Baizuo, la izquierda imbécil
Mientras las fábricas chinas se dedican a regar el mundo de productos, los internautas chinos han creado un término, Baizuo, para definir a la izquierda mainstream en occidente. Su origen está en discusiones sobre la corrección política dominante en EEUU, que a los chinos les recordaba a la Revolución Cultural, periodo de la historia moderna china en el que quienes tenían opiniones contrarias a las de la mayoría de la población eran calificados de derechistas, lo que podía costarles la vida.
Según Zhou Fangzhouon, con Baizuo los internautas chinos definen la ingenuidad de una parte de los occidentales, que han recibido una buena educación pero la utilizan para satisfacer sus deseos de superioridad moral defendiendo la igualdad y la paz, hasta el punto de permitir entrar en sus sociedades algunos de los valores más regresivos del Islam en nombre de la diversidad cultural. Los chinos piensan que la izquierda occidental es ignorante y arrogante, que se compadecen del resto del mundo y quieren hacerse ver como los salvadores. Literalmente, Baizuo (白左) quiere decir “izquierda blanca” pero 白 también puede significar “tonto”, como en la palabra 白痴.
Más allá de la moralidad -más bién moralina- de esta izquierda que nos ha tocado sufrir, y que ha logrado que, hoy por hoy, nos toque empezar de cero, lo cierto es que esta izquierda es un fenómeno claramente generacional, ya que hace pocas décadas habría sido impensable. Y su origen puede definirse claramente: la fábrica cultural del capitalismo estadounidense, que tiene su máxima expresión en los ambientes universitarios en los que esta izquierda imbécil ha encontrado su caldo de cultivo ideal en una generación, “la más preparada de la historia“, que ha crecido sin tener que luchar por nada, y que de hecho no ha logrado defender sus intereses lo más mínimo. Los medios de propaganda del sistema saben bien lo manipulables que son, y por ello se han dedicado a camuflar la pobreza de “cool”. Hasta que ha llegado la pandemia del Coronavirus.
De repente, todo se ha derrumbado: las casas en las que vivimos se ponen de manifiesto como verdaderos agujeros hijos de la codicia de la mafia de la construcción; la economía basada en compartir lo poco que se tiene para olvidar la creciente precarización ha muerto de golpe debido a que es el mecanismo perfecto de transmisión de enfermedades y pandemias; y la economía se hunde de golpe, quedándo tan sólo en pié los trabajos de mierda, que son los únicos que realmente mantienen en marcha la sociedad.
Pero que nadie crea que esta crisis cambiará la mentalidad y actitudes de la generación Millennial, la más preparada para tragarse estupideces de la historia. De la misma manera que los perros viejos no aprenden trucos nuevos, La generación Millennial tan sólo dejará como herencia las ruinas de las organizaciones del movimiento obrero, aparte de ideas tóxicas y reaccionarias. Queda la esperanza, no obstante, de que la generación que crecerá en la Depresión que se abre bajo nuestros píes y sufrirá los enormes recortes que se avecinan cambie de rumbo. Pero mejor no contener la respiración esperando que eso ocurra.
