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“Los árboles pueden aprender, reflexionar y cambiar sus estrategias”, entrevista con Peter Wohlleben

Published on: viernes, 10 de agosto de 2018 // , , ,

Los árboles pueden ser infelices, alimentar a sus descendientes, reflexionar sobre el clima, comunicarse entre ellos y mantenerse en vida mutuamente. Así lo describe Peter Wohlleben en su nuevo libro, "La vida secreta de las plantas".



¿Qué son los árboles?

Los árboles son seres vivos. Son diferentes en comparación con los seres humanos, son diferentes en comparación con los animales, pero son seres vivos. Desde hace casi diez años leo estudios de todo el mundo al respecto y lo que he leído en ellos ha cambiado mucho mi visión del bosque, que me rodea como guarda forestal. Se puede decir que he aprendido a sorprenderme de nuevo.

¿Qué descubrimiento le ha sorprendido más?

Que los árboles se comunican entre ellos, y también con animales. Lo hacen entre otras formas mediante fragancias. En Ulmen se ha desentrañado bastante bien como funciona: Un árbol que está siendo infectado por un parásito y mediante fragancias llama a avispas parásitas (Ichneumonidae) para librarse de el. O se advierten unos a otros mediante mensajes que circulan a través de sus raíces: Si, por ejemplo, en África una jirafa mordisquea una acacia, a continuación el árbol suelta en cuestión de minutos toxinas en las hojas, para estropear el disfrute de la jirafa. Curiosamente, a continuación la jirafa no se dirige al árbol más cercano, sino que vá a un átbol que está mucho más lejos. Porque sabe que el árbol ha advertido a sus vecinos y en sus hojas ahora hay también toxinas.

Se supune que los árboles tienen incluso su propia "Internet"

Podría llamarse así. En  realidad,  los científicos han extendido el concepto de Wood-Wide-Web (A&R: Es un juego de palabras, el protocolo de comunicación de la internet, www, significa World Wide Web). A través de la densa red de filamentos que los hongos forman en el bosque -similar a los cables de fibra óptica-, los árboles envían información. Incluso a grandes distancias.

¿Y sienten dolor?

Así es. Debido a la picadura de una oruga en su corteza surge una herida. Los tejidos se modifican y envían -como en los seres humanos- señales eléctricas. Y las podemos medir.

¿Son los árboles a su manera seres que piensan y sienten?

Sí, sin duda alguna. Solíamos pensar que sólo las criaturas dotadas de una corteza cerebral pueden pensar. Eso no es cierto. Los cuervos no la tienen, por ejemplo, y sin embargo son muy inteligentes. Está demostrado que los árboles pueden aprender, reflexionar y cambiar sus estrategias. ¿Cómo puede explicarse si no que los árboles, después de un largo y cálido verano, donde sufrieron sed, al año siguiente economicen mucho más sus depósitos de agua? y en algún lugar -quizás en la punta de sus raices- deben de almacenar esas informaciones.

¿Y experiencias sugieren que los árboles viven en comunidades sociales?

Hace años encontré un tocón que había sido cortado hace aproximadamente 400 o 500 avos. Debería estar rematadamente muerto y convertido en humus. En lugar de eso, encontré una capa verde. Verde solo hay donde hay clorofila. Y la clorofila es un signo de vitalidad. El antiguo tronco árbol vivía -alimentado por azucar disuelto, que recibía a través de sus raices de los árboles vecinos. De hecho, parece como si los árboles fuesen capaces de desarrollar amistades entre ellos o incluso asociaciones. Hay ejemplos de cómo el cortar un árbol puede provocar la muerte de otro árbol vecino que esté completamente sano. Sin motivos aparentes.

A diferencia de los seres humanos,  con la edad los árboles están más llenos de energía y capacidades. Usted considera a los árboles viejos como los aliados naturales de los seres humanos. ¿Por qué?

La verdad es que hay indicios de que los árboles pueden entregar sus conocimientos a sus descendientes -como los seres humanos antaño. Quizás sea este el motivo por que´los árboles jóvenes de la vecindad mantuvieron con vida a "mi" viejo tocón, para poder participar de su sabiduría. Y si los árboles jóvenes pueden aprender de un viejo tocón, entonces los seres humanos también pueden.

¿Hay en Alemania árboles viejos?

Por desgracia, no. En la selva tropical del Amazonas hay árboles de entre 500 y 1.000 años de antigüedad. En Alemania las coníferas ocupan la mayor parte del territorio, y no logran ser mayores de 70 años de media. La mitad de ellas son víctimas de escarabajos y tormentas. Además, debido a la fuerte gestión económica reciben demasiada luz -y así crecen los descendientes demasiado rápido. Algo que normalmente los árboles madre quieren evitar absorviendo mediante sus copas gran cantidad de luz evitando que llegue al suelo, evitando de esta forma que los árboles crezcan demasiado rápido. De hecho, un muy, muy lento crecimiento es un requisito básico para que los árboles puedan llegar a vivir muchos años.

Incluso en nuestras áreas protegidas se lleva a cabo demasiada tala de árboles. Siempre con el argumento de que los árboles necesitan espacio y luz. En realidad es al revés. Detrás de estos conceptos está el lobby forestal, que también quiere ganar dinero con estos bosques. Actualmente se da una situación similar al poner al mando de un establecimiento para cuidar animales a un carnicero.

No hay necesidad allí de guarda forestal alguno, sino biólogos. 

Se necesitarían de 100 a 200 años hasta se pudiera hablar de bosques primigenios. Y tan sólo en ese tipo de bosques puede entenderse cómo funciona el ecosistema forestal realmente, sin intervención humana de ningún tipo.

¿Qué peligros amenazan más ese ecosistema?

Ante todo la "Transición Energética" (A&R: Así se llama el proceso puesto en marcha por el estado alemán  para eliminar al máximo posible la dependencia de las energías fósiles por energías alternativas). La madera no es ni mucho menos tan neutral para el clima como se dice.. Utilizamos demasiado los bosques, plantamos los árboles equivocados y compactamos el suelo mediante el uso de maquinaria pesada. En última instancia, tan sólo ayuda una cosa: reducir nuestro consumo de energía.

¿Cómo se puede lograr satisfacer por igual los intereses del bosque, sus residentes y los intereses de sus propietarios?

En realidad necesitamos más  áreas protegidas, que hemos entonces de dejar abandonadas a sí mismas. ¡Por supuesto tenemos que vivir y calentarnos - también con madera!. Pero de manera moderada y siendo conscientes de que el árbol es un ser vivo que merece la pena proteger. Un manejo muy prudente de los recursos forestales haría que el bosque nos lo agradeciese. Un bosque intacto acumula más biomasa. Las talas de árboles individuales facilitarían así una cosecha más rica de manera permanente.

¿Cómo han cambiado todos estos descubrimientos su vida cotidiana como guarda forestal?

Me hice guarda forestal porque  quería proteger la naturaleza. Por desgracia, he descubierto tarde que esa no es la principal tarea de un guarda forestal. Con el apoyo de mi comunidad en el Eifel puedo ser justo, al menos en parte,  para con "mi" bosque: trabajamos principalmente con caballos, para no apelmazar la tierra. No utilizamos productos químicos  y no plantamos árboles que no pertenezcan aquí. El 15% de los bosques comunitarios de hoja caduca están protegidos. A excepción de un pequeño bosque para talar, que compensa la pérdida de ingresos, dejamos al bosque valerse por sí mismo.

¿Qué dice a las personas que creen que usted tiene una visión demasiado romántica de la superficie útil forestal?

Curiosamente, uno diría lo mismo de un ser humano, que mira con admiración un elefante durante un paseo por el Serengeti. Un árbol es para nosotros a menudo tan sólo una especie de biorobot, que existe para cubrir nuestras necesidades. Yo admiro un árbol  por su belleza y sus habilidades - al igual que a un elefante.

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