Turquía en la encrucijada
La derrota de la agresión occidental contra Siria está provocando una modificación de las alianzas turcas para salvar el proyecto neootomano, y puede cambiar la estructura de poder en Oriente medio
La llegada al poder de Erdogan a comienzos de 2003 marcó el principio del fin del sistema vigente desde la creación de la república turca por Mustafá Kemal en los años 20, basado en el laicismo y la constante intervención del ejército en la vida política del país. Para llegar al poder, Ergogan se apoyó en la religión, y especialmente en el Hizmet, una especie de Opus Dei turco, cuyo lider, Gülen, vive en los EEUU; gracias a ello, Erdogán dispuso de un discurso propio frente al laicismo de las élites kemalistas, que le permitió aprovechar el ascenso del islam político y del conservadurismo tras el fin de la Unión Soviética.
Erdogán nombró ministro de Exteriores a Ahmed Davutoğlu, autor de varios textos geopolíticos dedicados a justificar el supuesto derecho de Turquía a ser reconocida como una potencia global, muy influenciados por en Panturianismo (la versión turca de proyectos expansionistas basados en argumentos étnicos, como el pangermanismo o el paneslavismo). Davutoğlu presentó la nueva linea de la política exterior turca como de “cero problemas con los vecinos”, algo imposible en la práctica, debido a que el objetivo del gobierno de Erdogan era recuperar el papel de Turquía como potencia regional que había tenido bajo el Imperio Otomano, que se extendía de Libia al Golfo Pérsico, y de la Meca hasta Ucrania y el Caucaso.
En la práctica, la política neo-otomana de Erdogan y Davutoğlu solo puede ser posible a costa de imponer los intereses estratégicos de Turquía a los paises vecinos, y muy especialmente a Rusia, dando lugar inevitablemente a tensiones en las relaciones exteriores turcas. Desde el principio, estos planes contaron con el apoyo de EEUU, ya que además de acabar con el creciente acercamiento entre las élites kemalistas y Rusia implicaban un alineamiento casi completo de Turquía con los intereses de EEUU en la región; una alianza con Turquía permitía a EEUU el retirarse de la primera linea en los conflictos de Oriente Medio y acabar con el empleo de intervenciones militares llevado a cabo desde el fin de la Guerra Fría, algo que EEUU no puede llevar a cabo indefinidamente debido por sus exorbitantes costes, que han provocado un aumento colosal del la deuda externa estadounidense (tan sólo las intervenciones de Afganistán e Irak tienen un coste superior a los 6 billones de dólares, es decir, 6 millones de millones de dólares).
EL MASTERPLAN DE ERDOGAN
Para convertir a Turquía en una potencia global, El gobierno de Erdogán estableció un proyecto político y económico dotado de cinco pilares:
1) Convertir a Turquía en un corredor energético estratégico de la UE, sustituyendo a Rusia en el sur de Europa (especialmente en los Balcanes). En el centro de dicho corredor estaría el gigantesco gaseoducto Nabucco, favorecido por los EEUU e Inglaterra. Este objetivo era sin duda el más importante de todos, al acabar con la dependencia energética turca de Rusia (tercer consumidor de gas ruso tras Alemania e Italia). El empleo de Turquía para trasportar el gas a la UE implicaba además un enorme beneficio económico por permitirlo (derechos de tránsito), y convertía a Turquía en un socio estratégico de la UE tras varias décadas aguantando humillaciones de Bruselas.
2) Crear un espacio de libre comercio desde el Atlántico al Golfo Pérsico con Turquía en el centro, gracias al establecimiento de acuerdos de libre comercio con sus vecinos primero, uniéndose más tarde con la zona de libre comercio que el GCC estaba organizando. Con ello, Turquía dejaba de necesitar ingresar en la UE, y aprovechaba por completo su situación geográfica como puente entre Europa y Oriente Medio.
3) Acabar con el problema kurdo, una guerra en marcha desde los 80 que consumía una enorme cantidad de recursos y dá un papel prioritario al ejército y las fuerzas represivas. El principal problema del conflicto ha sido la creación de una "economía paralela", basada en el tráfico de drogas y armas, que corroe el país desde hace décadas e impide una modernización de la economía.
4) Devolver al ejército a los cuarteles, acabando con su control de la sociedad instaurado a través de varios golpes de estado en la segunda mitad del siglo XX. El fin del conflicto kurdo acabaría con la dependencia del ejército, y la desactivación del poder militar eliminaría el principal baluarte del laicismo y kemalismo en Turquía.
5) Islamizar la sociedad turca, la influenciada por el laicismo desde que Mustafá Kemal crease en 1922 la República turca. De esta forma se alcanzarían varios objetivos: utilizar el islám para lograr extender la influencia turca en el territorio que antaño formaba parte del Imperio Otomano, y utilizar la religión para consolidar un nuevo modelo de estado, enterrando al laicismo y garantizando la hegemonía de Erdogan a largo plazo, convirtiendo al kemalismo en una oposición minoritaria.
Intentar poner en marcha este proyecto tenía que dar lugar necesariamente a fuertes tensiones, tanto en el seno de la sociedad turca y de su estructura de poder, como en las relaciones exteriores de Turquía con los paises vecinos. Gracias a los proyectos de EEUU para reestructurar toda la región, Erdogan contó con el apoyo de Washington para tomar el poder en Turquía.
NABUCCO, EL ESPEJISMO AMERICANO
Convertir a Turquía en un corredor energético estratégico de la UE (energy hub, en inglés) coincidía con los intereses de EEUU, que desde la caida de la Unión Sovietica buscaban impedir por todos los medios la expansión de los monopolios energéticos rusos en Europa (ver al respecto el artículo en este número Siria y las Guerras del Gas). Para acabar con la dependencia energética turca Erdogan necesitaba el proyecto Nabucco, un gigantesco gaseoducto ideado por EEUU para impedir los planes rusos de extender su influencia energética en los Balcanes. Nabucco recibiría gas de las antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central y el Caucaso, así como de diversos países de Oriente Medio; aunque se incluía a Iran, segundo país del mundo en reservas de gás tras Rusia, en la práctica su participación era imposible debido al embargo de EEUU. Su ausencia implicaba en la práctica el emplear el gas de Egipto (rodeando Israel), Chipre (pese al conflicto con el sur de la isla) la región autónoma kurda del norte de Irak (algo que el gobierno de Bagdad se negó a permitir) y finalmente Qatar, mediante un gaseoducto que atravesaría Jordania y Siria.
Evidentemente, construir Nabucco implicaba un realineamiento de las alianzas estratégicas de todo Oriente Medio (lo que llevó, por ejemplo, al estrechamiento de relaciones entre Turquía e Israel). Pero, sobre todo, implicaba también la subordinación de la política energética rusa a los objetivos de Erdogan, algo que Putin jamás aceptaría voluntariamente, motivo por el que desde su llegada al poder Erdogan puso en marcha una política exterior fieramente antirusa. Su primer paso fué bloquear los antiguos planes de una alianza energética entre Turquía y Rusia establecidos entre Putin y las viejas élites kemalistas y cuyas raices venían de los 80, cuando la Unión Soviética firmó en 1986 un contrato de suministro de gas con una duración de 25 años. Fruto de esta estrecha relación energética fué la construcción del gaseoducto Blue Stream, que atraviesa el Mar Negro y es el gaseoducto submarino más profundo de la historia, un prodigio de la técnología italiana. Blue Stream entró en servicio a comienzos de 2003, justo cuando Erdogán llegó al poder.
El primer acto de la política exterior de Erdogan tras llegar al poder fué negarse a inagurar Blue Stream, iniciando un conflicto con Rusia para lograr una rebaja del precio del gas. Erdogan retrasó su inaguración nada menos que dos años, y sólo lo hizo tras inagurar antes el oleoducto BTC, construido por iniciativa de EEUU e Inglaterra para crear una ruta energética para el Caucaso que rodease Rusia. El BTC demostraba claramente que EEUU estaba dispuesto a todo para detener los planes rusos, ya que su construcción solo fué posible gracias a las guerrillas fundamentalistas chechenas, apoyadas por Washington (hasta el punto de que el gobierno de EEUU se reunió con sus representantes, lo que equivale un reconocimiento de facto) y Londres (Inglaterra les dió asilo político); dichas guerrillas se dedicaron a sabotear los oleoductos rusos que atravesaban Chechenia, haciéndo imposible su uso e imponiendo la construcción de nuevas rutas que rodeasen Rusia. La relación directa entre la Guerra de Chechenia y el BTC era un aviso para navegantes de lo que podía esperarse de Nabucco.
ERDOGAN Y LAS REVOLUCIONES DE COLORES
La situación de Georgia y su jefe de gobierno, Edward Shevardnadze (el último ministro de asuntos exteriores de la Unión Soviética) no era nada fácil. Georgia era utilizada como retaguardia por las guerrillas islamistas chechenas, y al permitir construir el BTC acabó con el control ruso de los flujos energéticos del Caucaso. A cambio de estas concesiones a EEUU tan solo logró que se acabasen los atentados que estuvieron a punto de acabar con su vida. La llegada al poder de Putin provocó un cambio drástico en el equilibrio de fuerzas en el Caucaso: tras aplastar a las guerrillas fundamentalistas en Chechenia, el ejército ruso se dedicó a eliminar sus bases en territorio georgiano, bombardeando el Valle de Pansiki, y el gobierno ruso prestó su apoyo a varias regiones independentistas georgianas. Todo esto debilitó al gobierno de Tiflis, que al final accedió a establecer una alianza energética con Gazprom.
Los EEUU se negaron a aceptar que la influencia de Rusia se extendiese en al antigua esfera de influencia soviética, y pusieron en marcha una nueva estrategia: las "Revoluciones de colores", una forma moderna de golpes de estado que tuvieron lugar en la periferia de Rusia, desde los Balcanes al Caucaso. La Yugoslavia de MIlosevic fué el primer país donde se pusieron en práctica: se reorganizó la oposición, uniendo a grupos de todo pelaje político: fascistas, izquierdistas, liberales... cuantos más mejor, el objetivo no es gobernar sino arrebatar la legitimidad democrática al gobierno, obteniendo el mayor número de votos posible; se creó un medio de comunicación para esa oposición (la cadena B-92) y el movimiento juvenil Optor (actualmente Canvas), sin clara definición política y con el objetivo de tomar las calles mediante acciones no violentas, siguiendo las tesis del general Sharp de EEUU. Todo ello generosamente financiado por ONGs relacionadas con el especulador financiero George Soros, que empezó su carrera en los 80 creando ONGs para desestabilizar la Unión Soviética (el Helsinki Watch, hoy día Human Rights Watch). Tras su previsible derrota en las elecciones del 2000, la oposición se lanzó a la calle y ocupó el parlamento, derribando la puerta con un bulldozer e instalando un gobierno que rapidamente fué reconocido por occidente.
En 2003 tuvo lugar la "Revolución de las rosas" en Georgia, siguiendo el modelo yugoslavo: tras su derrota electoral, grupos armados de la oposición ocuparon el parlamento, y nombraron jefe de gobierno a Shakaasvili, un abogado de Wall Street, que fué inmediatamente reconocido como jefe de gobieno legítimo por la UE y EEUU. Shakaasvili cortó todos los lazos con Rusia, apoyó los planes de EEUU de crear corredores energéticos y de transporte entre Azerbaian y Turquía, y bloqueó las conexiones entre Rusia y su principal aliado en la región, Armenia, que fué condenada al aislamiento debido a que la frontera turco-armenia lleva desde 1993 cerrada.
Tras imponer su voluntad en el Caucaso en beneficio de Turquía a costa de Rusia, los EEUU llevaron a cabo pocos meses después otra "Revolución", esta vez en Ucrania. El motivo fué el oleoducto Odessa-Brody, en el que el gobierno ucraniano de Kuchma invirtió enormes sumas de dinero, sólo para descubrir que no había petroleo que transportar, pese a la propaganda de EEUU sobre las enormes reservas energéticas del Caucaso. Kuchma, al descubrir que había sido engañado para gastar un dinero que no tenía en un oleoducto inutil con unos costes enormes de mantenimiento, llegó a un acuerdo con Moscú: Rusia se comprometió a hacerse cargo del oleoducto (tan necesario para Rusia como la quinta pata de una silla), y a cambio el parlamento ucraniano ratificó en abril de 2004 su ingreso en el Espacio Económico Común, junto con Kazakastán, Bielorusia y Rusia.
Este acuerdo implicaba el renacer de Rusia como potencia, por lo que, a finales de 2003 y comienzos de 2004, meses después del golpe en Georgia, EEUU puso en marcha la llamada "Revolución naranja" ucraniana para impedir la victoria electoral de Yakunovich, el delfín de Kuchma. La oposición se negó a aceptar su derrota y con ayuda de los medios de comunicación occidentales y enormes sumas de dinero logró crear un clima de pre-guerra civil, forzando a Yakunovich a aceptar repetir los comicios; esta vez la oposición naranja logró una victoria raspada, consumando el golpe de estado. El nuevo gobierno naranja rompió los acuerdos con Rusia, buscó integrarse en la OTAN y saboteó el suministro de gas a Europa Occidental, dando nuevos argumentos a favor de la puesta en marcha de Nabucco, repitiendo lo ocurrido con la Guerra de Chechenia. Semejante política era un suicidio económico: el tránsito del gas ruso era el principal ingreso del gobierno, y Rusia eliminó las subvenciones al precio del gas, de manera que Ucrania tuvo que pagar el precio del mercado, provocando un aumento exponencial de su deuda y dos “Guerras del gas“ (en 2006 y 2009) que acabaron con la firma de un nuevo contrato de suministro de gas que imponía a Ucrania unas condiciones draconianas y un precio elevadísimo, provocando la ruptura del “Bloque naranja“ y abriendo el camino a (otra) victoria electoral de Yakunovich, acabando la política abiertamente rusófoba de los gobiernos naranjas.
Turquía, que anteriormente apoyó las guerrillas fundamentalistas chechenas en la guerra contra Rusia para lograr que se construyera el BTC, apoyó abiertamente las “revoluciones“ en Georgia y Ucraniana, que hacían posible su proyecto de convertirse en un corredor energético alternativo a Rusia. Dicho apoyo pudo verse cuando el gobierno de Erdogan suministró a Georgia un tercio de las armas utilizadas en la Guerra de 2008 contra Rusia (los otros dos tercios los suministró EEUU). Eso sí, cuando Rusia reaccionó y aplastó a Georgia, Erdogan impidió que barcos de EEUU atravesaran los Dardanelos, para evitar una escalada de la tensión que habría afectado a la propia Turquía.
SUSURLUK, LA RED GLADIO Y EL FIN DEL KEMALISMO
Georgia y Ucrania son claros ejemplos de que para alcanzar sus objetivos Erdogan tenía que estar dispuesto a emplear todos los medios posibles, incluida la fuerza. Pero para ello tenía que eliminar al ejército, verdadero "estado dentro del estado" y corazón del estado kemalista. Para logarlo, Erdogan contó con la inesperada ayuda de círculos kemalistas En Turquía, el ascenso del islamismo político al poder tuvo lugar de manera paralela a un curioso proceso de autodestrucción del kemalismo a lo largo de los años 90. Dicho proceso tuvo su climax en el escándalo de Susurluck, un accidente de tráfico que tuvo lugar en el 2 de noviembre de 1996, en el que murió Abdullah Çatli, uno de los principales responsables de la Estrategia de la tensión de los 70 y de la Guerra sucia de los 80 y 90; el accidente fué bastante sospechoso ya que Çatli viajaba en un coche blindado, que curiosamente estaba lleno de armas y documentos comprometedores, Dicho accidente recuerda otro similar del subcomisario Amedo, también con un coche cargado de documentos sobre la estructura real de los escuadrones de la muerte anti-ETA (dando lugar al caso GAL). Curiosamente, ambos accidentes dan lugar a la filtración de información confidencial sobre las estructuras paralelas del estado y el inicio de escándalos publicados para beneficio de grupos conservadores, dando lugar a cambios de gobierno favorables a los intereses de EEUU: en España Aznar y en Turquía Erdogan.
En el accidente de tráfico también murieron Gonca Us, novia de Çatli y con amplios antecedentes por trafico de drogas, y Hüseyin Kocadağ, jefe de policía de Estanbul. Otro tripulante del vehículo, Sedat Bucak, quedó gravemente herido pero logró sobrevivir, era miembro del parlamento y lider de un poderoso clan kurdo implicado en la Guerra sucia en el Kurdistán y el trafico de drogas a gran escala. Que un alto mando de policía viajase en compañía de uno de los asesinos más peligrosos del país y un conocido traficante de drogas y responsable de escuadrones de la muerte en el Kurdistán provocó un escándalo fenomenal, que se amplio debido a la publicación constante de noticias sobre la llamada “contraguerrilla“ turca, presentada como una especie de GAL turco gigantesco responsable de miles de asesinatos, pero que en realidad era nada menos que la sección turca de la red Gladio. El escándalo de Susurluk sirvió para desprestigiar al ejército y destapar las estructuras del llamado Estado profundo del kemalismo, un estado dentro del estado que controlaba la política y la economía del país.
Çatli era una de las personas más buscadas del mundo y estaba incluido en la lista roja de la Interpol como traficante de drogas y asesino a sueldo profesional. Calificado por algunos de lider de los Lobos Grises (la organización ultranacionalista turca responsable de cientos de asesinatos en Turquía y Europa, intimamente ligada al tráfico de drogas), Çatli es el hilo de Ariadna que conecta la estrategia de la tensión de la red Gladio turca en los años 70-80, la guerra sucia de los 80 en Europa y América Latina y su conexión con el trafico de heroina organizado por los EEUU para financiar las guerrillas afganos contra la URSS en Afganistán, a su vez relacionada (escándalo Irán-Contra) con la red de cocaina/crack puesta en marcha por EEUU con ayuda de Noriega para financiar a la Contra nicaragüense y los Escuadrones de la muerte de El Salvador.Entre otras cosas, Çatli fué uno de los lideres de las juventudes del partido ultranacionalista/fascista MHP en los 70s, verdaderas escuadras de choque fascistas responsables de la muerte de millares de personas de izquierdas o simplemente contrarias a la dictadura kemalista. Çatli participó asimismo en el atentado de Ali Ağca (otro miembro de los Lobos Grises) contra el Papa, y actuó también en America Latina en los 80, junto con Stefano Della Chiaie, un fascista italiano que formaba parte de la red Gladio en Italia y que estuvo implicado en las principales masacres de la Estrategia de la tensión en Italia en los 70s-80s.
LA ESTRATEGIA DE LA TENSIÓN EN TURQUÌA
A finales de los años 70 las organizaciones ligadas a la Gladio desataron una verdadera carnicería en Turquía, con el objetivo de desestabilizar el gobierno del primer ministro Bulent Ecevit. Para lograrlo la OTAN estaba dispuesta a llevar a cabo todo tipo de salvajadas, como el uso de francotiradores contra la manifestación del Primero de Mayo de 1977 en Estambul, matando a 38 personas e hiriendo a más de 300. No fué una excepción, sino la norma: tan sólo en 1978 hubo en Turquía 3.319 ataques fascistas, que provocaron nada menos que 831 muertos y 3.121 heridos. En 1980, cuando un golpe militar acabó con el gobierno de Ecevit, el partido fascista MHP tiene cerca de 1.700 sedes en toda Turquía, casi 200.000 afiliados y un millón de simpatizantes. Tras el golpe los atentados pararon como por arte de magia, y el ejército disolvió entonces a los partidos y grupos fascistas. Tras encarcelar a sus militantes, les ofreció la libertad a cambio de participar en la lucha que empezaba en el Kurdistán, contra el recién creado PKK. Al mismo tiempo, EEUU puso en marcha la autopista de la heroina que, partiendo de Afganistán, atraviesa Turquía y los Balcanes para alcanzar Europa.
A pesar de su alto rango en las filas del fascismo turco, Çatli no dejaba de ser una marioneta. Los verdaderos responsables hay que buscarlos en el ejército y los servicios secretos (como habría que haber hecho en España en el caso de los escuadrones de la muerte anti-ETA, pero ese no era el objetivo real de Garzón). Los principales responsables de organizar la Estrategia de la tensión fueron:
EL PAPEL DEL NACIONALISMO KURDO EN TURQUÍA
La guerra en el Kurdistán y el trafico de heroina fueron claves en la lucha interna en el seno del kemalismo y provocó un golpe de estado silencioso en 1993, mediante el asesinato (17.04.1993) de Turgut Özal, el presidente de gobierno de Turquía (envenenado), y del general Eşref Bitlis (accidente aéreo), jefe de la Gendarmería y uno de los principales responsables de la lucha contra la guerrilla kurda del PKK. Ambos habían puesto en marcha negociaciones para acabar con el conflicto de Kurdistan y el Estado profundo surgido tras el golpe de 1980, que se alimentaba del tráfico de drogas generado por la Guerra de Afganistán contra los soviets. El comercio de la heroina, que generaba un capital superior al prespuesto del estado turco, fué fundamental como alternativa a los ingresos generados por el comercio con la Unión Soviética (el principal socio comercial de Turquía en 1980), que EEUU quería eliminar mediante el llamado cinturón verde (por el color del islám), una zona de inestabilidad provocada por militantes islamistas que habría de aislar Moscú de sus vecinos y socios comerciales.
La organización del trafico de drogas a gran escala por EEUU no es nada nuevo: EEUU ya lo hizo durante la Guerra de Vietnam en toda la península de Indochina, como demuestra el libro de Alfred W. McCoy, "The politics of heroin in Southeast Asia: CIA complicity in the global drug trade" (1972), y cuya versión actualizada (2003) muestra la complicidad de EEUU en el tráfico de heroina de Afganistán. La heroína dió lugar a la aparición en Turquía de un nuevo grupo en el seno del poder, ligado a la criminalidad e intimamente relacionado con el aparato represivo y militar, que justificaba su existencia en la lucha contra los kurdos. Esta fracción del poder estaba fuertemente ligada a la OTAN y los EEUU, y gracias a sus enormes ingresos podía competir con las fracciones del poder ligadas a la economía "legal", pero fué incapaz de acabar con las amplias relaciones económicas entre Turquía y la Unión Sovietica, que dieron lugar al contrato de 1986 para el suministro de gas soviético durante 25 años, que Erdogan se negó a extender tras caducar en 2011.
El PKK kurdo es similar al maoista Sendero Luminoso de Perú o el Frente Zapatista de Chiapas (éste último encabezado por el ex-maoista comandante Marcos): todos ellos son dependientes al 100% de un máximo lider, y se desarrollan (supuestamente) sin que las fuerzas de seguridad del estado se enteren (en el caso de Perú, su lider se movío libremente en los círculos de la crema y nata de la alta burguesía peruana durante décadas sin problemas). Tras largos preparativos (en el caso del PKK entre 1978 a 1984), estos movimientos ponen en marcha una insurrección armada en una zona geográfica aislada: Ayacucho en Perú, Chiapas en México, Kurdistán en Turquía. Que algo así es imposible se demuestra facilmente: de los 5 fundadores del PKK, hoy se sabe que dos de ellos eran infiltrados policiales, como ha reconocido el mismísimo Öchalan, lider del PKK. Hay que señalar que, en lugar de destruir el PKK como hizo con todos los grupos izquierdistas, el ejército esperó al inicio de la inició "campaña militar" del PKK en 1984 para poner en marcha una serie de medidas (como la creación de la Hezbollah turca o del JITEM). Esto polarizó la sociedad entre nacionalistas kurdos y turcos (que a su vez podían identificarse como "irquierdistas/comunistas" contra "derechistas/fascistas") dando lugar a una situación que no dejaba espacio político a la izquierda real.
Como en el caso del Pais Vasco, el PKK surgió en una región tradicionalmente de derechas, que estaba viviendo una creciente radicalización de la población, militancia que "gracias" al PKK se desvió al nacionalismo, impidiendo que se convirtiese en un foco revolucionario para toda Turquía. Es interesante además que, al igual que las estructuras de la Gladio turca, el PKK se financiase también con el trafico de la heroina afgana mediante la imposición de un impuesto para permitir su paso por las zonas bajo su control. Öchalan además estableció su cuartel general en el valle libanés de la Bekaa, uno de los ejes del tráfico de drogas de Oriente Medio, en un país invadido por Israel y Siria. Esta relación del PKK con el tráfico de heroina organizado por los EEUU para financiar sus estructuras ilegales no es el único dato sospechoso: el hecho de que recibiesen armamento del ejército griego (es decir, de la OTAN), o su estrecha relación con el maoista Partido de los Trabajadores que actuaba en el resto de Turquía, y también implicado en el tráfico de la heroina (algo que han reconocido abiertamente), y cuyo lider ha resultado estar intimamente relacionado con las estructuras kemalistas, apuntan a que EEUU utilizó la heroina y el nacionalismo kurdo siguiendo la doctrina de "Divide y Vencerás". Es más, también existieron conexiones entre las estructuras de la contrainsurgencia y el PKK, un ejemplo de lo cual es el caso del "Yüksekova Gang", destapado en 1996 (poco antes del escándalo de Susurluk), un grupo mafioso dedicado al tráfico de drogas y armas dirigido por altos cargos militares, y que suministró armas al PKK; conexiones similares se han dado en España con la ETA: baste recordar la entrega de información sobre Carrero para facilitar su asesinato, algo reconocido por la misma ETA, o el chivatazo del bar Faisan, que impidió desarticular la estructura de financiación de ETA (para saber quién está detrás de algo, solo ha de seguirse el hilo del dinero...).
EL PKK Y LA DESINTEGRACIÓN DEL KEMALISMO
Mientras no paraban de surgir escandalos relacionados con el "estado profundo" (Yüksekova Gang, Susurluk, JITEM...), el kemalismo se hundía en luchas intestinas, en las que se utilizaban los escándalos como armas contra los contrincantes, el islamismo político no paraba de avanzar: el Partido del Bienestar del islamista Erbakan, por el cual Erdogan fué nombrado alcalde de Estambul, logró llegar al poder gracias al apoyo de una de las fracciones kemalistas. El ejército era consciente del peligro que implicaba el islamismo para el establishment político kemalista, pero debdio a su descrédito a raiz de los escándalos le era imposible derribar al gobierno del mediante un golpe de estado tradicional. Por ello, en febrero de 1997 (pocos meses después de Susurluk) se llevó a cabo el llamado “golpe de estado postmoderno“, por el cual el ejército utilizó el miedo a un golpe para lograr que el gobierno de Erbakan perdiese la mayoría en el parlamento y tuviese que abandonar el poder sin necesidad sacar los tanques a la calle. Pero dicho golpe fué una victoria pírrica.
Öchalan y el PKK serían un tema clave en las relaciones de Turquía con Siria, principal aliado de Rusia en Oriente Medio,acelerando la desintegración del kemalismo. Entre 1996 y finales de 1998 tuvo lugar una escalada de tensión entre Turquía y Siria, que incluyó el despliegue del ejército en ambos lados de la frontera y a punto estuvo de dar lugar a una guerra. Finalmente Siria (que en 1996 desplegó su ejército en la frontera con Turquía, a la que acusó de una campaña de atentados en Damasco y echó en cara su reciente alianza con Israel) decidió ceder y obligó a Öchalan a marcharse de las zonas bajo su control. Öchalan entonces inició una serie de movimientos aparentemente erráticos: primero se trasladó a Italia, lo que provocó enormes problemas diplomáticos con Turquía al gobierno italiano, que tenía que negarse a extraditarle debido a su segura condena a muerte. Finalmente ser le obligó a abandonar el país, y entonces se fué a Rusia, provocando un nuevo conflicto diplomático con Turquía, tras lo cual se trasladó a Kenia, uno de los principales aliados de EEUU en Africa, donde fué detenido y trasladado a Turquía. Es bastante significativo que los paises a los que voló Öchalan fuesen precisamente Italia y Rusia, que habían establecido una alianza energética con Turquía para construir Blue Stream; pero pese a las tensiones que provocó la alianza se mantuvo hasta la llegada al poder de Erdogan, que rompió con Rusia y se alió a los EEUU.
Tras el asesinato de Özal y Bitlis (recientemente una autopsia a demostrado que Özal fué envenenado, y el fiscal encargado de investigar el "accidente" de Bitlis fué sustituido tras descubrir indicios claros de un sabotage en el avión) las estructuras del "estado profundo" turco tomaron un protagonismo cada vez mayor, reproduciendo la Estrategia de la tensión de los 70-80, mediante el asesinato de periodistas, el secuestro y chantaje de empresarios críticos con el kemalismo (de lo que se encargaba Çatli), o la tortura y el asesinato, tarea que en el Kurdistán llevó a cabo la Hezbollah turca, grupo creado en 1984 en el Kurdistan para combatir al PKK que no tiene conexión alguna con el grupo del mismo nombre del Líbano. La más famosa de las víctimas de la Hezbollah turca fué Koris Cunca, una madre de cinco niños que tras participar en Hezbollah empezó desarrollar una visión crítica de la interpretación machista del islám, siendo calificada por la prensa de "feminista islámica". El verano de 1998 Hizbollah la secuestró, y tras torturarla durante 35 días (un martirio que fué grabado en video), tras lograr que "confesara sus errores" fué ejecutada. Que el ejército turco, supuesto garante del laicismo, utilizase a estos escuadrones de la muerte religiosos habla por sí mismo de la decadencia del modelo kemalista. El cadaver de Koris Cunca fué descubierto a comienzos de 2000 junto con muchas más victimas de Hezbollah enterradas en fosas comunes dispersas por todo el país; el ejército intentó negar su evidente relación con el grupo, provocando una indignación general y aumentando aún más, si cabe, su descrédito en el seno de la sociedad turca.
Hezbollah, Susurluk y muchos otros escándalos publicados por la prensa relacionados con las estructuras de la Contraguerrilla turca provocaron el descrédito general hacia los gobiernos kemalistas, generando un clima similar al creado por El Mundo con el GAL pocos años antes, durante el último gobierno de Felipe Gonzalez y que facilitaron la llegada al poder de Aznar, de la misma forma que en Turquía facilitó enormemente el ascenso de Erdogan. Al desprestigio militar y gubernamental y la creciente ingobernabilidad del país provocada por los enfrentamientos en el seno del kemalismo se unieron una terrible crisis económica terrible que amenazó con convertirse en una depresión y el rechazo general a las medidas tomadas para superarla (incluyendo un programa de ajuste estructural del FMI en 2000-2001), así como la decepción general provocada por la negativa de la UE a iniciar conversaciones con Turquía para su entrada en la Unión Europea. Todo ello puso punto final a 80 años de poder kemalista (en el poder desde la fundación de la Turquía moderna, en 1922). El momento de Erdogan había llegado.
VICTORIA DEL ISLAMISMO Y FIN DEL KEMALISMO
Recep Tayyip Erdogan, militante islamista desde su juventud y alcalde de Estambul, fué encarcelado por sus ideas tras la ilegalización del Partido del Bienestar de Erbakan, en el que militaba. En 2001 rompió con Erbakan al considerar inutil su política de confrontación abierta entre el islamismo y el laicismo, y creó su propio partido islamista moderado, el AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo). Para entonces ya gozaba de considerable prestigio, derivado en lo económico de su gestión de Estambul (donde logró organizar el suministro de agua y estableció estrechas relaciones con parte de las principales dinastías empresariales de Turquía), y en lo político por haber estado dispuesto a ir a la carcel por sus ideas políticas. En medio del caos general, debido a su imagen de firmeza, Erdogan no tardó en convertirse en el político más carismático del país. Mientras tanto, el que sería el último gobierno kemalista estaba formado nada menos que por el MHP y el DCP, ambos kemalistas y herederos de los grupos que se enfrentaban en las calles durante la Estrategia de la tensión de los años 70 y que facilitaron el golpe de estado de 1980, lo que provocó el desprestigio definitivo del kemalismo político.
Pero para ganar unas elecciones es necesario mucho más que prestigio: sin apoyos en el centro del poder es imposible llegar a ningún sitio. Erdogan contaba con dichos apoyos: Abdullah Gülen, lider del Hizmet, movimiento islámico similar al Opus Dei, y de una red educativa de corte islámico de alcance mundial que cuentan en Turquía con estrechos lazos con las altas esferas de la economía y tiene una enorme influencia en el aparato policial y judicial (es decir, quienes estaban destapando los escándalos kemalistas). Gülen, un antiguo miembro de organizaciones anticomunistas turcas relacionado con la CIA, es lider del movimiento Hizmet, considerado lo más próximo al Opus Dei del mundo islámico. Desde 1999 reisde en EEUU, donde huyó tras emitirse un video en la televisión tomado de manera clandestina en el que explicaba a sus seguidores su plan de tomar el control del estado mediante una infiltración silenciosa de sus instituciones, y es propietario de un entramado mediatico muy influyente en Turquía, del que forman parte cadenas de televisión y el periódico de mayor tirada del pais, Today's Zaman.
El apoyo de Gülen (al menos un 30% de los votos de Erdogan) y una inesperada fragmentación del voto kemalista/laicista permitió la llegada al poder de Erdogan en 2002/2003. Económicamente, la situación que encontró era similar a la de Aznar en 1995: el gobierno saliente había llevado a cabo la parte más dura de las reformas necesarias para revitalizar la economía, que empezaban a dar frutos; Erdogan entonces puso en marcha una campaña de privatizaciones de las empresas públicas, lo que dió lugar a un boom económico y atrajo un enorme flujo de capitales extranjeros. Erdogan aprovechó entonces para eliminar los controles de capitales y liberalizar la tasa de cambio de la libra turca, acabando con el control estatal del banco central. Además, el gobierno de Erdogan sentó las bases para una burbuja inmobiliaria espectacular, basada en el endeudamiento masivo de la población. En resumen, Erdogan siguió al pié de la letra un programa neoliberal idéntico al de Aznar: aparente riqueza a corto plazo, depresión y deuda eterna una vez estalle la burbuja inmobiliaria. Pero políticamente Erdogan no tenía rivales: el encarcelamiento de Öcalan por los kemalistas había paralizado al PKK, deteniendo la guerra en Kurdistan (de manera similar a lo ocurrido en Perú con Sendero Luminoso tras la captura de Guzmán), dando lugar a una población agradecida tras varias décadas de conflicto.
EL PROYECTO DE UNA ZONA DE LIBRE COMERCIO ÁRABE
Junto a la energía, el otro gran objetivo de Erdogan era lograr el control de las rutas comerciales que atraviesan la región, y que comunican Africa con Asia y Oriente Medio con Europa. En el centro de dicha encrucijada está Siria, que de esta forma era doblemente importante para los planes de Erdogan. En 1996 Turquía firmó un acuerdo de Unión Aduanera con la UE, abriendo sus mercados a la UE, y ese mismo año Turquía inició una política de confrontación con Siria por el PKK. La expulsión de Öchalan de Siria y la desactivación del conflicto kurdo dió lugar a la mejora de las relaciones entre ambos países, que iniciaron negociaciones para poner en marcha una zona de libre comercio. Cuando Erdogan llegó al poder dichas negociaciones estaban casi concluidas, y ambos países firmaron un tratado de libre comercio que abrió los mercados sirios a las empresas turcas y européas gracias al acuerdo de libre comercio entre Turquía y la UE de 1996.
Gracias a dicho acuerdo los planes turcos iban viento en popa: la zona de libre comercio con Siria era tan solo una pieza más de una serie de acuerdos similares impulsados por Erdogan en los países de su entorno, la mayoría de los cuales habían formado parte del Imperio Otomano: Croacia, Serbia, Bosnia, Macedonia, Montenegro, Albania, Kosovo en los los Balcanes (a los que se ha de añadir la UE); Marruecos, Tunez y Egipto en el norte de Africa, Siria, Jordania, Libano, Israel en Oriente Medio, así como el GCC en la península arábiga, que agrupa a Arabia Saudí, Kuwait, Oman, Qatar, Bahrein y los EAU. A mediados de 2010, Turquía, Siria, Libano y Jordania hicieron pública su decisión de crear un area de libre comercio. Dado que el GCC pretendía también crear una zona de libre comercio dotada incluso de una moneda única, siguiendo el modelo de la UE, Turquía entabló negociaciones con el GCC para unificar ambas zonas; esto habría dado lugar a una zona de libre comercio desde la UE hasta el océano índico, en la que además se concentran los paises con los que Turquía tiene un saldo comercial positivo.
Eran días de vino y rosas, o eso parecía: según ha hecho público Roland Dumas, antiguo ministro de exteriores francés, Inglaterra le propuso ya en 2009 participar en sus planes para acabar con el régimen de Assad; de hecho, antes del inicio de las “revoluciones“ árabes a comienzos de 2011 ingleses y franceses ya se habían repartido las aguas territoriales libias para que sus submarinos pudiesen maniobrar sin peligro, y los preparativos del ataque se camuflaron con unos maniobras militares iniciadas en 2010 y planificadas con anterioridad. Quizas por eso las petromonarquías del GCC, perfectamente informadas de los planes para reorganizar el Oriente Medio (que financiaron generosamente) suspendieron en 2010 las conversaciones sobre la zona de libre comercio árabe soñada por Erdogan.
LA BURBUJA TURCA
En realidad, pese a las apariencias se estaban acumulando serios problemas económicos en Turquía, especialmente tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en EEUU y otros países, que llevó a la quiebra de facto de la banca occidental. El modelo económico neoliberal de Erdogan no se basaba en el crecimiento sino en el endeudamiento, por lo que Turqula era fuertemente dependiente de la financiación extranjera. Debido a que los planes de Erdogan implicaban una confrontación directa con Rusia, Turquía pasó a contar con el apoyo de EEUU y en poco tiempo se convirtió en uno de los paises preferidos para el capital especulativo que busca un beneficio a corto plazo, algo sólo factible mediante la creación de burbujas económicas de algún tipo.
El cierre global del crédito provocado por la crisis bancaria global provocó a comienzos de 2008 el desplome de la economía turca, y Erdogan emprendió una huida hacia adelante: de manera similar a Zapatero en España, en lugar de acabar con un "modelo de crecimiento" que era pura deuda, tras perder la fuente de los prestamos a medio y largo plazo mediante los cuales el estado turco se mantenía a flote decidió pasar a depender de financiación a corto plazo. Esta estrategia es extremadamente peligrosa, ya que hace el país vulnerable: cualquier suceso puede provocar que de la noche a la mañana ese capital abandone el país tan rápido como llegó; además, los fondos de capitales especializados en el prestamo a corto plazo son grupos de inversores de EEUU, por lo que la dependencia turca de la política exterior estadounidense se amplió aún más si cabe.
Prestar dinero a corto plazo en medio de un cierre global del credito implica ofrecer perspectivas de grandes beneficios en poco tiempo, algo que en semejante entorno es imposible. Para logarlo Erdogan aprovechó su alianza con las élites económicas del país, y especialmente de la construcción, para hacer el futuro del país dependiente de los intereses de las mafias inmobiliarias mediante proyectos tan gigantescos como inútiles (tan sólo en Estambul un descomunal aeropuerto, varios puentes sobre el Bósforo y un metro, así como la construcción descontrolada de centros comerciales).
La novedad principal fué que Turquía logró que semejante locura fuese financiada por grupos de inversión de las monarquías del Golfo Pérsico, siendo sin duda el aspecto económico del pacto para remodelar el Oriente Medio que EEUU y dichas monarquías estaban preparando. La aparente bonanza económica que Erdogán logró tan sólo se sostenía mientras se inundaba el país con cemento (de manera similar a lo ocurrido en Espana). El modelo económico turco, similar a ir en bicicleta (si dejas de moverte, te estrellas contra el suelo) es pan para hoy y hambre para mañana, ya que implica un aumento exponencial de la deuda pública y privada. Debido a ello, Erdogan necesitaba una forma de tapar los enormes agujeros que su "modelo" estaba provocando en la economía turca, y rápido: la guerra.
LIBIA Y GREENSTREAM
El apoyo turco a los golpistas en Ucrania y Georgia buscaba impedir los suministros rusos de energía para poder crear un corredor energético a través de Turquía. Pero los planes turcos no sólo estaban amenazados por los proyectos rusos en los Balcanes. Poco después de entrar en servicio el gaseoducto Blue Stream (en 2004) entró en servicio el gaseoducto Greenstream entre Libia e Italia. Como dejan claro documentos hechos públicos por Wikileaks, la Italia de Berlusconni fué el principal aliado de Rusia y sus proyectos energéticos en la UE, alianza que EEUU intentó sabotear sin éxito. El apoyo económico y tecnológico italiano garantizó económica y tecnológicamente la viabilidad del proyecto South Stream; además, Berluconni estableció una alianza estratégica con Libia, recuperando la que existió en los 80, cuando el Vaticano, la Unión Soviética, Italia y Libia colaboraban estrechamente (ejemplo de ello fué el envío de los Exocets a Argentina, que forzaron a Inglaterra y a EEUU a utilizar todos sus recursos para impedir la victoria argentina). Para acabar con dicha alianza, EEUU y Francia intentaron matar a Gadafi provocando la masacre de Ustica (en la que cazas de la OTAN intentaron matar a Gadafi, derribando a un avión de pasajeros: ver "La OTAN abatió por un error un avión comercial en Italia en 1980", El Pais 2.9.1999), o bombardeando Trípoli, matando a una de las hijas pequeñas de Gadafi. Finalmente dicha alianza se deshizo tras la decisión de la FIAT (empresa pionera en la Ostpolitik) de distanciarse de Gadafi, a cambio de suculentos contratos armamentísticos de EEUU, lo cual tuvo lugar coincidiendo con la llegada al poder de Gorbachov.
La alianza estratégica de Italia y Libia era una reproducción a pequeña escala de la alianza entre el capitalismo anglosajon con y las petrocracias árabes: se las compra el petroleo, y a cambio invierten dicho dinero en acciones y bienes (en este caso, italianos). De esa forma se crea un ciclo monetario cerrado, garantizando una relativa estabilidad a ambas partes. La consecuencia de dicha alianza es naturalmente que Italia está protegida contra las oscilaciones de los flujos de capital típicas del modelo neoliberal, y además garantiza su seguridad energética. No es de casualidad que Italia se hundiese en una profunda crisis económica sólo tras la destrucción del régimen de Gadafi.
La destrucción de Libia no tenía como objetivo hacerse con la producción de petroleo, sino impedir que el flujo de capital que genera dañe los intereses de los EEUU y sus aliados. Dichos intereses se vieron amenazados al negociar Gadafi en 2008 (en plena crisis financiera internacional y del modelo económico de Erdogan) la venta de su producción de gas a Rusia, algo que amenazaba directamente los intereses turcos. Debido a ello, Erdogan apoyó la salvaje agresión “humanitaria“ de la OTAN, que arrasó ciudades enteras, redujo el país más rico de Africa a la miseria y paralizó sus exportaciones energéticas a Italia, que de esta forma pasa a depender de los envíos de gas LNG (mucho más caro) suministrado por... Qatar, país que "casualmente" jugó un papel clave en destruir el estado libio.
ERGENEKON Y LA "PRIMAVERA ÁRABE"... DE EEUU
Semanas antes del inicio de la agresión de la OTAN contra Libia, Erdogan puso en marcha una operación para acabar con el poder del ejército, último bastión kemalista. Aprovechando el descrédito del ejército y las fuerzas de seguridad entre la mayoría de la población, se puso en marcha un juiciostificar el encarcelamiento de la oposición kemalista: el proceso Ergenekon (ver anexo al final del texto). Según la acusación de los tribunales (un estamento fuertemente infiltrado por el movimiento islámico Hizmet de Gülen) existía una conspiración en la que el kemalismo estaba implicado, tanto en el aparato del estado como en la sociedad civil. Semejante acusación (que curiosamente reflejaba las actividades del movimiento de Gülen) permitíó en la práctica la persecución de cualquier foco de disidencia, y dió lugar a la decapitación de la cupula militar, el encarcelamiento de periodistas, miembros de ONGs, profesores universitarios... y naturalmente fué utilizada también contra quienes criticaban a Gülen.
Iniciado poco antes del inicio de la "Primavera árabe" y los ataques de la OTAN contra Libia y Siria, el proceso Ergenekon impidió una reacción militar contraria a un proyecto que en el mejor de los casos era arriesgadísimo, y en el peor de los casos podía poner en serias dificultades a Turquía. No en vano Kemal, fundador de la república turca sobre las cenizas del Imperio Otomano, había advertido contra cualquier pretensión de resucitar el Imperio Otomano interviniendo en los países vecinos. Pero esa era precisamente la intención de los proyectos "Neo-otomanos" del gobierno de Erdogan, y para ello era necesario desarticular a la cupula militar, que fué encarcelada. Ese era el objetivo del proceso Ergenekon, que se aprovechaba de los escándalos de los últimos años del kemalismo para hacerlo creible.
LA CATÁSTROFE SIRIA
Pese a lograr destruir al régimen de Gadafi y apoyar las "Revoluciones de colores" en Tunez y Egipto (cuyo objetivo último era establecer regímenes de la Hermandad Musulmana por toda la región), Erdogan fué incapaz de impedir que en verano de 2011 Siria, Iraq e Iran acordasen construir un enorme gaseoducto cuya mera existencia implicaba el fín de Nabucco. La reacción de Turquía fué amenazar abiertamente a Siria, con la esperanza de que el régimen de Assad abandonase sus planes, pero el resultado fué el contrario del esperado: debido a su creciente dependencia de Turquía, convertida en la puerta siria al mercado europeo, Damasco buscó reducirla mediante una alianza energética con Iran. La reacción de Erdogan demostró que los temores a las consecuencias de una dependencia excesiva respecto a Turquía eran ciertos, por lo que Assad se negó a ceder, recibiendo automaticamente el apoyo incondicional de Rusia, que tenía así un as en la manga para torpedear Nabucco. A posteriori, lo único que no está claro al 100% es si Erdogan era suficientemente ingenuo como para creer que Siria cedería, porque de lo contrario, el iniciar una guerra con Siria implicaba el fin de sus proyectos energéticos. Lo cierto es que sus "socios" occidentales llevaban como mínimo desde 2008 preparando su agresión en Oriente Medio, y buena prueba de ello son las redes de túneles y la bien preparada infiltración islámica en Siria, que se llevó a cabo tras introducir el neoliberalismo en Siria.
El tratado de libre comercio entre Turquía y Siria fué un verdadero caballo de Troya. Tras décadas de autarquía que impedía la competencia con empresas extranjeras mucho más competitivas, la llegada masiva de productos turcos de mejor calidad y menor precio tuvo dramáticas consecuencias para los sectores agrícola e industrial sirios; incapaz de competir, el campesinado sirio (uno de los antiguos pilares del partido Baath) se empobreció rapidamente, dando lugar a una enorme migración rural a la ciudad de campesinos empobrecidos resentidos con el régimen causante de su ruina. Pero el tratado de libre comercio no sólo arruinó el campo, sino también a la clase media urbana, el otro gran pilar del partido Baath, victima de la entrada sin límite de productos turcos. Gracias al neoliberalismo, el régimen perdió el apoyo de la población, en medio de constantes escándalos de corrupción debido a las privatizaciones neoliberales.
Tanto campesinos como clase media urbana fueron víctima fácil de la propaganda opositora e islamista, articulando el creciente resentimiento contra el régimen. Todo ello hacía cada vez más cuestionable el rumbo seguido por la política exterior siria, y posiblemente jugó un papel en la decisión de apoyar los planes energéticos iraníes y reducir la sependencia de Turquía.Pero, como ocurrió en Siria, el frenar las reformas neoliberales implicaba acabar con el chollo que había generado enormes fortunas en poco tiempo, lo que dió lugar a que en el seno del aparato estatal surgiesen apoyos a la "oposición", que se manifestaron en las deserciones de altos cargos en la primera fase del conflicto, de nmanera similar a lo ocurrido en Libia, donde los principales apoyos a la agresión habían sido los responsables de llevar a cabo la “apertura“ neoliberal de la economía en el pais, y no estaban dispuestos a perder sus privilegios. El neoliberalismo fué de esta manera un perfecto caballo de Troya, facilitando aliados las agresiones de la OTAN y dando motivos para las protestas de comienzos de 2011 que sirvieron de excusa para arrasar Libia. Tan sólo el apoyo ruso salvó a Siria de correr el mismo destino.
Desgraciadamente para Erdogan, Siria se ha convertido en el Waterloo turco, y actualmente amenaza con convertirse en el Vietnam turco: todos los intentos de jugar a ser una gran potencia regional han fracasado estrepitósamente, y todas las provocaciones llevadas a cabo para intentar forzar una intervención de la OTAN (forzar el derribo de uno de sus aviones, atacar con mortero territorio turco o incluso emplear coches bomba contra la población civil turca en Reyhanli culpando inmediatamente a Assad) solo han valido para dejar claro que la OTAN no tenía intención de intervenir en Siria, al menos mientras estuviese apoyada por Rusia. Carente de aliados, incapaz de hundir al estado sirio y con la iniciativa estratégica en manos del ejército sírio desde comienzos de 2012, con unos "rebeldes" cada vez menos sirios y más fundamentalistas que nunca, Erdogan apoyó el montaje de un ataque con armas químicas en Damasco con apoyo de Israel y Arabia Saudí, ambos tan desesperados como Turquía por la cada vez más evidente vistoria siria. Esto provocó justo lo contrario de lo esperado: en lugar de lograr que EEUU interviniese, Obama pactó con Rusia: se acabó el juego.
Ahora, Turquía es incómoda para sus "aliados", y tras el ataque de Reyhanli Anonymous filtró documentos que indicaban que los responsables de los coches bomba habían sido "rebeldes" sirios. Al parecer tras la filtración está Gülen, que se distancia cada vez más de Erdogan debido por su creciente enfrentamiento con EEUU, resquebrajando así la estructura de poder de Erdogan.
LOS KURDOS EN APOYO DE ERDOGAN
El enfrentamiento con Siria no es el único problema de Turquía, al contrario. Al incio de la "Primavera árabe" (donde jugaron un papel importante grupos apoyados por EEUU y entrenados por Canvas), la imagen de Turquía en Oriente Medio era envidiable: según los sondeos de opinion, a comienzos de 2011 se veía en Turquía "un modelo de desarrollo a seguir", y a comienzos de 2012 se consideraba que jugaba "un papel positivo para la paz en la región". Es más, en septiembre de 2011 Erdogan fué recibido como un héroe en Túnez, Libia y Egipto. Pero el conflicto sirio ha marcado el ocaso de los sueños de hegemonía turca en la región, y desde entonces los problemas no han parado de acumularse. Un ejemplo perfecto es Iraq, el segundo mercado de Turquía tras Alemania. EEUU puso en marcha la invasión de Iraq en 2003, poco después de la victoria electoral de Erdogan, quien se negó publicamente a permitir el uso de Turquía para atacar Iraq. La "solidaridad" de Erdogan con Iraq fué una obra maestra de manipulación, ya que Turquía se benefició ampliamente de la invasión de Irak y, además, EEUU no necesitaba a Turquía ya que el objetivo a conquistar era el sur: el norte estaba en manos de los independentistas kurdos, aliados históricos de EEUU e Israel. La supuesta "solidaridad" turca con Iraq fué además el argumento de la serie turca "El valle de los lobos - Irak" (2006), en la que un agente especial turco apoya a la resistencia contra los infieles americanos, y que ha tenido amplia difusión en Oriente Medio. Toda esta propaganda ocultaba la reorientación de la política exterior de Turquía a favor de los intereses de EEUU, de manea similar a lo ocurrido con Qatar, supuestamente contrario a EEUU por las denuncias de la invasión de Iraq de Al-Jazeera, mientras la politica exterior qatarí cambiaba, acercandose a EEUU y alejandose de Iran (Qatar se convirtió en la principal base militar de EEUU en la región).
La estrategia de EEUU durante su ocupación de Iraq consistió en crear escuadrones de la muerte para sembrar el odio (el responsable fué el general James Steele, responsable de crear los Escuadrones de la muerte en El Salvador en los 80), y favorecer el separatismo kurdo, que fué la excusa para imponer una zona de exclusión aérea sobre el norte y el sur de Iraq (también por "motivos humanitarios", como en Libia), permitiendo a EEUU destruir la defensa aérea iraquí y arrasar el país. La intervención rusa a favor de Assad impidió imponer una zona de exclusión aérea sobre Siria, haciendo fracasar los planes occidentales. El empleo de los nacionalismos, siguiendo el modelo de los Balcanes, fué fundamental para destruir el régimen de Gadafi en Libia: en el verano de 2011, los "rebeldes" habían perdido la iniciativa estratégica, y sólo gracias a la colaboración de los grupos nacionalistas bereberes la OTAN logró destruir el estado libio. Los bereberes son también quienes han paralizado por completo el gaseoducto Greenstream a finales de noviembre de 2013.
El apoyo de EEUU a los nacionalistas kurdos benefició enormemente a Turquía, ya que cuanto más débil era el gobierno central iraquí mayor era su influencia sobre el gobierno de Barzani en el Kurdistan iraquí. Los yacimientos de gas y petroleo de la región han sido codiciados por Turquía desde el fin del Imperio Otomano, mientras que los kurdos, y especialmente los iraquíes, han sido desde la colonización el instrumento favorito de occidente para desestabilizar la región, siendo apoyados por Israel y EEUU. De hecho, desde la invasión de Iraq por EEUU en 2003, mientras el país se ha hundido en un baño de sangre (tan solo en noviembre de 2013 murieron más de 1.000 personas mediante actos de terror), en el Kurdistán iraquí no hay ni rastro de terrorismo, masacres, coches bomba... Como de costumbre, esa nebulosa llamada Al Qaeda, y que tiene enormes similitudes con la red Gladio, solo ataca a los enemigos de occidente, y muy especialmente a los de EEUU.
La derrota de la intervención occidental en Siria, que se hizo evidente a comienzos de 2013, ha puesto a Turquía en una dificil situación: los EEUU han dejado claro que se oponen a la creación de un estado kurdo, pero al mismo tiempo el fin de Nabucco implica que la dependencia de Turquía del gas ruso se mantiene. Kurdistán es esencial para reducir dicha dependencia, por lo que Erdogan ha negociado una alianza con el gobierno de Barzani, pero al precio de enemistarse con el gobierno iraquí, que es legalmente con quien Turquía debería de negociar. La situación es compleja, porque mientras las milicias kurdas de Barzani controlan los yacimientos de hidrocarburos, según la ley los contratos energéticos han de negociarse con el gobierno central. Negociar con Bagdad es lo reconocido internacionalmente, pero en la práctica tendría como consecuencia un enfrentamiento con Barzani, que Erdogan quiere evitar.
Para acabar con esta situación, Erdogan ha decidido la vía "fácil": pactar con Barzani y chantajear al gobierno de Bagdad con una política de hechos consumados, apoyando además a la oposición al gobierno. Por ello, en 2012 concedió asilo político a Tarik Al-Hachemi, ex-vice primer ministro de Iraq condenado por organizar escuadrones de la muerte. Esta política claramente contraria al gobierno iraquí era la venganza al apoyo de Bagdad a Siria y al gaseoducto con Siria e Iran, y ha dado lugar a un creciente enfrentamiento con Iraq, segundo mercado de Turquía tras Alemania (el Kurdistán más bien), y única via terrestre para llevar las mercancías turcas a Oriente Medio.
El apoyar el independentismo kurdo en otros países tras veinte años de conflicto propio es tan llamativo como el apoyo inesperado de Öchalan, lider del PKK, a los proyectos de Erdogan. Öchalan, que desde su encarcelamiento ha pasado a acercarse al "anarquismo", ha utilizado la influencia del PKK para evitar que los kurdos se convirtiesen en un obstáculo a los planes de Erdogan, e impidiendo que apoyasen al régimen de Assad frente a los "rebeldes" y su fundamentalismo islámico. La decisión de Öchalan de sustituir el estalinismo del PKK por el "municipalismo libertario" de Murray Bookchin se debía a su temor de ser sustituido al mando del PKK al estar encarcelado; por lo demás, su papel en el PKK sigue siendo el mismo que el de Stalin en el PCUS: nada, por tanto, de anarquismo.
EL FIN DE NABUCCO Y LA VICTORIA RUSA
Los planes turcos tuvieron que hacer frente a la resistencia rusa, que llevó a cabo gigantescos despliegues navales en 2012 y 2013 para hacer frente a los "ejercicios militares" de la OTAN, incluyendo maniobras militares a lo largo de la costa turca en el Mar Negro, algo que los medios de comunicación occidentales han callado. El apoyo ruso a Siria fortaleció al régimen de Assad, impidiendo que la estrategia de desestabilización triunfase. Esto implicaba graves pérdidas para Turquía, y la perspectiva de un conflicto en su mismísima frontera. Pero ante todo, el conflicto acababa con la más mínima posibilidad de éxito de Nabucco, cuyas dimensiones lo hacían inviable al carecerse de las fuentes de gas. En 2012 el consorcio Nabucco abandonó sus planes iniciales y presentó una versión reducida, Nabucco West.
La desintegración del proyecto Nabucco hizo que, a finales de 2011, Turquía permitiese que South Stream atravesase sus aguas territoriales. Pero al mismo tiempo Erdogan se negó a prolongar el contrato de suministro de gas firmado en 1986 entre la Unión Soviética y Turquía, que tras 25 años caducaba, obligando a las principales empresas del país a negociar directamente con Rusia un nuevo contrato sin apoyo gubernamental. Tras lograr el permiso turco tras diez años de espera, Rusia logró el apoyo de Serbia (país al que Rusia apoyó siempre, especialmente en lo relativo a Kosovo) y luego de Hungría (que considera a la Bruselas "el nuevo Moscú", en referencia a la dependencia de Europa Oriental de la Unión Soviética durante la Guerra Fría, y se ha aliado a Rusia), lo que forzó a Bulgaria a permitir el paso de South Stream: Nabucco había muerto.
Mientras Rusia pisaba el acelerador para poner en marcha South Stream, Turquía y Atzerbaian hicieron público su proyecto TANAP, un gaseoducto que atravesaría Turquía, sustituyendo a Nabucco, y que se podía prolongarse en los Balcanes con Nabucco West (en directa competencia con South Stream) o con el TAP, que se centraría en suministrar gas en los países del Mar Adriático, y sin competir directamente con South Stream. En este contexto tuvieron lugar la crisis de la deuda de Chipre y la venta pública de las empresas de energía griegas. En ambos casos Rusia prefirió no aprovechar la situación para ampliar su influencia a costa de Turquía, e incluso abandonó su plan de construir un ramal sur de South Stream (hacia Grecia e Italia), dejando el camino libre para que SOCAR y su proyecto TAP pudiese llevarse a cabo: inmediatamente, SOCAR comunicó su decisión de suministrar gas al TAP, rechazando Nabucco West.
EL PRINCIPIO DEL FÍN DE ERDOGAN
La derrota en Siria, el golpe contra la Hermandad Musulmana en Egipto, el caos en Libia y la creciente resistencia en Tunez han convertio a Turquía en un apestado, que ha pasado de "cero problemas con los vecinos" a estar enfrentado con todos. esta política es un desastre, ya que debido a su situación geográfica Turquía depende de sus paises vecinos para envias sus mercancías a las monarquías del Golfo Pérsico, los únicos mercados en los que el saldo comercial turco es positivo. Actualmente, las fronteras con Siria y Armenia están cerradas, y debido al apoyo al independentismo kurdo el gobierno de Iraq amenaza con cerrar la suya también. Como consecuencia, los productos turcos se han encarecido enormemente (un 30%), perdiendo competitividad y atractivo. Y este aumento posiblemente será permanente, debido a la inseguridad que se ha instalado en la región.
A día de hoy, las empresas turcas tienen serias dificultades para enviar sus mercancias al Golfo Persico: aparte de la ruta que atraviesa Israel y Jordania, bastante limitada, el cada vez más posible cierre de la frontera de Iraq deja a Egipto como la única alternativa, pese a ser la más cara. Y ni siquiera es segura, debido a la política exterior de Erdogan, que se niega a reconocer el gobierno surgido tras el golpe militar contra la Hermandad Musulmana, provocando un enfrentamiento que no para de empeorar debido a las constantes declaraciones de Erdogan contra el ejército egipcio. Hoy día, ambos paises carecen de sus respectivas representaciones diplomáticas, y se empieza a insinuar la cancelación del tratado de libre comercio con Egipto, lo que tendría consecuencias desastrosas para el comercio turco. Debido a ello, el gobierno turco se plantea subvencionar el uso del Canal de Suez (que el gobierno de El Cairo no puede impedir según la legislación internacional), pero eso es solo un parche carísimo que aumentaría aún más la deuda exterior turca...
Mientras la política exterior de Erdogan provoca crecientes dificultades a las exportaciones turcas, aumentando el déficit comercial y con ello la deuda externa, el endeudamiento de la población ha llegado a niveles inasumibles, lo que ha utilizado a comienzos de 2013 la oposición para organizar protestas en todo el país. Y justo cuando éstas han sido aplastadas, el gobierno ha iniciado una lucha abierta contra el movimiento de Gülen, un enemigo mucho más peligroso al estar en el seno del partido de Erdogan y en la administración. Pero lo peor está por venir: el valor de la lira turca está en caida libre desde hace más de un año, con dramáticas consecuencias para la balanza de pagos turca, y el próximo final de las ayudas de la Reserva Federal de EEUU a la economía han provocado la marcha a EEUU del capital especulativo con el que se financiaba Turquía: la perspectiva de una crisis de la deuda en Turquía no para de crecer.
LA UNIÓN EUROASIATICA Y LA ALIANZA CON RUSIA
Mientras la situación económica, política y social de mantener su política exterior se hace inasumible para Turquía, Erdogan ha de ver como sus antiguos aliados dan un giro en su política exterior: EEUU negocia con Iran y Hezbollah y los europeos negocian para reabrir sus embajadas en Siria, mientras Rusia no para de acumular victorias: además de vencer la batalla de Siria, Putin ha aplastado los planes de la UE de impedir que la Unión Euroasiática rusa se extienda: Armenia se ha aliado con Rusia, y Ucrania ha abandonado sus pactos con la UE y buscanegociar con Rusia. Es necesario señalar que Rusia es el único país que ha tratado con respeto a Erdogan en todo momento, pese al enfrentamiento encubierto entre que se ha desarrollado en la última década. De hecho, pese a que Rusia es un mercado cada vez más importante para Turquía, las empresas turcas no han sufrido ningún tipo de represalias, al contrario: Rusia ha eliminado el visado para los turcos, y Turquía se ha convertido en un destino turístico de los rusos, sustituyendo al turismo alemán, y la banca rusa es hoy el principal inversor en Turquía.
Frente a la postura maximalista de Erdogan, la postura pragmática que Rusia ha mantenido en todo momento abre la puerta a una posible alianza entre ambos paises. Rusia ha demostrado los beneficios que esto tendría para Turquía al estar dispuesta a abandonar sus planes para un ramal sur de South Stream, que implica entregar el Adriatico a Turquía. Esto evidencia que la planificación rusa es parte de una estrategia a largo plazo, algo muy diferente de la política exterior turca bajo Erdogan, caracterizada por constantes cambios de dirección. Rusia busca no sólo defender sus intereses enérgéticos y afianzar su zona de influencia en el llamado Near Abroad, sino también romper la coalición antirusa de EEUU. Y aunque Turquía sea la economía Nr. 17 del mundo, como repite constantemente Erdogan, a nivel global no pinta nada: de hecho, una serie de incidios indican que Turquía es sacrificable para EEUU en la situación actual.
Tras la derrota en Siria hay indicios de que Erdogan se está replanteándo la orientación pro-americana de su políitica exterior: el ministro de economía turco ha dicho que la Unión Aduanera con la UE es un lastre para el país y propuesto abandonarla y entrar en la SCO, la OTAN chino-rusa (29 enero), poco después Turquía ingresó como observadora en la SCO (26 Abril), y en septiembre Turquía decidió comprar misiles de tecnología china y no occidental tras de la negativa de EEUU a atacar Siria. A eso se unen las especulaciones sobre un posible ingreso turco en la Unión Euroasiática rusa, idea sin duda atractivapara Rusia debido al tamaño, poder económico y situación estratégica de Turquía. No obstante, la economía turca es vulnerable a un boicot económico de la UE, por lo que dicha posibilidad es imposible a corto plazo. En definitiva, se aproximan tiempos duros y decisiones difíciles para Turquía: no tardaremos en saber si la guerra en Siria acabó con la hegemonía global de EEUU, que arrastró a Turquía en su caida.
ANEXO
El escándalo ergenekon
para acabar definitivamente con el poder del Kemalismo, Erdogan puso en marcha poco antes del inicio de la "primavera islámica" el llamado escándalo Ergenekon, con ayuda del movimiento islámico de Gülen, similar al Opus Dei y fuertemente implantado en el aparato policial y judicial turco. Según el acta de acusación, existía una conspiración en el seno del ejército y con conexiones en la sociedad civil (empresarios, periodistas, ONGs...), que pretendía llevar a cabo asesinatos y atentados para justificar un golpe de estado.
Lo que en un principio parecía plausible, especialmente tras escándalos como el de Susurluk, no tardó en convertirse en una verdadera caza de brujas contra el Kemalismo, siendo utilizado para decapitar al ejército, destituyendo a la cúpula militar y encarcelando a los pricnipales jefes militares. De esta forma Erdogan se aseguró de que el ejército no impidiese el apoyo turco a las intervenciones de la OTAN. El tiempo ha demostrado que el caso Ergenekon es similar al caso GAL de Garzón: la estructura Ergenekon es tan falsa como la supuesta estructura del GAL, ambas con un supuesto Mister X, denunciando las estructuras de contrainsurgencia pero sin nombrar al ejército o a la OTAN.