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René Carmille, el hacker que saboteó el Holocausto nazi

Published on: viernes, 12 de febrero de 2021 // ,


por Rabioso


Todo el mundo conoce a Edward Snowden, un técnico de la NSA especializado en el espionaje de masas que en 2013 puso al descubierto el funcionamiento de la maquinaria global de espionaje de EEUU. Lamentablemente su inmolación personal ha quedado sin efecto: el uso de las nuevas tecnologías del Complejo Militar-Digital para controlar a la población es hoy mayor que nunca, y la resistencia social es inexistente, ya que ¿quién está dispuesto a dejar de usar Google, Facebook o Twitter?. Frente al fracaso (entre comillas) de Snowden, la inmolación de René Carmille para frenar la maquinaria genocida del Holocausto nazi el Francia fue un éxito total, pero su hazaña ha pasado injustamente desapercibida, y ha sido ignorada por Hollywood.


René Carmille, considerado el primer hacker ético de la historia, era un funcionario especializado en estadística nacido en 1886 en Trémolat, al sur de Francia. Carmille era un experto en el uso de las novedosas tarjetas perforadas,  la primera forma de intercambiar información con máquinas tabuladoras, las primeras computadoras. Este sistema fue ideado por Herman Hollerith para crear el primer censo moderno en EEUU y fue la base en la que se fundó la International Business Machines, IBM. Como explica Edwin Black en su libro La IBM y el Holocausto, la tecnología de IBM fue la base de la maquinaria logística de los nazis que les permitió llevar a cabo su campaña de exterminio contra judíos y otras minorías, como los gitanos, así como contra sus oponentes políticos, gracias al primer censo de la población almana, que llevaron a cabo en 1933, nada más llegar al poder.


René Carmille era un funcionario francés del Departamento de Demografía de Vichy que estuvo trabajando en el Centro Nacional de Estadística como jefe del servicio; además, era un experto en el manejo de las cartas perforadas para almacenar datos y el inventor del código alfanumérico que al final de la guerra sería utilizado por Francia para el número de la Seguridad Social. Tras la derrota francesa, el régimen de Vichy creó el Service national des statistiques (SNS), poniendo a Carmille a su cargo, y le ordenó realizar un censo nacional, enviándole a Alemania para aprender a usar las máquinas de IBM. El ministro de Justicia de Vichy, Raphael Alibert, pidió a Carmille incluir en las tarjetas la pregunta número 11: la religión del ciudadano en cuestión, lo que permitiría seleccionar a la población judía.



Lo que Alibert no sabía es que Carmille forma parte de la Resistencia, y dirige la sección de la Red Marco Polo encargada de usar el futuro censo para preparar una movilización ilegal e identificar al más de un millón de prisioneros franceses que los alemanes se han llevado a su país como mano de obra esclava. Al mismo tiempo se dedica a sabotear el uso de la pregunta número 11 de las tarjetas, debido a lo cual la undécima perforación será omitida, tenía errores de bulto o sufre inexplicables retrasos, de manera que la policía del régimen antsemita de Vichy realizará sus redadas y la identificación de los judíos prácticamente a ciegas. Para lograrlo, Carmille y su equipo alteraron de tal forma las tarjetas perforadas que en la columna referida a la religión los datos no fueron registrados o resultaban dañados. Esto hacía que la información no llegara clara o lo hiciera tarde a manos de los nazis. La tarea le llevaba a él y a sus seguidores largas horas y muchos esfuerzos para no ser descubiertos.


Durante casi tres años, Carmille y su equipo lograron así sabotear  el envío a la Alemania nazi de una lista de todos los judíos que vivían en Francia, y al mismo tiempo utilizaron la información de las tarjetas para reclutar a exsoldados para la Resistencia. Prueba de su éxito es que sólo se pudo atrapar y llevar a campos de concentración al 25% de la población judía francesa, mientras en Holanda se capturó al 75% de los judíos. Tras la ocupación de toda Francia por los nazis en noviembre de 1942, su situación se hizo mucho más expuesta, ya que los nazis podían investigar directamente el motivo de los inexplicables errores y retrasos en la información del censo.


El cerco se fue cerrando y los alemanes sospechan cada vez más de la supuesta inoperancia del departamento estadístico francés para presentarles con claridad el nombre y la dirección de los judíos que todavía se esconden en su territorio. El responsable de la Gestapo de Lyon, Klaus Barbie, apodado el carnicero de Lyon, responsable de torturar y matar al líder de la Resistencia Jean Moulin, centró su mira sobre los errores del departamento de estadística, y en febrero de 1944 René y sus colaboradores fueron detenidos. El mismísimo Barbie tortura a Carmille durante dos días, y le manda a continuación al campo de concentración de Dachau, donde morirá en 1945. Tras desmantelar la red de la Carmille, los nazis ponen a su gente a cargo del censo francés, pero carecerán de tiempo para llevar a cabo su macabra tarea: en junio los Aliados invaden Francia, y en agosto París fue liberada.

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