Un diente de león de mi pequeño jardín no tiene nada que ver con sus congéneres que crecen a un metro de distancia, a la sombra en el prado. Una de ellas es pequeña, sus hojas casi sin tallo tienen la apariencia de cuero, y sus flores son muy pequeñas. La otra es delgada, con grandes hojas de color verde oscuro y flores de color amarillo intenso y con un perfume delicado. Y, sin embargo, es muy posible que ambas plantas provengan de una semilla de la misma cepa. ¡Que capacidad de adaptación más increíble! Es esta característica la que permite a las plantas florecer de forma especialmente eficaz. Cuando el suelo es pobre, crecen insignificantes pero son capaces de sobrevivir de todos modos. un gato que sufriera una falta de alimentos no sobreviviría porque sería para él imposible adaptar su tamaño al de un ratón. Pero las plantas son sedentarias, y se ven obligadas a adaptarse a su entorno.
Otra propiedad que ayuda a las plantas es la estrecha relación que tienen con su entorno y su interconexión. Una planta no está simplemente pegada al suelo y no crece sola del todo. Cada planta crea su propio oasis nutricional en el interior de su rizoma. Ella "suda" sustancias valiosas de sus raíces, alimentando así a millones de microorganismos -hongos, bacterias o virus. A cambio, ellos la ayudan a obtener nutrientes en el suelo, a ser resistente a las enfermedades, el calor y la sequía, promueven el crecimiento de la raíz, neutralizan las toxinas del suelo y repelen plagas. Las plantas y los microbios actuan conjuntamente en prácticamente todos los procesos vitales, desde hace millones de años.
Wood Wide Web
Esta cooperación va más allá de las raíces. Un bosque parece reunir a primera vista a diferentes especies de árboles independientes el uno del otro: robles, hayas, abetos y alisos. Pero, en el subsuelo, estos árboles forman, junto con las setas, una red dinámica totalmente interconectada. Esta red subterránea de raíces y hongos se llama Micorriza (Myko viene del griego y significa setas y rhiza raíz). Todos los árboles del bosque y muchos hongos, incluyendo conocidas especies comestibles como los níscalos, boletales o la seta calabaza, forman parte de esta gran red, que es mucho más grande que la parte visible del árbol. En la literatura científica contemporánea se le llama Wood Wide Web.
En general, esta simbiosis micorriceña es beneficiosa para ambas partes. Las plantas proporcionan los azúcares a los hongos, que producen a través de la luz del sol (fotosíntesis). A cambio, las setas les dan el agua y los nutrientes que toman en el suelo a través de sus filamentos microscópicos, que las plantas no pueden alcanzar.
Las plantas también utilizan la red subterranea que comparten para intercambiar información vital para ellas. Judías verdes infestadas con áfidos comienzan a defenderse y previenen a sus vecinos del peligro que los amenaza. Los experimentos realizados en China mostraron que los tomates hacen lo mismo cuando se ven afectados por el moho polvoriento. Las plantas así avisadas pueden responder más rápido y defenderse. Así que aquí tenemos dos fenómenos: la simbiosis de hongo y el rizoma, y la red de intercambio de las raíces.
Si una planta de lino crece al lado de una planta de mijo, y se conecta a ella en el subsuelo mediante micorrizas, llegará a ser el doble de grande que si hubiese crecido junto a sus congéneres. Un grupo de investigadores del equipo de Andrés Wiemken en la Universidad de Basilea fue capaz de demostrar que el mijo da gran parte de sus azúcares de lino a través de la red conjunta de las raíces y hongos. "que el mijo da gran parte de sus azúcares al lino“, dice Wiemken, aunque las dos plantas no son de la misma familia.
Un bazar subterráneo
Al parecer, en los cultivos mixtos que antes eran la norma, las plantas practicaban una especie de trueque, transmitiendo a otros su exceso de nutrientes, a cambio de lo que ellas necesitaban. El trébol y otras leguminosas pueden proporcionar nitrógeno; las plantas con raíces largas como arbustos y árboles pueden, a su vez, obtener agua de las profundidades de la tierra y alimentar la red de micorrizas. Otros pueden inyectar grandes cantidades de fósforo o de azúcares en la Wood Wide Web. Allí, los intercambios son la regla. Las plantas adoran trabajar de manera conjunta. Esto es lo que las permite sobrevivir incluso en las condiciones más adversas, y crecer de manera especialmente eficiente y suficiente.
Pero, como en la internet, la competencia también se libra en la gran comunidad subterránea. La caléndula, por ejemplo, "emana" de sus raíces sustancias tóxicas para las plantas -el tiofeno- y utiliza la red de micorrizas para extenderse en sus alrrededores y evitar que otras plantas crezcan.
Maximizar el potencial
La agricultura industrial apenas ha aprovechado este potencial del mundo vegetal. Por el contrario, una planta de maíz producida en monocultivo, por ejemplo, es de regadío y está modificada de arriba a abajo. Es como un autista. No hay manera de que pueda conectarse con los microorganismos que oculta el subsuelo, ser parte de la red y atraer especies benéficas a través de sustancias odoríferas. Depende completamente de los productos químicos. Los estudios han demostrado que en el monocultivo intensivo, las plantas producen alrededor de un 40% de micorrizas que en la agricultura orgánica.
Pero la agricultura ecológica y otros sistemas agroecológicos podrían explotar aún más las facultades de plantas y ser más eficientes y suficientes. ¿Cómo podrían crearse las condiciones que permitan a un cultivo tener un crecimeinto óptimo? ¿Qué cultivos son posibles en Suiza? ¿Cómo puede activarse el sistema inmune de una planta e intensificar su comunicación mediante las sustancias odoríferas? Los agricultores que no tengan miedo a experimentar deben cooperar con los investigadores para responder a estas preguntas.
La agricultura actual produce alrededor del 40% de todos los gases de efecto invernadero. La fabricación de fertilizantes y pesticidas sintéticos requiere mucha energía y consume gran cantidad de recursos no renovables. Es hora de mejorar la eficiencia y suficience en este área. Podríamos aprender mucho de las plantas. Su evolución es un éxito extraordinario: más de 90% de la biomasa se compone de las plantas.
Situaciones de mutuo beneficio
Dos ejemplos de cómo podemos aumentar el rendimiento de los campos cultivados y luchar eficazmente contra las plagas utilizando métodos orgánicos. En la agricultura tradicional de América Central, maíz, frijoles y calabazas crecen juntos. El maíz proporciona hidratos de carbono y sirve de poste al que sueden apoyarse los frijoles. Los frijoles proporcionan proteínas y nitrógeno. Las calabazas prosperan a la sombra del maíz y los frijoles, conservando la humedad del suelo y evitando la erosión. En este tipo de cultivo mixto, cada planta produce más que en el monocultivo. Para el famoso especialista del maiz Garrison Wilkes, la agricultura denominada "tres hermanas" es uno de los descubrimientos humanos más exitosos de la historia.
En África oriental y meridional, el maíz es el principal alimento. Plagas tales como barrenador del tallo causan un daño inmenso a los cultivos y destruyen hasta un 80% de los cultivos. Pero los campesinos conocen un método eficaz a base de sustancias odoríferas para luchar contra estos insectos. Plantan frijol entre las hileras de maíz. Su olor disuade a los perforadores. Al mismo tiempo, una planta africana, el desmodium, proporciona un valioso fertilizante (nitrógeno) para el suelo y lo protege de la erosión. Pero eso es sólo una parte del sistema. Los agricultores rodean sus campos de culrivo a tres bandas de "pasto elefante" (Pennisetum purpureum). Atraídos por el olor, los barrenadores del tallo abandonan el campo de maíz. El pasto elefante también produce una sustancia viscosa que es una trampa para las larvas de barrenador. De esta forma, los cultivos de maíz son hasta un 300% más abundantes -sin productos agroquímicos o ingeniería genética. Desmodium y el pasto elefante también producen un excelente forraje. Unos 90.000 agricultores actualmente dependen de este método que ha demostrado su validez.