China da marcha atrás en la iniciativa de la Ruta de la Seda 2.0 a medida que aumentan las quiebras
por Yves Smith
Llego un poco tarde para copiar un buen artículo publicado en el Financial Times: China se aleja del mundo: repensar el 'proyecto del siglo' de Xi (China pulls back from the world: rethinking Xi’s ‘project of the century). El artículo analiza cómo China ha reducido sustancialmente su iniciativa Belt and Road (la Ruta de la Seda 2.0, AyR), en su momento anunciada a bombo y platillo, mediante la que planeaba financiar gigantescos proyectos de infraestructura, en gran parte a lo largo de la antigua Ruta de la Seda, para crear rutas de transporte terrestres para sus exportaciones e importaciones. Parecía ser un golpe maestro de la geopolítica, que al mismo tiempo reducía la vulnerabilidad de China a que EEUU sembrase el caos en su comercio en el Mar de China y otros cuellos de botella navales; y creando simultáneamente una esfera de codependencia (similar a la que tiene EEUU con la OTAN), mediante la financiación directa de importantes proyectos de desarrollo en países con economías emergentes (1).
¿Entonces qué pasó? El artículo se basa en los datos de un informe reciente del Global Policy Development Center de la Universidad de Boston, titulado Alcance y hallazgos: Base de datos de financiamiento para el desarrollo en el extranjero de China (Scope and Findings: China’s Overseas Development Finance Database). Ha recibido algunas críticas (más al respecto más adelante), pero el Financial Times confirmó sus tesis mediante múltiples fuentes, así como por otros datos que la corroboran. Por lo tanto, es razonable tratar el análisis de la Universidad de Boston como correcto en lo fundamental pese a que, posiblemente, no tomó en cuenta otros canales de financiación que hacen que sus conclusiones sea menos rígidas.
El resumen general del informe de la Universidad de Boston señala dos hallazgos importantes. El primero es que los préstamos oficiales para el desarrollo de China se han reducido drásticamente en los últimos años:
Los préstamos de China parecen tener también como objetivo asegurar el acceso a materias primas, y no simplemente asegurar las rutas para acceder a ellos. Aunque algunos lectores han mencionado que China ha estado muy activa en África, sospecho que muchos asumirían que fueron intereses privados quienes compraron o negociaron acuerdos con intereses agrícolas y minerales. Los datos de África muestran muchos proyectos oficiales:
El artículo del Financial Times proporciona datos consistentes con esta imagen :
En la financiación del desarrollo mundial, una reducción tan pronunciada de los préstamos de los bancos chinos equivale a un terremoto. Si persiste, aumentará la brecha entre las necesidades de financiamiento de infraestructura y el capital disponible para ellas, que solo en Asia ya asciende a 907.000 millones de dólares anuales, según estimaciones del Banco Asiático de Desarrollo. En África y América Latina, donde el crédito chino también era responsable de gran parte del financiamiento de infraestructuras, también se espera que amplíe la brecha entre lo que se requiere y lo que está disponible.
La retirada de China de la financiación del desarrollo en el extranjero es consecuencia de cambios en las políticas estructurales, según analistas chinos. “China está consolidando, absorbiendo y asimilando las inversiones realizadas en el pasado”, dice Wang Huiyao, asesor del consejo de estado de China y presidente del think tank Center for China and Globalisation.
Chen Zhiwu, profesor de finanzas en la Universidad de Hong Kong, dice que la reducción de los préstamos de los bancos chinos en el extranjero es parte de un panorama más amplio, con China recortando las inversiones en el exterior y enfocando sus recursos más para usarlos a nivel nacional. También es una respuesta a las tensiones entre EEUU y China durante la presidencia de Donald Trump, cuando Washington utilizó las críticas a la iniciativa Belt and Road con la excusa de contener a China, agrega el profesor Chen.
"En los medios de comunicación nacionales chinos, la frecuencia del tema [Belt and Road] ha disminuido mucho en los últimos años, en parte para restar importancia a las ambiciones chinas de expansiónen el extranjero", dice el profesor Chen, que también es director del think tank Asia Global Institute. “Cuento con que esa reducción continuará".
Yu Jie, investigador principal sobre China en Chatham House, un think tank británico, dice que la política de "circulación dual" recientemente adoptada por Beijing representa un cambio radical en la relación de China con el mundo exterior. La política, que se mencionó por primera vez en una reunión del politburó en mayo, pone mayor énfasis en el mercado interno o circulación interna de China, y menos en el comercio con el mundo exterior.
Tenga en cuenta que, a pesar de que Trump se ha involucrado en una gran cantidad de ataques a China de alto nivel, incluidos sus conocidos aranceles, Biden está nombrando para puestos clave a halcones contrarios a China, por lo que la reducción en los niveles de ruido mediático no debe confundirse con una voluntad a adaptarse a la situación existente. Recuerde también que el desafío final para China es gestionar el cambio de tener una economía basada en la inversión y las exportaciones a otra basada en el consumo. China ha logrado en gran medida retrasar esta transición.
Como se mencionó, no todos los observadores de China están completamente de acuerdo con esta visión de la realidad. The Diplomat sostiene que los datos de la Universidad de Boston son defectuosos y que China sigue dando préstamos, pero ahora más a través de empresas estatales. Sin embargo, el autor dice que tiene un conjunto de datos inéditos (ehem, ¡muestre su trabajo!) Y solo cita ejemplos de Eurasia, cuando, como puede verse en el mapa de arriba, África y América Latina también han sido los principales destinatarios de inversiones chinas.
También me pregunto qué parte de estos préstamos SOE (de empresas controladas por el estado, AyR) es lo que calificaba Josh Rosner de “un préstamo renovable no genera pérdidas”, como algod que parece un criéto nuevo para preservar la ficción de que algunos proyectos enfermos siguen llevándose a cabo. Según The Diplomat:
La política crediticia de China en las economías de la Ruta de la Seda 2.0 (Belt and Road) de Eurasia están haciendo frente a una serie de solicitudes de alivio de la deuda y una desaceleración en los préstamos bilaterales intergubernamentales. Sin embargo, los análisis de datos que se centran únicamente en la política de los préstamos bancarios mediante acuerdos bilaterales pasan por alto el panorama geoeconómico más amplio. El contexto de las políticas bancarias de China en Asia Central está cambiando, pero los libros de préstamos del futuro estarán más inclinados a las empresas chinas que operan en las economías anfitrionas y a las empresas estatales (SOE) del país anfitrion...
El gráfico interactivo de la Universidad de Boston basado en los datos adoptó un enfoque geoespacial al examinar la financiación del desarrollo de China en el extranjero, centrándose en la biodiversidad y las tierras indígenas. Los préstamos que no están no vinculados a un proyecto específico con una ubicación geográfica concreta se excluyen del conjunto de datos públicos originales. Esto significa ignorar los préstamos multimillonarios emitidos para inversiones que no son nuevas, como el préstamo de 10.000 de dólares de China en 2010 a Samruk-Kazyna, e l fondo soberano de Kazajstán, y un préstamo similar pero más pequeño y "sin condiciones" al Banco Nacional de Uzbekistán.
Aparte, no veo por qué los autores Tristan Kenderdine y Niva Yau asumen que un préstamo a un fondo soberano tendría algo que ver con el desarrollo o incluso con la inversión nacional. La mayoría de los fondos soberanos invierten mucho fuera de sus países. Como explica el artículo:
Más importante aún, algunos análisis de los medios de comunicación basados únicamente en los datos de la Universidad de Boston, que solo cubre los préstamos soberanos de los policy banks (se refiere a dos bancos públicos chinos, Export–Import Bank of China (Exim) y Agricultural Development Bank of China (ADBC), creados para impulsar las políticas económicas del gobierno y llevar a cabo negocios sin ánimo de lucro en sectores concretos, AyR), no analizan cómo operan la política china y los bancos comerciales se están comportando en sus préstamos al extranjero. El China Development Bank, el Bank of China, e ICBC, y el CITIC han abierto sucursales o subsidiarias en Kazajstán, otorgando una variedad de préstamos a empresas kazajas fuera del esquema de préstamos intergubernamentales. Estas operaciones bancarias chinas están directamente vinculadas a la superestructura bancaria nacional de China y, por lo tanto, operan en un espacio ambiguo entre el estado y el mercado.
Repito que creo que es bastante difícil mezclar los préstamos comerciales con los esquemas oficiales de desarrollo. The Diplomat puede argumentar que algunos de estos préstamos fuera de los principales canales de prestamos para el desarrollo deberían clasificarse como parte de la Iniciativa Belt and Road, pero su entusiasmo por cuestionar el análisis de la Universidad de Boston parece haberlos llevado a cuestionar demasiadas cosa. Sin embargo, tienen razón con estas afirmaciones:
Ejemplos de préstamos bancarios de política de China en Kazajstán omitidos en la base de datos de la Universidad de Boston incluyen el préstamo de 278 millones de dólares del China Development Bank a Kazajstán para la construcción de la central hidroeléctrica de Moynak y un préstamo de 1.500 millones de dólares a Kazajstán para desarrollar una mina de cobre en Aktogay, así como el Préstamo de 500 millones de dólares al Banco de Desarrollo de Kazajstán para modernizar la refinería de Shymkent. El Export-Import Bank of China ha prestado 808 millones de dólares a la empresa de carreteras nacionales de Kazajstán para dos carreteras y otros 300 millones de dólares al Ministerio de Finanzas de Kazajstán para la modernización de la frontera. Todos estos son ejemplos de una política de créditos bancarios con huellas geoespaciales (lo que cuestiona que su exclusión del mapa mostrado más arriba, AyR).
El lector HughCameron del Financial Times dá una buena descripción general:
OBOR (Belt and Road) parecía una manera maravillosa de mantener ocupadas a las empresas de infraestructura estatales chinas de gran tamaño cuando estaba terminándose el boom de la construcción nacional de 2008-2012, y una excelente manera de reciclar el dinero de su superávit comercial.
Pero los líderes autoritarios de China tenían una noción equivocada sobre las capacidades de los gobiernos autoritarios con los que se asociaron y en los que invirtieron. Lo vi de cerca en África Oriental. Los proyectos tardaron más y costaron más de lo planeado, y después generaron bajos rendimientos, debido también a que las economías de sus clientes generalmente se administran para generar un estancamiento político, no un crecimiento económico. China se ha enfrentado a la indeseable elección entre tomar posesión de los elefantes blancos, como hizo en Sri Lanka (proyectos que fracasan comercialmente y necesitan una reestructuración de la deuda mediante la entrega del control de la infraestructura estratégica crítica a las empresas china, AyR), o recortar los préstamos, como ha hecho en casi todas partes.
Mientras tanto, la política interna del presidente chino Xi de favorecer a las empresas estatales flexibles llevó al PCCh a hacer un guiño a los préstamos del gobierno local y a una contracción crediticia larga tiempo aplazada pero necesaria. Al mismo tiempo, el ultracompetitivo y financieramente independiente sector privado chino tuvo que ser puesto bajo control antes de que se volviera demasiado poderoso para regularlo.
Entonces, Xi cerró el grifo de dinero de OBOR (el proyecto Belt and Road, AyR) y canceló desordenadamente la OPI del Ant Group porque su necesidad de mantener la estabilidad nacional financiera (léase política) es absoluta.
Si bien esto es un revés para Xi Jinping, cualquier país del tercer mundo que reemplace a sus líderes corruptos seguirá en manos de China y tendrá que continuar extrayendo dinero en efectivo de sus propios ciudadanos que les aguantan desde hace mucho tiempo.
Por lo tanto, China asumirá tener que llevar a cabo recortes en OBOR y sufrirá varios años de crecimiento interno por debajo de su potencial, y retrasará su transición hacia una economía de consumo diversificada. No es que a Europa y América les vaya mucho mejor. Todos cometen errores.
No es ninguna noticia que sea difícil obtener buenos análisis sobre China de fuentes extranjeras. Sin embargo, los préstamos a las economías en desarrollo es arriesgado y no es sorprendente que China haya tenido muchos errores. Observe el descarrilamiento de los préstamos soberanos occidentales en la década de 1970 que condujo a la crisis de la deuda latinoamericana de principios de la década de 1980. Así que esté atento a lo que hará China a continuación.
(1) El Proyecto Belt and Road (la Ruta de la Seda 2.0, AyR) se ha comparado incorrectamente al Plan Marshall. Al contrario de los mitos creados por EEUU, el Plan Marshall no fue generoso. En realidad consistió en el reciclaje del capital europeo que había abandonado el continente, para que regresara a Europa.
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Un comentario del lector PlutonioKun al artículo de Yves Smith (15.12.2020)
Retrocediendo al menos 2 años, he visto informes de que los bancos de China se han visto gravemente afectados por la iniciativa Belt and Road. Simplemente, están aprendiendo la lección que los bancos occidentales y japoneses aprendieron hace un par de décadas, que prestar dinero a economías estructuralmente débiles es fácil, pero recuperar sus pagos es otra cuestión. Si bien el sector bancario de propiedad estatal en China es mucho más opaco, no es difícil adivinar que les ha resultado igualmente difícil. Si bien China tiene un enorme superávit del que deshacerse y una industria de infraestructura masiva que necesita un suministro constante de efectivo, debe haber grandes preocupaciones por la disminución de la tasa de rendimiento tanto a nivel nacional como internacional. Para China invertir en el extranjero se parecía, creo, un poco a lo que hizo el capital privado para la industria de las pensiones: un intento desesperado para compensar la disminución de los rendimientos de las fuentes tradicionales. Sospecho que se verá igualmente como una decisión muy mala.
Puede ver que esto está pasand con muchas de sus mayores inversiones ferroviarias, en particular en el sudeste asiático. En realidad la mayoría de los ferrocarriles nunca han generado beneficios directamente, ni siquiera a mediados del siglo XIX, cuando dichas inversiones estaban en su punto álgido. Menos aún cuando ese ferrocarril tiene que recorrer un largo camino por terrenos muy difíciles. Cuando vi que estaban impulsando ferrocarriles a través de países como Laos, me parecióuy obvio que esto estaba siendo impulsado por consideraciones políticas y que las pérdidas económicas a largo plazo serían gigantescas. Esto puede mantenerse durante un cierto período de tiempo en una economía de alto crecimiento, pero, al final, se necesita algún tipo de beneficios y China se está quedando sin opciones para conseguirlos.
Por cierto, me había preguntado durante algún tiempo por qué China está invirtiendo miles de millones en portaaviones lal mismo tiempo que invierte en misiles balísticos que hacen que los portaaviones sean superfluos. La única explicación que se me ocurre es que los portaaviones pueden ser útiles para aparcarlos frente a la costa de las naciones africanas que no cumplan con los pagos de sus préstamos. Tal vez ya se lo hayan planteado.
Por el momento, China se encuentra en un aprieto por el aumento constante del valor del yuan. Tienen la opción de permitir que esto suceda, lo que limitará seriamente la industria exportadora (y también reduciría el valor de las inversiones extranjeras), pero ayudaría a elevar el nivel de vida de cientos de millones de ciudadanos chinos. Hasta ahora, parece que esos cientos de millones pueden esperar, ya que parece probable que sigan intentando frenar el aumento del valor de su moneda. Aunque, paradójicamente, una forma de hacerlo es relajar los controles de capital para permitir que más inversores chinos privados trasladen su dinero al extranjero. Parte de ella estará en los ferrocarriles, pero sospecho que la mayoría acabará en los apartamentos de San Francisco.
Xi solo tiene una opción real para abordar todos estos problemas diferentes: dar un giro fundamental en la política económica para favorecer al pueblo chino y alentar el consumo interno sobre la infraestructura y el ahorro. Pero puede ser que problemas estructurales ya lo hayan hecho imposible.