Descubren que el “apocalipsis de los insectos” es más complicado de lo que se pensaba
Estos artrópodos se extinguen en la tierra pero su número está aumentando en el agua. Los investigadores opinan que la tendencia positiva en ecosistemas acuáticos indica que sería posible revertir la desaparición de insectos terrestres
La cantidad de insectos terrestres y voladores se reduce a nivel global, pero sin embargo un patrón inverso se detecta en los ecosistemas acuáticos, afirman los autores de un estudio metaanalítico publicado este viernes en la revista Science.
Los científicos llegaron a esa conclusión tras analizar 166 observaciones en 1.676 sitios de todo el mundo realizadas entre 1925 y 2018. Determinaron que existen lugares donde la población de insectos no ha cambiado o incluso ha crecido, pero que no obstante la tendencia general en el medio terrestre es de una reducción anual del 0,92 %.
El autor principal del estudio, Roel van der Klink, resaltó que, aunque esa cifra no parece significativa, a largo plazo la disminución sería muy visible.
“Un 0,92 % puede no parecer mucho, pero de hecho significa un 24 % menos de insectos en 30 años y un 50 % menos en 75 años. La disminución de insectos ocurre de manera silenciosa y no nos damos cuenta de un año a otro”, cita al investigador un comunicado del Centro Alemán de Investigación Integral de la Biodiversidad (iDiv).
“Es como volver al lugar donde creciste. Solo porque no has estado allí durante años te das cuenta de repente de lo mucho que ha cambiado, y con demasiada frecuencia no para mejor”, explica Van der Klink.
La tendencia a la baja se aplica tanto a insectos voladores —por eso tienen razón los conductores que afirman que antes encontraban en sus autos más insectos aplastados, indica otro autor, Jonathan Chase— como a los que viven en hábitats menos visibles, por ejemplo, la tierra, la hierba o en los techos arbóreos. Las áreas donde más se redujo la población de insectos son el Oeste y Medio Oeste de EE.UU. y Alemania occidental.
Recuperación de las aguas
Al mismo tiempo, en ecosistemas acuáticos se detectó un aumento anual de insectos de un 1,08 %, o un 38 % en las últimas tres décadas. El crecimiento ha sido particularmente notable en Europa septentrional, en el oeste de EE.UU. y en Rusia.
Van der Klink opina que esta tendencia positiva se debe a la adopción de regulaciones estatales contra la contaminación de las aguas, y por lo tanto indica que la extinción en la tierra —ya tildada por algunos ecologistas de “apocalipsis de insectos”— también puede ser prevenida.
“En los últimos 50 años se han tomado varias medidas para limpiar los ríos y lagos contaminados en muchos lugares del mundo. Esto puede haber permitido la recuperación de muchas poblaciones de insectos de agua dulce. Nos da la esperanza de que podemos revertir la tendencia de las poblaciones que actualmente están disminuyendo”, dijo el investigador.
“Las poblaciones de insectos son como troncos de madera que se empujan bajo el agua. Quieren subir, mientras que nosotros los seguimos empujando más abajo. Pero podemos reducir la presión para que puedan volver a subir”, agregó Van der Klink.
Estudio muestra fuerte declive en la población de insectos (Deutsche Welle)
Si creíamos que la situación del planeta iba mal, resulta que está peor. Un estudio de las universidades de Sydney y Queensland publicado en la revista Biological Conservation asegura que el ritmo de declive de la población de insectos en el mundo es mucho más dramático de lo que se pensaba y que el efecto de esta tendencia es potencialmente «catastrófico».
Los investigadores descubrieron que, a esta velocidad, el 40% de las especies de insectos podrían desaparecer en cosa de años. «La conclusión es clara: a menos que cambiemos la forma en que producimos nuestros alimentos, los insectos podrían extinguirse en unas pocas décadas», afirman los autores de este informe, que sintetiza las conclusiones de 73 estudios.
En la actualidad, un tercio de las especies están amenazadas «y cada año se añade un 1% más a la lista», calcularon los científicos Francisco Sánchez-Bayo y Kris Wyckhuys. Esto equivale al «episodio de extinción más masivo» desde que desaparecieron los dinosaurios, apuntan los expertos.
Alteración de hábitats, pesticidas y cambio climático
La alteración de los hábitats, los pesticidas sintéticos y, por último, el cambio climático [que no es causante, pero sí agravante] son apuntados como los responsables de este fenómeno. Es decir, todo señala en una sola dirección: la mano del hombre. «Una circunstancia de este tipo no puede ser ignorada y debería empujarnos a actuar para evitar un colapso catastrófico de los ecosistemas naturales», señalan los científicos.
El jefe del equipo de Entomología de la Universidad de Helsinki (Finlandia), Pasi Sihvonen, dice que «no podemos seguir viviendo como lo estamos haciendo hasta ahora. La naturaleza nos está mostrando de distintas formas que nuestro modo de vida debe cambiar». Para el especialista la situación es de temer: «El hecho de que nuestra existencia depende de los insectos debería ser lo suficientemente alarmante. Nuestra producción de alimentos depende de ellos».