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El futuro Secretario de defensa de Biden es un alto cargo de Raytheon

Published on: miércoles, 9 de diciembre de 2020 // ,

por Caitlin Johnstone

8 de diciembre, 2020

La persona que será posiblemente nombrada para ocupar la secretaría de defensa por Joe Biden puede ser celebrada por los medios de comunicación dominantes, pero su nominación solo sirve para subrayar la cruda verdad: las corporaciones controlan la máquina de guerra de Estados Unidos y lo hacen con ánimo de lucro.

Los medios de comunicación  informan  de que el equipo de Biden ha seleccionado al ex general Lloyd J. Austin III para ser el próximo Secretario de defensa, apaciguando así los temores entre los activistas pacifistas de que la psicópata sanguinaria Michele Flournoy fuese nombrada para ese cargo, como generalmente se ha predicho.

En lo que se ha convertido en el ritual estándar para las elecciones de personal para el gabinete de Biden, los medios de comunicación se están dedicando a celebrar que Austin sería el primer jefe negro de la máquina de guerra de Estados Unidos, mientras que se dedican a ignorar las políticas asesinas que ha apoyado a lo largo de su carrera. Como jefe del Comando Central, Austin llevó a cabo una campaña para resucitar el espectacularmente fallido programa del Pentágono de intentar armar a los "rebeldes" en Siria para luchar contra el ISIS, y en 2014 respaldó que se diera inmunidad a las tropas estadounidenses para evitar que sean juzgadas por crímenes de guerra por el gobierno de Afganistán. También ayudó a organizar la punta de lanza de la invasión de Irak, y es miembro del mismo fondo de capital que invierte en contratistas de defensa como Flournoy y en el halcón de la guerra Tony Blinken como Secretario de Estado.

(Fuente)

Austin también es miembro de la junta directiva  de Raytheon, una corporación que se beneficia de la guerra, de la que pasó a formar parte inmediatamente después de acabar su carrera militar. Raytheon  gasta millones de dólares al año presionando activamente al gobierno de los Estados Unidos para promover políticas que sean beneficiosas para el gigante multimillonario de fabricación de armas, lo que por supuesto significa presionar en favor del expansionismo y el intervencionismo militar de EEUU. El anterior secretario de defensa, Mark Esper, también  trabajó para Raytheon, y pasó años como uno de los principales lobbyistas corporativos en Washington DC bajo el cargo de "vicepresidente de relaciones gubernamentales".

Y, ¿sabes qué? yo digo ¿por qué no?

En serio, ¿por qué no? ¿Por qué el jefe de la máquina asesina de Estados Unidos no debería provenir de una corporación que ha ganado miles de millones de dólares haciendo posibles crímenes de guerra en Yemen? ¿Por qué no iba a tener el régimen más depravado y sanguinario de este planeta a un especulador profesional de la guerra encargado de promover su depravación y derramamiento de sangre? Las masivas masacres militares de EEUU y sus aliados solo ha tenido que ver con el poder y las ganancias, así que ¿por qué no ser honesto al respecto? 

Demonios, ¿por qué detenerse ahí? ¿Por qué no convertir al propio Raytheon en secretario de Defensa? ¿No dictaminó el Tribunal Suprema que las corporaciones son personas? Convertir a Raytheon en Secretario de Defensa, a Boeing en Secretario de Estado, a Goldman Sachs en Secretario del Tesoro, a ExxonMobil jefe de la EPA (Environmental Protection Agency, la Agencia de Protección del medio Ambiente de EEUU, AyR), a Amazon a director de la CIA y a Google a director de inteligencia nacional. Entonces tendrías rostros completamente honestos a cargo del imperio estadounidense.

Es una completa locura que nuestro mundo esté en manos de especuladores de la guerra que presionan activamente para que haya más violencia y derramamiento de sangre porque ganan dinero vendiendo las armas utilizadas para perpetrarla. No es menos malo que si los plutócratas recorrieran el mundo asesinando personas y vendiendo sus pieles por dinero; el mismo número de personas sería asesinado por los mismos incentivos de ganancias, pero las personas que retrocederían horrorizadas ante esa idea no prestan atención al hecho de que eme términos prácticos está sucediendo lo mismo con los empresas poderosas como Raytheon.

La única diferencia entre la máquina de guerra estadounidense y una banda de delincuentes armados que asesinan a personas por dinero es que la máquina de guerra estadounidense lo hace a una escala mucho mayor. Mientras eso suceda, no hay razón para fingir lo contrario. Con suerte, la gente comienza a mirar más allá de la máscara de cara sonriente del imperio y comienza a abrir los ojos para ver la cara salpicada de sangre debajo de ella.

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