miércoles, 15 de agosto de 2018

La historia que George Clooney no quiere que oigas sobre su ONG, por Rafa Martí

Su principal socio, John Prendergast, tiene un oscuro historial de la mano del Departamento de Estado de EEUU

George Clooney no interpretaba el papel de Ban Ki Moon, sino el suyo propio, pero enfundado en un traje y gafas como si fuera un diplomático de primer nivel. Así apareció en una comparecencia hace un par de días, representando a The Sentry, la ONG que él mismo cofundó con John Prendergast, un activista pro derechos humanos con una gran experiencia en África.
Clooney presentó los resultados que su organización había cosechado tras dos años de investigaciones sobre la guerra civil de Sudán del Sur, el país más joven del mundo. El informe describía una situación dramática. Según sus averigüaciones, los líderes de ambos bandos habían cimentado un imperio económico mientras violaban los derechos humanos de millones de personas.
El informe se enmarca en el trabajo de The Sentry (“El Centinela” en español), que tiene el objetivo de desmantelar las redes corruptas que financian los conflictos en África. Pero más allá de esta noble intención, tras la organización fundada por Clooney hay un entramado que conduce a las cloacas más turbias de la política exterior de EEUU.
La guerra de baja intensidad de Estados Unidos en Sudán
Cuenta la periodista Rebecca Hamilton que a mediados de los ochenta, un grupo secreto autodenominado “The Council” comenzó a reunirse en el restaurante Otello's de Washington. El grupo estaba formado por diversos expertos. Su objetivo era gestar el proceso de independencia de Sudán del Sur que culminó en 2011. Entre los componentes del grupo estaba John Prendergast, socio de Clooney al frente de The Sentry.

Foto de una reunión de The Council. Prendergast, a la izquierda vestido de negro. A la derecha del todo, Roger Winter, un trabajador humanitario de agencias públicas de EEUU vinculado a la CIA por parte de políticos africanos.
“The Council” había nacido como consecuencia de los cambios políticos de Sudán en aquella década. Resulta que a principios de los años 80, el país estaba regido por Jaafar Nimeiri, un títere de la CIA. Era un aliado con numerosos recursos naturales, entre ellos, petróleo y goma arábiga.
Nimeiri radicalizó sus políticas y estableció la Sharia (ley islámica) en 1983. El sur del país, compuesto en su mayoría por cristianos y animistas, se rebeló contra el gobierno e inició una guerra civil. En 1989, Sudán pasó a manos del también islamista Omar al-Bashir después de un golpe de estado. Desde entonces, el nuevo gobierno consideró a EEUU un enemigo: los intereses comerciales estadounidenses y de otras potencias se vieron amenazados.
John Prendergast, socio de Clooney, empezó en los ochenta a gestar el proceso de independencia de Sudán del Sur que acabó en 2011
En aquel momento, Washington inició una estrategia de “guerra de baja intensidad” para desgastar al gobierno de Jartum: Sudán fue incluido en la lista de países terroristas y EEUU comenzó a apoyar al Movimiento Popular de Liberación Sudanés (SPLM por sus siglas en inglés), que había iniciado la rebelión en el sur. 
Washington se comprometió a escuchar las demandas del sur, que sufría una brutal crisis humanitaria. En último término, se contemplaba la creación de un nuevo país que diera la protección a las minorías étnicas y religiosas. Sin embargo, más allá de las razones humanitarias, el sur también interesaba por otros motivos: se trataba de la zona más rica en yacimientos de petróleo.
Un activista como brazo ejecutor del Departamento de Estado
¿Pero qué pintaba el socio de Clooney en todo esto? 
Según cuenta Hamilton en la historia oficial de la gestación de la independencia de Sudán del Sur, Prendergast trabajaba en 1996 con el Consejo de Seguridad Nacional (NSC). Con 33 años fue el director de Asuntos Africanos del organismo, bajo el mandato de Bill Clinton. En aquel momento, la administración estadounidense patrocinó la invasión del Congo-Zaire y Sudán del sur vivió uno de los peores episodios de hambruna, en parte provocados por el SPLM patrocinado por Washington.

Prendergast con el actor Ben Affleck en 2011 el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos durante una sesión para tratar el conflicto de el Congo, donde los independentistas del sur de Sudán patrocinados por EEUU y Prendergast provocaron una de las peores hamv´brunas de la historia.

Con estas credenciales, Prendergast pidió trabajo a Susan Rice, actual consejera de Seguridad Nacional de Obama y Asistente para Asuntos Africanos de la Secretaria de Estado Madelaine Albright. En los años que estuvo colaborando con Rice, EEUU bombardeó la fábrica de medicamentos de Al-Shifa en Sudán, uno de los mayores escándalos en la política exterior de Clinton.
Prendergast también trabajó en el proceso de paz entre Eritrea y Etiopía. Pero también, junto a Rice, en la creación de la Africa Crisis Response Initiative (ACRI), un órgano militar controlado en última instancia por el Mando de Operaciones Especiales (SOCOM). El objetivo del ACRI era proteger los intereses estratégicos de EEUU en África.
El socio de Clooney se ha visto involucrado en acciones que han desencadenado uno de los peores episodios de hambruna en Darfur, o el bombardeo a la fábrica de medicamentos en Sudán, uno de los grandes escándalos exteriores de Clinton


La fábrica de medicamentos de Al-Shifa, en Sudán, que fue bombardeada por EEUU por orden del presidente Clinton para desviar la atención del escándalo de Mónica Lewinsky. La excusa era la supuesta producción de armas químicas, que se demostró falsa; en realidad, la fábrica tenía como objetivo asegurar la independencia del Sudán de las multinacionales farmacéuticas occidentales para que el país no dependiera de suministros exteriores de medicamentos en caso de embargo promovido por EEUU.
El socio de Clooney dejó el gobierno en 2001, cuando pasó a trabajar para el International Crisis Group como consejero. En 2007 fundó Enough Project, con el auspicio del Center for American Progress, una institución vinculada al Estado (Enough fue cofundada por el International Crisis Group, ONG que forma parte del entramado golpista internacional de George Soros, AyR).
Desde Enough Project, Prendergast se ha erigido como una especie de consejero humanitario de las celebrities, implicando a varios famosos en sus proyectos. Junto a Clooney, además de The Sentry, ha impulsado el Satellite Sentinel Project. En la actualidad, trabaja con Ryan Gosling en un proyecto sobre el Congo.
Su nombre también está relacionado con Resolve, Save Darfur, Raise Hope for Congo, STAND (Students Taking Action Now: Darfur), United to End Genocide y the Genocide Intervention Network. Todas estas iniciativas han promovido la causa de Sudán del Sur, proyectándola en los medios como una región arrasada por los abusos del gobierno de Jartum.
En 2011 y en los años previos, como fruto de todo este trabajo, Prendergast también colaboró directamente en el diseño del nuevo Estado. Una vez lograda la independencia de Sudán del Sur, el presidente Salva Kiir, procedente del SPLM, confirmó los apoyos que había tenido de EEUU y sus aliados con un viaje a Israel. Allí cerró acuerdos armamentísticos y de cooperación.

Salva Kiir en su visita a Israel en 2011.

Los derechos humanos como excusa
La actividad de Prendergast podría parecer loable a simple vista sin conocer todos estos antecedentes. Además, varios políticos y activistas de derechos humanos —sobre todo en Sudán y en el Congo— han criticado su figura como un funcionario al servicio de los intereses del Departamento de Estado, disfrazado de activista a favor de los derechos humanos. Algunos de ellos, como un sudanés llamado Luke Chuol, ha denunciado que gran parte de laresponsabilidad sobre la situación humanitaria es del propio SPLM que presuntamente defendía a las minorías étnicas.
Las críticas a Prendergast no solo han sido en los países donde ha dejado huella con sus actuaciones, sino en el propio mundo de la academia en EEUU. Los profesores expertos en África James North y Mahmood Mamdani han cuestionado su manera de ejercer el activismo internacional. En concreto, Mamdani también le ha acusado de perseguir en última instancia la intervención militar de EEUU con pretextos humanitarios como el genocidio.

Prendergast (izquierda) junto a Clooney, el expresidente de EEUU Jimmy Carter y el exsecretario general de la ONU, durante el proceso de independencia de Sudán del Sur en Yuba.

En 2013, los planes de estabilidad del nuevo estado se torcieron cuando estalló una escalada de violencia entre dos facciones del SPLM: algunos militares descontentos con la gestión de Kiir y con ambiciones personales le declararon la guerra. El resultado no es otro que muestra el informe que presentó Clooney. 
La investigación habla de que la guerra civil ha provocado alrededor de 2 millones de desplazados, decenas de miles de muertos e incontables violaciones de los derechos humanos. Y mientras, los responsables de estos crímenes, como el presidente Kiir, tiene un salario oficial de 53.000 euros anuales, propiedades y cuentas en el extranjero. Uno de sus hijos, de apenas 12 años, es propietario del 25% de las acciones de un grupo financiero.
Conociendo la historia, ¿qué podría buscar un informe como este?
Detrás de esta situación, que no deja de ser cierta, el pequeño estado se ha sumido en un caos que amenaza las obras de un futuro oleoducto con salida al Océano Índico en Lamu (Kenia). Y más que el oleoducto, la inestabilidad pone en peligro la totalidad de los ingentes recursos petrolíferos del país.
¿Querrá EEUU justificar una intervención armada en Sudán del Sur para recuperar el control de las reservas de petróleo? Estos son los recortes de prensa de estos días que destaca The Sentry en su página web:
The New York Times: "Los líderes de Sudán del Sur amasan una gran riqueza mientras la nación sufre, según una investigación".
Editorial del Washington Post: "Los crímenes de guerra deben pagarse en Sudán del Sur".
Editorial de Foreign Policy: "Cómo se destruye una economía de guerra".
Editorial de la revista Time: "Barack Obama debe ayudar a tumbar a los estados secuestrados de África"
Editorial de CNN: "Las amenazas de sanciones no son suficientes en Sudán del Sur"