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Organizarse o empobrecerse

Published on: viernes, 1 de mayo de 2020 // ,


Negras tormentas agitan los aires, dice la canción, y así es la situación actual: el capital necesita volver a cambiar su forma para que siga funcionando lo que es su esencia, la explotación del hombre por el hombre. La lucha de clases, que es más bien una guerra a la vista del reguero de muertos que provoca, está a punto de intensificarse de manera brutal, y la disciplinización social puesta en marcha con la excusa del virus no va a parar de empeorar, ya que al sistema le va la vida en ello.

Para hacerse una idea de lo negras que son las tormentas que se nos están viniendo encima, basta con dar un repaso a los hechos. El parón económico actual es cuatro veces mayor que el de la anterior crisis económica de 2008/9; si entonces hubo un parón de la financiación privada, que fue sustituida por la pública (Plan E), hoy se ha parado la mayor fuente de ingresos (el turismo), se ha hundido la demanda de automóviles, segunda fuente de ingresos; ha muerto -aún no lo sabe- el pequeño comercio por las medidas draconianas para evitar contagios; no hay créditos, como pasó en 2008/9, ya que la banca está muy tocada y carece de clientes solventes, y esta vez el estado es incapaz de sustituirla como otro Plan B, ya que está endeudadísimo (más del 100% del PIB, y vamos al 120%).

Carente de recursos y liquidez, el estado será incapaz de cumplir sus compromisos: el sistema público de pensiones, que era insostenible debido al hundimiento demográfico, se quedará sin liquidez dentro de unos meses, y lo mismo ocurre con la Seguridad Social; y todo eso en el momento en el que tenemos la mayor tasa de paro de la historia, de cerca del 60%, y hay regiones enteras en quiebra, como las Canarias o las Baleares, dependientes del “monocultivo” turístico.

A esta situación se añaden los condicionantes a que está sometido el gobierno: desde 2019 ha sido incapaz de redactar un presupuesto que incluya los recortes exigidos por la UE; actualmente, Bruselas calla, pero esto cambiará de manera inevitable debido a la situación de España, que amenaza con hundir la propia Unión Europea. De una manera u otra, España deberá ser rescatada: la cuestión es quién pagará el precio.

Hay que recordar que la crisis ya estaba en marcha en 2019, pero las medidas para hacerla frente eran tan brutales que hacía falta un escenario que paralizase cualquier intento de resistencia, siguiendo la estrategia del shock del capitalismo posindustrial. Es ahí donde entra en escena el virus, una verdadera bendición para el capital y el gobierno para justificar lo injustificable. Y todo indica que vamos a un escenario sea similar al griego, ya que se ha llevado al gobierno a una pseudoizquierda posmoderna tipo Siriza y se ha inflado una extrema derecha, para ocupar así los dos polos políticos y dirigir la opinión pública. Efectuados los recortes y con la izquierda desprestigiada, se desinflará a la extrema derecha, como le pasó a Amanecer Dorado en Grecia, o a Fuerza Nueva en la Transición. El manual es conocido y funciona muy bien.

¿Qué podemos esperar? Una caída brutal del valor de los salarios y el SMI, recortes del 50% de las pensiones, más impuestos, inflación, privatizaciones, recortes en sanidad, quizá incluso despidos de funcionarios, precariedad, delincuencia... volvemos a los 80. En resumen, los ricos más ricos, los pobres más pobres. La única manera de hacerlo frente es organizándose.

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