¡Olvida lo que has visto! Una despedida de Al Jazeera
Published on: domingo, 12 de enero de 2014 //
A&R66,
medios de comunicacion
“¿Qué
es para usted un atentado terrorista y qué es una ataque de la
resistencia legítima?“, me preguntó un día de otoño en
Bagdad el libanés Nabil Khoury, portavoz del ministerio de asuntos
exteriores de EEUU en Irak. Su mirada estaba llena de reproches. A
fin de cuentas, para los políticos y medios de comunicación
americanos Al-Jazeera era sospechosa de apoyar la violencia en Irak
durante la ocupación. "La cosa es sencilla, señor
Khoury“, le respondí, “acciones contra objetivos
militares americanos son resistencia. Matar civiles iraquíes es
terrorismo“. “¡Un ejemplo!“, me exigió.
“Bueno, ayer fue bombardeado con cohetes el hotel Al-Rashid,
en el que el ejército americano tiene su estado mayor. Eso es
resistencia“. “¡Aktham! Yo estaba en el hotel. Las
explosiones tuvieron lugar tan cerca, que me caí de la cama. Algunos
amigos y colegas míos fueron heridos“.
Aktham
Suliman, autor de este artículo, trabajó durante 11 años para
Al-Jazeera, siendo el reponsable de la cadena de televisión de Qatar
en Alemania hasta su dimisión a finales del año 2012. En lugar de
marcharse en silencio, Aktham denunció publicamente la manipulación
de la información por la cadena.
Por
mucha simpatía que tuviese con el señor Khoury no podía cambiar la
definición. El derecho a la resistencia contra una ocupación es un
derecho internacionalmente aceptado, más allá de simpatías o
antipatías. Era la época de la claridad y de la (al menos relativa)
arrogancia en Al-Jazeera. Uno se sentía obligado a servir a la
verdad y los principios del periodismo independiente, costase lo que
costase. Las críticas a la cadena desde fuera y sobre todo delante
de las cámaras se consideraban una confirmación, y era un material
de publicidad bienvenido, que recopilado se mostraba de manera
constante en la propia pantalla.
Una
emisora en descenso
Los
telespectadores árabes hoy día aún recuerdan la contraposición
del ministro de defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, y del
ministro de información iraquí, Mohammad Said Al-Sahhaaf en una de
esas secuencias. Ambos decían: “Al-Jazeera no dice la
verdad“. Al-Jazeera actuaba entonces siguiendo la divisa:
si ambas partes del conflicto dicen eso, entonces eso confirma la
veracidad de nuestras informaciones. Políticos, partidos y gobiernos
estuvieron enfurecidos con Al-Jazeera durante largos periodos de
tiempo; los teleespectadores y los trabajadores de la cadena, en
cambio, eran felices. La caída entre los años 2004 y 2011 tuvo
lugar despacio, de manera subliminal y muy lentamente, pero con un
final catastrófico.
Ghassan
Ben Jeddo, responsable de Al-Jazeera en el Líbano, que dimitió por
la manipulación consciente de las informaciones de la emisora
relacionada con Siria. Dimisiones similares ocurrieron en otros
países como Libia, Egipto, Francia, Rusia, Japón....
„¡Ali!
Soy yo, tu colega de Berlín. ¿Has visto las publicaciones en
internet sobre la supuesta correspondencia por email entre tú y
Rola?“, pregunté por teléfono a principios de este año a
Alí Hasem, corresponsal de la cadena en el Líbano. Poco antes había
encontrado la publicación de supuestos emails de trabajadores de
Al-Jazeera por el llamado "Ejército Electrónico Sirio“,
un grupo de hackers partidarios del gobierno sirio. El corresponsal
Ali Hasem había informado por email a la moderadora siria Rola
Ibrahim que trabajaba en la central en Qatar que en el año 2011
había visto y grabado a revolucionarios sirios armados en la
frontera del Líbano.
La
emisora no había emitido las imágenes, porque mostraban una marcha
de personas armadas, que no pegaba con la historia deseada de un
levantamiento pacífico. “Mis jefes me dijeron ¡olvida lo
que has visto!“, escribía Hashem a Rola según lo que se
había publicado. Ella respondió que ella trampoco lo tenía fácil.
Se la había "humillado masivamente, tan sólo porque con
mis preguntas había puesto en un compromiso al portavoz de la
opositora Hermandad Musulmana en Siria, Zuhair Salem, en una emisión
de noticias. Me amenazaron con expulsarme de lo relativo a
entrevistas relacionadas con Siria y tan sólo poder presentar las
noticias nocturnas, con la excusa de que estaba amenazando el
equilibrio de la cadena“.
Los
errores se convierten en la norma
¿Imágenes
“deseables“ y menos deseables? ¿Castigos por entrevistas
“críticas“? ¿En Al-Jazeera? Aquí ha de decirse que, en
la guerra de propaganda que enfrenta a partidarios y enemigos del
régimen sirio en internet todo es posible, también mentiras y
engaños, como se ha demostrado con el paso de los meses desde el
alzamiento de marzo de 2011. Los enemigos del régimen quieren
mostrar que la violencia viene solo del ejército sirio. Por ello
pregunté a Ali Hashem si la historia era verdad. Su respuesta fue
demoledora: “Sí, es verdad. Son mis emails con Rola. No sé
que puedo hacer“. Pocos días después lo supo. Alí Hashem
se fue de la emisora.
Irse
es lo único que le queda a uno, cuando los errores (que siempre hay
en el rápido negocio de las noticias) se convierten en la norma,
cuando ya no se los reconoce, trata y asimila como errores. “Lo
ocurrido ha de tener consecuencias. ¿Qué hacemos si el jefe que le
dijo a Ali que olvidase lo que había visto nos dijera a uno de
nosotros: ¡olvida que la mano tiene cinco dedos! ¿Tiene la mano más
o menos dedos según las necesidades y el estado de ánimo del
jefe?“, escribí en el Talkback de Al-Jazeera, una
plataforma interna solo para los trabajadores. No hubo reacción
alguna. Las discusiones internas ya no estaban bien vistas en
Al-Jazeera. Lo ocurrido no fue una excepción. Al contrario: creó
escuela. Rápidamente quedó claro para los trabajadores: aquí se
trata de política, no de periodismo. O, más exactamente: de la
política exterior de Qatar, que de manera sutil había empezado a
utilizar Al-Jazeera como instrumento, para elogiar a los amigos y
atacar a los enemigos.
Responsables
de Al-Jazeera que dimitieron antes de la guerra debido a la
manipulación informativa: Abbas Nasser (corresponsal en Beirut),
Hafez Al Mirazi (responsable de Al Jazeera en EEUU), Hussein Abdel
Ghani (responsable de Al Jazeera en Egipto) [1].
Un
rehén se convierte en un desertor
No
fue el primer caso. Cuando, a finales de 2011, el corresponsal de
Al-Jazeera en Japón tuvo que ayudar en la central durante un mes, le
preguntaron los colegas qué pensaba de la información de Al-Jazeera
sobre Siria. Respondió de manera esquiva con algo así como: así,
así. ¿Por qué? Dijo que desgraciadamente ya no se tomaba la
exactitud de las informaciones tan en serio como se debería, y contó
de un primo suyo, que apareció pocos días antes en una emisión de
la cadena como desertor del ejército sirio. Según una corta
grabación aparecida en internet, se había pasado al bando del
“Ejercito Sirio Libre“, es decir, los rebeldes.
Es
posible que así sea, dijo un colega. “De eso nada. Ése era
un video de un rehén. El miedo de mi primo, que había sido hecho
prisionero por los rebeldes poco antes, se vé a la legua“.
Más tarde dijo Fadi que en Al-Jazeera se cree saber mejor lo que
ocurre en Siria que los mismos familiares. “Sólo cuando
conté que mi primo desapareció dos días antes de su boda
estuvieron algunos dispuestos a reflexionar“, dijo Fadi,
“Gracias a Dios no se le ocurrió a nadie la idea de que mi
primo quisiese salvarse de un matrimonio forzoso“. Al
decirlo no puede sonreír. El primo nunca volvió y se da por muerto.
Cuando la historia se publicó en la prensa libanesa, lo único que
se le ocurrió decir a uno de los responsables de Al-Jazeera fue
“¡Ah, esa prensa amarilla!“.
Durante
la manifestación en recuerdo de la limpieza étnica israelí contra
los palestinos (1948), el equipo de Al-Jazeera es agredido y
expulsado, acusando a la cadena de manipulación (31.03.2013) [2];
además de su credibilidad, según estudios occidentales, Al-Jazeera
ha perdido el 86% de su audiencia [3].
“Esto
es un despacho de la Hermandad Musulmana“
Al-Jazeera
se ha vuelto ingeniosa. Aquellos que protestan en la redacción o que
dan la espalda a la cadena, son “partidarios del régimen
sirio“, como escribió el jordano Yaser Al Zaatra, próximo
al campo islamista, en un artículo como autor invitado en la página
de internet de Al-Jazeera en la primavera de 2012. Con el ataque a
los propios trabajadores en la propia página de internet se pretende
pasar por alto que no es Siria, sino la falta de profesionalidad de
la emisora el tema principal. El corresponsal de Al-Jazeera en el
Cairo, Samir Omer, abandonó la cadena a principios de 2012
marchándose a Sky News no por Siria sino, como explicó a sus
colegas, “porque no lo aguanto más. Esto ya no es un
despacho de Al-Jazeera. Esto es un despacho de la Hermandad
Musulmana“, es decir del grupo que es apoyado por Qatar en
todos los países árabes y que se considera el ganador de la
“Primavera Árabe“.
Ministros
se convierten en profetas
El
jefe del despacho de París, Zyad Tarrouch, era de Túnez y no de
Siria. Se fue silenciosamente en verano, poco después de las
elecciones presidenciales francesas. Nada extraño tras sufrir
durante semanas y ser citado continuamente por las autoridades
francesas debido a que el invitado permanente de Al-Jazeera, el jeque
Yusef Al Qaradawi, en una emisión llamó a asesinar al antiguo
dirigente libio Muammar al Gadafi, y la emisora fue denunciada en
Francia por “Llamar al asesinato“.
“¡Maldita sea, yo soy periodista!“, murmuraba Zyad
en sus últimos días en la emisora. Cuando entonces el corresponsal
ruso Mohammad Al Hasan abandonó la emisora en verano, y dijo a las
agencias de prensa que le preguntaron que se iba porque se esperaba
de él informaciones difamatorias sobre Rusia, las mentes ingeniosas
de la redacción lo justificaron diciendo que se iba, porque quería
abrir una caseta de Döner-Kebab en Moscú.
Es
difícil saber qué hacen hoy día ambos pensionistas, el ex-ministro
de defensa estadounidense Donald Rumsfeld y el ex-ministro de
información iraquí Mohamman Said Al-Sahhaaf. La emisora les daría
una alegría a posteriori. Ambos han pasado a la historia como
profetas, por su afirmación “Al-Jazeera no dice la verdad“.
Ahora, casi diez años después, su afirmación se ha hecho realidad.
Ha llegado por tanto el momento. Tanbién para mí significa esto que
es la hora de irse. Desde octubre (del 2012) el corresponsal de
Alemania de Al-Jazeera ya no está “on air“.
(Aktham
Suliman -| Frankfurter Allgemeine Zeitung, 11.12.201)
NOTAS
[1] Magda
Abu-Fadil/Huffington Post (30.10.2010), “Has
Al-Jazeera lost its Magic Touch?“ ;
WIKIPEDIA, “Al Jazeera controversies and criticism“ .
[2] Arabia
Souri/YOUTUBE (30.03.2013): "Palestinians Attack Al Jazeera Crew in Occupied Palestine"
.