Cruce de caminos
Cada
vez está más claro que lo que estamos viviendo es un cambio
sistémico y Tras cinco aÑos de neoliberalismo radical los estados
ya no tienen recursos económicos para mucho tiempo. Una visión de
conjunto.
Quien
haya vivido el fin de la Unión Soviética tendrá una sensación de
Deja vú al ver la crisis política y económica que está
atravesando actualmente EEUU. Igual que fue el propio Partido
Comunista de la URSS el responsable de destruir el sistema soviético
desde dentro (con la ayuda de la KGB), hoy son los congresistas
republicanos los que están destruyendo el sistema desde el interior
del aparato político del país. Y, al igual que entonces, no se
entiende el por qué. Pese a ser inquietante, por lo menos (por
ahora) los EEUU se comportan de una forma similar a la de la antigua
URSS: un caos, sí, pero en cierto sentido ordenado, lo cual es de
agradecer si tenemos en cuenta el potencial destructivo que se
acumula en manos de los EEUU.
Los
últimos acontecimientos no dejan lugar a dudas: la incapacidad de
Obama de aplastar a Siria e Irán va a tener enormes implicaciones
para EEUU como superpotencia. La primera: su inmenso arsenal militar
no es suficiente para imponer sus intereses en Oriente Medio. La
guerra de Iraq, que costó varios billones de dólares, ha sido
incapaz de lograr que la política exterior del nuevo estado iraquí
sea compatible con los intereses estratégicos de EEUU. Hoy día,
Iraq forma parte de nuevo del Eje del mal que Bush decía combatir, y
ha jugado un papel de primer orden en la guerra Siria como país de
tránsito para la ayuda de Irán al régimen de Assad.
La
segunda: las crecientes muestras de debilidad de EEUU van a estar
acompañadas de una pérdida de influencia en el mundo que va a
aumentar de manera exponencial. Dicho de otra forma: si los EEUU son
incapaces de imponer su voluntad en Oriente Medio y apoyar a las
monarquías del Golfo, ¿puede esperar Filipinas que EEUU esté
dispuesto a enfrentarse a China si ésta ocupa por la fuerza las
islas Spratley, por poner un ejemplo? La negativa del parlamento
inglés a apoyar una agresión militar contra Siria, la primera vez
desde que EEUU se convirtió en la potencia hegemónica en occidente,
es un claro aviso para navegantes.
La
tercera y última, fruto de las anteriores, es que los actuales
aliados de EEUU están obligados a replantearse su política
exterior: Las monarquías del golfo, Turquía, Francia... todos los
aliados con los que contaba Washington para aplastar Siria no van a
quedarse de brazos cruzados ante la actual reconciliación del
gobierno de Obama con Siria: los elogios de Kerry al régimen sirio
solo pueden ser vistos como una traición por quienes han llevado a
cabo la guerra contra Siria. Y eso va a tener consecuencias graves
para EEUU.
Un
buen ejemplo es Turquía, cuyo jefe de gobierno, el islamista
Erdogan, llego al poder con el apoyo americano, convirtiendo el país
en el eje de la estrategia americana de contención frente a los
planes energéticos rusos. Cantidades ingentes de capital
especulativo se invirtieron en Turquía, dando lugar a una burbuja
inmobiliaria y a un endeudamiento masivo de la población, similar al
que tuvo lugar en España. A día de hoy, las promesas americanas se
han disuelto como un terrón de azúcar: Rusia ha logrado imponer la
creación del gaseoducto South Stream en los Balcanes mientras que
Nabucco, el contraproyecto americano, ha sido abandonado, provocando
agrias protestas de Rumanía, que ve desaparecer sus inversiones y
tendrá que reconciliarse con Rusia. Y Turquía ha pasado de ser el
modelo a seguir en Oriente Medio a convertirse en un país paria,
enfrentado a todos sus vecinos y cuya economía amenaza con explotar
próximamente.
La
decepción turca con la indecisa política exterior de Obama ha
tenido como consecuencia el uso de atentados de bandera falsa en
Siria y en suelo turco para intentar forzar a EEUU a intervenir. Todo
ha sido en vano, y ante la negativa americana Erdogán está
amenazando con cambiar de bando, acercándose a China (que podría
usar como contrapeso frente a Rusia). A ello se debe su reciente
ingreso como observadora en la OCS (Organización de la Cooperación
de Shangai) y su reciente decisión de comprar misiles chinos en
lugar de Patriot. Pero Erdogan ha de tener cuidado con sus antiguos
aliados: tras este giro en su política exterior esa nebulosa llamada
Al Qaeda, que tan buenos servicios ha prestado a Occidente, ha
amenazado recientemente (y por primera vez) a Turquía.
Mucho
más importante que Turquía son las monarquías del Golfo, de las
que depende el principal resorte de poder en manos de EEUU: el
petrodolar. Gracias a él EEUU ha podido controlar los flujos de
capital globales y acumular una deuda enorme, mientras el
neoliberalismo destruía su estructura productiva a pasos
agigantados. Cualquier amenaza al petrodolar es la verdadera linea
roja de EEUU: si éste perdiese su papel de moneda central en el
comercio mundial, EEUU sufriría un hundimiento económico cuanto
menos similar al sufrido por la Unión Soviética. Pero, como hemos
visto en Siria, EEUU es incapaz de apoyar a Arabia Saudí en sus
intentos de detener el ascenso de Irán como potencia regional. Es
más, Arabia Saudí sufre problemas económicos cada vez mayores, y
su fragmentada composición social (noreste chiita, centro wahabita y
suroeste sunita) hace posible una implosión interna si no logra
controlar su crisis económica.
A
todo esto ha de añadirse que la huida hacia adelante de la Reserva
Federal está tocando a su fin: Desde el ascenso del neoliberalismo
en los 80, la política económica de EEUU ha consistido en crear
burbujas de todo tipo, dando lugar a la situación en la que nos
encontramos hoy día, en la cual los propios estados han aceptado
endeudarse para rescatar a los bancos. Tan sólo la política de
bajos intereses y un aumento más allá del bien y del mal de las
deudas de los Bancos Centrales han impedido que los principales
bancos occidentales se hundiesen por el peso de sus deudas. Pero esto
es un espejismo, dando lugar a una economía zombie, dependiente por
completo de los bancos centrales.
Hay
indicios de que esta situación, insostenible desde todos los puntos
de vista, está llegando a su fin: la Reserva Federal de EEUU ha
hecho pública su intención de acabar con los subsidios a la
economía (el QE o Crecimiento Cuantitativo), lo que ha dado lugar al
pánico entre los inversores en todo el globo, que rápidamente han
buscado refugio en... los papeles del tesoro de EEUU. Esta huida está
provocando enormes problemas a países como Brasil, Australia,
Canadá, Rusia o Arabia Saudí, al hundir el precio de las materias
primas (de hecho, los Hedge Funds que se dedicaban a especular con
sus precios han desaparecido en el último año). Como puede verse en
el gráfico, no hay brotes verdes por ningún lado: los países que
no están afectados por la huida de capitales y el hundimiento de las
materias primas sufren burbujas inmobiliarias a punto de explotar o
tienen ya una economía zombie.
Es
nuevamente un deja vú: la situación se parece cada vez más a la
del periodo de entreguerras, en el que Inglaterra (la antigua
potencia hegemónica) era incapaz de intervenir militarmente en
Oriente Medio por su incapacidad de hacer frente a los costes, por lo
cual Churchill decidió emplear la aviación (hoy día, Obama usa
drones). Por entonces el Patrón oro, eje de la hegemonía británica,
estaba en quiebra. Hoy día, el sistema económico que domina EEUU
parece estar a la espera de un acontecimiento como la quiebra de
Lehman Brothers para hundirse. Y, precisamente ahora, EEUU pierde su
posición de sheriff global mientras diversas potencias regionales
aprovechan para imponer esferas de influencia (militar y/o
económicamente)... El tiempo dirá si la derrota de EEUU en Siria es
similar a la derrota inglesa frente a Hitler en Checoslovaquia.