación, así como para devolver los
atrasos en el pago de las deudas contraidas con los acreedores
internacionales.
De
una forma ya familiar, los "nuevos créditos" han sido
concebidos para pagar las "deudas antiguas". El Banco
Central de Holanda ha ofrecido generosamente un "puente
financiero" de 37 millones de dólares. El dinero, no obstante,
está destinado a facilitar que Bosnia pueda devolver las deudas
atrasadas con el FMI, condicion que ha de cumplirse ya que de ser así
el FMI dejaría de entregar nuevos créditos... (36). Es una
paradoja cruel y absurda: los creditos de la "ventana de
emergencia" del FMI para los llamados "paises
post-conflicto" no se usarán en la reconstrucción de la
postguerra. En lugar de ello se emplearán para devolver el dinero al
Banco Cetral holandés que ha entregado el dinero para el pago de las
deudas atrasadas con el FMI en primer lugar... Mientras tanto aumenta
la deuda y no entran nuevas fuentes de financiación en Bosnia para
reconstruir su economía destruida por la guerra...
De Bosnia a Kosovo
La
dislocación política y económica ha sido el patrón seguido en las
diferentes etapas de la guerra de los Balcanes: desde la intervención
inicial de la OTAN en Bosnia en 1992 hasta el bombardeo de Yugoslavia
por "motivos humanitarios" en 1999. Bosnia y Kosovo son
etapas en la recolonización de los Balcanes. El modelo seguido en
Bosnia de llevar a cabo una intervención con la cobertura de las
armas de la OTAN con la cobertura de los Acuerdos de Dayton ha sido
imitado en Kosovo bajo un mandato formal de "mantenimiento de la
páz" de la ONU.
En
el Kosovo de la postguerra, el terrorismo de estado y el "mercado
libre" van juntos. En estrecha cooperación con la OTAN, el
Banco Mundial ha analizado cuidadosamente las consecuencias de una
intervención militar que diera lugar a la ocupación de Kosovo. Casi
un año antes del inicio de
la guerra, el Banco Mundial llevó a cabo las pertinentes
"simulaciones" que "anticipaban la
posibilidad de un escenario de emergencia surgiendo a partir de las
tensiones en Kosovo" (37). Esto sugiere que la
OTAN ya había informado al World Bank en una etapa inicial de su
planificación militar.
Mientras
tenían lugar los bombardeos, se garantizó al Banco Mundial y la
Comisión Europea un mandato especial para "coordinar la
asistencia de los donantes en los Balcanes" (38).
Los términos de dicha asistencia no excluían a Yugoslavia de
recibir apoyo de los donantes, pero se establecía con claridad que
Belgrado tan podría ser candidato a los creditos para la
reconstrucción "una vez cambiasen las condiciones
políticas" (39).
Tras
los bombardeos, las "reformas de mercado libre" fueron
impuestas a Kosovo imitando a grandes rasgos las clausulas del
Acuerdo de Rambouillet que a su vez había sido moldeado a partir de
los Acuerdos de Dayton impuestos a Bosnia. El Artículo I (Capítulo
4a) del Acuerdo de Rambouillet establecía que "La
economía de Kosovo debe funcionar de acuerdo a los principios de
libre mercado".
George Soros, un especualdor financiero que trabajó estrechamente con los servicios secretos occidentales en la desestabilización del bloque soviético utilizando como tapadera los derechos humanos; a él se debe la creación de Human Rights Watch, en cuya junta directiva se sienta nada menos que Javier Solana, que fué Secretario General de la OTAN durante la Guerra de Kosovo. Según Wikipedia, La George Soros Open Society Foundation es el principal donante de Human Rights Watch, una ONG que se destaca por denunciar a aquellos gobiernos considerados contrarios a los intereses occidentales.
Junto
con las tropas de la OTAN un ejército de abogados y consultores fué
enviado a Kosovo bajo los auspicios del Banco Mundial. Su mandato
consistía en "preparar un entorno idóneo"
para el capital extranjero y asegurar una rápida transición de
Kosovo hacia una "economía de mercado propera, abierta y
transparente" (40). Al mismo tiempo la comunidad
de donantes internacional exigió al gobierno provisional del ELK
(Ejército de Liberación de Kosovo) que "estableciese
instituciones transparentes, efectivas y sostenibles"
(41). Los extensos lazos del ELK con el crimen organizado y
el tráfico de narcóticos no era visto por la "comunidad
internacional" como un obstáculo para la instalación de la
"democracia" y un "buen
gobierno".
En
el Kosovo sometido a la ocupación bajo mandato de la ONU, la gestión
de las empresas de propiedad estatal e instalaciones públicas
fué asumida por personas nombradas por el ELK. Los líderes del
Gobierno Provisional de Kosovo se convirtieron en
"intermediarios comerciales" del capital multinacional que
buscaba tomar el control de la economía de Kosovo a precios de saldo
para inversores extranjeros.
Mientras
tanto, los bancos del estado yugoslavo que operaban en Pristina
fueron clausurados. El marco alemán (DM) fué adoptado como moneda
de curso legal y casi la totalidad del sistema bancario fué
entregada al banco alemán Commerzbank A.G., que obtuvo el control
total sobre el funcionamiento de la banca comercial en la provincia,
incluyendo la transferencia de dinero y las transacciones de cambio
con el extranjero (42).
Haciéndose con la riqueza mineral de Kosovo
Bajo
la ocupación militar, las extensas riquezas de Kosovo en recursos
minerales y carbón fueron puestos a subasta a precios de ganga para
el capital extranjero. Antes de los bombardeos, los inversores
occidentales ya habían puesto sus ojos en el inmenso complejo minero
de Trepca, que constituye "La pieza más valiosa de
terreno en los Balcanes, con un valor de al menos 5.000 millones de
dólares" (43). El complejo minero de Trepca no
sólo incluye cobre y amplias reservas de zinc, sino tambiéncadmio,
oro y plata. Tiene diversas plantas de fundición, 17
plantas de tratamiento de metales, una central eléctrica y la fábrica más
grande de pilas de Yugoslavia. Además, el norte de Kosovo tiene unas
reservas de carbon y lignito que se calculan en 17.000 millones de
toneladas.
Tan
solo un més después del inicio de la ocupación militar de Kosovo
con la cobertura armada de la OTAN, el jefe de la misión de la ONU
en Kosovo (UNMIK), Bernard Kouchner (44), emitió un decreto
por el cual "la UNMIK administrará todas las propiedades,
móbiles e inmóbiles, incluyendo cuentas bancarias y otra propiedad
de / o resgistrada en la República Federal de Yugoslavia o la República de Serbia o alguno de sus órganos que esté en el
territorio de Kosovo" (45).
No
se perdió tiempo, ya que pocos meses después de iniciarse la
ocupación militar de Kosovo, el "International Crisis Group"
(ICG), un think tank apoyado por George Soros, publicó un documento
titulado "Trepca: dandole sentido al laberinto"
("Trepca: Making Sense of the Labyrinth") en el cual
se recomendaba a la UNMIK "arrebatar el control serbio sobre el
complejo minero de Trepca lo más pronto posible y explicaba como
hacerlo" (46). Y en agosto de 2000, el jefe de la UNMIK
Bernard Kouchner envió un contingente de "fuerzas de paz"
fuertemente armadas ("que llevaban mascaras de ciruhjano contra
humo venenoso") para ocupar la mina con el pretexto de que
estaba provocando un desastre ambiental debido a su excesiva
contaminación de la atmósfera.
Entre
tanto, la ONU había entregado la gestión de todo el complejo minero
de Trepca a un consorcio occidental. Un porcentaje del del negocio de
Trepca le tocó a Morrison Knudsen International, hoy día fusionado
con la empresa Rayethon Engineering and Construction. En nuevo
consorcio se llama hoy Washington Group, una de las empresas de
ingeniería y construcción más grandes del mundo así como uno de
los mayores contratistas militares en EEUU. Socios menores en el
negocio fueron la empresa francesa TEC-Ingenierie y la consultora
OUTFIT sueca Boliden Contech (Nota A&R:
responsables del desastre ecológico de Doñana
en 1998).
La instauración de un estado mafioso
Mientras el magnate financiero George Soros invertía dinero en la reconstrucción de Kosovo, la Fundación George Soros para una Sociedad Libre (George Soros Foundation for an Open Society) abría una delegación en Pristina, poniendo en marcha la Fundación de Kosovo para una Sociedad Libre (Kosovo Foundation for an Open Society, KFOS), parte de la red de "fundacionesm sin ánimo de lucro" de Soros en los Balcanes, Europa Oriental y la Antigua Unión Soviética. Junto con el Port Conflict Trust Fund del Banco Mundial, la Kosovo Open Society Foundation (KOSF) se dedicó a ofrecer un apoyo dirigido "al desarrollo de gobiernos locales para permitirles servir a sus comunidades de una manera transparente, equitativa y responsable" (47). Teniendo en cuenta que dichos gobiernos locales estaban en manos del ELK, que tiene amplias conexiones con el crimen organizado, dicho programa dificilmente logrará alcanzar sus objetivos (48).
De
hecho, la "fuerte medicina económica" impuesta por los
acreedores internacionales ha contribuido a favorecer la economía
criminal (ya de pro sí fuertemente implantada en Albania),
alimentando de esa forma la pobreza y la dislocación económica.
Con
Albania y Kosovo integrados en el ecorredor del trafico de drogas de
los Balcanes, Kosovo también anunció el pago a los
acreedores internacionales a través del lavado de dinero negro. Para
pagar la deuda exterior de Kosovo se reciclaron narcodolares y se
"financió" el "coste de la reconstrucción". El
lucrativo flujo de narcodolares aseguró de esa forma que los
inversores extranjeros envueltos en los programas de "reconstrucción"
pudiesen cosechar grandes beneficios.
¿Neoliberalismo, el único mundo posible?
Administrada
en varias dosis desde los años
80, la medicina económica neoliberal apoyada por la OTAN ha ayudado
a destruir Yugoslavia. Y, no obstante, los medios de comunicación
han evitado con cuidado destacar el papel central que ha jugado,
negándolo. En lugar de ello se han unido al coro cantando alabanzas
del "libre mercado" como base para reconstruir una economía destruida por la guerra. El impacto político y social de la
reestructuración económica que ha sufrido Yugoslavia se ha borrado
cuidadosamente de nuestra conciencia colectiva. En lugar de ello, los
creadores de opinión se han dedicado a presenat de manera dogmática
las divisiones culturales y étnicas como la única causa de la
guerra y devastación. En realidad, son la consecuencia de un proceso
mucho más profundo de fracturación económica y política.
Dicha
falsa conciencia de las cosas no sólo oculta la verdad, sino que
además nos impide conocer los sucesos históricos de manera precisa.
Por último, distorsiona las verdaderas causas del conflicto social.
Cuandos e aplica a la antigua Yugoslavia, oscurece las fundaciones
históricas de la unidad, solidaridad e oidentidad de los eslavos del
sur en lo que fué una sociedad multiétnica.
En
los Balcanes está en juego las vidas de millones de personas. Las
reformas mactroeconómicas, combinadas con la conquista militar y el
"mantenimiento de la paz" de la ONU destruyeron medios de
vida y convirtieron el derecho al trabajo en una burla. Ha
puesto necesidades básicas como la comida o un techo fuera del
alcance de muchas personas. Ha degradado la cultura y la identidad
nacional. En nombre del capital global, las fronteras han sido
modificadas, legislaciones han sido modificadas, industrias han sido
destruidas, sistemas financieros y bancarios han sido destruidos, y
se han eliminado programas sociales. No se permitirá inguna
alternativa al capital global, sea el "socialismo de mercado"
yugoslavo o el "capitalismo nacional".
NOTAS
(1)
John Laughland, "Esto no es Justicia".
(2)
Publicado por primera vez en la primavera de 1996 en la revista
Covert
Action Quarterly (que se dejó de publicar debido a la nueva
legislación introducida en EEUU tras el 11-S). Posteriormente ha
sido republicado y ampliado repetidas veces, por ejemplo en el muy
recomendable libro de Michael Chossudowsky (2002): "The
Globalisation of Poverty. Impacts of IMF and World Bank Reforms"
(La globalización
de la pobreza. Impactos de las reformas del FMI y el Banco Mundial):
capítulo 17, "Balcanización"
de Yugoslavia".
(4)
Una crítica puede encontrarse en Milos Vasic et al, "Guerra
contra Bosnia" ("War Against Bosnia"),
Vreme News Digest Agency, nr. 29, 13 de abril de 1992.
(5)
Sean Gervasi, "Alemania, EEUU y la crisis yugoslava"
("Germany, US and the Yugoslav Crisis"), Covert Action
Quarterly, Nr. 43, Invierno 1992-93.
(6)
Ibid.
(7)
World Bank, "Yugoslavia, Industrial Restructuring
Study, Overview, Issues and Strategy for Restructuring",
Washington DC, Junio de 1991, p. 10 y 14. (Nota
de A&R: Reaganomics es como se denominan las reformas
neoliberales introducidas durante el gobierno de Ronald Reagan para
desmantelar el estado del bienestar y desregularizar la economía).
(8)
Sean Gervasi, op. cit.
(9)
Ibid.
(10)
Ralph Schoenman, "Esquemas de divide y venceras en los
Balcanes" ("Divide and Rule Schemes in The
Balkans"), The Organiser, 11 de septiembre de 1995.
(11)
Dimitrije Boarov, "Un breve repaso a los programas contra
la inflación, el desarrollo de programas muertos" ("A
Brief Review of Anti-Inflation Programs, the Curse of Dead
Programs"), Vreme New Digest Agency, Nr. 29, 13 de
abril de 1992.
(12)
World Bank, op. cit., p. 10. El término PIB se usa para simplificar,
pero el concepto usado en Yugoslavia y Europa Oriental para medir el
Producto Nacional no es equivalente al concepto de PIB que se emplea
en el sistema de contabilidad nacional eln occidente.
(13)
Ver Judit Kiss, "La gestión de la deuda en Europa
Oriental" ("Debt Management in Eastern Europe"),
Eastern European Economics, Mayo-Junio 1994, p. 59.
(14)
World Bank, op. cit.
(15)
Op. cit., p. Vviii.
(16)
Ralph Schoeman, op. cit.
(17)
Para información más detallada vease World Bank, op. cit., p.38.
(18)
Ibid., p. 38.
(19)
Ibid., p. 33.
(20)
Ibid., p. 33.
(21)
Ibd., p. 34. Datos de la Secretaría Federal de Industria y Energía.
Del número total de empresas, 222 quebraron y 26 fueron liquidadas.
(22)
Ibid., p. 33. Estos datos incluyen quiebras y liquidaciones.
(23)
Ibid., p. 34.
(24)
Dimitrije Boarov, op. cit.
(25)
World Bank, op. cit., p.13. Anexo 1, p.1.
(26)
Según la misión del Banco Mundial (World Bank), el "excedente
laboral" en la industria era aproximadamente del 20% del total
de una fuerza obrera industrial de 8,9 millones, es decir,
aproximadamente 1,8 millones de personas. Dicha figura subestima
aparentemente el número real al ignorar al amplio número de
trabajadores que trabajaban para empresas clasificadas como
"insolventes", que tan solo en el sector industrial eran
1,9 millones (datos de septiembre de 1990) de un total de 2,7
millones de empleados en empresas clasificadas como insolventes.
Vease World Bank, op. cit., Anexo 1.
(27)
Sean Gervasi, op. cit., p. 65.
(28)
Ibid., p. 45.
(29)
Zimmermann, op. cit.
(30)
Datos sobre Macedonia: "Enterprise, Banking and Social
Safety Net", World Bank Information Center, 28 de
noviembre de 2994.
(31)
Ralph Schoenman, op. cit. (Nota de A&R:
Nomenklatura es el nombre dado a las élites de los estados del
bloque soviético).
(32)
"Zagreb's About Turn", The Banker,
Enero 1995, p. 38.
(33)
World Bank, "Macedonia..." op. cit.
(34)
Declaraciones del Deputy Ministro de Finanzas de Macedonia Mr. Hari
Kostov, publicada por MAK News, 18 de abril de 1995.
(35)
Macedonian Information and Liason Service, MILS News, 11 de abril de
1995.
(36)
Vease International Monetary Fund (FMI), "Bosnia andHerzegovina becomes a member of the IMF", Press Release
Nr. 97/70, Washington, 20 de diciembre de 1995.
(37)
Frank Viviano y Kenneth Howe, "Bosnia's Leaders Say Nation
Sit Atop Oil Fields", The San Francisco Chronicle,
28 de agosto de 1995. Ver también Scott Cooper, "Western
Aim in Ex-Yugoslavia Unmasked", The Organizer, 24
de septiembre de 1995.
(38)
Viviano y Howe, op. cit.
(39)
World Bank, "World Development Report 1991",
Anexo estadístico, tablas 1 y 2, Washington DC, 1991.
(40)
World Bank Development News, Washington, 27 April 1999.
(41)
"World Bank Group Response to Post Conflict Reconstruction in Kosovo: General Framework For an Emergency Assistance Strategy", undated).
(42)
Ibid.
(43)
World Bank, "The WorldBank's Role in Reconstruction and Recovery in Kosovo", undated.
(44)
Ibid.
(45)
International Finance Corporation (IFC), International Consortium Backs Kosovo's First Licensed Bank,
Press
Release, Washington, 24 January 2000.
(46)
Sobre Bernard Kouchner ver Amor y Rabia "Siria y la recurrente excusa del “intervencionismo humanitario” ", en Amor y Rabia, Nr.66.
(47)
New York Times, July 8, 1998, report by Chris Hedges.
(48)
Quoted in Diana Johnstone, "How it is done, Taking overthe Trepca Mines: Plans and Propaganda", Emperors
Clothes, 28 February 2000.
(49)
See Johnston, op cit. For the ICG report see
International Crisis Group (26.11.1999): "Trepca: Making Sense of the Labyrinth".
(50)
World Bank, "KOSF and World Bank, World Bank LaunchesFirst Kosovo Project", Washington, November 16, 1999
News Release No. 2000/097/ECA.
(51)
Out of the 20 million dollars budget for this program, only one
million dollars was being provided by the World Bank.