¿Cuál será el próximo golpe? Prepárense porque será ENORME
Por Ugo Bardi (The Seneca Effect)
¿Recuerdas cómo cambiaron cosas durante los últimos 2 o 3 años, y lo increíblemente rápido que cambiaron? Hubo un patrón en estos cambios: un elemento fue que nos dijeron que eran solo temporales, otro que se hacía por nuestro bien. Nos dijeron que necesitábamos "dos semanas para aplanar la curva", y que "las sanciones provocarán el colapso de la economía rusa en dos semanas", y muchas cosas más. Después, el mundo volvería a la normalidad. En cambio, el resultado fue una "nueva normalidad", para nada como la anterior.
Ahora, la pregunta obvia es "¿qué toca ahora?". O, más exactamente, "¿con qué nos van a golpear la próxima vez?". Existe esta idea de que puede haber una nueva pandemia, un nuevo virus o que el viejo regrese. Pero no. Son más inteligentes que eso, hasta ahora siempre han estado un paso, tal vez dos, por delante de nosotros. Son maestros de la propaganda, saben que toda la propaganda se basa en memes y que los memes tienen una vida finita. Los viejos memes son como periódicos viejos, ya no son interesantes. Una pesadilla en particular no puede asustar a la gente por mucho tiempo, y la idea de asustarnos con un virus pandémico ya pasó su etapa de utilidad. Es posible que nos hayan sondeado con la pandemia de la "viruela del mono" y que vieran que el efecto no era grande. Era algo obvio, de todos los modos. ¿Y ahora que?
Permítanme sugerir una posible nueva forma que tendrán de golpearnos. Es posible que haya oído hablar de él, pero, hasta ahora, se suponía que era algo marginal, no diseñado para crear otra "nueva normalidad". Pero podría serlo. Es enorme, es gigantesco, y está llegando. Es el poner un tope al precio del petróleo ruso (1). La idea es que un cartel de países, principalmente occidentales, se ponga de acuerdo en prohibir la importación de petróleo ruso a menos que su precio sea inferior a 60 dólares el barril. También dificultará que Rusia exporte petróleo al exterior, incluso a países que no suscriban el acuerdo.
Esta idea es, como siempre, justificada como una forma de ayudarnos. No solo dañará al malvado Putin, sino que reducirá los precios del petróleo, por lo que todos en Occidente deberían estar felices. Pero, ¿realmente funcionará? Es improbable, por decir lo menos, y es probable que los promotores lo sepan muy bien.
Piense en ello: nunca sucedió durante los últimos cien años que un cartel de países hubiera intervenido para forzar un determinado precio del petróleo en todo el mundo. Incluso durante la "crisis del petróleo" de la década de 1970, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) nunca hizo lo que a menudo se le acusa de haber hecho: fijar un precio del petróleo alto. La OPEP solo puede fijar cuotas de producción o sancionar a ciertos países, pero no tiene poder, y nunca tuvo poder, sobre los precios, que son fijados por el mercado internacional.
Cuando los gobiernos se entrometen con los precios, los resultados siempre son malos. Normalmente, los precios de los bienes se fijan demasiado bajos y eso tiene dos efectos: el surgimiento de un mercado negro y la desaparición de los bienes del mercado oficial. Era una característica típica de la economía soviética, donde los precios a menudo se fijaban a niveles bajos para dar la impresión de que ciertos bienes estaban al alcance de todos. Pero no era así: en teoría, la mayoría de los ciudadanos soviéticos podían comprar caviar vendido a precios establecidos por el gobierno. En la práctica, este caviar casi nunca existió en las tiendas. Pero, por supuesto, era posible encontrarlo en el mercado negro si uno podía pagar precios exorbitantes por él.
Hoy, intervenir para fijar el precio del petróleo ruso equivale a tirar una llave inglesa en los engranajes de una enorme maquinaria. Nadie sabe exactamente cómo va a reaccionar el mercado mundial del petróleo. Lo único seguro es que los rusos se niegan a vender su petróleo a los países firmantes del acuerdo. El resultado general de haber sacado del mercado a un productor importante solo puede ser uno: aumentar los precios del petróleo. Exactamente lo contrario de lo que se supone que debe hacer el precio máximo. Pero esto es lo mínimo que puede suceder: los efectos de poner un tope al precio son impredecibles en un mercado que ya es inestable y está sujeto a salvajes oscilaciones de los precios. Europa podría perder el acceso al petróleo por completo y quedar a oscuras. Las hambrunas han sido un suceso habitual en la historia europea, y podrían volver. Serían cosas así: nada de pequeños cambios, grandes cambios.
¿Por qué los países occidentales participan en esta idea aparentemente contraproducente? Bueno, puede haber algún método en esta locura. Se me ocurren algunas explicaciones posibles:
1. Los gobiernos occidentales están en manos de idiotas que no saben lo que hacen y actúan de acuerdo con el principio conocido como "Me lancé desnudo contra un cactus. ¿Por qué? Porque parecía una buena idea". Ponen en práctica ideas que parecen buenas ("perjudicar a Putin"), sin preocuparse por las consecuencias (destruir la economía europea).
2. Poner un tope al precio tiene el propósito específico de elevar los precios del petróleo. Obligará a los países consumidores a pasar del petróleo ruso relativamente barato al petróleo estadounidense, más caro, que será aún más caro en un régimen casi monopólico. Esto generará enormes ganancias a los productores estadounidenses. No olvide que las élites estadounidenses están convencidas de que los recursos petroleros estadounidenses son infinitos, o casi (2).
3. Se considera que el tope de precios es una forma de salvar la industria del petróleo de esquisto de EEUU (también llamado shale oil, y extraído mediante fracking, AyR). Hasta ahora, el petróleo de esquisto ha sido casi un milagro (3), devolviendo a EEUU a una posición dominante entre los productores de petróleo. Pero ahora se enfrenta a la caída de los precios del petróleo en el mercado mundial. Con precios del petróleo más altos, Europa financiará una nueva ronda de extracción de petróleo de esquisto en los EEUU, mientras que las beneficios permanecerán en EEUU. Suena diabólico, y tal vez lo sea. Permítanme añadir que puede haber una razón por la cual la industria del petróleo de arenas de esquisto fue declarada recientemente "muerta" en los principales medios de comunicación. Llámame teórico de la conspiración, pero este artículo en Oilprice.com (4) puede haber tenido el propósito de asustar a los productores estadounidenses para hacerles aceptar la arriesgada medida de prohibir la entrada del petróleo ruso al mercado occidental.
4. Puede existir una "fuerza oculta", en algún lugar, que esté actuando con un plan a nivel global. El plan implica una reducción forzada de la producción y el consumo de combustibles fósiles para mitigar los daños generados por el calentamiento global o, lo que sería quizá más probable, para dejar la energía para las élites mientras se la quita a los plebeyos. Los sucesos recientes, la crisis de Covid y la crisis rusa, tienen el efecto de empobrecer a algunos de los principales consumidores de combustibles fósiles, los ciudadanos occidentales de clase media, y así reducir el consumo general. Poner un tope al precio del petróleo ruso puede ser solo el primer paso de un nuevo plan que obligará a los occidentales a abandonar definitivamente su adicción a los combustibles fósiles, les guste o no. Esto no puede ser una mala idea por varias razones, pero es una especie de medicina global equivalente a la lobotomía o la mastectomía radical para humanos solteros. Digamos que es un poco torpe.
Puede ser que estos cuatro factores estén actuandoo. En cualquier caso, lo que se está materializando es una poderosa convergencia de intereses, que probablemente tenga éxito en empujar el imponer que el mundo acepte imponer un precio tope al petróleo ruso. Teniendo en cuenta la facilidad con la que se ha hecho creer a los ciudadanos europeos las cosas más absurdas durante los últimos dos años, es poco probable que entiendan lo que se les está haciendo (y permítanme no usar las palabras apropiadas para definirlo). No es que a los ciudadanos estadounidenses les vaya mucho mejor: la enorme transferencia de riqueza de Europa a los EEUU irá a parar a los bolsillos de los oligarcas estadounidenses. En cuanto a los gobiernos europeos, son las estructuras que deberían oponerse a esta gigantesca transferencia de riqueza, pero están formados por traidores, idiotas o ambas cosas; por lo que se adherirán con entusiasmo a la idea.
¿Es esto lo que muestra la bola de cristal? No necesariamente. Digamos que hay razones para pensar que lo que acabo de describir es un escenario probable. Luego, hasta los mejores planes fracasan. Hay un límite en la fuerza con la que puedes empujar algo antes de que se desmorone o te muerda. ¿Seguirán los ciudadanos europeos felices para siempre de ser violados económicamente por Estados Unidos? El futuro siempre está lleno de sorpresas, pero la bola de cristal siempre muestra lo mismo: el mundo va donde está el dinero.
NOTAS
(1) Reuters (03.12.2022): G7 coalition agrees $60 per barrel price cap for Russian oil.
(2) Cassandra's legacy (14.07.2019): A rare glimpse of what the members of the elite think: What are they going to do when things get really tough?.
(3) The Seneca Effect (27.11.2022): The Most Amazing Graph of the 21st Century: How the Empire is Striking Back!.
(4) Oilprice.com (24.11.2022): The U.S. Shale Boom Is Officially Over.
Este artículo es parte de un dossier sobre el futuro del capitalismo publicado en el número 71de Desde el Confinamiento, que puede descargarse en formato PDF aquí. Una introducción puede leerse aquí.