lunes, 12 de julio de 2021

Por la verdad y la vida: la Escuela Moderna de Valladolid


por Federico Forcada 


Hace poco más de un año que se ha fundado la escuela moderna de Valladolid. Relatar de una vez las vicisitudes económicas y aun de índole ética porque atravesó su fundación, representaría un enorme esfuerzo del intelecto y supondría una gran dosis de paciencia sintética del que no soy capaz, para estampar en cuartillas contadas el cúmulo de sinsabores y zozobras pasadas, y la suerte de obstáculos, como ha habido que vencer, para establecer en esta vieja e hipócrita urbe un centro de educación libre, odiado por muchos, despreciado por más.

Haremos algo de retrospectiva historia. Los compañeros y los hombres conscientes, cuantos por la cultura luchan y por la educación se preocupan, deducirán observaciones y hechos sobre la efectividad progresiva de la democracia castellana, y sobre el papel que están llamados a representar en la educación del proletariado, todos los sedicientes e inviolables redentores de los partidos de la política avanzada vallisoletana; para quienes el combate incesante contra el error y la rutina, la generosa labor que dignifica y ennoblece las almas, el horror a una vida de sacrificio altruista, magnánima, enfrente de la traición o el bochorno, les obliga a buscar la dulce cama en el sopor congestivo de de la inanidad, que les produce su apatía y su desprecio, su indolencia y su estoicismo, por los grandes ideales de la libertad y la cultura humana.

Bien sé yo los disgustos que el hablar alto me va a acarrear. Pero juzgo a la resignación como patrimonio de las almas muertas, y considero como galardón sufrir todas las consecuencias por buscar la verdad, antes que no atreverme por miedo a refutar injusticias y a combatir la maldad. Soy de los que desciendo, parodiando a Prat, a las profundidades del mar a buscar la concha perlera del idealismo, primero que dejarme llevar por el oleaje del vivir convencionalista a caer inerte y abyecto sobre la amarillenta playa de la pasividad e inacción cobardes.

Catorce meses van pasados desde que un grupo de obreros viene trabajando por el desarrollo y prosperidad de esta escuela.

Tenaces, venciendo obstáculos, cobardías, desconfianzas repugnantes de la chusma degradada, este puñado de bravos luchadores hicieron una intensa labor de propaganda en los talleres de los ferrocarriles del Norte, establecidos en ésta, que dió por resultado la formación de un núcleo de socios protectores, cuyo número no paso de 200 ( a pesar de contarse unos tres millares de obreros), y que ha descendido a poco mas de 100, por campañas miserables e insidiosas de los malvados y de los hipócritas de la más baja laya, que por aquí medran y abundan.

En este espacio de tiempo se recaudó por donativos voluntarios entre diferentes personas la suma de 1237 pesetas. Cantidad exígua donde se dice existen fuertes núcleos democráticos, y donde los casinos republicanos explotan con impudicia a inmoralidad del juego que les produce pingües rendimientos.

Las cuotas de los socios protectores, ascendían en catorce meses, a 1.863´80 pesetas que desmiente también el espíritu progresivo y emancipador de Valladolid, y que da un mentís a cuantos juzguen que la meseta castellana no constituye un lastre en el progreso cultural de España.

En nueve meses de la apertura de la escuela han asistido, por término medio mensuales a cincuenta y seis alumnos de ambos sexos, que pueden calificarse de buenos pagadores, cuyas cuotas ascienden a 1.514 pesetas en dicho espacio de tiempo. Como en esta abundan y sientan sus reales sedentarios los gitanos, los chalanes de oficio, en la escuela hemos tenido la desgracia de que hubiera padres tan desaprensivos y tan vivos, que se alzaron con las cuotas de veinte alumnos (algunos debiendo dos mensualidades), produciéndonos sensibles brechas económicas y estafando innoblemente el producto de mi trabajo y el de mi compañera, harto amargado de suyo por las condiciones de inmoralidad de algunos de nuestros discípulos.

Las únicas sociedades obreras que contribuyen al sostenimiento de nuestra institución escolar, son el Ateneo obrero sindicalista, “La Cosmopolita” y un grupo de librepensadores, “La Conciencia Libre” cuyos donativos oscilan entre 5 y 7,50 pesetas mensuales, han producido 62,50 en los cuatro o cinco meses que se vienen puntualmente recaudando, y que están ya adicionados a su partida correspondiente.

En resumen: todos estos ingresos arrojan como total, en este periodo de catorce meses, la cantidad de 4.614´80 pesetas efectivas. Analicemos los gastos de La primera partida se refiere al alquiler del local. Sobre este asunto anduvimos de cabeza al implantar la escuela. Aquí, donde se han regalado casa y aun palacios para conventos de frailes y de monjas; donde se derrochan en el juego miles de duros, y donde se gastan miles de pesetas en un mitin republicano o carlista (que lo mismo da si los charlatanes son afamados), estuvimos a punto de quedarnos en la calle, porque nadie quería arrendarnos uno, por tratarse de una de esas escuelas anarquistas de Ferrer en donde fabricaban bombas (?). Hubo quien a los ocho días nos devolvió trémulo y convulso el dinero, hasta que al fin caímos en el de la propiedad de un republicano de dos…

Este señor, serio muy serio; formal, muy formal, nos lo arrendó por el término de un año en la suma de 1.200 pesetas, pagaderas por mensualidades adelantadas, cien pesetas de fianza metálica y tres firmas que garantizasen el cumplimiento del compromiso. Además, en prueba de la satisfacción que le producía ser útil a la causa republicana y al ideal del progreso que siempre avanza, nos impuso como condición, la de que nosotros avanzáramos 300 pesetas anuales en la renta, hasta pagar por un local, que no se arrendo en años, el importe del gran diamante turco. O algo así de por el estilo de valor inconmensurable.

Pero dejando atrás detalles que irán saliendo despacio, la partida de lo pagado a dicho excelente correligionario, ha sido la de 1.000 pesetas contantes y sonantes en buena moneda de ley.

El material escolar que al principio se adquirió, vale 2.752 pesetas, que ha habido que pagar a plazos, conforme a las cláusulas estipuladas en contratos legales. Hay además mobiliario y material en otra partida de 425 pesetas, que debo pagar yo de mis modestos honorarios de 188 pesetas y céntimos mensuales, por evitar a la sociedad y a la escuela el sonrojo de que se los lleven por falta de cumplimiento en el pago.

Los gastos generales (local nuevo, luz, mecheros, limpieza, arreglo del local, etc…) importan 376,45 pesetas en los catorce meses.Y la partida de mis honorarios y los de mi compañera suman 2532´60 pesetas, adeudándoseme aun más de quinientas a que ascienden las diferencias de sueldo entre lo percibido por ambos en nueve meses, y las doscientas cincuenta que en realidad deberíamos percibir y cobrar.

Suman, pues los gastos líquidos 6.661´05 pesetas, que deducida la adición de los ingresos arroja en déficit natural, sin incluir la partida de deudas de 2.046´25 pesetas: vergonzoso en un pueblo titulado liberal y demócrata, republicano, etc… Que se batió in illo tempore, en las barricadas, por la libertad y el progreso, y que derrocha en vino, en juego y en prostitutas, estipendios considerables que debieran emplearse, ya no en instrucción, sino hasta en la higiene de sus calles vetustas y antiestéticas.

Para conjurar esta situación y cumplir lo pactado con cuantos nos facilitaron material de enseñanza y escolar: D. Mariano Fernández Cubas, abogado y diputado provincial republicano; D. José Garrote Tébar, médico y futuro acaudalado propietario; D. Félix Domingo Calvo, médico también, todos de posición desahogada y cómoda, de republicanismo ardiente, proporcionaron a la sociedad varios anticipos reembolsables ( a más del importe que primero dieran), para pasar lo que faltaba, sacrificando su peculio respectivo en la suma de 682´07 pesetas que importa la tercera parte del déficit trascrito.

La masa estúpida de los indiferentes, los múltiples y astrosos miserables, los pordioseros que nos regatean su auxilio, y los sinvergüenzas que entorpecen la marcha económica de esta escuela con sus pufos indignos y después con su baba virulenta, ¡qué saben ellos de abnegación, ni qué entienden, de sacrificios enlodados por las prácticas de la vida estulta y egoísta!

Quisiera verlos en el puesto nuestro, blanco de todas las injurias, objeto de de todas las maledicencias, acosados como felinos de la selva, con el desprecio de los estetas y con las ironías de la chusma ineducada y grosera, para ver si flaqueaban y sentían ese intimo goce que sólo experimentamos los que estamos poseídos de una convicción arraigada, y colocamos por encima de las miserias de su vivir de sapos, los inefables placeres que el ideal proporciona.

Ya van hoy bastantes elementos de juicio para que se comprenda. Ya proporcionaré más detalles para que se conozca la estulticia de un pueblo, y el egoísmo y la avaricia de la clase privilegiada que a su disposición tiene el capital y la propiedad, y que, sin embargo, no disponen ni aún del amor de una ramera, porque antes no supieron merecer otro más levantado.