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Noticias Amor y Rabia

La guerra económica contra Rusia podría derrocar a Occidente

Published on: miércoles, 23 de marzo de 2022 // ,


por Thomas Fazi

Una nueva Guerra Fría paralizaría el imperio estadounidense


Occidente, siguiendo el ejemplo de Estados Unidos, ha reaccionado a la invasión rusa de Ucrania introduciendo un régimen de sanciones "paralizante" (1). Es una “guerra económica y financiera total” destinada a “provocar el colapso de la economía rusa”, admitió con franqueza el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire (2). Y, sin embargo, muchas de las sanciones actuales parecen ser restricciones comunes y habituales utilizadas contra varios países en el pasado. Varios de ellas, incluidas las prohibiciones de exportación y la congelación de ciertos activos, se han impuesto a Rusia tras su anexión de Crimea en 2014 (3). Incluso la muy discutida exclusión de varios bancos rusos (4) del principal sistema de mensajes bancarios internacionales, SWIFT, no es nuevo, ya que se ha utilizado contra Irán, con resultados mixtos (5).


Las declaraciones del ministro de finanzas francés Le Maire asegurando que la guerra económica contra Rusia provocaría el colapso de su economía (ARRIBA, enlace), de las que se retractó tras avisarle Dmitry Medvedev, presidente de Rusia entre 2008 y 2012, que las guerras económicas amenazan con desencadenar guerras de verdad (ABAJO, enlace)


El aspecto más controvertido del nuevo régimen de sanciones es sin duda la congelación de las reservas de oro y divisas extranjeras de Rusia en el extranjero (aproximadamente la mitad de sus reservas totales), pero incluso esto tiene precedentes: el año pasado, EEUU congeló las reservas extranjeras que tenía en su poder del banco central de Afganistán (6) para evitar que los talibanes accedan a sus fondos; Estados Unidos también ha congelado previamente las reservas de divisas de Irán, Siria y Venezuela.

Por tanto, tomadas individualmente, estas medidas no son tan excepcionales como se las ha presentado. Sin embargo, nunca antes se habían desplegado tantas sanciones a la vez: ya hay 6.000 sanciones impuestas por occidente a Rusia (7), más que la suma de las que se han impuesto a Irán, Siria y Corea del Norte. Aún más importante, ninguno de los objetivos anteriores de sanciones era remotamente tan poderoso como Rusia, miembro del G20 y la mayor potencia nuclear del mundo (8).

Asimismo, ninguno de los 63 bancos centrales que son miembros (9) del Banco de Pagos Internacionales (BIS) de Basilea, conocido como el banco central de los bancos centrales, ha sido nunca objeto de sanciones financieras. Hasta le propio BIS se ha unido a las sanciones para evitar el acceso de Rusia a sus reservas en el extranjero (10). Esto realmente no tiene precedentes: desde su creación en 1931, el BIS nunca había tomado tal medida, ni siquiera durante la Segunda Guerra Mundial (11).

Entonces, ¿qué debemos esperar de las sanciones? Los expertos y comentaristas occidentales tienen pocas dudas: las sanciones paralizarán la economía rusa, sembrarán el descontento entre el pueblo y las élites rusas por igual, y posiblemente incluso causen la caída del régimen de Putin. Como mínimo, se nos dice, obstaculizarán el esfuerzo bélico ruso. Pero la historia sugiere lo contrario (12): véase lo ocurrido en Irak o, más recientemente, en Irán. Mucho más probable es que este resulte ser el último error de cálculo estratégico occidental en una larga lista de errores estratégicos, de los cuales la ignominiosa retirada de Estados Unidos de Afganistán es solo el ejemplo más reciente.


ARRIBA: La deuda exterior de Rusia como % del PIB
ABAJO: Evolución de las reservas de oro de Rusia


Después de todo, Rusia se ha estado preparando para este momento durante bastante tiempo. Tras la primera ola de sanciones occidentales, en 2014, y en parte como represalia contra ellas, Putin se embarcó en lo que los analistas denominaron una estrategia de "Fortaleza rusa" (13), acumulando las reservas internacionales del país y diversificándolas evitando los dólares estadounidenses y las libras esterlinas, reduciendo su exposición en el extranjero, impulsando su cooperación económica con China (14) y aplicando estrategias de sustitución de importaciones en varias industrias (15), incluidas las de alimentos, medicina y tecnología, en un esfuerzo por aislar a Rusia tanto como sea posible de las amenazas externas.

Es cierto que Putin cometió el error de dejar alrededor de la mitad de esas reservas en bancos centrales extranjeros, lo que ha dado lugar a su confiscación. No obstante, Rusia todavía tiene acceso a más de 300.000 millones de dólares en oro y reservas de divisas, más que la mayoría de los países del mundo (16) y más que suficiente para amortiguar cualquier caída a corto plazo de las exportaciones o apuntalar el rublo (por un tiempo) .

Además, el banco central ruso reaccionó a las sanciones deteniendo los flujos de capital fuera de Rusia y nacionalizando las ganancias en divisas de los principales exportadores, requiriendo que las empresas rusas convirtiesen el 80% de sus ganancias en dólares y euros en rublos. También elevó los tipos de interés al 20% en un esfuerzo por atraer capital extranjero. Estas medidas tienen como objetivo reforzar el valor del rublo y proporcionar un flujo de divisas al país. Parecen estar funcionando: mientras que el rublo ha recuperado alrededor del 40% de su valor perdido desde el inicio del conflicto, la caída libre de la moneda rusa parece haberse detenido por ahora, registrando incluso un repunte en las últimas dos semanas. Por el momento, el balance financiero de Rusia, fruto de la diferencia entre el dinero que entra y sale del país, está lejos de ser desastroso.


Localización de las reservas del Banco central de Rusia en territorio extranjero


No olvidemos que la principal fuente de las reservas de divisas de Rusia, las exportaciones de petróleo y gas (17), han sido excluidas de las sanciones por razones obvias: para la mayoría de los países europeos, Rusia representa una gran parte de sus importaciones de petróleo y gas (y otros productos básicos), y simplemente no hay forma de reemplazar esas fuentes de energía de un día para otro.

En definitiva, Rusia no corre el riesgo, a corto plazo, de quedarse sin reservas y no poder pagar sus importaciones. Pero incluso suponiendo que Occidente decidiera poner fin a todas sus importaciones de Rusia de la noche a la mañana, no hay razón para creer que esto detendría la maquinaria militar rusa. La noción de que “estamos financiando la guerra de Rusia comprando gas y petróleo”, como afirmó recientemente el primer ministro finlandés (18), está completamente fuera de lugar.

Como ha observado el economista Dirk Ehnts (19), la maquinaria militar rusa, en su mayor parte, no depende de las importaciones (en todo caso, Rusia es un exportador de armas (20)). Es de origen nacional y, al igual que los salarios de sus soldados, se paga en rublos, que el banco central ruso puede crear en una cantidad ilimitada, tal como lo hace el Banco de Inglaterra cuando se trata de libras esterlinas.


ARRIBA: El hundimiento del valor del rublo tras iniciarse la guerra económica ("sanciones")
ABAJO: Hundimiento del valor de las empresas rusas en la bolsa tras iniciarse la guerra económica ("sanciones") 



Igualmente infundados son los rumores de un inminente impago ruso de sus deudas. En los últimos años, el gobierno ruso ha tomado medidas para reducir sus pasivos externos: su deuda denominada en moneda extranjera asciende hoy a unos 40.000 millones de dólares (21), una cantidad ínfima en comparación con el tamaño de las exportaciones anuales de Rusia de más de 200.000 millones de dólares en petróleo y gas. Cualquier decisión de incumplimiento de pagos sería totalmente política. No debemos olvidar que los mismos acreedores que esperan ser reembolsados ​​en dólares son los mismos que acaban de confiscar una buena parte de los dólares de Rusia: si los rusos incumplieran sus pagos, sería un problema aún mayor para sus acreedores en los países occidentales. Al igual que con las exportaciones de petróleo de Rusia, dañar a Rusia inevitablemente significa también dañarnos a nosotros mismos (22).

Además, gracias a los esfuerzos exitosos del gobierno ruso para impulsar la producción agrícola nacional, la producción nacional de alimentos ahora representa más del 80% de las ventas minoristas (23), frente al 60% en 2014. Esto significa que Rusia es, en gran medida, autosuficiente en cuanto a alimentos (24). Por tanto, incluso si sus ingresos por exportaciones cayeran en picado (lo cual es poco probable), el país no pasaría hambre, a diferencia del resto del mundo (25), y lo más probable es que pudiera continuar financiando sus esfuerzos de guerra.

¿Podría resultar más eficaz una prohibición selectiva de las exportaciones de componentes occidentales específicos de alta tecnología, algunos de los cuales se utilizan en la industria de defensa de Rusia? Posiblemente. Pero Rusia ha estado reduciendo la dependencia de su aparato militar-industrial de componentes y tecnologías extranjeras durante años (26). Pero aún más importante es que ambas hipótesis, que la economía y el ejército de Rusia pueden ponerse de rodillas mediante prohibiciones de exportación y/o importación, se basan en la suposición errónea de que todo el mundo está de acuerdo con las sanciones. Pero eso está lejos de ser así.


ARRIBA: Voto de condena de la invasión rusa de Ucrania en la ONU
ABAJO: Países que han impuesto sanciones a Rusia, la famosa "comunidad internacional" de la que habla la prensa occidental


Si bien la mayoría de las naciones del mundo (143 de 193) votaron a favor de una resolución en la Asamblea General de la ONU que condena a Rusia, los 35 países que se abstuvieron incluyen a China, India, Pakistán y Sudáfrica, así como varios estados africanos y latinoamericanos. Estos y muchos más países, incluidos varios que votaron a favor de la resolución, como Brasil (27), han criticado duramente las sanciones contra Rusia y se espera que continúen comerciando con Putin. Francamente, es muy difícil decir que Rusia está aislada cuando algunas de las economías más grandes del mundo se han negado a apoyar el régimen de sanciones de Occidente.

China, en particular, ha sido muy elocuente en su apoyo a Rusia. Pekín ya es el principal socio comercial del Kremlin (28), y tan solo China puede absorber grandes cantidades de energía y productos básicos rusos, así como proporcionar a Rusia básicamente cualquier producto industrial y de consumo que este último importe actualmente de Occidente. China también dispone de un sistema alternativo al sistema SWIFT administrado por Occidente, llamado CIPS, para administrar transacciones transfronterizas en yuanes, lo que podría permitir a Rusia eludir parcialmente el bloqueo financiero de Occidente (29). Aunque el yuan todavía representa un pequeño porcentaje de las transacciones internacionales, su papel crecerá rápidamente en los próximos años (30) (considere la noticia de que Arabia Saudita puede comenzar a fijar el precio de sus ventas de petróleo a China (31) en yuanes, la moneda de este último país). Todo esto ayuda a explicar por qué incluso los analistas financieros occidentales, como Goldman Sachs y JP Morgan, predicen una contracción interanual de la economía rusa de alrededor del 7% (32), mala, pero difícilmente catastrófica (el Coronoavirus provocó una caída mucho mayor en el PIB para la mayoría de los países).

Sin embargo, mucho dependerá de la respuesta política del gobierno ruso. Obviamente, la retirada de muchas empresas extranjeras y la disminución de las inversiones extranjeras aumentarán el desempleo. Pero el gobierno ruso puede amortiguar el golpe recurriendo a una política fiscal expansiva "keynesiana" destinada a impulsar la inversión interna y respaldar los ingresos. Si alguna vez hubo un momento para que Rusia abandonara su históricamente estricta política fiscal, como varios economistas rusos han estado argumentando durante algún tiempo (33), es ahora.


ARRIBA: Funcionamiento de los sistemas SWIFT (de occidente) y CIPS (de China)
ABAJO: Tras iniciarse la guerra económica ("sanciones"), las empresas rusas pasaron a usar el sistema CIPS


Hace dos semanas sugerí (34) que, al menos a corto plazo, Estados Unidos se beneficiaría del conflicto en Ucrania. Sin embargo, a largo plazo, poco a poco está quedando claro que el orden occidental global liderado por Estados Unidos sufrirá. La imposición de sanciones por parte de Occidente, que involucra no solo a gobiernos, sino también a empresas privadas e incluso a organizaciones supuestamente apolíticas como los bancos centrales, ha enviado un mensaje claro a los países del mundo: Occidente no se detendrá ante nada para castigar a los países que vayan por libre. Si esto le puede pasar a Rusia, una gran potencia, le puede pasar a cualquiera. [Nunca más] creeremos en lo más mínimo la ilusión de que Occidente podría ser un socio fiable”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov (35). “Haremos todo lo posible para que nunca, de ninguna manera, dependamos de Occidente en aquellas áreas de nuestra vida que tienen un significado decisivo para nuestro pueblo”.

Esas palabras seguramente retumbarán en todo el mundo, con implicaciones dramáticas para Occidente. Como ha advertido Wolfgang Münchau (36): “Que un banco central congele las cuentas de otro banco central es un gran problema… Como resultado directo de estas decisiones, hemos convertido de facto el dólar y el euro, y todo lo que está denominado en esas monedas, en activos arriesgados”. Como mínimo, esto inevitablemente empujará a los países a diversificar sus reservas y aumentar sus reservas de yuanes, para aflojar el control de Occidente sobre sus economías y reforzar su resiliencia económica y autosuficiencia. Incluso si no empuja a los países directamente a los brazos de Pekín, como ya está sucediendo con Rusia, es probable que conduzca al surgimiento de dos bloques cada vez más aislados: un bloque occidental dominado por Estados Unidos y otro de Eurasia Oriental dominado por China.

En esta nueva pseudo-Guerra Fría, los países “no alineados” podrían encontrar que están en una mejor posición si defienden su soberanía que bajo el imperio global estadounidense. Olvídese del “colapso de la economía rusa”: este podría ser el verdadero resultado de la nueva guerra económica de Occidente. 


NOTAS

(4) EUR-Lex, Official Journal of the European Union, Volume 65, L 063, 02.03.2022.
(7) Novaya Gaceta (11.03.2022): Ничего не конфисковано, но все арестовано Как ЕС и Великобритания будут распоряжаться собственностью россиян, попавших в санкционные списки (No se confisca nada, pero todo se arresta. Cómo gestionarán la UE y el Reino Unido los bienes de los rusos incluidos en las listas de sanciones).
(13) Russia in Global Affairs (No. 3 2005 July/September): Fortress Russia.
(17) OECRussia.
(20) ReliefWeb (13.03.2022): Trends in International Arms Transfers, 2021.
(26) Issue (Report No 38 — December 2017): Defence industries in Russia and China: players and strategies.
(34) UnHerd (10.03.2022): America has won Europe’s war.


Este texto es parte de un dossier sobre la guerra económica de occidente contra Rusia publicado en el número 56 de la revista Desde el Confinamiento, que puede descargarse gratuitamente aquí. Una introducción puede leerse aquí.


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