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El dólar se tambalea, el mundo tiembla

Published on: viernes, 17 de abril de 2020 // ,


Todas las potencias hegemónicas luchan sin excepción por evitar o, al menos, retrasar en lo posible su decadencia inevitable, y los EEUU no es una excepción a esta regla inmutable de la historia. A pesar de su apariencia invulnerable, la hiperpotencia estadounidense es mucho más débil de lo que parece pero, como el Imperio Romano, tiene la ventaja de que no hay potencia capaz de sustituirla. El mundo en el que vivimos es un sistema basado en el dólar, cuyo derrumbe daría lugar a un mundo similar a la Europa tras la caída del Imperio Romano: la vida se centraría en lo local, el comercio casi no existiría y la muerte sería algo habitual, debido tanto a epidemias como a constantes luchas de poder de señores de la guerra. Un ejemplo lo tenemos cerca: Libia.

Nombrar la caída del Imperio Romano al hablar del posible fin de la hegemonía de EEUU no es un ejemplo cogido de los pelos; al contrario, los parecidos entre Roma y Washington son preocupantes. Gracias a los historiadores se ha logrado desenmascarar la falsificación de la historia de la Iglesia, que aseguró durante toda la Edad media que el fin del Imperio Romano se debió a los llamados “Bárbaros”. Como se ha preocupado de demostrar Terry Jones en el muy recomendable libro “Roma y los bárbaros”, ni los Bárbaros eran tales, ni fueron responsables de la caída de Roma. El origen de la caida de Roma está en su economía, o más exactamente en su moneda, algo que se pone de manifiesto en la relación directa entre la pérdida de contenido de plata de la moneda romana y el asesinato de los emperadores.

Hace ya mucho que los EEUU dejaron de ser la primera potencia industrial y exportadora del mundo: ese puesto ha sido tomado al asalto en pocos años por China, como demuestran las estadísticas del comercio global. Su hegemonía económica no se basa en la fuerza de sus fábricas, sino en la posesión del dólar, piedra angular de la economía global. La actual crisis financiera global ha vuelto a poner de manifiesto la dependencia global del dólar, tanto por parte de los aliados de Washington, como por sus opositores; en el caso de Europa, la dependencia del BCE de las lineas swap de suministro de dólares de la Reserva Federal es similar a las cadenas de los presos, asegurando la sumisión a los designios imperiales de EEUU. Por eso, no es sorprendente saber que BlackRock, rey sin corona de la economía estadounidense, al que la Reserva Federal (FED) ha entregado la gestión de su programa de rescate de los mercados y concedido la posibilidad de emitir bonos según sus propios criterios, va a gestionar la inversión del Green New Deal en Europa.

Pero lo mismo ocurre con China, aparentemente único país capaz de vencer económicamente a EEUU, pero que depende del dólar para comerciar en un mundo dominado por la divisa estadounidense, y por tanto depende también de la Reserva Federal, lo que explica que haya entregado a BlackRock el mercado emergente de fondos mutuos chinos, que de esta forma va a controlar la capa financiera de la economía china; a esto hay que añadir que, según la agencia de noticias china Xinhua, el gobierno chino ha ofrecido a Morgan Stanley y Goldman Sachs permiso para tener la mayoría de la propiedad de empresas conjuntas en China, algo que Pekín siempre se negó a aceptar.

La actual crisis servirá para afianzar la hegemonía de EEUU y hacer al dólar indispensable para la economía global. Pero EEUU, foco de fundamentalistas cristianos, debería saber que la arrogancia llega antes de la caída...

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