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La Fundación de Bill Gates lidera una contrarrevolución verde en África

Published on: domingo, 24 de enero de 2021 // ,


por Jan Urhahn


27 de diciembre de 2020


La Fundación Bill y Melinda Gates prometió a África una “Revolución Verde” para combatir el hambre y la pobreza. No ha funcionado, pero ha aumentado las ganancias de las empresas agrícolas  Los agricultores locales se quedan con las manos vacías y el hambre aumenta.


Durante los últimos cinco años, el número de personas que padecen hambre en todo el mundo ha ido en aumento. En el contexto de esta situación, desde hace décadas tiene lugar un debate que se pregunta cómo podría usarse la agricultura para poder proporcionar a todo el mundo suficientes alimentos saludables.


Bill Gates interviene en la reunión de la Unión Africana del 10 de febrero de 2019 (FUENTE)


Una respuesta simplista proviene de los gobiernos del Norte global (y también algunos del Sur global). Afirman que la agroindustria internacional podría acabar con el hambre mundial con tan sólo disponer de los medios para hacerlo, impulsando la productividad agrícola mediante el uso de pesticidas, semillas híbridas y otras cosas traídas del exterior.


Pero muchos movimientos sociales, expertos y ONGs no están de acuerdo. Insisten en que el hambre no es un problema de producción, sino que tiene sus raíces en la distribución desigual de los recursos energéticos y el control de factores agrícolas como la tierra y las semillas.


Subvenciones de la Fundación Gates relacionadas con la agricultura entre 2003 y 2014 (NARANJA, países africanos)

No obstante, la narrativa de la agroindustria (agrobusiness) sigue siendo influyente. Es determinante en establecer la estrategia a seguir mucho más que las demandas presentadas por los pequeños agricultores y sus defensores. Los gobiernos del Sur Global, especialmente en África, son presionados de manera constante para modificar su sector agrícola con nuevas leyes o proyectos que favorezcan la agroindustria internacional. Y, en África, hay una iniciativa particularmente destacada que impulsa la agenda de la agricultura corporativa: la Alianza de Bill Gates para una Revolución Verde en África (AGRAAlliance for a Green Revolution in Africa).


LA AGRICULTURA DE LAS GRANDES CORPORACIONES CONTRA EL HAMBRE GLOBAL


AGRA fue establecida en 2006 por la Fundación Bill y Melinda Gates y la Fundación Rockefeller. Mediante el desarrollo de semillas comerciales de alto rendimiento, fertilizantes sintéticos y pesticidas como sus principales armas, el programa está destinado a ayudar a África a poner en marcha su propia Revolución Verde en la agricultura para combatir el hambre y la pobreza. Al menos, eso es lo que promete.


Cosechas de productos modificados genéticamente (2011): su presencia era marginal en África

Desde su fundación, AGRA se propuso duplicar el rendimiento agrícola y los ingresos de treinta millones de hogares de pequeños agricultores, reduciendo así a la mitad tanto el hambre como la pobreza en veinte países africanos para el año 2020. Para lograrlo, la "alianza" financia varios proyectos y presiona a los gobiernos africanos para que lleven a cabo cambios estructurales que prepararían el escenario para su "Revolución Verde". Desde su fundación, AGRA ha recibido contribuciones de aproximadamente 1.000 millones $, principalmente de la Fundación Bill y Melinda Gates. También han llegado grandes subvenciones de EEUU, Gran Bretaña, Alemania y otros países.


A partir de estas donaciones, AGRA ha otorgado subvenciones de más de 500 millones $ en todo el continente. Los gobiernos africanos apoyan los objetivos de AGRA con fondos públicos a través de los llamados Farm Input Subsidy Programs (FISPprogramas de subsidio de recursos agrícolas), con los que se espera que los agricultores compren las semillas, en su mayoría híbridas, y fertilizantes sintéticos promocionados por AGRA. Los subsidios estatales para las pequeñas granjas proporcionan incentivos para introducir el paquete de tecnologías agrícolas que AGRA cuenta como parte de su Revolución Verde. Los FISP se han introducido en una escala significativa en diez de los trece “países foco” de AGRA, incluidos Etiopía, Kenia, Malí, Ruanda, Zambia y Tanzania.


Los subsidios de AGRA en los países foco de la "revolución verde"

Pero catorce años después de la fundación de AGRA, se puede decir con seguridad que la iniciativa no ha logrado sus objetivos. En lugar de combatir el hambre y la pobreza, el hambre en realidad ha aumentado en un 30% en los países foco de AGRA, lo que significa que ahora padecen haber 30 millones de personas más que cuando comenzó AGRA. En 2018, los rendimientos agrícolas en los países foco habían aumentado solo en un 18%, a diferencia del 100% prometido por AGRA. En el período anterior a AGRA, los rendimientos en estos países habían aumentado un 17%. Por tanto, los aumentos de rendimiento con y sin AGRA fueron casi idénticos.


El hambre ha aumentado un 30% en los países en los que se concentró el programa Agra

GANADORES Y PERDEDORES


Los resultados de AGRA son devastadores para los pequeños agricultores. La mayoría de los proyectos de AGRA consisten fundamentalmente en venderles recursos caros como semillas híbridas y fertilizantes sintéticos a través de empresas agroquímicas. Estos recursos son extremadamente costosos y, por lo tanto, aumentan drásticamente el riesgo de que los agricultores se endeuden. Los ejemplos de Tanzania muestran que los pequeños agricultores no han podido pagar las deudas provocadas por la compra de semillas y fertilizantes después de la cosecha, lo que incluso ha obligado a algunos a vender su ganado.


La fórmula de AGRA - “duplicar los rendimientos equivale a duplicar los ingresos” - simplemente no funciona en la realidad. Según el modelo AGRA, cualquier aumento a corto plazo del rendimiento se consigue pagando altos precios por semillas, fertilizantes y, a menudo, pesticidas, lo que tan sólo aumenta los ingresos de las empresas de semillas y fertilizantes.


Los resultados de AGRA en cada uno de los 13 países foco: AZUL, el aumento de la productividad, que en ningún de los países alcanzó el 100% lo prometido por la agroindustria. ROJO, aumento del hambre.


Además, la libertad de elección está restringida: en los proyectos AGRA en Kenia, los pequeños agricultores no pueden decidir por sí mismos qué semilla de maíz siembran y qué fertilizantes y pesticidas usan en sus campos. Los gerentes de los proyectos AGRA asumen que las empresas de agroquímicos participantes toman las mejores decisiones para los agricultores. El enfoque de AGRA se centra en algunos cultivos alimentarios como el maíz o la soja, lo que hace que los alimentos tradicionales ricos en nutrientes se descuiden e incluso sean reemplazados.


Las estadísticas de los trece países de interés de AGRA muestran que la producción de cereales ha caído un 21% desde que se lanzó la iniciativa. Se registró una disminución del rendimiento del 7% para los cultivos de raíces y tubérculos. Con todo, AGRA reduce la diversidad en los campos de los agricultores y, por lo tanto, también la variedad de semillas que se utilizan. Este desarrollo, a su vez, hace que la agricultura sea aún más vulnerable a las consecuencias de la crisis climática.


La sustitución de las cosechas tradicionales de los países africanos por otras que favorecen los intereses de la agroindustria occidental es una de las principales consecuencias de AGRA

LOBBYISMO EN DEFENSA DE LOS INETERSES DE LAS CORPORACIONES


Según la estrategia actual de AGRA, su principal campo de actividad son "políticas y recomendaciones". Su objetivo principal es promover activamente políticas que abran la puerta a semillas de alto rendimiento, fertilizantes sintéticos y otros recursos de la Revolución Verde. Este enfoque impide que se apoyen estrategias alternativas, como la agroecología (utilizar la ciencia de una manera no agresiva y respetuosa con el medio ambiente para lograr aumentar la productividad de las cosechas, AyR).


AGRA financió la creación de un grupo de presión (lobby) en apoyo de los fertilizantes y agronegocios conocido como African Fertilizer and Agribusiness Partnership (AFAP) con 25 millones $. Representa los intereses de la industria de los fertilizantes de cara a los gobiernos africanos y las organizaciones donantes. En Ghana, Mozambique y Tanzania, por ejemplo, AFAP quiere aumentar el uso de fertilizantes en un 100%. Los socios de AFAP incluyen a Louis Dreyfus Company, uno de los comerciantes de granos más grandes del mundo, e International Raw Materials (IRM), importante distribuidor de fertilizantes de EEUU. Los vínculos entre AGRA y AFAP son estrechos: el presidente de AGRA también es miembro del consejo de dirección de AFAP.


Manifestación contra las actividades de la Fundación Gates en África: "quien controla las semillas controla la comida"


Uno de los temas principales de la agenda política de AGRA ha sido siempre eliminar las semillas de los agricultores locales y modificar las regulaciones nacionales y regionales para adaptarlas a los intereses de las empresas comerciales de semillas. Junto con la African Regional Intellectual Property Organization (ARIPO, Organización Regional Africana de la Propiedad Intelectual), AGRA ha coordinado y respaldado reformas de la política estatal relacionada con semillas en varios países, como Burkina Faso, Ghana, Nigeria y Tanzania.


Estos cambios han llevado a varios países africanos a apoyar la Convención de 1991 de la International Union for the Protection of New Varieties of Plants (Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales), conocida como "UPOV 91". Garantiza los derechos de los criadores/creadores sobre las nuevas variedades de semillas e impone derechos de propiedad intelectual sobre las semillas. El resultado ha sido la creación de un marco para privatizar los recursos genéticos de las plantas y así generar ganancias.


Campesinos africanos protestando contra la UPOV 91


AGRA también firmó un memorando de entendimiento formal con la Economic Community of West African States (ECOWASComunidad Económica de los Estados de África Occidental o CEDEAO) en 2017. También en este caso, la legislación sobre semillas debe adaptarse a la UPOV 91. Sin embargo, los criterios para poder ser admitidos en la UPOV a menudo están fuera del alcance de los pequeños agricultores. Las semillas que no cumplen los denominados criterios DUS para la distinción (D), la uniformidad (U) y la estabilidad (S) de las semillas no pueden ser protegidas por el sistema de la UPOV, ytampoco pueden incluirse en los registros de variedades exigidos por la ECOWAS/CEDEAO... Esto quiere decir que estas semillas no se pueden comercializar en los mercados formales, lo que tiene como consecuencia que se restringe el derecho de los agricultores a almacenar, intercambiar y vender las semillas que guardan de los cultivos de sus propias granjas. Al mismo tiempo, estas reglas fortalecen las semillas de las corporaciones. En el peor de los casos, las propias semillas de los agricultores sin criminalizadas, a pesar de que siguen siendo la principal fuente de semillas en África.


OLVÍDESE DEL AGRA, NECESITAMOS LA AGROECOLOGÍA


Todo este proceso no ha carecido de resistencia. Los movimientos africanos como la Coalición para la Protección del Patrimonio Genético Africano (COPAGEN, Protection of African Genetic Heritage) y muchos otros se han opuesto a AGRA desde el principio, argumentando que AGRA y otras iniciativas de la Revolución Verde descuidan las necesidades y los derechos de los productores a pequeña escala que producen la mayor parte de nuestros productos alimentícios en todo el mundo.


Los movimientos agrícolas en África están pidiendo una eliminación gradual de AGRA en favor de un mayor apoyo a la agroecología, una práctica agrícola originada en el Sur Global y practicada por millones de agricultores en todo el mundo.



La agroecología es tanto una ciencia sólida como un movimiento social que defiende los derechos de los agricultores y rechaza un enfoque puramente capitalista de la agricultura. La agroecología ofrece a los pequeños agricultores el tipo de innovación que necesitan: una agricultura que hace un uso consciente de la naturaleza y los procesos naturales para promover los tipos de prácticas de generación de tierra que son imposibles cuando se utilizan las tecnologías de la Revolución Verde.


Estas prácticas se caracterizan, por ejemplo, por el cultivo de varias cosechas alimentarias en un mismo campo. Para fertilizar los campos se utilizan abono, estiércol, mantillo, legumbres y fertilizantes orgánicos, en lugar de fertilizantes sintéticos a base de combustibles fósiles. El control ecológico de plagas reduce el uso de pesticidas. Los investigadores trabajan con los agricultores para mejorar sus semillas agrícolas en lugar de reemplazarlas con semillas híbridas comerciales que deben recomprarse todos los años y también obligarlos a tratar las plantas de sus campos con fertilizantes sintéticos para lograr rendimientos suficientes.


Reportaje en el principal periódico de Uganda informando sobre el fracaso de Agra


Pero el poder corporativo está oponiendo una enorme resistencia a todas y cada una de las alternativas a AGRA. Los intereses y esferas de influencia de los agronegocios que se benefician del statu quo son enormes. Las alternativas que fortalecen la agroecología y los derechos de los agricultores, reducen el uso de pesticidas o fertilizantes sintéticos o promueven semillas agrícolas entran en conflicto directo con los intereses del capital. Con demasiada frecuencia, los gobiernos del Norte Global se ven a sí mismos como representantes o embajadores de “sus” corporaciones. Sin embargo, las alternativas a AGRA están disponibles: es el momento de luchar por que se usen.




ALGUNOS ENLACES SOBRE EL TEMA (AyR)


Gates Ag One: The Recolonisation Of Agriculture


- Gates 'failing green revolution in Africa' (The Ecologist, 14 de agosto de 2020)


- Gates Foundation doubles down on misinformation campaign at Cornell as African leaders call for agroecology 












False Promises: The Alliance for a Green Revolution in Africa (AGRA)









Failing Africa’s Farmers: An Impact Assessment of the Alliance for a Green Revolution in Africa

ECONOMÍA