Cada cierto tiempo las noticias nos muestran a valerosos jóvenes liderados por Greta Thunberg de Suecia (16 años) o Jamie Margolin de Estados Unidos (17 años) activando la creación de movimientos ecologistas como Extinction Rebellion, ThisIsZeroHour o La Cruzada Ecológica de los Niños. Acompañando a estos movimientos la joven diputada demócrata estadounidense, Alexandria Ocasio-Cortez, ha lanzado la idea de un Green New Deal que priorice la descarbonización para limitar al “capitalismo anticuado”.
De manera coincidente, la Presidente de la Unión Europea, Úrsula von der Leyen, ha atacado las nuevas Rutas de la Seda de China (que irónicamente representan un verdadero New Deal para el Siglo XXI) diciendo que “algunos están comprando influencia mediante inversiones en puertos y carreteras … pero nosotros construiremos el camino europeo”.
¿Cual es el «camino europeo» de Frau Von der Leyen? No son precisamente los planes de desarrollo de Charles De Gaulle o Konrad Adenauer, que promovieron el crecimiento industrial sino un Green New Deal. En un reciente 17 de Julio Von der Leyen ha declarado: “¡Quiero que Europa se convierta en el primer continente libre de CO2 del mundo para 2050! Presentaré un Green New Deal para Europa en mis primeros 100 días en el cargo...”. ¿De que nos habla la presidente del Consejo Europeo cuando anuncia un Nuevo Acuerdo Verde?
Para entender este repentino interés por la economía verde es menester seguir los pasos de ciertos “ilustres europeos” que se mueven sigilosamente detrás de las iniciativas de jóvenes bien intencionados (y quizás ingenuos) como Thunberg, Margolin y Ocasio-Cortez.
Bonos Verdes y aristocracia
Si levantamos el telón, aparecerán en escena personajes como el Príncipe Carlos de Inglaterra, que recientemente reunió a los gobernantes de los 18 países de la Commonwealth para exaltar la aprobación de una legislación “contra la emergencia climática” en los parlamentos del Reino Unido y Canadá. Al final de la reunión, Charles dijo: “tenemos 18 meses para salvar al mundo del cambio climático” y solicitó “aumentar la cantidad de financiamiento del sector privado para un desarrollo sostenible”. Muy poco después llegó un decreto real que autorizaba al Banco de Inglaterra, a los Bancos de Rothschild y a la City of London a crear “instrumentos financieros verdes” destinados a que “los fondos de pensiones y los fondos mutuos inviertan en proyectos verdes”; proyectos en los que nadie, con un mínimo de cordura, invertiría voluntariamente.
El escenario se ilumina aún más cuando se hace público el poco conocido indicar económico ESGI (índice ecológico, social y de gobernanza) que da una contundente señal de alerta a la Banca Internacional: el índice ha caído al 51% , los datos incluyen a la banca alemana y el Deutsche Bank, que estaría a punto de estallar.
La respuesta ante una probable catástrofe financiera no se ha hecho esperar: los principales bancos de Occidente anuncian que esperan movilizar más de 6.5 billones de euros para mejorar el comportamiento de los indicadores financieros. En realidad se trata de la creación de los «bonos verdes» como uno de los nuevos mecanismos que están implementado las naciones transatlánticas para rescatar a su banca, que de nuevo está a punto de quebrar. Estamos ante un hecho irrebatible: es necesario un rescate que apuntale a los “bancos demasiados grandes para caer”, porque tienen entre manos una “burbuja caliente de derivados” por 1.2 billones dólares , esperando por explotar.
Entre los programas para volver a salvar a la Banca están los mencionados “bonos verdes” que se utilizarán entre otras “sutilezas” para saquear billones (de dólares y de euros) de los fondos de pensiones y de los fondos mutuos. La maniobra parece perfecta: antes que un propietario de un bono verde pueda llegar a cobrarlo probablemente se encuentre bajo tierra hace mucho tiempo.
El hombre de Goldman Sachs
Mark Carney, el ex hombre de Goldman Sachs que ahora dirige el Banco de Inglaterra se ha propuesto implementar los más rápido posible las recomendaciones del Nuevo Libro Blanco del Reino Unido: “Estrategia financiera Verde: transformando las finanzas para un futuro más verde”. Este “Libro Blanco” ( publicado en Julio de 2019) propone “consolidar la posición del Reino Unido como Centro Global para las Finanzas Verdes y posicionarlo a la cabeza de la innovación financiera verde, de datos y de análisis digitales… para conseguir este objetivo el sistema financiero tiene el respaldo de instituciones que representan $ 118 trillones de activos a nivel mundial”. Un grupo de trabajo dirigida por el propio Mark Carney creó en 2016 la “Iniciativa de Finanzas Verdes” que ahora es el vehículo principal para desviar los flujos internacionales de capital hacia las tecnologías verdes.
El antiguo empleador de Carney, el gigante Goldman Sachs, también ha fundado un “índice para inversiones virtuosas” que incluye nuevos medidores de sostenibilidad para promover grandes inversiones en infraestructura verde llamados CDP Environment EW y CDP Eurozone EW. Detrás estos acrónimos hay un grupo de expertos financieros que motivaron la creación de los índices CDP para que: «unas finanzas sostenibles permitirán a los mercados financieros desempeñar un papel virtuoso en la economía».
En medio de esta repentina “reconversión verde de la Banca” el movimiento Extinction Rebellion se empieza a llenar de extraños asesores , uno de ello es Alex Evans, coautor del documento “Tendencias globales para transformar el mundo” del Consejo Nacional de Inteligencia de los Estados Unidos. Otros dos son: Farhana Yamin y Sam Gaell, conocidos agentes del departamento de la inteligencia británica “Chatham House” (Institución Contralora del Consejo de Relaciones Exteriores).
¿Teoría de la conspiración?
El defensor del diablo nos rebate: ¿Porque recelar de todo el mundo? ¿Porque siempre estáis viendo a la CIA por todas partes? ¿Porque sospechar de los bancos centrales y de los administradores de fondos de cobertura si estos se empiezan a preocupar por el planeta? ¿Porque no pensar que están tratando de modificar nuestro comportamiento para salvar el medio ambiente? ¿ No es mejor que una élite ilustrada transforme la economía mundial para que consumamos menos? Después de todo, la humanidad es una máquina egoísta y glotona que genera contaminación.
Si esta línea de pensamiento se acerca a lo que está pensado, entonces lo lamento: le han lavado el cerebro. Por supuesto, el mundo se ha convertido al “culto al consumo” Es cierto que el capital está enterrando cualquier idea de progreso duradero para obtener ganancias en el corto plazo y, por supuesto, necesitamos una cambio radical del sistema. Thunberg y los Green New Dealers no están equivocados en estas cuestiones. Es correcto pensar así y sus acciones son bienvenidas. Atacar a las estructuras de poder de un “capitalismo anticuado” es siempre algo bueno y justo… pero si creemos que vamos reducir la huella de carbono mediante molinos de viento y con la ayuda del gran capital financiero nos estamos una vez más auto-engañando. Quizás, esta nueva generación de jóvenes ecologistas debería hacerse preguntas de este tipo: ¿Porqué importantes “condotieros” de la banca se han sumado a la promoción del Green New Deal? ¿Es suficiente cambiar el capitalismo anticuado por un nuevo capitalismo?¿El capitalismo verde es la solución?
¿Podrá el capitalismo verde salvar a la humanidad?
Quienes están detrás de «un gran nuevo diseño verde» (desde el estudio Los Límites del Crecimiento del Club de Roma de 1970) saben que fuentes de energía verde de «baja densidad» no pondrá fin a la destrucción capitalista del planeta. Aristócratas como el Príncipe Philip Mountbatten y el Príncipe Bernhardt que participaron de la fundación del Club Bilderberg también co-fundaron el “Club 1001 Nature Trust” junto con otros multimillonarios para financiar el “movimiento ambientalista mundial”. Los aristócratas que ahora se presentan como “reformadores de la humanidad” nunca se han preocupado por el medio ambiente. El Príncipe Carlos y el Príncipe Bernhardt matan en un safari más especies en peligro de extinción, que todos los mosquitos que una persona común llegue a matar a lo largo de toda la vida.
Los grandes señores del exclusivo mundo de las finanzas que aparecen como desinteresados filántropos lo único que están pensando es salvar sus fabulosas ganancias Los aristócratas y los oligarcas simplemente están tratando de salvar los privilegios de un modelo de organización de la producción que justifica las guerras, el hambre, la pobreza y que está destruyendo sin remordimiento las más diversas formas de vida. Entre sus argumentos que debaten a «sotto voce» (pero que cualquiera que quiera escucharlos los pueden escuchar) está el aumento exponencial de la población. La aristocracia y la oligarquía es partidaria de Malthus porque “los seres humanos nos hemos transformado en un cáncer en el regazo de la madre Gaia”.
La banqueros y los poderosos de Occidente siempre en la historia se han movido con una falta casi absoluta de principios éticos y esta vez ya han empezado a apoyar una suerte de proto-fascismo eugenésico para defender sus privilegios. Entonces, si usted no está de acuerdo con la idea que nosotros los seres humanos somos un cáncer para el planeta usted debería apoyar un verdadero New Deal que termine con el capitalismo, sea de color verde o de cualquier otro color.