10 grupos siniestros detrás de la estrategia de la tensión, por Alex Hanton
En 1972, un fascista llamado Vincenzo Vinciguerra hizo explotar un coche bomba en la ciudad italiana de Peteano. Como Vinciguerra había planeado, inicialmente se atribuyó el atentado a la extrema izquierda. Años más tarde, Vinciguerra explicó sus motivos: “Nuestro movimiento se ha comprometido a atacar... a gente común, para crear una situación anarquica. El miedo resultante movilizará el apoyo público a un régimen duro, incluso a costa de la democracia. Lo llamamos la estrategia de la tensión”.
De hecho, la bomba de Vinciguerra fue sólo uno de varios ataques terroristas perpetrados por una desconcertante serie de movimientos derechistas y grupos tapadera con el evidente apoyo de los servicios de seguridad italianos. El objetivo era socavar el apoyo a la democracia y desacreditar a los comunistas y a los anarquistas, a quienes se culparía de las atrocidades. Los detalles exactos de esta conspiración siguen estando poco claros, pero el esquema básico de la estrategia de la tensión ahora está claro, al igual que los nombres de varios de los grupos involucrados.
10: La OAS
A principios de los años 60, un misterioso terrorista francés llegó a Portugal. Su verdadero nombre era Yves Guillou, pero normalmente usaba un seudónimo, en general el de Yves Guerin-Serac. Había elegido Portugal porque admiraba a su gobierno autoritario, que estaba librando una sangrienta guerra contra los movimientos de independencia en sus colonias africanas. Decenas de miles morirían antes de que los fascistas fueran derrocados en 1974 y el nuevo gobierno aceptase la independencia de Mozambique, Angola y Guinea-Bissau.
Este derramamiento de sangre en África atrajo a Guerin-Serac, que se había radicalizado durante el desastroso conflicto colonial de Francia en Argelia. Marcado por la horrenda brutalidad en ambos bandos, la guerra argelina mató a centenares de miles y desestabilizó Francia. La población de origen europeo de Argelia estaba decidida a preservar el status quo y se horrorizó cuando el presidente Charles de Gaulle anunció un referéndum sobre el tema, que dio lugar a amplias manifestaciones a favor de la independencia tanto en Argelia como en Francia.
En respuesta a esta traición democrática, un grupo de franco-argelinos derechistas formó la OAS (Organisation armée secrète, Organización del Ejército Secreto), que virtualmente tomó el control de los enclaves europeos en Argel y Orán y lanzó una serie de ataques terroristas en Francia y Argelia, incluyendo varios intentos de asesinar a de Gaulle. Al acercarse la independencia, la OAS puso en marcha un “frenesí de violencia”, matando al menos a 2.360 personas en los 15 meses hasta junio de 1962.
Veterinario condecorado de las guerras de los 50 en Corea e Indochina, Guerin-Serac se convirtió en un miembro entusiasta de la OAS. Pero no estaba dispuesto a renunciar al terrorismo después de que la organización se derrumbara en 1962: “Los otros han abandonado las armas, pero yo no. Después de la OAS huí a Portugal para continuar la lucha y expandirla a sus dimensiones apropiadas -es decir, una dimensión planetaria”.
9: Aginter Press
En Portugal, Guerin-Serac fundó Aginter Press, supuestamente una agencia de noticias siguiendo el modelo de Reuters o Associated Press. Pero esto era simplemente una tapadera para permitir que los agentes de Aginter viajaran libremente. En realidad, Aginter era una organización paramilitar fascista que buscaba combatir el comunismo en todo el mundo. El grupo era abiertamente hostil a la democracia, que consideraba débil, y desarrolló la creencia de que las operaciones terroristas de bandera falsa podrían ser una forma útil de socavar la izquierda y fortalecer la extrema derecha.
Un documento interno resumió las principales ideas de Aginter:
“La primera fase de la actividad política debe ser crear las condiciones que favorezcan que se instaure el caos. (...) En nuestra opinión, el primer paso que debemos dar es destruir la estructura del estado democrático bajo la cobertura de actividades comunistas y pro-chinas. (...) Es más, tenemos gente que se han infiltrado en estos grupos y, obviamente, tendremos que adaptar nuestras acciones al ethos de ese entorno - propaganda y acción de un tipo para que parezca haber surgido de nuestros adversarios comunistas”.
8: Ordre Et Tradition
Estos objetivos atrajeron el apoyo de la dictadura de Portugal, y se dijo que la policía secreta portuguesa (la PIDE) dió millones de dólares a Aginter. La CIA también contribuyó, y la “agencia de prensa” pronto extendió sus tentáculos más allá de Portugal. Según el sociólogo italiano Franco Ferraresi, Guerin-Serac puso en marcha una formidable red privada de espionaje en Europa y el sur de África. A finales de los años sesenta, era “igual, si no mejor que, el servicio secreto de un país mediano”.
Aginter también reclutó mercenarios derechistas para luchar en las guerras coloniales en África y dirigió campos de entrenamiento en la contrainsurgencia y la guerra antiguerilla. En algún momento, este entrenamiento llegó a incluir “técnicas de acción encubierta” como la fabricación de bombas, el asesinato y la propaganda. Los agentes entrenados por Aginter han sido relacionados con los asesinatos de los combatientes por la libertad africana Eduardo Mondlane y Amilcar Cabral, y el general portugués Humberto Delgado. (Sin embargo, existen teorías alternativas plausibles para los tres asesinatos).
Después de 1969, Aginter cambió su foco de operaciones de África a Europa. Guerin-Serac estableció una filial conocida como “Ordre Et Tradition” (Orden y Tradición), que podría actuar políticamente sin poner en peligro que la tapadera de la agencia de prensa. Aginter también produjo propaganda radiofónica y se infiltró con éxito en la extrema izquierda europea a través del Parti Communiste Suisse / Marxiste-Leniniste.
Más siniestro aún, Aginter estableció una célula ultrasecreta dentro de Ordre Et Tradition. Llamada OACI (Organización del Ejército contra el Comunismo Internacional), se especializó en “provocación e infiltración”.
7: Organización Armee Contre Le Communisme International
La OACI tenía la intención de ser una fuerza paramilitar global, y sus agentes actuaron en varios puntos calientes de la Guerra Fría. Por ejemplo, el americano Jay Sablonsky (alias Jay Salby) fue entrenado por Aginter antes de dirigir escuadrones de la muerte anticomunistas en Guatemala. Sin embargo, la OACI alcanzó sobre todo notoriedad en Italia. Según el historiador Giuseppe de Lutiis, la OACI organizó cursos de fabricación de bombas, sabotajes y operaciones encubiertas (fundamentalmente lecciones de entrenamiento terrorista) a las que asistieron miembros de la extrema derecha italiana.
La OACI también buscó desarrollar una doctrina para justificar el terrorismo, con un documento explicando que “el terrorismo rompe la resistencia, consigue sumisión y crea una brecha entre la población y las autoridades”. Distingue entre “terrorismo selectivo: romper la maquinaria administrativa eliminando a sus mandos [y] terrorismo ciego: aplastar la confianza del pueblo desorganizando a las masas, para manipularlas mejor”.
Franco Ferraresi ha señalado que estos documentos de la OACI son muy similares a los escritos posteriores de terroristas derechistas italianos. Muchos de estos terroristas, incluido el notorio Stefano delle Chiaie, eran miembros de la OACI. De esta forma, Aginter Press llegó a ser el padre intelectual de grupos paramilitares como Ordine Nuovo, que aterrorizaría a Italia durante los infames “Años de Plomo”.
6: Ordine Nuovo
En abril de 1969, dos bombas explotaron en zonas concurridas del centro de Milán, hiriendo a decenas de personas. Milagrosamente, nadie fue asesinado y la policía rápidamente detuvo a varios anarquistas sospechosos de estar involucrados. En agosto explotaron bombas de manera casi simultánea en 10 trenes. Nuevamente, milagrosamente, nadie fue asesinado. En diciembre, la suerte de Italia se acabó. Una enorme bomba explotó en la Piazza Fontana en Milán, matando a 17 personas e hiriendo a otras 90. Más tarde ese mismo día, tres bombas explotaron en Roma, hiriendo a 17 personas.
Una vez más, la extrema izquierda fue la principal sospechosa. La policía arrestó a un trabajador ferroviario anarquista llamado Giuseppe Pinelli, y luego afirmó que se había suicidado tirándose por una ventana de la comisaría. (Una autopsia posteriormente determinó que cuando cayó por la ventana estaba muerto o inconsciente). Toda Italia se indignó ante las atrocidades izquierdistas. Pero, a medida que pasaba el tiempo, surgieron pruebas de que los atentados de 1969 habían sido cometidos por la extrema derecha, que buscaba desacreditar a la izquierda italiana.
La sospecha cayó particularmente en Ordine Nuovo (ON), un movimiento paramilitar de extrema derecha fundado por Pino Rauti, el cual había trabajado como periodista para Aginter Press. En 1986, un ultraderechista llamado Guido Giannettini, que sido cofundador de la OACI junto a Yves Guerin-Serac, fue declarado culpable de haber planeado el atentado, pero fue puesto en libertad por el tribunal de apelación. Un año más tarde, los miembros de ON Franco Freda y Giovanni Ventura fueron condenados por los atentados de abril y agosto de 1969, pero fueron absueltos de la explosión de Piazza Fontana por falta de pruebas.
En 1994, un electricista testificó que había adquirido temporizadores de bombas para los miembros de Ordine Nuovo pero que había tenido miedo de presentarse en el juicio porque Pino Rauti le había amenazado personalmente con matarle. Tres miembros fueron condenados por el atentado en 2001, pero nuevamente fueron puestos en libertad por el tribunal de apelación. En 2004, un tribunal dictaminó que Freda y Ventura habían cometido el bombardeo de Piazza Fontana, pero la ley italiana les impidió ser juzgados porque habían sido absueltos del crimen en 1987. Aunque ahora está claro que miembros de Ordine Nuovo pusieron la bomba, actualmente nadie está en la cárcel por la masacre de Piazza Fontana.
5: Avanguardia Nazionale
El atentado de la Piazza Fontana marcó el inicio de la estrategia de tensión, en la que las organizaciones italianas de extrema derecha llevaron a cabo atentados terroristas con el objetivo de desacreditar a los comunistas y anarquistas italianos. Para empeorar las cosas, comunistas y anarquistas comenzaron a realizar ataques terroristas de verdad, aunque tendían a llevar a cabo asesinatos y secuestros selectivos en lugar de atentados al azar contra la población civil. Como consecuencia, el período llegó a ser conocido en Italia como Los años de plomo.
La estrategia de la tensión eran un reflejo de la llamada de Aginter a llevar a cabo acciones de bandera falsa dirigidas a dañar a los grupos de extrema izquierda y socavar la legitimidad del Estado democrático. Y no hay duda de la influencia de Aginter. El magistrado Guido Salvini dijo al Senado italiano que “han aparecido datos que confirman los vínculos entre Aginter Press, Ordine Nuovo y Avanguardia Nazionale. (...) se ha descubierto que instructores de Aginter Press llegaron a Roma entre 1967 y 1968 e instruyeron a los militantes de Avanguardia Nazionale en el uso de explosivos”.
Avanguardia Nazionale era una escisión de Ordine Nuovo fundada por Stefano delle Chiaie, que se había mostrado demasiado radical incluso para la organización de Rauti. En general se sospecha que Delle Chiaie fue responsable de una serie de atentados terroristas y que estuvo involucrado en el atentado de Piazza Fontana de alguna forma casi con completa seguridad. Según admitía, “actuamos contra los comunistas y contra el Estado burgués, contra la democracia, que nos privaba de nuestra libertad. Y por ello tuvimos que usar la violencia”.
Al igual que Giannettini, delle Chiaie tenía fuertes vínculos con Aginter Press, que afirmó haber cofundado: “Junto con un amigo francés (Guerin-Serac), decidí establecer la agencia de prensa Aginter Press para poder defender nuestra puntos de vista políticos”.
4: La Rosa Dei Venti
Incluso entre los ultraderechistas hubo alguna disputa sobre cuál debía ser el objetivo final de la estrategia de tensión. Los relativamente moderados consideraban que el objetivo debía ser una presidencia más fuerte y la supresión del Partido Comunista. Los radicales querían la restauración del fascismo. Eso suena ridículo ahora, pero en ese momento, Italia era prácticamente la única democracia en el sur de Europa. Si Grecia, España y Portugal podían tener dictaduras de extrema derecha, ¿por qué no Italia?
Desde entonces se ha comprobado que tal intento de golpe de estado fue intentado en 1970, cuando varios extremistas, incluyendo a Stefano delle Chiaie, planearon derrocar al gobierno e instalar al príncipe Valerio Borghese como dictador. Antiguo alto mando militar bajo Mussolini, “el Príncipe Negro” leería un comunicado declarando que “la fórmula política que nos ha gobernado durante 25 años y nos ha llevado al borde del colapso económico y moral ha dejado de existir”. Mientras tanto, sus partidarios ocuparían varios edificios del gobierno y los estudios de la cadena de televisión RAI.
El golpe fue cancelado en el último minuto por razones que nunca han quedado claras (la unidad de Delle Chiaie ya estaba dentro del Ministerio del Interior cuando el plan fue cancelado). Lo más probable es que los conspiradores se dieron cuenta de que el intento estaba condenado al fracaso y se enfriaron sus ánimos, aunque hay explicaciones alternativas van desde una intervención personal de Richard Nixon hasta la presencia de una flota soviética en el Mediterráneo.
Pero las consecuencias del golpe abortado condujeron a la investigación de una organización de extrema derecha conocida como la Rosa dei Venti, que reunía a varios grupos extremistas y era una fuente clave de apoyo para Borghese. En 1974, un magistrado italiano ordenó sensacionalmente la detención del general Vito Miceli, jefe del servicio secreto italiano SID tras descubrir que era un miembro clave de la Rosa dei Venti.
El Maoismo, base ideológica de la lucha armada, fue un instrumento clave de la estrategia de la tensión
3: SID
El papel de los servicios de inteligencia italianos podría ser uno de los aspectos más impactantes de la estrategia de la tensión. Muchos de los principales oficiales de inteligencia de Italia estaban próximos a los grupos de extrema derecha que llevaron a cabo los atentados, y ayudaron repetidamente a ocultarlos. Por ejemplo, SID ayudó al cofundador del OACI, Guido Giannettini, a huir del país después de que se sospechase que estaba implicado en el atentado de la Piazza Fontana. El servicio secreto también obstaculizó repetidamente las investigaciones sobre atentados terroristas de extrema derecha e intentó ayudar a Giovanni Ventura a escapar de la prisión.
En 1980, la policía registró el apartamento del general Gianadelio Maletti, sucesor de Vito Miceli como jefe de SID. Encontraron un documento de 1975 que se refería a un miembro de Ordine Nuovo que había contactado con la policía en Padua: “Casalini quiere aliviar su conciencia. Comenzó a admitir haber participado en los ataques de 1969. (...) [Él] declarará de nuevo y ya está hablando de otros, el grupo de Padua + delle Chiaie + Giannettini. Dice que estaban seguros del apoyo del SID”. La carta concluía con instrucciones de contactar con la policía y hacer que se cerrase el caso antes de que se pudiera volver a entrevistar a Casalini.
La cooperación de los servicios de inteligencia y de los miembros seleccionados de los Carabinieri fue vital para asegurar que se echara la culpa de los atentados a militantes de izquierda. Destacan dos ejemplos bastante sencillos. En 1972, el coche bomba de Vincenzo Vinciguerra mató a tres policías. Los servicios de inteligencia y oficiales militares falsificaron pistas y “confesiones anónimas” que implicaban a la organización de extrema izquierda Lotta Continua. Un general y otros cinco oficiales fueron finalmente acusados de obstrucción a la justicia por esto.
En 1973, un hombre llamado Gianfranco Bertoli lanzó una granada en una ceremonia en honor del comandante de la policía Luigi Calabrese, que había sido asesinado por los izquierdistas en venganza por su supuesto papel en la muerte de Giuseppe Pinelli, el anarquista que “cayó” después del atentado de Piazza Fontana. Bertoli confesó que era anarquista, y el SID redactó un informe confirmandolo. Sin embargo, los investigadores descubrieron posteriormente que Bertoli había sido adoctrinado por el Ordine Nuovo, que había planeado el ataque.
2: Nuclei Armati Rivoluzionari
A medida que avanzaba la década de 1970, la situación política se fue haciendo cada vez menos favorable para los extremistas. La dictadura de Portugal fue derrocada en 1974, obligando a Guerin-Serac y a sus agentes Aginter a huir a la España de Franco. Allí, utilizaron su experiencia en operaciones de bandera falsa para llevar a cabo atentados contra varias embajadas argelinas con el objetivo de desacreditar a la oposición argelina. Mientras tanto, Stefano delle Chiaie también huyó a España, donde estuvo involucrado en la masacre de manifestantes izquierdistas (El 9 de mayo de 1976 en Montejurra, AyR).
Sin embargo, Franco murió en 1975 y su régimen fascista se desmoronó poco después, eliminando el último refugio europeo para los restos de Aginter. Después se pierde el rastro de Guerin-Serac, que supuestamente se trasladó a América del sur. Delle Chiaie ciertamente lo hizo, creando incluso una agencia de prensa chilena claramente modelada siguiendo el ejemplo de Aginter. Terminó en Bolivia, donde parece haber trabajado como asesino del fugitivo nazi y traficante de drogas Klaus Barbie. Ambos fueron personajes clave en el “Golpe de la Cocaína” que derrocó al gobierno de Bolivia en 1980. Afortunadamente, colapsó poco después y ambos fueron finalmente extraditados a Europa.
Mientras tanto, otros grupos surgieron para continuar la estrategia de tensión en Italia, aunque acusar a los comunistas de las atrocidades era algo cada vez más ajeno a la realidad. En 1980, un grupo ultraderechista llamado Núcleos Armati Rivoluzionari (NAR) hizo explotar una bomba con temporizador en la Estación Central de Bolonia, matando a 85 personas e hiriendo a cientos, en el atentado más mortífero de la extrema derecha de los Años de Plomo.
La lucha armada en Italia acabó tras el asesinato de Aldo Moro por las Brigadas Rojas, que impidió la entrada de comunistas en el gobierno
1: Gladio
Al final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos estaba preocupado por la posibilidad de una invasión soviética de Europa Occidental. A finales de la década de 1940, la OTAN decidió crear redes de agentes “stay-behind” (permanecer en la retaguardia) en la mayoría de los países europeos. Estos agentes serían abastecidos con dinero y armas para preparar las operaciones de resistencia que se pondrían en marcha en caso de una invasión soviética. En Italia, este plan se conocía como Operación Gladio.
Desafortunadamente, la red Gladio no se contentó con esperar una invasión soviética. La CIA reclutó a gran escala entre fanáticos anticomunistas, fascistas incluidos, que rápidamente cambiaron su enfoque hacia la lucha contra lo que percibían como una infiltración soviética. Armas y explosivos suministrados para la Gladio acabaron en manos de Ordine Nuovo, y otros grupos fascistas y figuras asociadas con Gladio se involucraron en la estrategia de tensión.
De hecho, la primera mención pública de Gladio en Italia parece haber tenido lugar durante el juicio de Vincenzo Vinciguerra en 1984, cuando el terrorista informó a la corte que:
“Existió una estructura, secreta y oculta, con la capacidad de dar una dirección estratégica a las masacres. (...) Existe en Italia una fuerza secreta paralela a las fuerzas armadas. Compuesta de civiles y militares, de cuño antisoviético, para organizar la resistencia en suelo italiano contra un ejército ruso”.
El papel exacto de la CIA en la campaña de terror de la extrema derecha en Italia sigue siendo un tema de enorme controversia. El historiador suizo Daniele Ganser afirmó que la agencia jugó un papel clave en la estrategia de tensión. Sin embargo, el trabajo de Ganser ha sido criticado sustancialmente, incluyendo el uso de documentos evidentemente forjados por los soviéticos. En cualquier caso, es cuestionable si el grupo nti-americano Ordine Nuovo habría aceptado órdenes de la CIA.
El historiador italiano Aldo Giannuli ha rechazado las afirmaciones de que Gladio estaba vinculado a ataques terroristas, y en lugar de ello se centra en una organización paralela llamada los Nuclei territoriali di difesa dello Stato (Núcleos territoriales para la Defensa del Estado). Esta estaba dirigida por el ejército italiano y supuestamente tuvo un papel similar a Gladio. Sin embargo, Giannuli sostiene que los Núcleos pronto se centraron en luchar contra la amenaza interna del comunismo, dejando a Gladio centrarse en la amenaza externa de una invasión soviética. En este papel, los Núcleos llegaron a funcionar como una especie de organización madre para una serie de grupos terroristas fascistas. Como estaba bajo dirección italiana, el papel exacto, si es que tuvieron alguno, de los americanos y de Gladio en los años del plomo permanecen confusos.
+ Propaganda Due
Un aspecto interesante de la estrategia de tensión es la posible implicación de la logia Propaganda Due (P2). Su descubrimiento en 1981 fue una sensación, la P2 era una logia masónica que tenía entre sus miembros tres ministros del gabinete, 43 miembros del parlamento, los jefes de las tres agencias de inteligencia italianas, otros 213 oficiales militares de alto rango y figuras de alto nivel en los medios de comunicación y los mundos de negocios.
Ha sido descrita como un “estado dentro de un estado” y acusada de intentar desestabilizar el gobierno italiano. Aunque probablemente no participasen directamente en la planificación de los atentados, la logia parece haber ayudado a encubrirlos. Una análisis más detallado de la P2 y su posible papel en el atentado de Bolonia se puede encontrar aquí.