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Las cadenas de la Hiperpotencia

Published on: lunes, 27 de abril de 2020 // ,


Que EEUU es la potencia hegemónica de nuestra época es algo indiscutible. Sin embargo, los mecanismos que usa Washington para mantener su hegemonía no son visibles para la inmensa mayoría, más allá de los despliegues militares del Pentágono, la Ultima Ratio Regis. Pero la guerra no es un mecanismo de dominación sino un instrumento para imponerla a quienes se niegan a aceptarla, “la continuación de la política por otros medios”, que dijera von Clausewitz.

Como no podía ser de otra forma en un sistema capitalista, los medios son económicos, y no paran de aumentar a medida que su economía productiva se debilita sin parar. De todos ellos, sin duda es el dólar el mecanismo más importante; la creación del mercado del Eurodólar y la posterior jugada maestra de Nixon enlazando las transacciones comerciales vitales para un país con el uso del dólar obliga a todos los países a dotarse de reservas en la divisa estadounidense. Este exorbitante privilegio, como lo denominó Valéry Giscard d’Estaing, ministro de Finanzas del general De Gaulle, permite a EEUU imprimir papeles y comprar con ellos todo tipo de mercancías al resto del mundo que, en cambio, al ser incapaz de imprimir dólares, depende de la buena voluntad de la Reserva Federal para dotarse de dólares en época de crisis financiera (mediante los llamados Swaps). Por si no fuese suficiente, desde hace unas décadas los EEUU han empezado a imponer la legislación estadounidense a toda transacción en dólares que tenga lugar en el mundo. De esta forma, los tribunales de EEUU reciben automáticamente una jurisdicción global.

El dólar no es el único instrumento de la hegemonía estadounidense. Otro son sus bancos de inversión, que gracias al control de Washington sobre la economía global a través del dólar y la Reserva Federal se han posicionado en el centro del mundo financiero, logrando eliminar a su competencia en la UE. Otro más son las patentes, instrumento clave para mantener el control de la innovación: baste recordar las guerras de patentes entre los gigantes tecnológicos por el control del mercado de la telefonía móvil para darse cuenta de su importancia, tanto económica, como estratégica, al ser la llave de acceso a los flujos de información. Por ello, desde hace décadas EEUU prolonga constantemente la duración de las patentes, alejando en el futuro su caducidad. Otro instrumento más son los tribunales mercantiles: nada menos que el 60% de los litigios por motivos económicos se deciden en tribunales anglosajones, según The Economist.

Quien quiera acabar con el capitalismo habrá de vencer primero a EEUU, para lo cual habrá de hacer frente a su sistema de dominio económico, al poder de las ideas que genera su maquinaria de propaganda, y a la fuerza de su complejo militar-industrial. Y lo cierto es que, hoy día, no existe rival de EEUU capaz de hacer frente a sus instrumentos del poder, ni hay alternativa a la vista: China depende por completo del sistema del dólar, al que debe su ascenso económico, y lo mismo ocurre con Rusia: las élites de ambos países harán todo lo que sea necesario para evitar volver a la autarquía que vivieron bajo el sistema comunista, ya que eso implicaría dejar de poder acumular capital.

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