miércoles, 25 de julio de 2018

Budismo y violencia a lo largo de la historia

La guerra de los monjes Shaolin

Las artes marciales de Shaolin tienen reglas estrictas sobre cómo se debe utilizar la violencia. Se prohíbe a los monjes ser el agresor. No deben matar, ni siquiera en defensa propia. Sólo se debe emplear la fuerza defensiva mínima necesaria para protegerse de un ataque.

A pesar de estas reglas, los monjes Shaolin se unieron al emperador Tang del siglo VII Li Shimin en su guerra contra el usurpador Wang Shichong. Mientras que algunas crónicas cuentan que Li pidió su ayuda, una importante crónica de Pei Cui sugiere que fueron los monjes los que por propia iniciativa atacaron a Wang, que les había quitado previamente sus tierras. Pei sugiere que un frío cálculo político estuvo involucrado en la decisión de los monjes. Estaba en juego la continuidad de su ocupación del monasterio en el Valle de los Cipreses, un lugar estratégico codiciado tanto por Li como por Wang. Los monjes debatieron sobre quién tenía más probabilidades de ganar la guerra. Elegir el lado equivocado podría llevar a su expulsión del monasterio. Tras decidir que Li tenía más posibilidades de ganar, le ofrecieron su apoyo.

La campaña de Li contra Wang duró casi un año. Los monjes atacaron al ejército de Wang en el Valle de los Cipreses y se llevaron prisionero a su sobrino, Wang Renze. La guerra terminó con la caída de la capital de Luoyang de Wang en 621.

Li agradeció a los monjes su ayuda y recompensó a su monasterio, pero en una carta les advirtió que desistieran de seguir llevando a cabo acciones militares. En lugar de eso, debían volver pacíficamente a su vocación anterior de aprendizaje budista.

Asesinato del rey Langdarma

Algunos textos de la escuela budista Mahayana enseñan el concepto inusual de "asesinato compasivo". Consiste es matar a un ser humano malvado sin odio, con el fin de liberarlo de mal karma en una encarnación futura. El actual Dalai Lama explica que debe llevarse a cabo sólo en los casos más extremos:

"Si alguien ha decidido cometer un delito concreto que crearía karma negativo, y no existe ninguna otra opción para impedir a esta persona llevar a cabo esa acción delictiva y por lo tanto el karma muy negativo que resultaría para todas sus futuras vidas, entonces, guiado por la pura compasión teóricamente se podría justificar la muerte de esta persona..."

Habrá muchas personas que estarán de acuerdo en que esto es razonable desde un punto de vista práctico. Otros budistas afirman que la compasión es absolutamente incompatible con el acto de matar. Y este consejo tiene suficiente margen de maniobra para alentar a los que están empeñados en el asesinato político.

Un ejemplo temprano fue el asesinato del tiránico rey tibetano Langdarma por el monje Lhalung Palgyi Dorje. Supuestamente Langdarma perseguía el budismo, y el monje impidió su erradicación total del país. Tras ocultar un arco y una flecha debajo de su hábito negro, Dorje cabalgó con su caballo blanco manchado de carbón hasta Lhasa.

Encontró a su víctima contemplando la inscripción de un pilar cerca de un templo. Dorje apuntó con cuidado, y lanzó una flecha que atravesó el corazón de Langdarma, y huyó hacia la orilla del río. Allí dio la vuelta a sus hábitos para que sólo se viese su revestimiento blanco. Dorje introdujo el caballo en el río, lavando el carbón. Gracias a este rápido y brillante cambio, Dorje evitó ser capturado.
Algunos especialistas modernos han discutido si realmente Langdarma persiguió a los budistas. Se afirma que el rey era el mismo budista, ya que la última parte de su nombre es "dharma". concepto budista que significa "el camino de la rectitud". Sea cual sea la verdad, lo cierto es que el asesinato de Langdarma es visto por los tibetanos como una liberación, tanto para el rey así como para la comunidad. Esta historia se utiliza para justificar la resistencia a la opresión, y específicamente a la ocupación china del Tíbet.

Sohei, los monjes guerreros

Para sobrevivir en el violento mundo del Japón feudal, los monjes budistas tenían que ser también violentos. Estos guerreros sagrados monásticos fueron llamados Sohei y florecieron a lo largo de los años 700-1500. Creados originalmente para defender los templos, más tarde los Sohei se vieron envueltos en guerras entre aristócratas feudales, a menudo aprovechando la situación para enriquecer sus monasterios.

Con el tiempo, los Sohei se convirtieron en una verdadera clase de guerrero que llevaba una armadura y armas similares a las del Samurai. Un arma típica Sohei era la Naginata, una hoja curvada en el extremo de un palo usada para derribar al enemigo del caballo. Los monasterios y templos se convirtieron en campos de entrenamiento para los nuevos reclutas. Más tarde, los Sohei llegaron a ser tan poderosos que se convirtieron en una amenaza para el Shogunato y la corte imperial de Kyoto.
El emperador Go-Shirakawa, lamentó que las tres cosas que no podía controlar era el río Kamo, el resultado de tirar los dados, y los "clérigos montañeses". Los guerreros santos ni siquiera rechazaban atacar otros monjes, como cuando invadieron el templo de Kiyomizu en medio de una disputa. El poder de los Sohei tan sólo se rompió en 1571, cuando Oda Nobunaga destruyó su influyente templo de Enryakuji.

Historiadores posteriores trataron de encubrir a los Sohei calificándolos de Akuso -canallas malvados utilizados por los políticos que el budismo fué incapaz de hacer frente debído a los tiempos difíciles que hubo de hacer frente. Pero según el autor Mikael Adolphson, en su libro The Teeth and Claws of the Buddha (Las mandíbulas y las garras del Buda): "El budismo en Japón no se diferencia de la cristiandad en Europa... o el Islam en Asia Menor, y los guerreros japoneses tampoco se diferencian de los cruzados europeos o los moros españoles".

Tanaka Chigaku

En el siglo XIII, mientras el Sohei prosperaba en la caótica situación del Japón medieval, un monje llamado Nichiren buscó como dar fuerza a  la gente común y con ello transformar la sociedad a través de los preceptos del Sutra del Loto. Nichiren creía que el puro Gran Dharma surgiría en Japón y se extendería por todo el mundo, dando lugar a la paz y armonía. Nunca se me pasó por su cabeza que sus benignas enseñanzas serían radicalmente reinterpretadas en el siglo XX por el predicador laico Tanaka Chigaku.

La interpretación de Tanaka del budismo de Nichiren fue en gran parte responsable de justificar la agresión japonesa en Asia en los años 30 y en la Segunda Guerra Mundial. Tanaka mezcló la piedad budista de Nichiren con el nacionalismo extremo de la religión nativa Sintoista. A partir de 1914 se extendió la ideología de Nichirenismo a través de su organización Kokuchukai (sociedad Pilar de la Nación). Con el tiempo, Tanaka se ganó a muchos funcionarios del gobierno, oficiales del ejército, intelectuales y gente común. Su objetivo era lograr que sus seguidores se hiciesen con el control del parlamento e iluminasen al gobierno japonés. A partir de ahí, el mundo sería evangelizado por el ejemplo de Japón y abrazaría el Nichirenismo.

El credo de Tanaka fue un regalo del cielo para las ambiciones imperiales japonesas. Decía que Japón tenía una misión divina para expandirse y así salvar a Asia del cristianismo y el comunismo. Como escribió en 1931: "Nichiren es el general del ejército que unirá el mundo... La población japonesa son sus tropas... El credo de Nichiren es una declaración de guerra... La fe del Loto preparará a los que van a luchar". Tanaka celebró la primera guerra chino-japonesa como el primer paso para unificar el mundo bajo un mismo techo. Veía la guerra ruso-japonesa como una cruzada anti-cristiana. Incluso en su vejez, Tanaka predicó su visión a los emigrantes japoneses y a los soldados en Corea y Manchuria.

A los soldados budistas se les dijo que el vacío era la única realidad verdadera, por lo que en realidad no estaban matando a nadie. El respaldo de Tanaka a la guerra por una causa justa legitimó la violencia y las atrocidades que destruyeron millones de vidas.

La Liga de la Sangre

A principios del siglo XX, los poderes del emperador japonés estaban limitados por un grupo de asesores llamado el Genro y la Dieta, el aparato legislativo. Muchos nacionalistas japoneses estaban irritados por este modelo de gobierno de estilo occidental y deseaban una restauración del absolutismo del emperador. Sólo después de que el emperador utilizase su mandato divino para restablecer el orden en Japón podía la nación emprender una "guerra para la emancipación de la raza humana".

La Liga de la Sangre era un grupo terrorista compuesto de oficiales de marina y civiles japoneses encabezados por el sacerdote budista Nissho Inoue, que era discípulo de Tanaka Chigaku. Los miembros se comprometían mediante un juramento sellado en su propia sangre a eliminar aquellas personas que presuntamente habían traicionado los intereses nacionales y empujado a la pobreza a campesinos y agricultores. En 1932, la Liga llevó a cabo el asesinato de 20 empresarios líderes y políticos liberales. Tenían la esperanza de que el caos resultante permitiría a los militares para tomar el  poder y efectuar la restauración del emperador.

Los asesinos de la Liga lograron matar a ex ministro de Finanzas Junnosuke Inoue y el jefe de la empresa comercial Mitsui, Takuma Dan. La policía puso fin a la conspiración y detuvo a sus miembros, entre ellos el sacerdote Inoue, el 11 de marzo. Los oficiales de la marina, sin embargo, no fueron descubiertos y continuaron el complot matando al primer ministro Tsuyoshi Inukai en su casa y poniendo bombas en el Banco de Mitsubishi, el Banco de Japón, la sede del partido Seiyükai, y el hogar de uno de los asesores del emperador.

Incluso planearon asesinar a Charlie Chaplin , que entonces estaba de visita en Tokio, calculando que desencadenaría una guerra con los Estados Unidos, lo que daría poder a los militares. El plan fue abandonado cuando se llegó a la conclusión de que los EEUU no irían a la guerra por un comediante. Simpatizantes de la Liga, por su parte, atacaron varias centrales eléctricas, con la intención de hundir Tokio en la oscuridad  total.

El golpe fue un fracaso. El ejército no hizo ningún movimiento, y no se declaró el estado de guerra. A pesar de la muerte del primer ministro, la estructura del gobierno japonés sobrevivió.

Kittiwutto Bhikku

Mediados de la década de los 70 fue una época  de creciente tensión política en Tailandia. Los comunistas se hacían con el poder en el vecino Vietnam y Camboya, donde los monjes budistas fueron asesinados por los jemeres rojos. Internamente, había manifestaciones de los agricultores, obreros y estudiantes.

El monje budista Kittiwutto Bhikku odiaba a los comunistas que amenazan la estabilidad de Tailandia. Kittiwutto era co-líder de la unidad de guerra psicológica Nawapol, un legado de las operaciones de contrainsurgencia de la CIA en el país. Difundió propaganda diciendo que "los comunistas son el enemigo de la nación" y por lo tanto "no son tailandeses". Justificó su posición en una entrevista: "Creo incluso que los tailandeses que creen en el budismo deben [matar izquierdistas]. El que destruye la nación, la religión y el rey no es un hombre completo, por lo que matarlos no es lo mismo que matar a un hombre. Debemos estar convencidos de que no es un hombre, sino un demonio el que muere...".

El 6 de octubre de 1976, la retórica de Kittiwutto instigó la matanza de estudiantes en la Universidad de Thammasat en Bangkok. La universidad siempre ha sido el centro de activismo estudiantil. Elementos de la derecha de Nawapol y Policía de la patrulla fronteriza irrumpieron en el campus y arrastraron al exterior a los estudiantes sospechosos de ser comunistas. Dos de ellos fueron torturados y luego golpeados, y finalmente sus cadáveres colgados de los árboles. Una estudiante fue violada y torturada hasta la muerte. A otras tres personas les pusieron neumáticos que empaparon de queroseno y prendieron fuego, quemándolos vivos. Al mismo tiempo, los espectadores vitoreaban y aplaudían el espectáculo.

Kittiwutto asegura que "Matar comunistas no es pecado". Pero los tailandeses hoy recuerdan con horror a la matanza, una mancha en su imagen de ser un pueblo pacífico.

Sri Lanka: nacionalismo budista

Los habitantes budistas de Sri Lanka consideran a su isla como el Dhammadvipa, la isla del Dharma -las enseñanzas que consagran la no violencia. Por tanto, es trágico e irónico que para defender el Dharma en su forma más antigua y pura contra los tamiles hindúes, los budistas de Sri Lanka empleen la violencia.

La guerra civil de Sri Lanka obligó a la mayoría budista a hacer lo que un estudioso había considerado "imposible": conciliar de manera lógica una ideología de la violencia y la intolerancia con una fe que, como H. Fielding Salón dice, está "limpia de la mancha de sangre". Los mismos monjes budistas se convirtieron en los principales defensores de la erradicación de los Tigres de Liberación de la tierra Tamil (LTTE), que estaban luchando por crear un estado propia en el norte de la isla desde 1983.

Ya en 1956, el All Ceylon Buddhist Congress (congreso budista de todo Ceilán -nombre colonial de Sri Lanka-) había hecho una declaración afirmando que el Dharma era socavada por los británicos y los tamiles. Después de la independencia, la mayoría cingalesa marginalizó y privó de sus derechos a los tamiles. Fue un monje, Talduwe Somarama, quien abatió a tiros el primer ministro Salomón Bandaranaike en 1959 por ser demasiado condescendiente hacia los tamiles. En 1972, los cingaleses convirtieron al budismo en la religión principal del país de manera oficial.

La guerra civil fue una de las más largas de Asia, y terminó sólo en 2009. Tanto las fuerzas gubernamentales como los LTTE fueron responsables de numerosos crímenes de guerra, incluidos secuestros y reclutamiento de niños soldados. El mundo calificó al LTTE de organización terrorista por haber llevado a cabo ataques suicidas, masacres y asesinatos. Pero monjes como el llamado "Monje belicista", Athurliye Rathana, que apoyó una solución militar sin cuartel en lugar del diálogo, eran igualmente culpables de los horrores que provocaron más de 70.000 muertos. El nombre de Rathana, que se describe a sí mismo como un extremista ocasional, inspiraba terror entre los tamiles. "Esto no tiene nada que ver con el budismo", dijo un parlamentario hindú. "Se trata de utilizar el budismo para justificar una política belicista“.

La Power Force budista

El final de la guerra civil de Sri Lanka no puso fin a la violencia contra las minorías no budistas. El nacionalismo budista en ascenso pretende subordinar todas las otras etnias y religiones a su control. Con este objetivo, los monjes Kirama Wimalajothi y Galagoda Aththe Gnanasar formaron en 2012 el Bodu Bala Sena (BBS, cingalés para "Fuerza de poder budista"). Se centra en las minorías cristianas y musulmanas minoritarias en Sri Lanka, que creen que representan una amenaza a la identidad cingalesa-budista.

Muchos creen que el gobierno apoya los objetivos de BBS. Los extremistas reservan un odio especial hacia los musulmanes. Los musulmanes son acusados ​​de tratar de fomentar los matrimonios mixtos entre budistas y musulmanes, para superar en número a los budistas. El BBS ha provocado disturbios contra los musulmanes, la destrucción de mezquitas y matar la gente. Un líder del BBS dijo que al igual que se les ha dado una lección a los tamiles, eso mismo les va a ocurrir a otras minorías que se atrevan a "desafiar la cultura de Sri Lanka". A este respecto, no ayuda que esa misma intolerancia mostrada por musulmanes hacia trabajadores cingaleses en Medio Oriente sea mostrada por los medios de comunicación.

Igualmente son atacados sacerdotes cristianos que evangelizan budistas. El mismo tratamiento se aplica a "blasfemos" como el Cinnamon Bay Hotel, que fue atacado por acoger una fiesta con un "Buddha Bar". Turistas occidentales con tatuajes de Buda han sido deportados.

Budistas pacifistas que protestan contra las tácticas del BBS son calumniados e incluso golpeados, y la policía mira para otro lado. Algunos califican al BBS como una organización terrorista. Hay indicios de que sus excesos han erosionado el apoyo del público. Pero incluso si el BBS desaparece, parece poco probable que el gobierno negará su ideología extremista.

Aum Shinrikyo

Aum Shinrikyo, o la Religión de la Verdad Suprema, es una secta japonesa que mezcla budismo, hinduismo, cristianismo y el culto al emperador japonés. Shoko Asahara, fundador de Aum, afirma ser el primer "iluminado" tras Buda. En 1987, Asahara viajó al Himalaya para estudiar el budismo y el yoga, y tuvo la oportunidad de reunirse con el Dalai Lama. Fue aquí, en medio de la meditación, donde Asahara afirmó haber alcanzado la iluminación final y fue ordenado por Shiva, el dios de la destrucción.

En un primer momento, Aum era una secta budista pacífico de la Nueva Era, que buscaba la realización espiritual a través del yoga y la meditación. El deslizamiento hacia la violencia comenzó cuando un miembro murió durante el entrenamiento ascético. Aum trató de encubrir la muerte a fin de no poner en peligro los procedimientos en marcha para lograr el reconocimiento legal de la secta. Cuando otro miembro amenazó con denunciar la secta a las autoridades, Asahara lo asesinó, justificándolo como un "asesinato por compasión". Pero a partir de entonces, la paranoia y el miedo se apoderó de Asahara. Él y los demás miembros empezaron a sentir que estaban en estado de sitio por una sociedad que cada día sospechaba más.

Cuando Asahara perdió en las elecciones parlamentarias en 1990, estaba convencido de que había una conspiración contra Aum. Asahara predicó el inminente fin del mundo en el que sólo los miembros de Aum sobrevivirían. La secta comenzó a acumular armas. Aum envió un equipo al Zaire en 1993 para recoger muestras del virus Ébola. Lanzaron esporas de ántrax en Tokio y planearon una matanza usando Botulin. Estos intentos con armas biológicas fracasaron, y el grupo se centró en sustancias químicas tales como el sarín.

Durante la hora punta de la mañana el 20 de marzo de 1995, cinco integrantes de la secta dejaron paquetes de sarín líquido sobre cinco vagones de tres líneas ferroviarias separadas que convergen en la estación de Kasumigaseki de Tokio. Los terroristas pincharon los contenedores y escaparon cuando el líquido se filtró. El caos estalló en uno de los sistemas de cercanías más activos del mundo. Las personas caían mientras se quedaban sin aliento, con sangre fluyendo de sus narices y bocas. 12 personas murieron y más de 1.000 resultaron heridas en el peor ataque terrorista de Japón. Asahara y 11 de sus seguidores fueron condenados a muerte por la matanza.

El sucesor de Asahara sacó a Aum de la violencia y la devolvió a sus raíces espirituales, y cambió el nombre de la secta en "Alef". Sin embargo, el gobierno japonés no está convencido, y sigue vigilando al grupo.

El Bin Laden budista

Ashwin Wirathu es un monje birmano controvertido conocido públicamente como el Bin Laden budista. Incita a la violencia sectaria con sus afirmaciones sobre una amenaza musulmana en Birmania. Muestra fotografías de la violencia islámica y llama a los musulmanes "perros locos" que pretenden convertir a Myanmar en un estado musulmán. Como resultado, cientos de musulmanes han sido asesinados, mezquitas quemadas y miles más han sido expulsados de sus hogares en pogromos que se han extendido por todo el país. Wirathu ya había sido encarcelado en 2003 por su participación directa en la matanza de familias musulmanas. La revista Time lo incluyó en la portada con el titular "La cara del terror budista".

Wirathu inflama las llamas del sentimiento antimusulmán a través del Movimiento 969 que dirige. Este grupo supremacista ha sido calificado de "neonazi". El "9" recuerda los nueve atributos especiales de Buda, el “6” los seis atributos especiales de sus enseñanzas, y el último “9” es por los nueve atributos especiales de la Sangha u orden budista. El grupo distribuye folletos de propaganda y videos de sermones inflamatorios de Wirathu. Los números 969 se han convertido en una especie de logotipo o insignia para identificar las empresas dirigidas por budistas.

Wirathu niega su implicación en la violencia, pero su plan para hacer frente a los musulmanes en Myanmar es inconfundible: tratarlos como se haría al domesticar a un elefante. Del mismo modo que retienen el agua y  la comida a los elefantes hasta que aprendan sus lecciones, Wirathu propone la eliminar los derechos básicos a los musulmanes. Insta a un boicot a los negocios musulmanes, así como llama a los budistas a evitar socializar con ellos.