El intento de asesinato de Sartre contra Camus
Published on: domingo, 12 de enero de 2014 //
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Si, de cierta forma, el siglo XX fué el siglo de Sartre, es porque el autor de La nausea había decidido que esto iba a pasar, y que nada impediría sus planes. En su estrategia para conquistar el poder intelectual en Francia y asegurarse su dominación, no se paró ante nada. La fortuna liberó a Sartre de una competencia que podía haber sido terrible: Nizan le facilitó las cosas muriendo en combate en Dunkerque en 1940, Politzer hizo lo mismo al entrar en la Resistencia en 1940, sucumbiendo a las balas nazis en Mont Valérien en 1942. Camus tuvo el buen gusto de desaparecer en un accidente de coche en 1960 y Merleau-Ponty sucumbió a un infarto el año siguiente. En cuanto a Raymond Aron, no contaba para nada desde que se pasó al campo de la derecha. Un bolulevard se abría para él, lleno de secretos...
Camus fué un adversario filosófico terrible y Sartre lanzó los perros contra el. Sartre no entendía de política: no había visto venir el ascenso de los nazis mientras vivía en Alemania; en 1933, aprovechó una oferta hecha por los fascistas italianos para ir de vacaciones con billetes rebajados; se pasó a la resistencia; publicó en Comoedia, un periodico colaboracionista, en 1941 y 1944; favoreció a Beauvoir recomendándola en Radio Vichy, donde ella trabaja (emisora de radio del régimen pro-nazi), etc.
Mientras tanto, Camus desea formar parte de las tropas francesas en 1939, pero se le rechaza debido a su tuberculosis. En Orán, dió clases a los niños judíos a los que se había prohibido la escolarización por el regimen de Vichy. Entra en la Resistencia, publica en sus revistas clandestinas, dirige un periódico prohibido, donde escribe artículos. Se comprende que con estos antecedentes impecables pudiese interferir en la campaña de Sartre para dominar el campo intelectual parisino – tan francés.
Sartre y Simone de Beauvoir, arquetipo de la izquierda divina francesa. la justificación sartriana de la “violencia revolucionaria“ justificó la dictadura del fln y la lucha armada manipulada por la OTAN mediante la red Gladio
Desacreditar el trabajo y las ideas de Camus será la regla. Sartre y los suyos constituyen la razón de ser: no pueden comprender a los filósofos. Camus será para ellos un lector de segunda mano, un pensador de la derecha y de la burguesía, el servidor de la élite colonial y de los pied noirs (los colonos europeos). Por ello, se le califica de «filósofo de las clases en estado terminal», según la expresión de Jean-Jacques Brochier, un panfletario más especializado en juegos, caza, tabaco y vinos de Borgoña que en al fenomenología. Ese mismo Brochier (cuyo ejemplo sigue Bernard Henry-Levy en su Siècle de Sartre, p. 420-421) ¡era en realidad un Pétanista –Petáin era el dictador impuesto por los nazis tras conquistar Francia- y un discípulo del contrarevolucionario católico Joseph de Maistre!
Ecuaciones sartrianas
Lo que se ha venido a llamar la Guerra de Argelia proporcionará a Sartre y los suyos la ocasión para desprestigiarle brutalmente. El hombre con las manos sucias, que ha dejado pasar una vez la oportunidad, esta vez no se la puede perder. Solo hay que utilizar el esquema ocupación/colaboración/resistencia/depuración sobre los acontecimientos en Argelia para convertirse en un resistente de manera fácil. ¿Los nazis han ocupado Francia? Como los franceses han ocupado Argelia… ¿Algunos franceses han colaborado con el enemigo? De la misma forma que los blancos han colaborado con el régimen colonial. ¿Otros ofrecían resistencia? Como los militantes del FLN… ¿París se ha encontrado un día libre de la tiranía del ocupante? Como lo será Argelia de la tiranía francesa… En consecuencia, la ecuación franceses en Argelia equivale a los nazis en Francia se convierte en el concepto operativo en Saint-Germain-des-Prés. Sartre es por tanto el Jean Moulin de Argelia; Camus, su Brasillach (Jean Moulin era el jefe de la Resistencia francesa, Brasillach el ideologo del régimen de Petain). CQFD: ¡Queda demostrada la validez de la fórmula!
La escuela normal superior tiene la costrumbre de descuidar la realidad en beneficio de las ideas, de los conceptos, de las abstracciones que disfruta sin restricciones. Permite a sus pequeños soldados hacer juegos malabares con las palabras sin tener que preocuparse de los efectos que producen. Comparar el ejercito francés con las SS del nacionalsocialismo es algo que permite un hermoso efecto sofista y retórico – pero esto era al mismo tiempo un error moral e histórico al mismo tiempo. La leyenda se creó – y ahí seguimos todavía…
Bernard Henri-Levi, sartriano francés y principal defensor de las agresiones de la OTAN en el mundo árabe
Nadie amaba más Argelia que Albert Camus: era su tierra natal, y la de su familia desde 1830. El no apoyó jamás al régimen colonial, que atacó abiertamente en la época en que Sartre ni siquiera sabía que existía. En 1935, en Argel, entró en el partido Comunista para permanecer fiel a su entorno, pero también porque en esa época el PCF sostiene una linea anticolonialista, antifascista y antimilitarista. Cuando, por razones estratégicas, el PCF cambia de linea y abandona el anticolonialismo en nombre del antifascismo, Camus, fiel a sus ideas, abandona a un PCF infiel a su linea. Estamos en 1937.
Ese mismo año, Camus sostiene la causa árabe y toma partido a favor del proyecto Blum-Violette del Frente Popular. Este proyecto ofrece a las poblaciones musulmanas argelinas una igualdad de ciudadanos con los franceses del continente. Camus defiende este proyecto y trabaja en Alger républicain, un periodico creado para defender esa causa. Se encarga de la sección judicial y describe los procesos en los que el horror colonialista juega un papel principal: toma sin cesar partido por los obreros, los trabajadores, los empleados, las víctimas del sistema colonial. Critica abiertamente el Code de l’indigénat (el corpus legal racista dedicado exclusivamente a la población indígena de Argelia) en un texto titulado Contre l’impérialisme, el 25 de abril de 1939.
Al mismo tiempo que se gana la vida como periodista, crea el Teatro del Trabajo en 1936, y más tarde el Teatro del Equipo: escribe con sus amigos Révolte dans les Asturies, una obra de teatro celebrando la revolución libertaria española y criticando el régimen franquista. Desea poner a disposición del pueblo argelino los gransdes textos del repertorio clásico. Dirá más tarde que aprendió lo esencial de los que sabía sobre el escenario de ese teatro – así como sobre la hierba del campo de futbol Rua de Argel.
Durante la inaguración de la casa de la cultura, echa un discurso en el que concede a Argelia un lugar cultural que nunca la había dado nadie – y que posteriormente nadie la volverá a dar. Camus piensa que en términos de historia universal Argelia puede proporcionar un remedio para el nihilismo de la época. Como el nietzschiano que es, suscribe el diagnóstico realizado por el filósofo alemán del nihilismo europeo y propone un remedio argelino. Es su primer homenaje a Argelia – y es inmenso.
Homenajes
Hay que leer "La culture indigène. La nouvelle culture méditerranéenne". Este texto es un discurso del 8 de febrero de 1937. ¿Qué dijo Camus? que la grandeza de esta cultura está establecida y que debe fortalecer una Europa fatigada. Camus rechaza un nacionalismo solar como el que propone Maurras (el lider fascista francés). Quiere que el Dionisisimo argelino haga frente al Apolinismo europeo: dicho de otra forma, que el gusto por la vida, por la naturaleza, por el sol, por el mar, el placer de ser que caracteriza el Mediterraneo en general y Argelia en particular sea capaz de abolir el gusto por la muerte, la pasión por el intelectualismo, el cerebralismo tan querido por los europeos. Camus quiere un Nietzsche solar contra un Hegel nocturno, sabe que Argelia es la patria de ese Nietzsche solar. "Noces à Tipasa" es un manifiesto de ese pensamiento hedonista, solar, nietzscheano. «Tipasa» aparece como un concepto y al mismo tiempo como un personaje conceptual.
Camus hace un segundo homenaje de Argelia y vuelve a poner su pais en el centro de una revolución política posible. En 1939 publica una serie de artículos en el Alger républicain bajo el título “Misère de la Kabylie”. En ellos denuncia la superpoblación, la miseria, el frio, el hambre, la explotación, la mortalidad infantil, el paro, los salarios miserables, la dureza del trabajo, el analfabetismo, la exclavitud, el trabajo infantil… Y escribe : este régimen “es un régimen colonial” – abruma.
Camus no se contenta con ser negativo : también propone una solución : el Douar-commune, que es otra forma de llamar al comunalismo libertario. Camus propone la autogestión de las Cabilas. El Douar-commune es la emanación de la voluntad de los habitantes de un poblado que eligen a sus representantes de manera proporcional. El presidente, revocable, será elegido por la Junta. Estos Douar-communes han de federarse. Camus propone una solución proudhoniana que reactiva la cooperación, el compartir, la federación contra el poder centralizador heredero de 1793 – el modelo de Sartre. ¿Qué quiere? “Una pequeña república federal inspirada en los principios de una democracia verdaderamente profunda”.
La revista de Sartre, Les temps modernes, desde la cual Sartre atacó a Camus y su obra “El hombre rebelde“ para defender el estalinismo. Esto provocó la ruptura de las relaciones personales entre ambos
Camus defiende la misma idea durante los acontecimientos de Argelia. Este tercer homenaje a Argelia rechaza el confinamiento sartriano. Lejos de Argel, en Saint-Germain-des-Prés, Sartre piensa en las cosas en términos binarios: los blancos son todos colonos, explotadores,esclavistas, fascistas, dominadores; los musulmanes, todos colonizados, explotados, esclavos, martires, dominados. Por un lado, los verdugos, por el otro las víctimas. Aquí, los héroes; allí, los hijos de puta. No elegir el campo de uno de ellos, es elegir el campo contrario. Sobre el papel, la cosa es terrible. En la práctica, esta ficción conceptual provoca masacres incontables por ambas partes.
“CONDENADOS A VIVIR JUNTOS”
Porque conoce Argelia y sabe que su padre, blanco, era obrero agrícola y su madre, blanca, ama de casa, ambos explotados por los colonos riquísimos, arrogantes y presuntuosos, sabe que el problema es mucho más complejo de lo que se imagina un intelectual en su despacho de Paris. El colonialismo ha de ser eliminado, no los blancos por serlo. El origen europeo no debe considerarse como un pecado original que los descendientes deberán expiar eternamente: Camus no ha elegido, ni querido, ni decidido contribuir a la colonización de Argelia. Y, la mayor parte del tiempo, los colonos fueron (¿lo siguen siendo?) los pobres, los miserables, los participantes de la revolución fracasada de 1848 exiliados por el poder parisino, los huérfanos o los mendigos detenidos por la policía, que llenaban los barcos de esos emigrantes que no tenían nada que ver con los conquistadores como se los presenta en las novelas…
Camus escribe: “el 80% de los franceses en Argelia no son colonos, sino empleados o comerciantes” (Actuelles III. Chroniques algériennes, 1939-1958, OEuvres complètes, Bibliothèque de la Pléiade, t. IV, p. 359). Pero, en Paris, en los salones, no hay necesidad de la historia, la sociología y la verdad, y se declara rotundamente que el blanco es esencialmente el enemigo a abatir y a matar, como pide Sartre en el prefacio al libro de Frantz Fanon “Los condenados de la tierra” (Damnés de la terre, donde Sartre escribía “matar un blanco es matar dos pájaros de un tiro“).
Textos de Camus y Sartre en el punto álgido del enfrentamiento
Camus reconocía los errores de los sucesivos gobiernos franceses: pero no son tanto los franceses como tales sino los gobiernos franceses los que, durante años, no entienden las denuncias de los sufrimientos argelinos denunciados por él durante los veinet años que publica en la prensa: la Francia es culpable de haber hundido el proyecto Blum-Violette; Francia es culpable de haber echo oidos sordos a los gritos de miseria y de pobreza que venían de Argelia; Francia es culpable de la represión de Sétif (la masacre de Setif, que tuvo lugar en 1945, para aplastar una protesta de argelinos que exigían igualdad); Francia es culpable de censurar la prensa sobre las masacres de Constantinois (represalias contra la población civil argelina llevadas a cabo en 1955 por el ejército francés); Francia es culpable de haberse beneficiado económicamente de esos territorios de ultramar; Francia es culpable de haber mantenido un sistema de dos ciudadanías diferentes en Argelia; Francia es culpable de no haber invertido en escuelas en las zonas más inaccesibles de Argelia; Francia es culpable de haber considerado como esclavos los obreros venidos tantas veces de la Cabila; Francia es culpable de haber puesto en marcha una justicia clasista en Argelia; Francia es culpable de haber olvidado que, tres veces en treinta años, los argelinos habían combatido junto con los soldados de la metrópoli -1914-1918, 1939-1945 e Indochina-; Es por ello que ha de llevarse a cabo, según él, “una gran reparación, una reparación brillante, en mi opinión, al pueblo árabe. Pero toda la Francia, y no sólo con la sangre de los franceses de Argelia “ (ibidem, p. 361). En L’Express del 21 de octubre de 1955, Camus habla de un “juicio justo, llevado a cabo por fín por nosotros sobre la política de colonización“ (ibidem, p. 359). Estaba claro...
Argelia, en esa época, tenía 10 milloones de habitantes: 9 millones de origen africano, 1 millón de origen europeo. Pero era sobre todo un mosaico de lenguas, de pueblos, de naciones, de religiones: las cabilas, los mozabitas, los bereberes, los tuaregs, los europeos, los griegos, los turcos, los españoles, los mediterraneos, los judios, los cristianos, los musulmanes, los animistas, una treintena de lenguas – he aquí el cosmopolitismo de las personas que nunca tuvieron nación. Camus concluye: “Estamos condenados a vivir juntos“ (ibidem, p. 353). ¿Por tanto, qué hacer?
Nada de indignaciones selectivas
Para empezar, negativamente, rechazar cualquier solución violenta. Contrariamente a lo que escriben los sartrianos, Camus no se negó a criticar la tortura practicada por el ejército francés. En Actuelles III escribe : “(la tortura) puede haber permitido encontrar treinta bombas a costa de algo de honor, pero dió lugar a cincuenta terroristas que, operando de manera diferente y en otros lugares, matarán a muchos más inocentes” (ibidem, p. 299). ¿Podía ser más claro? Enfrente, Sartre y los suyos criticaban la tortura, por supuesto, pero sólo cuando era practicada por la soldadesca del continente: ¡los degollamientos, las mutilaciones, la tortura practicada por el FLN no eran criticadas, sino celebradas, apoyadas, presentadas como legítimas, justas, éticas, así como inscritas en el sentido de la historia!
Picos, palas, espadas...Algunas de las armas usadas por el FLN en la masacre de Melouza (1957)
Al contrario que Sartre, Camus nunca practicó la indignación selectiva celebrando los asesinatos, los muertos, las bombas, los campos, siempre que se llevasen a cabo en nombre del marxismo. Sobre la cuestión argelina, criticó la masacre que llevaron a cabo los europeos en Sétif y la terrible represión gaullista de las poblaciones argelinas, rechazó la tortura practicada por los generales franceses y la barbarie de la guerrilla del FLN, dió la espalda al empleo de la bandera tricolor y a colocar bombas en cafés para matar niños e inocentes, condenó el uso del arsenal militar continental contra los civiles y los degollamientos en masa –en Melouza por ejemplo, un Oradour-sur-Glane (pueblo arrasado por las SS) donde el FLN masacró a más de 300 personas, un pueblo entero cuplable de simpatizar con otro movimiento independentista argelino, el MLN (Mouvement de libération national). En Argelia, tan sólo el enfrentamiento entre el FLN y el MLN provocará 10.000 muertos, musulmanes naturalmente ; el terrorismo por su parte provocará 20.000 muertos…
Camus hace el papel de filósofo qu es evitar las guerras, el vertido de sangre, el terrorismo, la justificación de las víctimas inocentes, el asesinato de niños, de mujeres y de ancianos – Sartre pensaba al respecto que se podían justificar las muertes de otros en nombre de sus ideas desde eldespacho de Saint-Germain-des-Prés… Camus trabajó por la paz, escribiendo abiertamente en favor de ella, pidiendo una tregua civil el 22 de enero de 1956, yendo a Argelia, independientemente de los riesgos para su vida; pero también es secreto, discretamente: su feroz oposición a la ejecución de casi ciento cincuenta militantes del FLN (que renunciaron al terrorismo) condenados a la pena de muerte –pero un ministro de justicia de la época llamado François Mitterrand (quien colaboró con el régimen de Petain y como socialista jugó un papel clave en la organización del genocidio ruandés) se negó a conceder la medida de gracia.
Pero nos olvidamos de que Camus también trabajó de manera positiva en este periodo de su vida proponiendo soluciones políticas muy concretas para salir de esa dura prueba. Tan sólo hace falta leer Actuelles III, un volumen que recopila todos sus textos de posivitismo libertario. Camus, socialista libertario, al final de la Guerra de Argelia, desea el fin de las naciones, la abolición de las fronteras, una federacion de paises de Europa, así como un parlamento mundial, nombrado mediante unas elecciones munciales, capaz de hacer posible un gobierno mundial. Esta solución federalista es la quie propone para salir de la Guerra de Argelia. Camus escribe : “En Africa del Norte como en Francia, hemos de inventar nuevas formulas y rejuvenecer nuestros métodos si queremos que el futuro siga teniendo un significado para nosotros“ (ibidem, p. 339).
Mi madre antes que la justicia
Y esta fórmula, es el federalismo de tipo proudoniano que permite a cada uno, tenga el origen, la religión, el color de piel, la lengua que tenga, vivir con su vecino – y no contra él… Camus establece las ideas centrales de este proyecto político con detalles sobre los tipos de elección, el funcionamiento de las cámaras, el reparto de poderes: Todo ello constituye un marco a partir del cual, fiel a su deseo de juventud, Argelia podría, federada con Francia, establecer otras federaciones. A partir de Argelia, por acción capilar, a través de la metrópoli, por el Magherb y Africa, por la Europa federada y federal, Camus define su proyecto político : un mundo sin fronteras nacionales y nacionalistas, pero con contratos, federaciones, cooperaciones, mutualismo… todo el arsenal proudoniano…
De una parte y la otra, los beligerantes llevan a cabo la violencia más desenfrenada. Camus decidió callar después de constatar que su formula pacífica y antiautoritaria no tenía ninguna posibilidad de éxito. Se conoce la historia del estudiante que, en uno de los eventos relacionados con la ceremionia del premio Nobel, le acusa de no hacer nada por Argelia –lo cual es estar equivocado acerca de su trayectoria intelectual desde 1935… Respondió que su silencio no era renuncia, que actuaba discretamente sin que se sepa, ya que le repugna dar ese género de detalles, que condena el terrorismo indiscriminado desatado en las calles de Argel donde vive su madre que hace trayectos diariamente en tranvía, en los cuales las bombas pueden explotar. Y concluye “Creo en la justicia, pero defenderé a mi madre antes que la justicia.”
Callarse
Por supuesto, el quería decir que entre la justicia revolucionaria que, según el principio hegeliano, lleva a cabo injusticias aquí y ahora con el pretexto de lograr la llegada de la justicia mañana, y su madre, que podría pagar los delirios dialecticos del FLN, él elegía la justicia que no necesita la injusticia para llevarse a cabo. Pero la ocasión es ideal para hacer pagar a este hombre de traje impecable su éxito, sus logros, su justicia. Breuve-Méry, jefe del periódico Le Monde (que apoyó al régimen fascista de Vichy), afirma: “¡Estaba seguro de que Camus diría alguna mierda!”
Por lo tanto, Camus, que se pasó la vida combatiendo por la justicia será destruido: para la prensa desenfrenada, Camus hace caso omiso de la justicia y defiende a los colonos de Argelia, una tesis que Beauvoir retoma en "La force des choses", el primer volumen de sus memorias, lugar de fabricación por excelencia de la leyenda sartriana. Ante la protesta de sus lectores, el periodico solicita una entrevista, una rectificación. Camus se niega a tomar la palabra: dijo que guardaría silencio sobre ese tema, que quiere continuar en silencio.
Una delegación militar francesa de visita en Argentina el 2 de julio de 1957, durante la guerra de argelia. (1) Coronel Martin Oswaldo cebanillas, (2) Coronel François Serrata, agregado militar de la embajada francesa, (3) General francés Roger Michel, (4) General Pedro Eugenio Aramburu, presidente provisional de Argentina, (5) Bernard Cornutcentile, embajador de Francia en Buenos Aires, (6) Capitán Hector Besilie Ochandio. La estrategia de la “guerra sucia“ de los militares franceses en la Guerra de Argelia fué la doctrina utilizada por las dictaduras de América Latina en el contexto de la “Operación Condor“ para aplastar a la izquierda en los 70-80, como ha denunciado Marie-Monique Robin en su libro “Escadrons de la mort, l’école française“, de (2004)
Epílogo: Argelia fué independiente, como se sabe, en 1962. Como consecuencia hubo entre 100.000 y 150.000 harkis (argelinos profranceses) asesinados, torturados, masacrados, enterrados en fosas comunes. Un millón de europeos tuvo que abandonarlo todo para descubrir un continente que no conocían. La guerra provocó 300.000 muertos. 20.000 civiles europeos y argelinos fueron asesinados.
El joven argelino que atacó a Camus en Estocolmo leyó sus libros y quedó cautivado por su precisión. Quiso encontrarse con él, pero sólo pudo depositar flores en el cementerio de Lourmarin, donde Camus fué enterrado a comienzos deenero de 1960.
¿Quién ha podido amar más y mejor a Argelia que Camus, que desde los años 30 quería convertirla en un modelo libertario, solar, dionisíaco, alegre, de una Europa que habría así sido revivida y que habría alzado los valores de la vida? Camus creía en Argel como una fuente de vida en un mundo nihilista con una pulsación mortífera: deseaba que la gran salud argelina sanase al agotado viejo mundo - pero es el viejo mundo el que ha agotado a Argelia. La idea camusiana no ha perdido actualidad: Argelia puede todavía querer la vida en un mundo que la quiere poco. Tipasa todavía puede dar lecciones. ¿Quién sabe?
Michel Onfray (publicado en Le Point, 13/01/2012)