Por segunda vez en una generación, el Presidente y el Congreso están creando una economía con la excusa de “salvar la economía”. Mediante los rescates para los ejecutivos de corporaciones e instituciones cuyas arcas han sido vaciadas para su enriquecimiento, una cleptocracia corporativa está asegurando su poder de clase. Y a través de los pagos simbólicos y la especulación pandémica para las masas, el precariado estadounidense se está profundizando y ampliando para solidificar su posición desesperada y prescindible.
Con la amenaza de Donald Trump de “hacer que Estados Unidos vuelva a funcionar” antes de Pascua (12 de abril), la misma táctica que transformó la pandemia de Italia de una tragedia a una catástrofe se repite aquí a una escala mucho mayor. ¿Y para qué? En una economía en la que el 1% más rico se lleva todas las ganancias, mientras que los pobres y la clase trabajadora no han visto un aumento de sus ingresos en cuatro décadas, son los ricos quienes cosecharán los beneficios mientras los trabajadores enferman y mueren. Es el capitalismo financiero el que se está rescatando cuando debería haberse axfisiado bajo su propio peso en 2009.
¿Dónde están los rescates para la gente? ¿Cheques de 1.200 $ contra facturas por valor de 30.000 $ para pagar el tratamiento para el Coronavirus? ¿Por qué el objetivo principal de los rescates no es brindar atención médica a todas las personas? Trump dice que enviará a los trabajadores de vuelta al trabajo, mientras que los demócratas no les dejan otra alternativa que trabajar o pasar hambre. Sin proporcionarles los medios, asegurados por los escasos rescates, los demócratas son tan culpables como Donald Trump de enviar a los trabajadores a morir en una pandemia para meter algunos dólares más en las cuentas bancarias de los ricos.
De nuevo, ¿dónde están los kits de prueba de virus, los respiradores y el equipo de protección para los trabajadores de la salud y el resto de nosotros? Nick Turse, de The Intercept, miente al afirmar que la necesidad de estos no podría haberse previsto. Durante décadas, epidemiólogos y profesionales de la salud han estado gritando desde los tejados sobre la necesidad de prepararse para una pandemia causada por un virus respiratorio. Los sucesivos gobiernos neoliberales rechazaron las advertencias y aquí estamos para sufrir las consecuencias.
GRAFICO 1: En tiempos de crisis desde el poder se apela a la solidaridad a través de la unidad nacional. Sin embargo, quién posee la economía muestra poca solidaridad. Los ricos poseen la economía, representada aquí en acciones. Desde el otoño de 2019, mucho antes de que llegara el Coronavirus, la Reserva Federal ha estado rescatando a Wall Street por valor de varios billones de dólares. No hay suficientes kits de test de Coronavirus, respiradores o equipos de protección, pero al menos los ricos ya no tienen que preocuparse por no ser ricos. Fuente: Edward Wolff / NBER.
Cuando el Sr. Trump dijo que “nuestro país no fue construido para ser cerrado”, se nos tiene que perdonarpor preguntar de qué país estaba hablando y por qué no se puede cerrar. El país que habitamos la mayoría de nosotros ha estado en proceso de cierre durante unas cuatro décadas a través de la subcontratación, la privatización, la austeridad y los recortes de la red de seguridad social. La región en la que vivo se cerró por completo en 2008 y permaneció cerrada hasta hace poco. Ese es el tiempo que tardó la última ronda de rescates en llegar aquí.
Implícito en la declaración está que nosotros, la gente, debemos comportarnos siguiendo los dictados de ‘la economía’ y no al revés. En todo el parloteo sobre libertad y democracia, se teoriza que la economía existe en un ámbito donde las necesidades humanas son secundarias, una simple cuestión de opinión. No puede decirse de ninguna manera que la pandemia del Coronavirus haya sido elegida. Tampoco las existencias marginales que muchos de nosotros vivimos. De esta manera, las deferencias hacia el sistema económico son una tapadera para las relaciones de poder, no un orden natural.
Una de las verdades que se dice en voz alta en un momento de pánico político es que el gobierno federal puede crear tanto dinero como le interese y gastarlo de la manera que mejor le parezca. Neel Kashkari, presidente de la Reserva Federal de Minneapolis, volvió a confirmarlo. Esto convierte la pobreza, la deuda estudiantil, la atención médica inadecuada, las deficiencias de la Seguridad Social y la austeridad en opciones políticas, no hechos naturales. También significa que los miles de trabajadores enviados a muertes prematuras por el Coronavirus podrían salvarse con la misma facilidad.
Si bien está claro que Donald Trump es una amenaza, los demócratas aún no han asumido que están usando la misma lógica: que las personas deben ser sacrificadas para salvar ‘el sistema’, el motivo que llevó a los rescates de Wall Street por parte de Barack Obama. Los banqueros ricos recibieron rescates sin condiciones, mientras que a nueve millones de prestatarios hipotecarios les quitaron sus casas para restaurar las ganancias bancarias. Se citó la “santidad de los contratos” para otorgar bonos a los banqueros rescatados, mientras se negaba el alivio a los propietarios no podían pagar sus hipotecas por el “riesgo moral”.
A medida que el gobierno federal, bajo los auspicios de Donald Trump, Nancy Pelosi y Chuck Schumer, conjura “de la nada” cinco billones de dólares (estímulo del gobierno federal + estímulo de la Reserva Federal) para rescatar a los especuladores financieros y la clase dedicada al saqueo corporativo, ¿dónde estaba esta capacidad cuando Joe Biden afirmó que “nosotros” no podemos permitirnos un sistema de salud que funcione? ¿Dónde estaba esa capacidad cuando Nancy Pelosi afirmó usando ese “nosotros” para decir que no podemos permitirnos un Green New Deal? El programa de austeridad de los demócratas nacionales durante décadas siempre ha sido un fraude cínico.
La razón por la que esto importa es que los demócratas de alto rango han asumido en general la afirmación de que el gobierno federal debe ‘vivir dentro de sus posibilidades’ al pie de la letra, incluso cuando soportaron el peso de las políticas de austeridad, como están a punto de volver a hacer. Si los fondos de cobertura, el capital privado y varios especuladores financieros pueden ser rescatados, entonces ¿por qué no se pudo rescatar a los propietarios afroamericanos en 2010? Si los ejecutivos corporativos corruptos e incompetentes pueden ser rescatados, entonces ¿por qué no podrían rescatarse los trabajadores cuyos trabajos fueron subcontratados a través del TLCAN? (el tratado de libre comercio entre EEUU, Canadá y México, AyR). Si los demócratas hubieran obligado a la administración Obama a rendir cuentas de los rescates de Wall Street, tendrían derecho a criticar hoy a Donald Trump. Pero no lo hicieron.
La mayoría de los lectores probablemente no lo saben, pero la Reserva Federal comenzó a rescatar a Wall Street a principios del otoño pasado, mucho antes del golpe del Coronavirus. Por qué esto importa es porque indica que basicamente nada se solucionó mediante los rescates financieros previos. Los fondos de cobertura (hedge funds) del tipo que paga a sus ejecutivos decenas de millones de dólares crearon las dislocaciones del mercado que dicen ser capaces de explotar. En 2007, estas estrategias se ridiculizaron como ‘recoger centavos delante de una apisonadora’ por su tendencia a obtener ganancias regulares hasta que les toca devolverlo todo y algo más cuando explotan.
GRAFICO 2: A partir del otoño pasado (2019), la Reserva Federal reinició las compras de bonos a gran escala para proporcionar ‘liquidez’, es decir, la capacidad de realizar transacciones, a los mercados financieros. Las dislocaciones en el mercado Repo (contrato de recompra) donde los grandes fondos de cobertura (hedge funds) especulan comenzaron a aparecer. Tanto si esto se debió a que los grandes bancos prefirieron poner sus fondos en otro lugar (forex) como si se debió a que las estrategias de arbitraje de los fondos de cobertura no funcionaron, las compras de bonos representan un subsidio público de ganancias privadas. Fuente: Reserva Federal de St. Louis.
La solución social y económicamente racional para este tipo de estallidos es deshacer los intercambios, el rescate, y luego cerrar los fondos de cobertura y hacer que sus gerentes encuentren trabajo honesto en otras industrias. Sin embargo, lo que ha estado haciendo la Reserva Federal, a raíz de la decisión de la administración Obama de mantener a los bancos insolventes en soporte vital a perpetuidad, es administrar los mercados para que las operaciones no generen pérdidas.
Entonces, de nuevo, los demócratas que intentan retratar las tendencias homicidas perezosamente articuladas de Donald Trump como una ruptura con el pasado necesitan explicar por qué uno de los suyos (Obama) usó las mismas divisiones de clase para organizar y distribuir los rescates financieros de 2009. Trump y sus compañeros oligarcas son exactamente aquellos a quienes la administración de Obama ‘salvó’ con sus rescates. Ahora que Donald Trump está siguiendo el ejemplo de Obama, aunque en tiempos más desesperados y políticamente cargados, la guerra de clases bipartidista contra el resto de nosotros finalmente puede estar aclarándose.
Esto nos lleva a la naturaleza y estructura de la economía que se está ‘salvando’. El problema en una pandemia es que nadie está produciendo las cosas que el dinero podría comprar. Trump y el Congreso pueden desear que existan grandes cantidades de dinero. Pero hacerlo solo produce el dinero, no las cosas para comprar. Y sin las cosas para comprar, el dinero no tiene valor. Entonces es justo decir que los trabajadores crean la riqueza y que Wall Street existe para redistribuirla hacia arriba.
Pero considere esto en el contexto de los rescates financieros actuales. Donald Trump, el Congreso y la Reserva Federal desean que existan billones de dólares y deciden cómo repartirlo. Los que ya son ricos y están bien conectados: especuladores financieros, ejecutivos corporativos y otros oligarcas, obtienen la mayor parte. Esto les da el poder de comprar las cosas que producen los trabajadores. Los trabajadores reciben lo suficiente como para no pasar hambre durante un par de semanas, y luego vuelve a trabajar para morir en la pandemia. Y aquí aparece la frase clave: siempre ha sido así. La pobreza y los deseos son elecciones políticas.
Los economistas de izquierda moderados parecen aceptar que las corporaciones se mantengan como instituciones dominantes en el centro de la economía política estadounidense. Recomiendan darles dinero de rescate para que sean administrados, con restricciones, para mantener a los trabajadores “atados” como empleados. Esto, a pesar de que los ejecutivos que aún controlarán estas compañías las hicieron frágiles mediante la emisión de deuda para beneficiarse ellos mismos. El endeudamiento se ha utilizado como arma contra el trabajo desde la década de los 80 para decir que las empresas no pueden permitirse pagar salarios dignos.
La amplitud de los rescates de 2020 indica la creciente fragilidad del capitalismo financiero. Según los informes, la Reserva Federal está en el proceso de comprar todo: acciones, bonos corporativos, valores respaldados por hipotecas, etc. para salvar la fortuna de los ricos, las instituciones del capitalismo financiero y las corporaciones que han sido saqueadas sistemáticamente durante décadas. Los rescates comenzaron mucho antes de que se conociera el Coronavirus. Y a diferencia de 2008, hay pocas pretensiones de que estos rescates tienen que ver con salvar un sistema que funcione.
Estar obligado a trabajar durante una pandemia (por Trump) o enfrentar el hambre y la falta de vivienda (por el Partido Demócrata) deja a los trabajadores y a los pobres con mucho menos que perder que hace unas semanas. Estas circunstancias recuerdan el capitalismo del siglo XIX, que se ajusta a la ideología anterior a la Gran Depresión que actualmente forma la lógica económica. Trabajar o morir ha sido ‘interrumpido’ para convertirse en trabajar y morir. Creer que los demócratas van a salvar a cualquiera que no sean ellos mismos es un autoengaño tras lo visto en varias crisis en el pasado. La solidaridad es estas circunstancias significa solidaridad de clase. Organizar seo morir es el mensaje que se está envíando desde lo alto del poder.