Las mentiras de Amnistía Internacional sobre China
por Emmanuel Wathelet
El siguiente artículo concluye un importante dossier que he dedicado en los últimos meses a la situación de los derechos humanos en China. Después de una breve descripción de lo que se dice sobre China recientemente, resumo los descubrimientos que he hecho sobre las afirmaciones de Amnistía Internacional. Luego volveré con más detalle sobre el papel particular de las ONG en la propaganda occidental, y luego a los derechos de los trabajadores en China. Antes de concluir, mencionaré algunos elementos para comparar China y los países occidentales.
Máscaras producidas bajo coacción, esclavitud y trabajos forzados en los campos de algodón: estas son las últimas noticias sobre China si creemos a nuestros medios de comunicación en occidente. Informaciones que fácilmente podrían terminar apareciendo en el próximo informe que Amnistía Internacional escribirá sobre la situación de los derechos humanos en China, como fue el caso de los "millones de uigures" encerrados en campos donde se llevan a cabo "malos tratos" y "lavado de cerebro".
¿La fuente de esta información? Un tal Adrian Zenz a quien los grandes medios de comunicación siguen presentando como un experto en Xinjiang pero que es sobre todo un evangelista alemán anticomunista (ver nota 2), que trabaja desde Estados Unidos, y cuyos "análisis" son repetidos sin que se critiquen nunca sus fuentes.
Si puede leer el informe de Zenz sobre "La esclavitud en los campos de algodón" e intenta deconstruirlo, es edificante. Hay enlaces, enlaces y más enlaces que... no prueban nada en absoluto. A veces, Zenz simplemente miente sobre los artículos que cita. A veces hace interpretaciones exageradas evidentes. A veces cita a sus amigos que a su vez le citan a el. Tomo como prueba este documento "destacable" (en sus propias palabras), documento del que sólo da las primeras páginas, quién sabe por qué, y que se supone presenta "la prueba más contundente de que Pekín persigue y castiga de manera activa las prácticas normales de las creencias religiosas tradicionales" (sic) en los famosos centros de reeducación de Xinjiang.
¿De verdad ? Léalo y fórmese su propia opinión, teniendo en cuenta que se supone que este documento es la mejor evidencia que Occidente tiene contra China.
UNA PAUSA SOBRE LA PROPAGANDA
Demostrar las mentiras de la propaganda anti-china cuesta una enorme cantidad de tiempo. Deconstruir punto por punto nos obliga a llegar siempre tarde. La guerra de la información es una guerra que se desarrolla por asfixia: es mucho más simple, más rápido y más eficiente evitar las contradicciones produciendo falsificaciones masivas que no seremos capaces de demostrar que son falsas. Libération, Le Monde, Le Soir… sólo difunden información que coincida con su visión anti-china, pero nunca la verifican. El archivo en el que he estado trabajando durante los últimos meses tenía como objetivo mostrar que al adoptar el método apropiado y dedicarle el tiempo suficiente, la verificación de la información ES frecuentemente posible. Los periodistas PODRÍAN hacer su trabajo.
Por tanto, he analizado de forma exhaustiva las afirmaciones de Amnistía Internacional sobre la situación de los derechos humanos en China. Me gustaría (1) compartir aquí una síntesis de los resultados que obtuve en mi investigación; (2) proponer algunos elementos de interpretación.
Mis artículos forman parte de un trabajo más amplio que se niega a tomar como "pruebas" las críticas, positivas o negativas, sobre China. Como explicqué en el primer episodio, las pruebas sugieren que sería posible prescindir de toda prueba; tal posición es irracional y peligrosa porque se presta a la manipulación y la mentira. De hecho, la evidencia impulsa una comprensión unívoca del mundo (como, "China es malvada"). Ahora bien, como dijo Gramsci (1983, p. 89), "si una concepción del mundo es ampliamente utilizada, entonces se convierte en 'sentido común', es decir, en un conjunto de verdades indiscutibles. y constituyente de un grupo social homogéneo". Se rompe el vínculo entre la realidad y el discurso sobre la realidad. El discurso se convierte en propaganda.
No soy el único que se ha tomado tiempo para analizar (ver, por ejemplo, en francés, el excelente sitio TibetDoc o la muy buena síntesis, en inglés, sobre Xinjiang y el papel del Congreso Mundial Uigur). Un conjunto de artículos similares, ordenados por categorías temáticas, se había elaborado de forma colaborativa, pero parece que Google censuró la página, como se muestra en la captura de pantalla a continuación. Así, vemos que la censura ciertamente no es exclusiva de los llamados gobiernos "dictatoriales". Sin embargo, hasta ahora, la página censurada todavía es accesible a través de Internet Archive Wayback Machine.
Amnistía Internacional ha adquirido, desde su creación, una gran legitimidad en el mundo occidental gracias a su labor de denuncia de las violaciones de derechos humanos en todo el planeta. Para comprender de dónde provienen las conclusiones a las que he llegado a continuación, invito a los lectores a consultar el archivo completo accesible directamente en mi blog. Al final de este análisis, ¿qué podemos concluir?
Amnistía Internacional solo proporciona fuentes para sus afirmaciones en casos excepcionales. Cuando existen, estas fuentes son esencialmente autorreferenciales, es decir: Amnistía cita sus propias investigaciones. En lo que respecta a China, sus investigaciones se basan principalmente en testimonios que ella misma reconoce que no son ni sólidos ni representativos. La ausencia de fuentes y la solidez de los testimonios deberían invitarnos a cuestionar nuestras opiniones basadas en estas afirmaciones, aún reconociendo que la ausencia de pruebas (sobre determinadas violaciones de derechos humanos) no es prueba de la ausencia (de violaciones de derechos humanos).
Amnistía Internacional dice que "no acepta financiación gubernamental" excepto para "ciertos proyectos específicos en educación en derechos humanos". Por lo tanto, de hecho, AI acepta financiación gubernamental. Sin embargo, no especifica cuánto recibe ni por qué se ve en la necesidad de aceptarlo. Además, sabemos que al menos el Departamento de Estado (ministerio de asuntos exteriores, AyR) de los EEUU financia Amnistía, lo que está lejos de ser anecdótico teniendo en cuenta el estado de las relaciones entre China y EEUU.
Amnistía utiliza una serie de métodos retóricos para dificultar una lectura ilustrada de su análisis. Se la puede culpar de una total falta de precaución en muchas de sus afirmaciones. Por ejemplo, afirma sin pruebas que China está involucrada en ataques informáticos. Por ejemplo, acumula sus denuncias, en las que pone en pie de igualdad afirmaciones cuyas pruebas son, sin embargo, incompatibles. Presenta buenas noticias (por ejemplo, mejoras en el campo ecológico o la mejora de los derechos de las personas LGBTI) de manera negativa. Además dice que algunas de sus afirmaciones son solo posibles y que no ha podido verificarlas.
Amnistía practica todas las formas de mentir, si lo vemos desde una perspectiva continua.
(1) La mentira absoluta (por ejemplo, que el documento recuperado por el ICIJ apoyaría la tesis de la tortura y el lavado de cerebro de los prisioneros uigures),
(2) Interpretaciones exageradas (por ejemplo, cuando dice que el Partido Comunista de China se pone por encima del sistema judicial),
(3) Mintiendo por omisión (por ejemplo, en la ley sobre la irresponsabilidad de la policía, sobre el crédito social, sobre las posiciones separatistas del Congreso Mundial Uighur, sobre los vínculos entre determinadas ONGs chinas y la injerencia extranjera, sobre el número de atentados islamistas en China y el número incontable de sus víctimas, sobre el apoyo masivo de los países musulmanes a China en las comisiones de la ONU),
(4) La elección selectiva de información -"cherry picking"- (por ejemplo, seleccionando solo lo que sirve a su propósito en el tema de los derechos LGBTI),
(5) Repetir afirmaciones sin fuentes (por ejemplo, diciendo que las detenciones extrajudiciales serían legalizadas, que China está llevando a cabo ataques informáticos a gran escala, que China practica la pena de muerte de forma intensiva),
(6) Simplificaciones escandalosas (por ejemplo, sobre la chinización de las religiones).
PAPEL DE LAS ONGS
El expediente completo también ha demostrado el papel de las ONG internacionales (ver aquí y aquí), que están llamadas a desempeñar el papel de "subcontratistas" en un entorno competitivo (Hailey, 2000) y se transforman en simples "ejecutores" de las políticas de sus donantes (Bornstein, 2003).
¿En qué condiciones podría actuar de forma ética una ONG extranjera en un determinado territorio? La respuesta no es tan obvia como parece a primera vista. Por lo tanto, primero sería necesario determinar los valores defendidos por las ONGs en cuestión. Es evidente que las diferencias culturales entre China (donde lo colectivo prevalece sobre el individuo) y Occidente (donde el individuo prevalece sobre lo colectivo) plantean serias dudas sobre la legitimidad de la acción de las ONG occidentales en territorio chino, a menos que consideremos que solo nosotros sabemos lo que es correcto en términos de valores morales... mientras hacemos lo contrario de lo que decimos de manera sistemática.
Entonces cobra relevancia dar un repaso a la historia. ¿Cuándo no estuvieron a la altura de los objetivos explícitos perseguidos o incluso empeoraron la situación las consecuencias de la financiación extranjera para las ONG y / o los grupos de oposición locales? ¿Qué podemos decir de todas las "revoluciones de colores" fuertemente financiadas por EEUU como demuestra Ahmed Bensaada en su libro Arabesque$? Si dicha financiación no está en condiciones de afrontar los retos que se plantearon, ¿por qué han de seguir recibiendo apoyo? ¿No existen otras vías, especialmente las diplomáticas? ¿No deberíamos empezar por analizar nuestros propios abusos?
Si no logran los objetivos que se nombran explícitamente, ¿cuáles son los intereses reales de estas ONGs y de esa financiación extranjera? Es impensable que alguien gaste tanto dinero sin beneficiarse de alguna manera de ello o de conseguir alguna forma de retorno de su inversión. En muchos casos, la aplicación de una rejilla de análisis geopolítico es útil, por ejemplo, recordando la situación en Xinjiang, región llena de materias primas sobre las que EEUU querría imponer su control al instrumentalizar el separatismo en la región.
Tras el colapso del mundo bipolar, Estados Unidos se encontró solo para gobernar el mundo. En los últimos años, sin embargo, parece que el equilibrio de poder ha evolucionado hacia un mundo multipolar donde China juega un papel esencial en lo económico (y, cada vez más, en lo político). El debilitamiento de Pekín, por todos loe medios, beneficia directamente a EEUU. Por tanto, no es de extrañar encontrarlos detrás de prácticamente todas las ONG que promueven el separatismo de las regiones autónomas, critican la política china, etc. En el origen de este financiamiento, encontramos regularmente a la NED (National Endowment for Democracy), que ha sido descrita como una tapadera de la CIA por su ex presidente Allen Weinstein.
CENSURA Y FILTRACIONES
En estas condiciones, la masiva censura impuesta por China a su población adquiere un significado un poco diferente. Para empezar, solo podemos ser muy críticos de que la mayoría de los casos de violaciones de derechos humanos planteados por Amnistía no aparezcan en la prensa china (al menos en el continente), incluso con un discurso que habría estado al servicio de la perspectiva del poder. Por otro lado, nos vemos obligados a reconocer que la campaña de desinformación, que puede describirse fácilmente como propaganda anti-china extremadamente agresiva pero formidablemente orquestada, podría tener consecuencias dramáticas para la política interna china y para la estabilidad del país. Si toda la información falsa que nos llega en Occidente llega de la misma forma, sin filtro, a sus 1.400 millones de habitantes, el gobierno chino correría el riesgo de ver a su población levantarse contra él, en una forma de insurrección similar a las revoluciones de colores que hemos visto no pudieron lograr su supuesto objetivo democrático (ver por ejemplo la web de Ahmed Bensaada).
Al igual que Estados Unidos (desde Snowden hasta Assange pasando por Manning) y Europa (Deltour, Halet, Pfeiffer, etc.), China no duda en detener y condenar a quienes filtran información secreta. Sin embargo, una posición moral categórica (en el sentido de Kant) tiene menos sentido que observar la situación concreta: por ejemplo, la condena por revelar secretos de estado depende de una evaluación de los costos y beneficios de tal "traición". Por lo tanto, creo que es saludable e incluso necesario que los delitos y abusos cometidos por los estados se hagan públicos si y solo si la divulgación de esta información no pone en peligro a más personas que al silencio: una posición moralmente insatisfactoria pero que se refiere al principio del mal menor.
También podríamos habernos preguntado qué tiene la libertad de expresión cuando en lo referente a la confianza de China. Por ejemplo viendo las películas documentales de Jean-Michel Carré quien, a diferencia del reciente documental de Arte, se niega a poner en escena solo a occidentales que trabajan para la NED o Soros sino que da voz a chinos -entre los cuales hay voces muy críticas.
DERECHOS DE LOS TRABAJADORES
Entre la información revelada por Amnistía Internacional, me interesó la expropiación de trabajadores agrícolas en beneficio de megaproyectos inmobiliarios, más rentables, pero con el riesgo de poner en peligro la autonomía alimentaria. Por otro lado, no he podido confirmar ni deconstruir las denuncias sobre violaciones a los derechos de los trabajadores. Sin embargo, la cuestión es crucial en la medida en que se supone que el Partido Comunista emana del pueblo y garantiza sus intereses.
Entre mis contactos, Ng Sauw Tjhoi supervisó varias visitas para Bélgica al sindicato único ACFTU (Federación Panchina de Sindicatos) en la República Popular. Como me sugirió, aconsejo leer esta síntesis del Boletín Laboral de China que resumiría bastante bien la situación de los derechos de los trabajadores. Allí nos enteramos de que:
Los empleados pueden no haber sido remunerados, sufrir problemas de seguridad en el trabajo, no tener seguro, no tener contrato, sufrir discriminación, etc. Por lo tanto, están en contra de su empleador.
Los empleadores privados han ido creciendo cada vez en importancia desde las grandes reformas, en particular las iniciadas por Deng Xiaoping. Por tanto, los intereses privados empezaron a oponerse a los derechos de los trabajadores, en nombre del rendimiento económico... con un Partido Comunista que también propició el crecimiento.
Los sindicatos están permitidos, pero en realidad todos deben estar afiliados a la ACFTU, que sirve a los intereses del partido más que a los de sus afiliados y funciona solo como una "correa de transmisión" del partido. Por lo tanto, cualquier intento de crear una unión independiente será considerado por el Partido Comunista como una amenaza política... y tratado en consecuencia. Funcionando según los principios de la meritocracia, la ACFTU es un paso casi obligatorio hacia la carrera política.
Las autoridades locales se suponen que deben garantizar el respeto de los derechos laborales en sus distritos electorales pero, en realidad, son bastante laxas, no cuentan con fondos suficientes, carecen del personal y de la capacidad real para proteger a los trabajadores, especialmente en pueblos y ciudades más pequeños y más pobres. Además, están atrapados en conflictos de intereses que les llevan a crear un entorno económico favorable a las empresas en lugar de favorecer la protección de los trabajadores.
En estas condiciones, los líderes casuales aparecen de vez en cuando en el contexto de acciones colectivas, como las huelgas. Si bien el derecho de huelga se eliminó de la constitución en 1982, las huelgas tampoco están legalmente prohibidas. Los líderes de las manifestaciones rara vez son acusados y, si lo son, normalmente es más por alterar el orden público que por la huelga misma.
Si las acciones colectivas son difíciles, los trabajadores deben utilizar la LDAC (Comisión de Arbitraje de Conflictos Laborales), que en la mayoría de los casos permite una rápida resolución de problemas, principalmente a través de la mediación en lugar del arbitraje. La carga de la prueba recae entonces en el empleador. Si bien parece funcionar adecuadamente, entendemos, sin embargo, que es solo una solución provisional, una respuesta individual a los problemas sistémicos.
Algunos grupos de presión surgidos en el seno de la sociedad civil también han desempeñado el papel de sindicatos, pero son víctimas de la represión, aunque todavía actúen de manera concertada con las demás partes.
Concluimos que China, en la actualidad, no ha sido capaz de resolver los problemas intrínsecos vinculados al derecho laboral, especialmente en el contexto de una economía que se ha abierto al sector privado. Como resultado, la mayoría de los trabajadores todavía no se benefician de un crecimiento que, sin embargo, ha visto a una parte del Partido y a los empresarios volverse obscenamente ricos. La extrema desigualdad se ha ido agravando en los últimos años. Lo más absurdo es que, lamentablemente, todo esto es muy coherente con lo que sabemos sobre la economía de mercado.
ELEMENTOS DE COMPARACIÓN
Vltchek dijo que Occidente utiliza el concepto de "derechos humanos" de manera "selectiva" contra China. La mayoría de las acusaciones y "hechos" están, para él, sacados de contexto a escala global (la actualidad y la historia). Solo se han aplicado puntos de vista y análisis eurocéntricos. De hecho, ¿es el tema de la legislación laboral, por ejemplo en nuestro país, tan diferente de lo que está sucediendo en China? Los reproches a China por su supuesto imperialismo en África ¿no se pueden reprochar sobre todo a nuestros países occidentales, que han prolongado el colonialismo mediante un neocolonialismo pernicioso pero igualmente real? ¿No son aquí también los partidos políticos y los sindicatos "superficialmente pluralistas", en el sentido de que aquello con lo que no están de acuerdo no cuestiona los paradigmas económicos y políticos de los que forman parte?
Hasta ahora, he rechazado la comparación entre China y Occidente, porque el hecho de que existan crímenes similares en otros lugares no puede justificar de ninguna manera que se hayan cometido en China. Por otro lado, es la naturaleza excepcional de los "delitos chinos" lo que debe ponerse en perspectiva. Hacer una comparación entre China y Francia sobre el movimiento francés de los chalecos amarillos, por ejemplo, contando los actos de violencia policial, es algo bastante sensato. lo mismo como recordar la falta de resultados de las manifestaciones contra la legislación laboral, Nuit debout (literalmente, «noche en pie» en francés, movimiento contra la Ley del Trabajo, AyR), contra el empobrecimiento de los servicios públicos, etc.
¿Debe recordarse que EEUU, tan rápido en denunciar a China y fomentar en su seno una abominable injerencia, practica la pena de muerte y la tortura en territorios fuera de la ley como Guantánamo, o que las terapias de conversión respecto a la orientación sexual son moneda corriente en territorio estadounidense? En su magnífico libro "Days of Destruction, Days of Revolt", Chris Hedges y Joe Sacco enumeran una serie de estadísticas específicas de los EE. UU. Que te hacen estremecer (ver más abajo).
¿Podemos todavía decir sin problema: "¿qué importa si es EEUU quien financia la propaganda antichina, ya que es una democracia"? ¿Podemos todavía decir sin problema que la miseria que causa un país como Estados Unidos es "menos grave", que sus bombas son menos hostiles, sus crímenes más aceptables, su destrucción del medio ambiente más razonable, quienes filtran información confidencial menos dignos, su racismo menos horrible, etc.? ¿Porque le hemos dado a ese país la absurda etiqueta de "democracia"? ¿Qué sentido tiene todavía?
En cuanto a la Unión Europea, no es mejor. Es en Grecia, cuna de la sacrosanta “democracia”, donde hoy toleramos, por ejemplo, atrocidades como las que tienen lugar en la isla de Lesbos. Y, en este caso, a diferencia de los famosos "campamentos uigures", la evidencia no solo existe, sino que es abrumadora: los animales son tratados con más humanidad.
CHINA ¿Y MÁS ALLÁ DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE?
Por último, dado que los artículos de mi dossier solo tratan la cuestión de los derechos humanos, se pasan por alto otros datos muy diferentes. Mientras vemos por enésima vez que el coronavirus recupera fuerza en Europa, China parece haberse librado de él con organización, rigor y solidaridad. Una verdadera lección que ni siquiera la propaganda occidental puede ocultar.
Los invito a leer este artículo para comprender también cómo China ha duplicado la esperanza de vida de su población y comprender cuál es su cobertura de salud en comparación con la de la “democracia” estadounidense. Podríamos haber hablado de aumento del nivel de vida, proeza tecnológica, educación, cobertura social, reducción de la pobreza, progreso científico y colaboración entre investigadores chinos e internacionales, etc. Sólo nos tratamos los temas sobre los que Occidente es crítico: un marco muy específico que favorece la "acusación".
CONCLUSIONES
En mi primer artículo sobre China mencioné el caso de Etienne Chouard quien declaró (minuto 42) sobre posibles dudas sobre las cámaras de gas: "No es mi tema, no sé nada al respecto". En este debate sobre Le Média, nos encontramos en la clásica situación en la que se convoca al entrevistado para condenar lo obvio (como explica el Stagirite en un vídeo del que a continuación estoy construyendo mi análisis). Se trata de una forma de proceso retórico similar a envenenar el pozo donde uno es acusado implícitamente incluso antes de haber pronunciado una palabra.
En el caso de China, cuando me dicen: "¿Condena esta dictadura?", me encuentro en una situación similar en la que todo lo que pueda responder se leerá desde la perspectiva de la sospecha original. dejar las explicaciones de informaciones falsas y propaganda, dejar las comparaciones con otros países, salir del contexto geopolítico... solo "la evidencia de la dictadura china" debería ser suficiente y cualquier palabra adicional solo agregará sospecha.
Sin embargo, hay una gran diferencia entre Chouard, que no "comenta sobre las cámaras de gas" y yo, que cuestiono "las pruebas criminales" contra China. Personalmente, mis dudas sobre la información de Amnistía Internacional sobre los derechos humanos en China surgieron del conocimiento previo de situaciones similares, considerando que en igualdad de condiciones, las mismas causas producen los mismos efectos. Por tanto, si Europa y EEUU mintieron sobre el Tíbet (véase, por ejemplo, el sitio de Tibetdoc o el libro de Maxime Vivas “No tan zen”), es posible que los mismos mientan sobre Xinjiang. Entonces es racional, al menos inicialmente, no fiarse de sus opiniones.
Esto también implica evitar cualquier expresión pública de esas dudas mientras uno no está informado. Y uno puede informarse (1) buscando las evidencias existentes en una dirección u otra - (uno no puede saberlo todo por sí mismo y, en este punto, me refiero a un artículo, también retransmitido por Stagirite, sobre dependencia epistémica); (2) o investigando usted mismo. De hecho, dado que mi posición es heterodoxa, la carga de la prueba recae sobre mí. Esto es bastante normal: cuando Einstein cuestionó la física newtoniana cuestionando el consenso, esperábamos de él no declaraciones vacías sino una demostración rigurosa (no me comparo con Einstein, eh ;) ).
Por eso asumí este deber de investigación y esa es la razón por la que mi dossier es tan largo... Estos dos pasos, Chouard no los emprendió: no solo expresó dudas a pesar del sólido trabajo de historiadores, sino que tampoco hizo un trabajo de comparación personal, lo que hace que la expresión pública de una opinión controvertida sea particularmente insultante para las víctimas y sus descendientes.
En cuanto a mí, concluyo aquí varios meses de arduo trabajo, para leer artículos, traducir, leer y cotejar las fuentes de estos artículos, para cuestionar los "hechos obvios", para cuestionar mis propios prejuicios, para recolectar conocimiento, aprendizaje, humildad ante un dossier particularmente complejo. Al final, acumulé el material para todo un libro. Al final de este trabajo, me doy cuenta una vez más de que cada una de las partes en conflicto tiene interés en designar a la otra como enemiga, como habría dicho Desproges: "El enemigo es estúpido, cree que es él es el enemigo que somos".
Por supuesto, es imposible para cada uno de nosotros llevar a cabo tal trabajo de deconstrucción. ¿Estamos, por tanto, condenados a creer informaciones falsas? Creo que en todo caso es necesario (1) conocer la historia y desinformación del pasado; (2) identificar los mecanismos en la construcción de información falsa y los intereses de las partes involucradas; (3) suspender nuestras opiniones a la espera de la consulta de pruebas explícitas, racionales y convincentes; (4) adquirir capacidad de crítica de fuentes.
Solo pagando este precio podremos estar mejor armados frente a las mentiras del mañana, ya sea que se refieran a China o a cualquier otro país que no esté alineado con los intereses occidentales.
Me gustaría agradecer desde el fondo de mi corazón a todas las personas que me ayudaron en la constitución de este expediente: mis amigos chinos en Bélgica, los europeos expatriados en China, mi red híper eficiente de activistas, el trabajo colosal de divulgadores científicos en Youtube, todos los autores que he leído, mi amante que me ha apoyado durante estos últimos meses, la gente que me ha dado un feedback riguroso y, bueno por supuesto, los pocos que me apoyan a través de una propina.