viernes, 20 de julio de 2018

Silvia Federici sobre trabajo sexual, estigma y feminismo

Silvia Federici es una escritora, profesora y activista feminista, autora del conocido libro "Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria", publicado en 2004.

Argentina, 2015

En su paso por la Argentina, Silvia Federici brindó una serie de talleres de pedagogía feministas, Encuentros y desencuentros de marxismos y feminismos. El día viernes 24 en la Casona de Flores donde presentaba su conocido libro y ante la pregunta del publico sobre su postura frente a la prostitución, Silvia Federici planteó claramente que debería descriminalizarse el trabajo sexual.

Silvia Federici Hay muchas divisiones sobre este tema y difícilmente se llega a tener una conclusión compartida por eso quiero decir que con los procesos de globalización que es un fenómeno que ha creado formas mas disciplinadas y mas explotadas de trabajo a nivel global, en todo el mundo ha sido un atajo muy intenso a todas los mercados de trabajo. Con ese fenómeno se han impulsado de nuevo procesos de esclavitud no solo en la prostitución sino que también en otros tipos de trabajo. Hay muchas formas de esclavitud que aquí puedo nombrar, muchos trabajos donde hay esclavitud y no necesariamente eso se da en el trabajo sexual. Habría que preguntarnos qué pasa con la explotación que sufren las mujeres de las Maquilas, que trabajan 15 horas por día todos los días, en condiciones tremendas de trabajo, con la puerta cerrada que no pueden ir al baño, no pueden salir o aquellas que ejercen el empleo doméstico, que son aleccionadas sexualmente para el varón, donde se les retiene el pasaporte y el documento.

En estas situaciones de empobrecimiento de las mujeres la Prostitución mucho antes de la historia del Capitalismo ha sido una de las grandes fuentes de sustentabilidades. Por eso me da mucha pena que en vez de estar unidas las feministas con las mujeres que ejercen la prostitución en una lucha y causa juntas, haya tantas divisiones.

Para algunas mujeres la prostitución hoy se ha convertido en una forma degradante de poner el cuerpo de la mujer para el uso de dominación del hombre. Por eso creo que muchas mujeres prostituidas no son recibidas por el feminismo y eso me parece un problema, que no estemos aceptando el trabajo sexual.

En las opciones a veces limitadas para las mujeres hay algunas que deciden ejercer el empleo doméstico y otras deciden que es mejor ejercer el trabajo sexual. En la prostitución como en otros trabajos están las que lo ejercen con cierta autonomía, las que son esclavizadas, no hay una regla general por eso.

En Conclusión, habría que repreguntarnos qué posición tomamos frente a las políticas estatales. Frente a las dos políticas a nivel mundial que tienden a la legalización o criminalización de la prostitución, yo pertenezco a una parte del movimiento feminista que rechazamos ambos, siempre planteamos la descriminalización y punto. 

Porque creemos que el estado no debe intervenir en las decisiones de las mujeres.



CROACIA, 2013

Fragmento de la entrevista realizada en el marco del 6º Festival Subversivo en Zagreb, Croacia en el año 2013. Traducción de Cesar Tisocco (Red por el Reconocimiento del Trabajo Sexual - Argentina)

(Pregunta) Bueno, la institucionalización de la prostitución. Algo que la constitución europea permite. No vemos mujeres prendidas en fuego como en Bangladesh, pero sí vemos burdeles en la frontera de Austria y de República Checa y pienso que es una lucha muy importante en conformidad con la prostitución institucionalizada...

(Silvia Federici) Pienso que hay una continuidad con los años 80´ y el proceso de globalización y, de alguna forma, su fase inicial, el período del desarrollo de las relaciones capitalistas. Los que leyeron Calibán y la bruja sabrán que hablo de la masificación de la prostitución. Una de las principales consecuencias de la expropiación de la tierra fue sin duda la masificación de la prostitución. Al mismo tiempo que la prostitución había sido aceptada en la Edad Media, fue criminalizada y no obstante, por supuesto, fue uno de los caminos a los que recurrieron las mujeres para, básicamente, acceder a las tierras comunales. Vemos los mismos procesos en la actualidad. Es más, ha habido una masificación de la prostitución como trabajo sexual alrededor del mundo.

Pienso que hasta cierto punto pero pienso que de forma limitada, el aumento de la cantidad de mujeres que se están volcando al trabajo sexual ha tenido que ver con el movimiento feminista. Este contribuyó a socavar el estigma moral del trabajo sexual. Pienso que el movimiento de mujeres también les dio poder, por ejemplo, a las prostitutas para representarse a sí mismas como trabajadoras sexuales.

No es una coincidencia que cuando comenzaba el movimiento feminista, comenzaba el movimiento de las trabajadoras sexuales en Europa, por ejemplo. Con el estigma, las feministas también atacaron la hipocresía: la madre santa, esa visión de la mujer, la completamente sacrificada y la prostituta, esa mujer que ejerce el trabajo sexual pero por dinero.

Y le pagan, entonces está violando la primera regla: que la mujer trabaja a cambio de nada. Y tenemos la separación de la "mujer mala" de la "mujer buena". El movimiento de mujeres realmente desafió esa separación y de esa manera les dio poder a las trabajadoras sexuales para movilizarse.
Por consiguiente, aumentó la cantidad de trabajadoras sexuales... Hay muchas mujeres: estudiantes, también amas de casa, que yo conozco, en Estados Unidos, que se dedican al trabajo sexual como complemento de los trabajos en los que no ganan lo suficiente, o para pagar su educación. Conozco muchos, muchos casos de mujeres que hacen eso. Y más ahora que existe el trabajo sexual electrónico, se puede realmente hacerlo desde tu habitación; por ejemplo, sexo interactivo. No sé si ustedes tienen este tipo de trabajo sexual. Pero el sexo telefónico, el sexo interactivo, son formas en que el trabajo sexual se puede integrar a sus rutinas, mientras cocinan. Pero mucho del aumento de trabajadoras sexuales tiene que ver con las condiciones de vida. Al fin y al cabo, el trabajo sexual es más rentable que trabajar de mucama. Muchas mujeres, he investigado sobre mujeres inmigrantes que migraron como mucamas, enfermeras y en muchos casos después de uno o dos años, sí pueden optan por ejercer el trabajo sexual porque pueden ganar más en mucho menos tiempo.

Pero por supuesto que como en el seno del trabajo sexual se encuentra todo tipo de coerción, de brutalidad, el negocio del sexo es uno de los más violentos. Pero no es el más violento. Si trabajas en un Zona Franca de Exportación tu vida está en mucho más peligro que si trabajás en un burdel o en la calle.

Pienso que hay un problema fundamental en el movimiento feminista. El movimiento feminista está realmente dividido en lo que respecta al trabajo sexual. Y no sé cómo es aquí en Croacia, cómo es en los Balcanes, pero sé que hay muchísimas discusiones con amigas feministas, que suelen estar del otro lado, porque tengo algunas amigas, algunas feministas, que no quieren ni escuchar del trabajo sexual. Piensan que el sólo hablar de trabajo sexual es validar una actividad contraria a los derechos de las mujeres, que es contraria básicamente a la imagen transformadora de las mujeres.

Y por otro lado, hay muchas otras feministas que ven al trabajo sexual como un tipo de trabajo legítimo entre las opciones de las que disponen las mujeres, y yo me posiciono en este segundo grupo. Pienso que criticar particularmente a las mujeres que eligen el trabajo sexual es una visión miope, porque deriva de un posición moralista, dado que hay muchas otras formas de trabajo que también exponen a las mujeres a las mismas situaciones peligrosas. Y quizás en algunos casos incluso más. Y exponen a las mujeres a situaciones que básicamente las ponen en una posición completamente subordinada, y esa es una posición que las hace vulnerables a la violencia también.
Bueno, voy a parar aquí. Me gustaría escuchar, quizás, algunos comentarios de ustedes sobre la cuestión.

(Silencio)

(Moderadora): Comentarios, por favor. No teman hablar de sexo.

(Más silencio)