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Élisée Reclus, 1830-1905. Una vida al servicio de la geografía y el anarquismo

Published on: martes, 9 de febrero de 2021 // ,


Eulalia Ribera Carbó
 *


22 de enero de 2021


Élisée Reclus fue geógrafo y fue también anarquista. Un eminente geógrafo y un destacado teórico y militante del anarquismo que compaginó con gran congruencia su labor en la ciencia de la tierra con sus ideas y su actuación política.


Reclus nació el 15 de marzo de 1830 en una pequeña ciudad del sur de Francia, donde sus correrías infantiles por el campo circundante seguramente inspiraron su amor por la naturaleza y marcaron su interés por los fenómenos de la superficie terrestre. Reclus recibió una educación familiar y escolar protestante en colegios de ambiente cosmopolita, en los que aprendió numerosas lenguas y templó un carácter bondadoso y una postura de respeto a la diversidad entre los hombres, misma que mantendría toda su vida. Durante una corta estancia en la facultad protestante de Montauban, cerca de Toulouse, al calor de la revolución republicana de 1848, él y su hermano Élie se iniciaron de lleno en el mundo de las ideas sobre la solidaridad, la autonomía y el anarquismo, leyendo los textos de Pierre Leroux y Joseph Proudhon (Nettlau, sin año). El alejamiento del camino religioso que les señalaba su padre se hizo definitivo, y después de haber sido expulsados de la escuela por haberla abandonado durante unos días para hacer una excursión y conocer el mar, Élisée pasó unos meses en la Universidad de Berlín, donde atendió los cursos de geografía del famoso profesor Karl Ritter considerado, al lado de Humboldt, el padre de la geografía moderna. Ritter le prodigó atención y amistad, lo que le valió una de las grandes alegrías de su vida (Ferreti, 2010). Fue poco tiempo y la única educación geográfica universitaria de su vida, pero bastaron para consolidar definitivamente su vocación científica.


Con apenas poco más de veinte años, Élisée Reclus ya era anarquista y había escrito un manifiesto titulado El desarrollo de la libertad en el mundo, en el que afirmaría: “Nuestro destino es llegar a ese estado de perfección ideal en el que las naciones ya no tendrán necesidad de estar bajo la tutela de un gobierno o de otra nación; es la ausencia de gobierno, es la anarquía, la más alta expresión del orden” (Reclus, 2012, p. 172). En 1851, a raíz del golpe de Estado de Louis Napoleon, los dos hermanos Reclus debieron abandonar el país. Exiliados en la Gran Bretaña, Élisée trabajó en una finca agrícola cerca de Dublin y fue ahí donde concibió su primera gran obra de geografía: La Tierra. Descripción de los fenómenos de la vida del Globo, publicada años después y en la que declaró su entusiasmo por los fenómenos de la superficie terrestre junto con su ánimo por el ideal libertario.


Fue también en Irlanda donde concibió la idea de trasladarse a América, pensando en la posibilidad de crear una colonia agrícola comunitaria. Primero se instaló en la Luisisana donde trabajó como cargador del puerto en Nueva Orleans, como campesino y después como profesor en casa de una familia dueña de una plantación esclavista. Pero su aversión a aquel sistema inicuo lo sublevó y lo empujó a abandonar aquel empleo, que le pagaba un sueldo que a él le parecía robado a los negros quienes, con su sudor y su sangre, escribiría, “son quienes han ganado el dinero que yo me guardo en el bolsillo” (Les fréres, 1964, p. 31). En 1856 hizo la maleta y después de pasar por el Caribe y Centroamérica llegó a la Nueva Granada, hoy Colombia, donde su proyecto de una huerta cooperativa dio al traste. Reclus cayó gravemente enfermo hasta que, con ayuda de su hermano Élie, pudo regresar a Francia en julio de 1857.


Reclus volvió a su patria reafirmado del todo en las ideas del comunismo libertario y decidido a ejercer profesionalmente la geografía. Durante los siguientes años publicó diversos trabajos geográficos y fue contratado por la casa editorial Hachette de París, para hacer viajes y escribir las guías respectivas. Ese empleo le permitió realizar su anhelo de explorador y científico entre 1859 y 1862 (Vicente, 1983). Fueron también años de intensa actividad política mediante la cual Reclus entabló relaciones con personajes y círculos anarquistas diversos (Clark, 2015).


En julio de 1870 estalló la guerra franco-prusiana. Élisée y Élie participaron en la defensa de París y después se sumaron de manera entusiasta a ese gran y simbólico ensayo de una sociedad autogestionaria que fue La Comuna. Pero el fin trágico de los dos meses del experimento revolucionario parisino torció la vida de Reclus, quien fue capturado y recluido en cárceles diversas. En todas escribió textos, dictó conferencias de geografía a sus compañeros de encierro, dio lecciones de inglés y de matemática, estudió lenguas, organizó juegos de ajedrez y formó pequeñas bibliotecas. Finalmente, se le formó consejo de guerra y el 15 de noviembre de 1871 se le condenó a deportación a la Nueva Caledonia (Reclus, 1943, pp. 113, 114). Sin embargo, el archipiélago melanesio no fue el destino de Reclus. Más de 60 connotados científicos firmaron una petición que le hicieron llegar desde Londres al gobierno de Adolphe Thiers, conminándolo a que liberara al distinguido geógrafo: “si un hombre como este es condenado al silencio o a languidecer lejos de los centros de la civilización, Francia no haría más que mutilarse y rebajar su legítima influencia en el mundo” (Nettlau, sin año, pp. 288, 289). La presión internacional obligó al gobierno francés a cambiar la condena de deportación por la de exilio, y así llegó Reclus, esposado, a la frontera con Suiza el 14 de marzo de 1872.


En el país alpino pudo rehacer la vida. Durante el destierro, que duró cerca de dos décadas, Élisée Reclus se consolidó como un teórico anarquista y desarrolló su más extensa obra geográfica: la Nueva Geografía Universal. En julio de 1872 había firmado un nuevo contrato con la casa Hachette, para escribir esa obra monumental que resultó en 19 tomos de 17.000 páginas en total (Reclus, 1876-1894). La calidad científica y literaria de sus textos por entregas, las ilustraciones y los magníficos mapas que incluyó, convirtieron a la Nueva Geografía, junto con su autor, en el máximo referente de la disciplina en aquel tiempo. Fueron años de trabajo intenso y de largos y frecuentes viajes de estudio que lo llevaron por buena parte de Europa, a África, y dos veces a América, donde visitó Estados Unidos, Canadá y Brasil. Mientras tanto, el pensador anarquista colaboraba con periódicos y revistas libertarias, impartía conferencias, publicaba textos y se involucraba en los trabajos de la Federación del Jura, un grupo anarquista adscrito a la I Internacional, estrechando vínculos con algunas de las figuras más importantes del anarquismo europeo como Mijail Bakunin y Piotr Kropotkin. Bakunin describió así a Élisée y a su hermano Élie, a quienes conocía desde antes de los hechos de la Comuna: “Dos sabios, y al mismo tiempo los hombres más modestos, más nobles, más desinteresados, más puros, más religiosamente consagrados a sus principios que haya encontrado en mi vida” (Reclus, 1943, p. 135).


En 1890 Reclus volvió a vivir a la capital francesa. Continuó con su trabajo científico y en 1892 fue condecorado por la Sociedad de Geografía de París. Pero era un tiempo de gran tensión política. La “propaganda por el hecho”, estrategia del movimiento anarquista basada en atentados individuales y alteraciones del orden colectivo como acción revolucionaria de resonancia, desató una intensa represión policiaca. El hijo de Élie, Paul Reclus, había sido injustamente acusado de estar involucrado en un atentado, y la familia se vio sometida a vigilancia, registros domiciliarios y hostigamientos que, finalmente, la orillaron a trasladarse a Bélgica (Nettlau, sin año).


Élisée había recibido un ofrecimiento de la Universidad Libre de Bruselas para impartir cursos de geografía pero, después, el consejo universitario que lo había contratado se retractó de ello, ante el temor de la bien conocida postura de anarquista militante de aquel geógrafo “de excepción” (Giblin, 2005, p. 11). Profesores y estudiantes radicales protestaron, y después de expulsiones y dimisiones se organizaron para crear la Universidad Nueva de Bruselas, desligada del Estado y basada en una enseñanza integradora y libertad científica e ideológica. Ahí Reclus logró una presencia académica preponderante para su disciplina. Creó un Instituto de Geografía que publicó, reeditó y tradujo textos de investigación, realizó una importante labor cartográfica y montó una biblioteca especializada de más de 9000 volúmenes.


A los cursos impartidos por Reclus asistían grupos numerosísimos de estudiantes, que en ocasiones llegaron a sumar varios cientos. Los temas y su exposición resultaban de una erudición notable que, por lo visto, se sumaba a su oratoria impregnada de la brillantez entusiasta de sus posturas anarquistas (Nettlau, sin año). Pero lo más destacado de aquellos años en Bruselas, los últimos de su vida, fue la redacción de El Hombre y la Tierra. En origen debía ser el volumen de conclusiones de la Nueva Geografía Universal, en el que Reclus pretendía desarrollar una geografía social con sus reflexiones sobre las relaciones del hombre con la naturaleza a lo largo de la historia. Pero la editorial Hachette le impuso, como siempre había hecho, condiciones de censura a sus ideas sociales radicales. Entonces Reclus terminó su relación laboral de casi 40 años con la casa editora de París y así fue como aquel proyecto, que había sido pensado como un pequeño tomo, se convirtió en su obra magna de teoría social y filosofía anarquista. Fueron seis volúmenes, que empiezan de la siguiente manera: “El hombre es la naturaleza formando conciencia de sí misma” (Reclus, 1932-1933, t. 6, p. I).


En la primavera de 1904 la obra quedó concluida. Max Nettlau la calificó en 1928 como “la mejor flor de la literatura anarquista hasta el presente y como uno de los más bellos frutos de la ciencia” (Nettlau, sin año, vol. II, p. 271). Al año siguiente de haber sido publicada, ya había sido traducida al castellano por Anselmo Lorenzo en Barcelona, para que sirviera de libro de texto principal en la Escuela Moderna de Francisco Ferrer Guardia. Pero Élisée Reclus ya no la pudo ver. Estaba enfermo. El 4 de julio de 1905, el geógrafo anarquista, el científico de inspiración poética, el convencido de la posible felicidad individual y colectiva en una sociedad fraterna y en armonía con el planeta, murió en su casa de Ixelles a las afueras de Bruselas, rodeado de su familia más querida.


Bibliografía

  • Clark, John (2015), “Introducción al pensamiento social de Reclus” en Libertad, igualdad y geografía. Ensayos escogidos de Élisée Reclus, Madrid, Enclave de libros, pp. 27-204.
  • Giblin, Béatrice (2005), “Élisée Reclus: un géographe d’exception”Hérodote, La Découverte, n°117, 2e trimestre, pp. 11-29.
  • Les fères Reclus. Élie et Élisée. Ou du Protestantisme à l’Anarchisme, 1964, Paris, Les amis d’Elisée Reclus.
  • Nettlau, Max (sin año), Eliseo Reclus. La vida de un sabio justo y rebelde, Barcelona, Publicaciones de “La Revista Blanca”, 2 vols., (traducción de V. Orobón Fernández) (edición original en alemán, 1928).
  • Reclus, Élisée (1876-1894), Nouvelle Géographie Universelle: la terre et les hommes, Paris, Hachette, 19 t.
  • Reclus, Eliseo (1906), El Hombre y la Tierra, Barcelona, Casa Editorial Maucci. Traducción de Anselmo Lorenzo bajo la revisión de Odón de Buen), 6 tomos.
  • Reclus, Eliseo (1943), Correspondencia (de 1850 a 1905), (selección de Luce Fabbri), Buenos Aires, Edición Imán, (traducción del francés por Horacio E. Roqué).
  • Reclus, Élisée (2012), Écrits sociaux, édition établie par Alexandre Chollier et Federico Ferreti), Genève, Éditions Héros-Limite.
  • Reclus Élisée (2016), La anarquía y otros textos (prólogo y selección de Eulalia Ribera Carbó), México, Universidad Autónoma del Estado de Morelos, 2016. (Colección Clásicos de la resistencia civil).
  • Vicente Mosquete, María Teresa (1983), Eliseo Reclus, La geografía de un anarquista, Barcelona, Los libros de la frontera. (Realidad geográfica, 5).


* Doctora en Geografía por la Universidad de Barcelona, España, 1998. Es profesora-investigadora en el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora y la responsable institucional de la Cátedra de Geografía Humana Elisée Reclus en dicha institución. Sus investigaciones y publicaciones están enmarcadas en el campo de la geografía histórica, con diversas líneas temáticas sobre la geografía urbana de los siglos XVIII, XIX y XX, la integración del territorio en la formación del Estado nacional y el uso de la imagen como fuente de investigación social. Este texto es una versión reducida de un trabajo más extenso publicado en Reclus, 2016.

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