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Los ganadores de la guerra de Ucrania

Published on: sábado, 26 de noviembre de 2022 // ,



La guerra supone para los soldados barro, frío y sufrimiento. Para la población, el conflicto es pobreza, muerte y todo tipo de penurias. La población de Ucrania lleva nueve meses arrastrando ese sufrimiento, que empeora en estos momentos a causa de los apagones, las dificultades de suministro de agua y el frío del invierno. En Donbass, esa situación se alarga ya ocho años y medio. Sin embargo, en esta guerra, como en cada guerra, hay una serie de actores que están logrando exactamente lo que pretendían: explotar el sufrimiento humano para su beneficio económico. En este momento de muerte y destrucción en uno de los países más grandes de Europa, las empresas de producción y venta de armas disparan sus beneficios y animan a los países patrocinadores de las Fuerzas Armadas de Ucrania a firmar más contratos de compra para maximizar así sus ya de por sí obscenos beneficios.

El medio estadounidense The Wall Street Journal ha publicado (1) que las principales empresas armamentísticas mundiales están aumentando la producción de lanzamisiles, tanques y munición para cubrir la creciente demanda creada por la lucha en Ucrania. El aumento en la producción se está produciendo en Europa, que en tiempos de paz está acostumbrada a una demanda modesta de sus productos. Rheinmetall, una de las mayores productoras de munición, acordó la semana pasada adquirir su competidora española para potenciar su capacidad de producción. Su director ejecutivo afirmó que espera grandes nuevos contratos para el año que viene. “Hay que tomar decisiones empresariales. Los clientes firmarán contratos con empresas que tengan capacidad”, afirmó Armin Papperger. La compañía de Dusseldorf planea duplicar su producción anual de munición de tanques desde 70.000 a 140.000 unidades al año. Este año la empresa producirá 110.000 unidades frente a las 70.000 del año pasado. La empresa también ha duplicado su producción de munición de mortero, ha aumentado la producción de proyectiles de calibre medio de 1,2 a 2,2 millones al año y su capacidad de producir camiones militares de 2.500 a 4.000.

Raytheon ha vuelto a poner en marcha la desmantelada producción de viejos Stingers y recuperado para ello a empleados jubilados para aumentar la producción, que se había reducido al mínimo. Estados Unidos no ha realizado pedidos de estas armas desde 2008. L3Harris Technologies, que ha recibido pedidos de suministro para Ucrania por valor de 200 millones de dólares, afirmó que está extrayendo chips de ordenador de radios antiguas para fabricar nuevo equipamiento de comunicación y no perder opciones de enviar suministro a Ucrania. Lockheed Martin, por su parte, ha doblado al producción de misiles antitanque Javelin, que produce conjuntamente con Raytheon, y también ha aumentado en un 60% la producción de lanzacohetes HIMARS.

En Asia, la República de Corea planea vender proyectiles de artillería para las Fuerzas Armadas de Ucrania según un acuerdo confidencial de suministro de armas entre Seúl y Washington.

En este contexto, los beneficios de las empresas de fabricación de armas también están aumentando. Por ejemplo, el valor de las acciones de Rheinmetall ha subido un 115% desde el 1 de enero, las de SAAB y BAE Systems un 30% y un 40% respectivamente, las de Lockheed Martin un 36%, las de General Dynamics un 22% y las de Raytheon un 12%.

En el este de Europa, Polonia va a aumentar su presupuesto de defensa al 3% del PIB en 2023 desde el 2,1% actual. Según el International Institute for Security Studies, un think-tank de defensa basado en Londres, Lituania, Letonia y Estonia se aproximan al 2,5%. Suecia, Finlandia y el Reino Unido también se han comprometido a aumentar sus presupuestos militares. Alemania ha creado un fondo de defensa de 100.000 millones de euros. Mientras tanto, las empresas de fabricación de armas animan a los gobiernos a firmar nuevos contratos para favorecer los esfuerzos de aumento de producción.

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