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Noticias Amor y Rabia

Las políticas de cambio de régimen de EEUU vienen empaquetadas como ayudas contra pandemias

Published on: lunes, 28 de diciembre de 2020 // ,


por Alexander Rubinstein y jeb Sprague


22 de diciembre de 2020


El proyecto de ley de ayuda Covid-19 de 900.000 millones de dólares del Congreso de EEUU se empaquetó junto a 1.4 billones de dólares en gastos generales que incluyen decenas de miles de millones para guerras, armas y cambios de régimen en el extranjero, que van desde iniciativas contra Rusia y China hasta 3.300 millones de dólares para el ejército de Israel.


La pieza de  legislación más larga en la historia de los Estados Unidos, que contiene tanto un paquete de ayuda para el coronavirus como el paquete de gastos generales anual, pasó rápidamente por el Congreso el 22 de diciembre, con poca oposición. Aunque técnicamente son proyectos de ley separados, los gastos generales y el estímulo se debatieron y aprobaron juntos, al mismo tiempo.


Esta enorme pieza legislativa, cuya extensión abarca la asombrosa cantidad de 5.593 páginas, deja al descubierto las prioridades del gobierno de los Estados Unidos, priorizando el cambio de régimen en países extranjeros y los imperativos del imperio sobre las necesidades básicas de los estadounidenses.


En apenas unas horas, pasó por la Cámara de Representantes por una votación de 359 en favor y 53 en contra, y por el Senado por 92 a favor y 6 en contra.


Mientras el público estadounidense se vio obligado a humillarse durante meses para recibir un pago directo de 600 dólares, la misma legislación inyecta miles de millones de dólares en "programas democráticos" (código del gobierno estadounidense para operaciones de cambio de régimen a través de ONG de la sociedad civil) y asistencia militar extranjera. Los miserables cheques de supervivencia de 600 dólares palidecen en comparación con el gasto extranjero masivo en cambios de régimen (golpes de estado, AyR) y los titánicos pagos para apuntalar a los militares autoritarios amistosos con Estados Unidos.


Solo en los llamados "Programas de Democracia", la legislación asigna 2.417 millones de dólares y 6.175 millones de dólares al "Programa de Financiamiento Militar Extranjero". Otros 112,9 millones de dólares se asignan para "Educación y entrenamiento militar internacional".


Se asignan 6.000 millones de dólares más para la adquisición nacional de misiles de la Fuerza Aérea de los EEUU y armas de guerra de la Marina de los EEUU. Esto se suma al proyecto de ley de defensa de 740.000 millones de dólares aprobado a principios de diciembre.


Por el contrario, el paquete de estímulo tiene un valor de 900.000 millones de dólares, y la mayor parte se dedica a rescates empresariales.


La Federal News Network informa que el gasto general de 1.4 billones de dólares incluye 671.500 millones asignados para "gastos básicos de defensa", con otros 77.000 millones de dólares destinados a "operaciones de contingencia en el extranjero".



Estimulando cambios de régimen e interviniendo en el Sur Global


La legislación estipula: "300 millones de dólares estarán disponibles para un Fondo de Lucha contra la Influencia China para contrarrestar la influencia maligna del Gobierno de la República Popular China y el Partido Comunista Chino y las entidades que actúan en su nombre a nivel mundial".


En Hong Kong, donde la CIA recortó las actividades del National Endowment for Democracy (NED) ha brindado apoyo financiero a grupos de activistas que lideraron disturbios que sacudieron la ciudad durante meses, y EEUU ahora está dedicando 3 millones de dólares para esfuerzos de desestabilización local, incluida la "libertad de Internet", "Honorarios legales de activistas" y "programas de democracia".


De manera similar, la legislación dedica 8 millones de dólares a ONGs para actividades en el Tíbet o para apoyar al gobierno tibetano en el exilio. Aparentemente permite una asignación anual de 8 millones de dólares por año fiscal entre 2021 y 2025,  para apoyar comunidades tibetanas en el Tíbet, así como 6 millones de dólares anuales para apoyarlas en Nepal e India, y otros 3 millones anuales para la "gobernanza tibetana".


El proyecto de ley también asigna 3.3 millones de dólares para Voice of America, medio de comunicación respaldado por el gobierno de EEUU, y 4 millones de dólares cada año entre los años fiscales 2021 y 2025 para Radio Free Asia, operado de manera similar, con el fin de "proporcionar noticias e información sin censura en el idioma tibetano a los tibetanos, incluidos los tibetanos en el Tíbet".


En el que es quizá el llamamiento más extraño en favor a un lobby activista por el cambio de régimen, una sección completa del proyecto de ley está dedicada a definir la política estadounidense "con respecto a la sucesión o reencarnación del Dalai Lama".



El proyecto de ley también ordena al secretario de estado que establezca un consulado estadounidense en el Tíbet.


Mientras tanto, la ayuda a varios países está condicionada a su participación en la agresión económica de Washington. Por ejemplo, 85,5 millones de dólares en asistencia a Camboya están supeditados a que "tome medidas eficaces" para hacer cumplir "sanciones internacionales con respecto a Corea del Norte" y "afirme [su] soberanía contra la interferencia de la República Popular China".



En cuanto a América Latina, la legislación estipula que “no menos de 33 millones de dólares estarán disponibles para programas de democracia para Venezuela”. Por el contrario, la legislación asigna 461,3 millones de dólares para Colombia, un país que ha sufrido masacre tras masacre y decenas de asesinatos políticos, con más de 290 activistas de derechos humanos asesinados tan solo en 2020.


Si bien el 20% de esos fondos no se pueden entregar hasta que Colombia demuestre que está "tomando medidas efectivas para responsabilizar a los perpetradores de graves violaciones de los derechos humanos de una manera compatible con el derecho internacional", dado el historial de Washington en el país, es probable que dé el visto bueno luz independientemente de los hechos sobre el terreno.


A nivel mundial, se ponen a disposición 70 millones de dólares para apoyar la "libertad en Internet", con 2.5 millones adicionales potencialmente disponibles "para aumentar los programas de libertad en Internet en sociedades cerradas".


Mientras tanto, un programa inspirado en Ronald Reagan destinado a expandir la influencia estadounidense y la “guerra contra las drogas” en el Caribe, la Caribbean Basin Security Initiative (Iniciativa de Seguridad de la Cuenca del Caribe), recibe una inyección de 74,8 millones de dólares.





En Zimbabue, donde falleció el ex presidente Robert Mugabe en 2017, el gobierno todavía no se ha librado de presiones. La legislación establece que "el Secretario del Tesoro instruirá al director ejecutivo de los Estados Unidos de cada institución financiera internacional para que vote en contra de cualquier extensión por parte de la institución respectiva de cualquier préstamo o subvención al Gobierno de Zimbabwe". Este lenguaje tiene como objetivo privar a la nación africana con escasez de fondos de ayudas internacionales.


15 millones de dólares se destinan a "programas de democracia" en Sudán del Sur, mientras que 60 millones de dólares se destinan a la "Guerra Global contra el Terrorismo" y se "ponen a disposición para la asistencia a Sudán".


En África central, se están asignando 325 millones de dólares para asistencia al Congo, y una parte de esta parece estar entremezclada con operaciones de “mantenimiento de la paz”.


La amenaza fantasma rusa


Con 453 millones de dólares asignados para asistencia a Ucrania, 290 millones de dólares para "contrarrestar a Rusia", 173 millones de dólares para la OTAN y 132 millones de dólares para Georgia, aliado de la OTAN, la legislación está cerca de asignar 1.000 millones de dólares hacia nuevas políticas de guerra fría contra Moscú.



El motivo de este gasto puede ser el resurgimiento de una vieja amenaza; una pista enterrada en las más de 5.000 páginas del documento afirma que es política de Estados Unidos “no reconocer ninguna incorporación de Bielorrusia en un 'Estado de la Unión' con Rusia, ya que este llamado 'Estado de la Unión' sería tanto un intento de absorber Bielorrusia como un paso hacia la reconstitución de la totalitaria Unión Soviética".


En un ejemplo sorprendente de cuán obstinados son los autores de la legislación sobre el cambio de régimen y la confrontación con Rusia, la siguiente frase aparece textualmente nueve veces: "El gobierno de Bielorrusia, dirigido ilegalmente por Alyaksandr Lukashenko".


La legislación también exige un informe al director de inteligencia nacional, al secretario de estado y al secretario del tesoro que identifique todos los activos de Lukashenko y los de su familia, además de la “identificación de las figuras políticas extranjeras de alto rango más importantes en Bielorrusia, en función de su cercanía a Alyaksandr Lukashenko".


La insistencia en tal información parece tener como objetivo acelerar la creación de una lista de entidades para imponer sanciones, en un esfuerzo por desestabilizar el país y dejarlo listo para una toma de poder por parte de la líder de la oposición respaldada por Estados Unidos y la UE, Svetlana Tikhanovskay, cuyo nombre aparece seis veces en la legislación.


Junto con la atención detallada a las actividades informáticas en Bielorrusia, el proyecto de ley explica cómo los funcionarios estadounidenses elaborarán una estrategia integral y una estimación de costos para llevar a cabo varias operaciones dirigidas al país, una de las cuales incluye: “Expandir la radio, la televisión, la transmisión en vivo independiente, y la difusión y comunicaciones de redes sociales en Bielorrusia para proporcionar noticias e información, especialmente en el idioma bielorruso, que sea creíble, completa y precisa".


Locuras en Oriente Medio


Dado que la administración entrante del presidente electo Joe Biden prometió no condicionar la ayuda a Israel en ninguna circunstancia, incluida la posible anexión de Cisjordania, el Congreso se apresuró a inyectar dinero fresco al dicho régimen de apartheid.


De los 6.100 millones de dólares asignados para financiar militares extranjeros, nada menos que 3.300 millones, más de la mitad, "estarán disponibles para subvenciones solo para Israel" y deben ser "desembolsados ​​dentro de los 30 días posteriores a la promulgación de esta ley".



Además, parece que se asignan 500 millones de dólares para los "programas cooperativos israelíes", que incluyen la adquisición de armas.


Si bien es difícil interpretar diferentes asignaciones y partes lejanas de la legislación que van al mismo objetivo, una cosa está clara: se ha asignado una gran cantidad de dinero a un lejano estado de apartheid, mientras los estadounidenses permanecen desprotegidos de los cortes de agua relacionados con el pago del alquiler en virtud de esta legislación.



Mientras tanto, cualquier ayuda a la Autoridad Palestina se retrasará si sus funcionarios inician o apoyan cualquier tipo de investigación en la Corte Penal Internacional (CPI) que busque el enjuiciamiento de ciudadanos israelíes por crímenes de lesa humanidad.


En la vecina Siria, que ha sido bombardeada constantemente por Israel desde el estallido de la guerra de poder respaldada por extranjeros contra el gobierno del país, el Congreso ha asignado 40 millones de dólares para una "estabilización no letal", en otras palabras, para asistencia para la desestabilización.


Si bien el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) ha sido derrotado en gran medida, 710 millones de dólares para contrarrestar al grupo siguen "disponibles hasta el 30 de septiembre de 2022".


Mientras tanto, Irán se menciona 22 veces en la legislación.


El "Fondo de las Fuerzas de Seguridad de Afganistán" de 3.000 millones de dólares "permanecerá disponible hasta el 30 de septiembre de 2022" y está dirigido a las "fuerzas de seguridad de Afganistán, incluida la provisión de equipos, suministros, servicios, capacitación, reparación de instalaciones e infraestructura, renovación, construcción y financiación...".



La legislación también asigna 250 millones de dólares para financiar los gastos en seguridad fronteriza de los gobiernos de Jordania, Líbano, Egipto, Túnez y Omán, con 150 millones de dólares destinados a Jordania, un eje geoestratégico que comparte fronteras con Irak, Israel, Siria, Arabia Saudita, y la Ribera Occidental palestina.


Otros 241,4 millones de dólares de pagois a través del "Departamento de Estado, operaciones en el extranjero y programas relacionados" estarán "disponibles para asistencia a Túnez".


El ejército de Egipto, conocido por sus represivas medidas enérgicas contra la disidencia, recibirá la colosal cantidad de 1.300 millones de dólares, según las directrices establecidas en los Acuerdos de Camp David.


Si bien los ciudadanos estadounidenses continúan sufriendo las consecuencias económicas de cierres gubernamentales fortuitos que han sido en gran medida ineficaces para hacer frente a la pandemia de coronavirus, el Congreso aprobó un estímulo muy reducido empaquetado junto con una donación masiva a las empresas estadounidenses y sus estados clientes extranjeros.


Ahora le corresponde al presidente saliente, conocido por su retórica de "Estados Unidos primero", promulgar la legislación. Los informes indican que eso es precisamente lo que tiene intención de hacer.

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