Y LA CHISPA SALTÓ EN GAMONAL, UNA FUENTEOVEJUNA MODERNA
Mucho han tardado en reaccionar las masas en España contra la corrupción, los recortes y la represión pero al final todo el mundo tiene su límite. En la tarde del 10 de enero en el barrio obrero de Gamonal, Burgos, numerosos vecinos se concentraban en las inmediaciones de las obras de la calle Vitoria (una de las principales arterias de la ciudad que conecta zonas aledañas al centro urbano con la periferia) para impedir el paso a la maquinaria que pretendía empezar las obras de un bulevar, obras planeadas por el alcalde pero rechazadas mayoritariamente por los vecinos del barrio. Nadie esperaba que, como señalaba el periódico digital de izquierdas Canarias Semanal, en lo que fuera la capital de la España franquista, saltara la chispa de la revuelta popular. Pero en contra de lo que cree cierta izquierda la revolución no es privativa de ningún ámbito geográfico sino de una clase social, la de los explotados, y explotados los hay en todos los puntos del planeta, también en Burgos.
Un barrio luchador
En la actualidad el barrio burgalés de Gamonal-Capiscol representa en términos de población 1/3 de los habitantes de la ciudad (cerca de 70.000 habitantes). Gamonal de Río Pico, había sido un pueblo antes de ser engullido por la ciudad, una zona en la que abundaban los campos de gamones (asfódelos) y en la que pastaba el ganado. En 1955 con la expansión de la urbe se convirtió en barrio de Burgos bajo el gobierno del Ayuntamiento de esta ciudad.
Durante el franquismo, con el establecimiento del Polo de Promoción Industrial de Burgos la población del barrio con miles de familias obreras. Pronto los vecinos van a organizarse para hacer frente a los problemas y carencias de un barrio obrero que crece y también muy pronto empieza el enfrentamiento con los distintos equipos de gobierno del ayuntamiento claro signo derechista. Gamonal se convierte así en un grano en el culo de la rancia burguesía local y en un barrio rebelde. Solo hay que echar un vistazo a los medios de comunicación de los que se han dotado los vecinos de Gamonal para comprobar el grado de autoorganización y de disidencia al que ha llegado el barrio burgalés. Uno de ellos es el blog La Voz de Gamonal en el que a la ciudad de Burgos se le llama jocosamente “ese barrio verruga de al lado de Gamonal”.
Ya en 2005 los planes urbanísticos del citado constructor favorecido por el alcalde de turno, Juan Carlos Aparicio (ministro en la segunda legislatura de Aznar), planes consistentes en la construcción de un parking subterráneo, fueron contestados con un levantamiento popular que motivó que el proyecto se retirara. El parking, que estaba planeado que se situase en una de las principales calles de Gamonal, Eladio Perlado, fue posteriormente declarado ilegal por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, en una sentencia en la que se afirmaba que “la actuación municipal es un burdo fraude de ley.” En el fondo lo que el Ayuntamiento perseguía era privatizar el aparcamiento en Gamonal, favoreciendo a los habitantes más pudientes de la ciudad en detrimento de los habitantes del barrio, en su mayoría obreros y parados, que aparcaban muchas veces sin echar el freno de mano para que los vecinos pudieran mover los coches si estorbaban; tal era el grado de confianza y buena convivencia en el barrio. Por otra parte, claro está, el Ayuntamiento de Burgos pretendía beneficiar a empresas de amiguetes que en agradecimiento ofrecían sobres y regalos a los políticos que regían el consistorio. En definitiva, un flagrante caso de corrupción urbanística.
Todos a una
El proyecto del bulevar impulsado por el sucesor de Aparicio, Javier Lacalle, retomaba el antiguo proyecto del aparcamiento de 2005 solo que ahora éste venía envuelto en el glamuroso envoltorio de un “bulevar” urbano. Y además con ribetes sociales y ecológicos: habría un carril bici y se quitarían carriles de la calle Vitoria para hacer zonas peatonales. Pero ni aún así consiguió el Ayuntamiento engañar al barrio porque por debajo del envoltorio estaba el viejo proyecto de privatizar el aparcamiento y favorecer a la empresa del amigo Méndez Pozo.
Así las cosas, la Asociación de Vecinos Las Eras de Gamonal y la abogada Cristina Bilbao Fuentes entregaron cerca de 4.000 firmas en contra de la construcción del bulevar. Pero el Ayuntamiento hizo caso omiso de las firmas y los vecinos del barrio se reunieron en asamblea en la Casa de Cultura de Gamonal, tras lo cual se celebró una manifestación a la que asistieron 3000 personas. El 9 de enero ante la inminencia de las obras se realizó un corte de tráfico en la calle Vitoria y hubo una manifestación de dos horas que se disolvió pacíficamente. Al día siguiente la situación se volvió explosiva cuando los vecinos intentaron parar las obras y la policía antidisturbios cargó contra ellos, resultando algunos vecinos heridos. Hubo vuelcos de contenedores y una pedrada en las lunas de un banco y se echó abajo el vallado de la obra. También salió ardiendo una caseta de la obra. Se produjeron 17 detenciones. Al día siguiente el Ayuntamiento mandó levantar el vallado y se produjo una manifestación de 1000 vecinos en contra de la actuación policial. La manifestación transcurrió sin incidentes pero tras disolverse hubo disturbios y cargas policiales. Mientras, los efectivos policiales desplegados en el barrio llegaban a 200 antidisturbios, muchos de ellos de una unidad de élite venida de Madrid. Al final, la lucha de los vecinos, conocida en todos los rincones del país y más allá de nuestras fronteras, hace que el alcalde se plantee, primero, el diálogo, luego una suspensión temporal del proyecto y, finalmente, el 17 de enero éste anuncia la retirada definitiva del proyecto del bulevar. Los vecinos actuando como una piña habían hecho recular al poder político y, lo que es más importante, por la acción directa y de manera asamblearia, sin ser movilizados por ningún partido político concreto.
Tras el anuncio del alcalde de la retirada del proyecto, los vecinos se dedican a pedir la liberación de los detenidos. Se hicieron colectas para pagar las multas y fianzas y se ocuparon pacíficamente sedes bancarias en el barrio ya que los bancos fueron los principales denunciantes tras los enfrentamientos de los vecinos con la policía. Se entrega una carta al director del banco apedreado para que retire la denuncia. Se pone en práctica, en definitiva, esa fórmula patria de la solidaridad a la que rindiera homenaje Lope de Vega en su obra Fuenteovejuna: “todos a una”. Los vecinos, no obstante, mil veces engañados por las promesas de los políticos no se fían de las palabras del alcalde y aseguran que no bajarán la guardia.
Por otra parte, la última cacicada del Alcalde de Burgos Javier Lacalle ha sido ayudar a organizar en la ciudad un homenaje al militar golpista burgalés Juan Yagüe, apodado “el carnicero de Badajoz” por ser responsable durante la Guerra Civil de la matanza de 4000 presos republicanos en la ciudad extremeña, aproximadamente un 10% de su población. Sin comentarios.
Miguel Méndez Pozo, cacique de profesión
En realidad, el proyecto del bulevar de Gamonal es la punta del iceberg de un problema común a lo largo y ancho de la geografía nacional, la corrupción, consecuencia del caciquismo imperante. Además de la decisión del Ayuntamiento de Burgos de privatizar el aparcamiento en Gamonal estaba el plan de beneficiar al empresario Miguel Méndez Pozo. Ahora bien ¿quién es el tal Méndez Pozo?
Antonio Miguel (“Michel”) Méndez Pozo, es un corrupto y un corruptor de primer orden. Natural de Jaca (Huesca) aunque pasó su juventud en Zamora, “el Jefe”, como también es apodado, estudió en la Escuela de Aparejadores de Burgos, ciudad donde se convirtió en uno de los más poderosos constructores.
De hecho a Méndez Pozo le acusan los vecinos de Gamonal de haber comprado al actual alcalde del PP, Javier Lacalle, y no les falta razón pues es público y notorio que fue obsequiado por el constructor con una viaje a la Costa Azul. Además Lacalle vive en un ático de lujo construido por una de las empresas de Méndez Pozo, Arranz Acinas, y diseñado por la hija del constructor, Blanca Méndez. Pero Méndez Pozo ha mantenido excelentes relaciones no solo, como airea cierta prensa que se califica de izquierdas, con el PP (especialmente estrecha es la relación con Aznar y Juan Vicente Herrera) sino también con el PSOE de Castilla La Mancha (con los ex presidentes de la comunidad Bono y Barreda a la cabeza) y con el de Castilla y León. Ostenta, por otra parte, el “honor” de ser el primer constructor condenado por corrupción en España en 1994, en lo que se llamó el Caso de la Construcción de Burgos. A causa de este caso “El Jefe” fue condenado a 7 años y 3 meses de prisión por falsedad documental, de los cuales tan solo cumplió 9 meses. Además, de los 12 años de inhabilitación que le cayeron, la cosa se quedó en 4. Por su parte, su amigo el alcalde de Burgos de aquel entonces, el popular José María Peña San Martín, se vio obligado a dimitir por dar concesiones de obras a dedo a Méndez Pozo.
Pero además, “Michel” también es un magnate de los medios de comunicación, que usa como herramienta de propaganda personal. Así, Méndez Pozo es dueño del grupo mediático Promecal (Promotora de medios de Castilla y León). A este grupo pertenece el Diario de Burgos, principal periódico de la ciudad y tribuna privilegiada desde la cual los subalternos en el poder mediático de este cacique han intoxicado la opinión pública a favor del proyecto del bulevar y en contra de los vecinos de Gamonal.
La guerra sucia de los medios contra la protesta vecinal
Pero no solo el Diario de Burgos ha echado un cable al cacique Méndez Pozo. TVE, como no podía ser de otra manera al estar gestionada por un gobierno de PP, se ha dedicado a desinformar sobre los sucesos de Gamonal. Así, en los telediarios solo se han visto una y otra vez la misma imagen de la casta de obra quemada y de pedradas a lunas de bancos, incluso para ilustrar noticias que hablaban de protestas pacíficas de los vecinos. No se ha mencionado a Méndez Pozo ni por lo tanto a su pasado de corrupto convicto. Solo se ha hablado del “bulevar” y no de la privatización del aparcamiento en Gamonal ni de que el proyecto del aparcamiento había sido declarado ilegal por los tribunales con anterioridad. Y como colofón del ejercicio de manipulación se coloca a continuación de la noticia de los altercados en Gamonal los enfrentamientos en Ucrania entre policías y manifestantes, manifestantes que nada tienen que ver con los de Gamonal, pues los ucranianos están movidos por partidos de extrema derecha y están financiados por la UE y los EE.UU. Con ello TVE mata dos pájaros de un tiro: sataniza las protestas del barrio burgalés y hace pasar por revolucionario lo que no es para que la izquierda más superficial muerda el anzuelo y apoye una “revolución de color” (o sea, derechista) en Ucrania.
También, fue bastante bochornoso para los medios la entrevista de esa periodista de RTVE lacaya del poder y analfabeta funcional llamada Mariló Montero, quien intentó en una entrevista manipular las palabras del representante de la Asociación Vecinal de Gamonal, con bastante más luces que ella, y quién le espetó: “a ver si contamos las cosas como son”. Patético.
Por su parte, RNE pondría la nota más ridícula en la obsesión del ente público por manipular al oyente: mientras su corresponsal mentía descaradamente diciendo que los manifestantes habían reventado las lunas de los comercios del barrio un vecino le corrigió en vivo y en directo y le recordó que únicamente se rompieron cristales de bancos, por ser parte de los problemas del barrio (¡y de todo el país!). Puesto en evidencia, el plumífero recurrió a hacerse el mártir diciendo que la corrección del vecino le impedía hacer su trabajo. Alguien debería recordar a estos juntaletras que su trabajo es decir la verdad no manipular información a favor del régimen caciquil imperante. Esto último, por cierto, atenta contra el artículo 20 de esa constitución que tanto dicen defender.
Más sangrante aún fue la difusión por parte de la agencia EFE de unas fotos de vehículos calcinados atribuidas a los vecinos de Gamonal que resultaron ser imágenes de hace años de la kale borroka en Lasarte (Guipuzcoa). Las imágenes se las consiguió colar EFE a Euronews, que una vez se dio cuenta del engaño las retiró de la circulación. EFE, sin embargo, ni rectificó ni por supuesto pidió perdón.
Y por último, el premio a la periodista más infame se lo lleva una corresponsal de La Sexta (esa cadena “progre” que cuenta con el Gran Wyoming de estrella mediática), corresponsal que, con imágenes de fondo en que se puede ver a los vecinos de Gamonal transitando pacíficamente por la calle, narra unos actos vandálicos que solo ocurren en su cabeza, como si el telespectador no tuviera ojos en la cara. Y para rematar la faena, aprovecha unos pocos gritos lejanos de “Televisión, manipulación” para argumentar la sempiterna cantinela de que los manifestantes no dejan a los periodistas hacer su trabajo. Cómo pesan los favores que el PSOE y su entorno empresarial y mediático (la Sexta, por ejemplo) le deben a Méndez Pozo.
El Efecto Gamonal
Tras la represión policial y la manipulación mediática se organizan en toda España manifestaciones espontáneas e improvisadas de gente solidaria con la lucha de los vecinos de Gamonal. Esto ocurre en grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Bilbao. Pero también en ciudades más pequeñas (donde la gente suele movilizarse muchos menos) como Zamora, Teruel, Huesca o Valladolid. En muchos sitios se hacen colectas de dinero para pagar la defensa de los detenidos en Gamonal y las multas. Además se empieza hablar en los canales de comunicación alternativos del “efecto Gamonal”. En los medios internacionales se comienza a hablar de que España empieza a rebelarse contra esta crisis impuesta. Y todo ello preocupa a los poderes que se ven obligados en envainársela en Gamonal y ceder a las reivindicaciones populares.
Y lo más curioso del caso es que la chispa de la rebelión no salta en el País Vasco o Cataluña sino en la región con más fama de conservadora y obediente, Castilla y León, y en una ciudad de tradición militar y clerical. Y qué distinta ha sido la protesta de vecinal Gamonal de la cadena humana organizada en Cataluña por los partidos nacionalistas, puro espectáculo para distraer a las masas de una comunidad en la que, gracias a la maniobra de distracción del nacionalismo, es la primera en adoptar las medidas neoliberales que luego serán puestas en práctica en el resto de España. La aparición de la rebelión es impredecible.