Cómo Silicon Valley, en una demostración de fuerza monopolística, destruyó Parler
En los últimos tres meses, los gigantes tecnológicos han censurado el discurso político y el periodismo para manipular la política estadounidense, mientras que los liberales, de manera virtualmente unánime, aplaudían.
Los críticos de la censura de Silicon Valley durante años han escuchado el mismo estribillo: las plataformas tecnológicas como Facebook, Google y Twitter son corporaciones privadas y pueden alojar o prohibir a quien quieran. Si no te gusta lo que hacen, la solución no es quejarse ni regularlos. En lugar de ello, cree su propia red social que funcione de la manera que usted cree que debería.
Los fundadores de Parler escucharon esa sugerencia y lo intentaron. En agosto de 2018, crearon una plataforma de redes sociales similar a Twitter, pero que prometía protecciones de privacidad mucho mayores, incluida la negativa a agregar datos de usuarios para monetizarlos para los anunciantes o el analizar mediante algoritmos lo que les interesa para darles promociones de contenidos o productos. También prometieron derechos de libertad de expresión mucho mayores, rechazando la vigilancia de contenido cada vez más represiva de los gigantes de Silicon Valley.
Durante el último año, Parler tuvo un éxito inmenso. Millones de personas que se opusieron a la creciente represión del discurso en las redes sociales más grandes o cuyas cuentas habían sido canceladas se inscribieron en la nueva empresa de redes sociales.
A medida que la censura de Silicon Valley se iba intensificando de manera radical en los últimos meses (prohibiendo los informes previos a las elecciones de The New York Post sobre la familia Biden, denunciando y eliminando múltiples publicaciones del presidente de los EEUU y luego eliminando su cuenta misma, la eliminación masiva de cuentas derechistas) mucha gente emigró a Parler, que fue catapultado así al puesto número uno en la lista de aplicaciones más descargadas en Apple Play Store, única y exclusiva forma forma que tienen los usuarios de iPhone para descargar aplicaciones. "En general, la aplicación fue la décima aplicación de redes sociales más descargada en 2020 con 8.1 millones de nuevas instalaciones", informó TechCrunch.
Parecía que Parler había demostrado que los críticos del poder monopolista de Silicon Valley estaban equivocados. Su éxito demostró que, después de todo, era posible crear una nueva plataforma de redes sociales para competir con Facebook, Instagram y Twitter. Y lo hicieron haciendo exactamente lo que los defensores de Silicon Valley insistieron durante mucho tiempo que debería hacerse: si no te gustan las reglas impuestas por los gigantes tecnológicos, crea tu propia plataforma con reglas diferentes.
Pero hoy, si desea descargar, registrarse o usar Parler, no podrá hacerlo. Eso se debe a que tres monopolios de Silicon Valley, Amazon, Google y Apple, se unieron de manera brutal para eliminar a Parler de Internet, justo en el momento en que se convirtió en la aplicación más descargada del país.
Si uno estuviera buscando evidencia para demostrar que estos gigantes tecnológicos son, de hecho, monopolios que aplican comportamientos anticompetitivos en violación de las leyes antimonopolio, y que eliminan cualquier intento de competir con ellos en el mercado, sería difícil de imaginar algo más convincente que cómo utilizaron su poder ilimitado para destruir por completo a un competidor en ascenso.
El ataque unificado de Silicon Valley comenzó el 8 de enero, cuando Apple envió un correo electrónico a Parler y les dio 24 horas para demostrar que habían cambiado sus prácticas de moderación o, de lo contrario, tendrían que hacer frente a su expulsión de la App Store. La carta afirmaba: "Hemos recibido numerosas quejas con respecto a contenido objetable en su servicio Parler, acusaciones de que la aplicación Parler se utilizó para planificar, coordinar y facilitar las actividades ilegales en Washington DC el 6 de enero de 2021 que dieron lugar (entre otras cosas) a la pérdida de vidas, numerosas lesiones y la destrucción de bienes". Y terminaba con esta advertencia:
Para garantizar que no se interrumpa la disponibilidad de su aplicación en la App Store, envíe por favor una actualización y el plan de mejora de moderación solicitado dentro de las 24 horas posteriores a la fecha de este mensaje. Si no recibimos una actualización que cumpla con las Pautas de revisión de la App Store y el plan de mejora de moderación solicitado por escrito dentro de las 24 horas, su aplicación se eliminará de la App Store.
El mensaje de las 24 horas era obviamente una excusa y buscaba únicamente guardar las apariencias. La expulsión era un hecho consumado (fait accompli) sin importar lo que hiciera Parler. Para empezar, la carta fue filtrada inmediatamente a Buzzfeed, que la publicó en su totalidad. Un ejecutivo de Parler detalló los intentos fallidos de la compañía de comunicarse con Apple. "Básicamente nos engañaron", me dijo. Al día siguiente, Apple notificó a Parler su eliminación de la App Store. "No distribuiremos aplicaciones que tengan contenido peligroso y dañino", dijo la empresa más rica del mundo, y por lo tanto: "Ahora hemos expulsado su aplicación de la App Store".
Es difícil exagerar el daño que produce a una plataforma el ser eliminada de la App Store. Los usuarios de iPhones tienen prohibido descargar aplicaciones en sus dispositivos desde Internet. Si una aplicación no está en la App Store, no se puede utilizar en el iPhone. Incluso los usuarios de iPhone que ya hayan descargado Parler perderán la capacidad de recibir actualizaciones, lo que en breve hará que la plataforma sea inmanejable e insegura.
En octubre, el House Judiciary Subcommittee on Antitrust (Subcomité Judicial del Congreso sobre Derecho Antimonopolio, Comercial y Administrativo) emitió un informe de 425 páginas en el que concluía que Amazon, Apple, Facebook y Google poseen poderes monopolistas y están utilizando ese poder de manera anticompetitiva. Sobre Apple, destacaron el control de la compañía sobre los iPhones a través de su control de acceso a la App Store. Como explicó Ars Technica al destacar los hallazgos clave del informe:
Apple controla alrededor del 45% del mercado de smartphones en EEUU y el 20% del mercado mundial de smartphones, según comprobó el comité, y se proyecta que venda su iPhone número 2.000 millones en 2021. Es cierto que, en el mercado de smartphones, Apple no es un monopolio. Pero iOS y Android tienen un duopolio efectivo en los sistemas operativos móviles.
Sin embargo, concluye el informe, Apple tiene un control monopolista sobre lo que el usuario puede hacer con un iPhone. Solo puede poner aplicaciones en su teléfono a través de la App Store de Apple, y Apple tiene un control total sobre esa App Store; es por eso por lo que Epic la ha denunciado...
El comité encontró documentos internos que demuestran que el liderazgo de la empresa, incluido el ex director ejecutivo Steve Jobs, "reconocían que el requisito de IAP aplastaría la competencia y limitaría las aplicaciones disponibles para los clientes de Apple". El informe concluye que Apple también ha utilizado injustamente su control sobre las API, las clasificaciones de las búsquedas y las aplicaciones instaladas automáticamente para limitar el acceso de la competencia a los usuarios del iPhone.
Poco después, Parler se enteró de que Google, sin previo aviso, también la había "eliminado" de su Play Store, lo que limitaba gravemente la capacidad de los usuarios para descargar Parler en teléfonos Android. Las acciones de Google también significaron que aquellos que usan Parler en sus teléfonos Android ya no recibirían las actualizaciones de seguridad y las funciones necesarias.
Fue precisamente el abuso de poder de Google para controlar su dispositivo de aplicaciones lo que se cuestionó "cuando la Comisión Europea consideró a Google LLC como la empresa dominante en la App Store del sistema operativo móvil Android (es decir, Google Play Store) y multó al gigante de búsqueda online y de la publicidad con 4.340 millones de euros por llevar a cabo prácticas anticompetitivas para fortalecer su posición en varios otros mercados a través de su dominio en el mercado de la App Store".
El día después de que Apple y Google actuaran unidas contra Parler, Amazon asestó el golpe fatal. La empresa fundada y dirigida por el hombre más rico del mundo, Jeff Bezos, utilizó un lenguaje prácticamente idéntico al de Apple para informar a Parler que su servicio de alojamiento web (AWS) estaba eliminando la capacidad de Parler para alojar su web en AWS: "Como Parler no puede cumplir con nuestros términos de servicio y representa un riesgo muy real para la seguridad pública, planeamos suspender la cuenta de Parler a partir del domingo 10 de enero a las 11:59 p.m. PST.". Debido a que Amazon es una fuerza tan dominante en el alojamiento web, Parler hasta ahora no ha encontrado un servicio de alojamiento para su plataforma, razón por la cual ha desaparecido no solo de las tiendas de aplicaciones y los teléfonos, sino también de Internet (esta situación ha cambiado: irónicamente, hace poco se informó que Parler estaba negociando con una empresa rusa para lograr volver a tener alojamiento web, AyR).
El jueves, Parler era la aplicación más popular en EEUU. El lunes, tres de los cuatro monopolios de Silicon Valley se unieron para destruirla.
De manera virtualmente unánime, los liberales estadounidenses más conocidos celebraron este uso del poder monopolista de Silicon Valley para cerrar Parler, dela misma forma que aplaudieron de manera abrumadora las dos extraordinarias afirmaciones previas de las potencias tecnológicas para controlar el discurso político estadounidense: la censura de los informes del New York Post sobre el contenido del ordenador portátil de Hunter Biden, y la expulsión del presidente de los EEUU de las principales redes sociales. De hecho, sería difícil encontrar un solo político nacional de la izquierda liberal que simplemente expresara su preocupación por algo de esto, y mucho menos se opusiera a ello.
No fue solo los principales políticos de izquierda no se opusieron a ello, sino que algunos de ellos fueron los que suplicaron a Silicon Valley que usara su poder de esta forma. Después de que el sitio de vigilancia de Internet Sleeping Giants marcó varios posts de Parler que pedían violencia, la congresista del Partido Demócrata Alexandria Ocasio-Cortez preguntó : "¿Qué están haciendo @Apple y @GooglePlay al respecto?" Una vez que Apple respondió eliminando a Parler de su App Store (medida que los representantes demócratas en el Congreso de EEUU advirtieron tres meses antes que era un comportamiento antimonopolio peligroso), elogió a Apple y luego exigió saber: "Es bueno ver este desarrollo de @Apple . @GooglePlay ¿qué vas a hacer con las aplicaciones que se utilizan para organizar la violencia en tu plataforma?".
La columnista liberal del New York Times, Michelle Goldberg, dijo en un artículo estar "preocupada por lo asombroso que es el poder [de los gigantes tecnológicos]" y añadió que "es peligroso tener un puñado de titanes tecnológicos jóvenes e inexpertos decidiendo quién puede tener un megáfono y quién no". No obstante, elogió a estos "jóvenes titanes de la tecnología" por usar su poder "peligroso" para prohibir a Trump y destruir a Parler. En otras palabras, a los liberales como Goldberg solo les preocupa que los poderes de censura de Silicon Valley algún día puedan ser utilizados contra personas como ellos, pero están completamente felices mientras sean sus adversarios quienes son eliminados y silenciados (Facebook y otras plataformas durante años han eliminado a gente marginal como los palestinos a instancias de Israel, pero eso no preocupa a los liberales estadounidenses).
Eso se debe a que la cepa dominante del liberalismo estadounidense no es el socialismo económico sino el autoritarismo político. Los liberales ahora quieren usar la fuerza del poder corporativo para silenciar a quienes tienen ideologías diferentes. Están ansiosos de que los monopolios tecnológicos no solo prohíban las cuentas que no les gustan, sino que también eliminen redes sociales enteras de Internet. Quieren encarcelar a las personas que creen que ayudaron a su partido a perder elecciones, como Julian Assange, incluso si eso significa sentar precedentes para criminalizar el periodismo.
Los líderes mundiales han condenado en voz alta el poder que Silicon Valley ha acumulado para controlar el discurso político, y están particularmente indignados por la eliminación de las cuentas del presidente de Estados Unidos. La canciller alemana Angela Merkel, varios ministros franceses y especialmente el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador denunciaron la eliminación de Trump y otros actos de censura por parte de los monopolios tecnológicos con el argumento de que se estaban convirtiéndose en "una potencia mediática mundial". Las advertencias de López Obrador fueron particularmente elocuentes:
Incluso la ACLU (que pasó de ser una organización de libertades civiles a convertirse en un grupo activista liberal desde que Trump ganó las elecciones en 2016) consideró profundamente alarmante la afirmación del poder de Silicon Valley para destruir a Parler. Uno de los defensores más incondicionales de las libertades civiles de esa organización, el abogado Ben Wizner, dijo al The New York Times que la destrucción de Parler era más "preocupante" que la eliminación de posts o de cuentas en las redes sociales: "Creo que deberíamos reconocer la importancia de la neutralidad cuando estamos hablando de la infraestructura de Internet".
Sin embargo, los liberales estadounidenses suspiran por conseguir ese autoritarismo. Y ahora están pidiendo el uso de las medidas más represivas de la Guerra contra el Terror contra sus oponentes internos. El martes, el presidente de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, Bennie Thompson (D-MS), exigió que los senadores republicanos Ted Cruz y Josh Hawley "fueran incluidos en la lista de personas a las que se prohibe volar en avión", mientras que The Wall Street Journal informó que "Biden ha dicho que planea convertir en una prioridad la aprobación de una ley contra el terrorismo interior, y se le ha instado a crear un puesto en la Casa Blanca que supervise la lucha contra los extremistas violentos inspirados ideológicamente y aumente los fondos para combatirlos".
Gran parte de este apoyo liberal al intento de destrucción de Parler se basa en una total ignorancia sobre esa plataforma y sobre los principios básicos de la libertad de expresión. Me sorprendería mucho si más de una pequeña fracción de los liberales que aplauden la eliminación de Parler de Internet alguna vez hayan usado la plataforma o supieran algo más que los fragmentos que les han mostrado aquellos que buscan justificar su destrucción y describirla como algún bastión neonazi.
Parler no fue fundado, ni está dirigido, por partidarios del MAGA (Make America Great Again, Hagamos América grande de nuevo, el lema electoral de Trump en 2016, AyR) favorables a Trump. La plataforma fue creada en base a los valores libertarianos de privacidad, anti-vigilancia, anti-recolección de datos y libertad de expresión. La mayoría de los ejecutivos clave están más asociados con la política de Ron Paul y el CATO Institute que con Steve Bannon o la familia Trump. Uno es un republicano anti-Trump, mientras que otro es el ex-responsable de la campaña electoral de Ron Paul y Rand Paul. Entre las pocas figuras que apoyan el MAGA se encuentra Dan Bongino, un inversor. Uno de los inversores originales clave fue Rebekah Mercer.
El diseño de la plataforma está destinado a fomentar la privacidad y la libertad de expresión, no favorecer una ideología en particular. Minimizan la cantidad de datos que se recopilan sobre los usuarios para evitar la monetización de los anunciantes o la segmentación algorítmica. A diferencia de Facebook y Twitter, no evalúan las preferencias de un usuario para decidir qué debería ver. Y surgió principalmente como reacción a las reglas cada vez más restrictivas en las principales plataformas de Silicon Valley respecto a lo que se puede y no se puede decir.
Por supuesto, una gran cantidad de partidarios de Trump terminaron en Parler. Eso no se debe a que Parler sea un medio pro-Trump, sino a que se encuentran entre las personas que fueron censuradas por los monopolios tecnológicos o que estaban lo suficientemente enojadas por esa censura como para buscar refugio en otro lugar.
Es cierto que uno puede encontrar posts en Parler que abogan explícitamente por la violencia o son grotescas. Pero eso es aún más cierto en Facebook, YouTube, propiedad de Google, y en Twitter. Y contrariamente a lo que muchos han hecho creer, los Términos de servicio de Parler incluyen una prohibición de la defensa explícita de la violencia, y emplea un equipo de moderadores capacitados y remunerados que eliminan esos posts. Esas eliminaciones no ocurren de manera perfecta o instantánea, razón por la cual uno puede encontrar publicaciones que violan esas reglas, pero lo mismo ocurre con todas las principales plataformas de Silicon Valley.
De hecho, un ejecutivo de Parler me dijo que de las trece personas arrestadas hasta el lunes por la violación en el Capitolio, ninguna parece ser un usuario activo de Parler. El asalto del Capitolio se planeó mucho más en Facebook y YouTube. Como informó Recode, aunque algunos manifestantes tenían cuantas tanto en Parler como en Gab, muchos de los llamamientos para ir al Capitolio provenían de videos de YouTube, y muchos de los planificadores clave "han seguido utilizando plataformas convencionales como Twitter, Facebook y YouTube". El artículo citaba a Fadi Quran, director de campaña del grupo de derechos humanos Avaaz, diciendo: "En Washington DC vimos conspiradores de QAnon y otras milicias que nunca hubieran crecido hasta tener su tamaño actual sin Facebook y Twitter".
Y eso sin mencionar el sinnúmero de hipocresías, como que los gigantes de Silicon Valley fingen estar opuestos a la retórica violenta o al extremismo político. Amazon, por ejemplo, es uno de los socios más rentables de la CIA, con un contrato de 600 millones de dólares para proporcionar servicios a la agencia, y está intentando constantemente conseguir más. En Facebook y Twitter pueden encontrarse cuentas oficiales de los regímenes más represivos y violentos del mundo, incluida Arabia Saudita, y páginas enteras dedicadas a hacer propaganda en favor del régimen egipcio. ¿Hay alguien que crea que estos gigantes tecnológicos tienen una preocupación genuina por la violencia y el extremismo?
Entonces, ¿por qué los políticos y periodistas demócratas se centraron en Parler en lugar de Facebook y YouTube? ¿Por qué Amazon, Google y Apple hicieron un espectáculo extravagante al eliminar a Parler de Internet, pero dejando al mismo tiempo a plataformas mucho más grandes que tienen mucho más extremismo y defensa de la violencia que fluye diariamente?
Esto se debe en parte a que estos gigantes de Silicon Valley (Google, Facebook, Amazon, Apple) donan enormes sumas de dinero al Partido Demócrata y sus líderes, por lo que, por supuesto, los demócratas los vitorearán en lugar de pedir que sean castigados o eliminados de Internet. En parte, se debe también a que Parler es un recién llegado, un objetivo mucho más fácil de intentar destruir que Facebook o Google. Y en parte se debe a que los demócratas están a punto de controlar el Poder Ejecutivo y ambas cámaras del Congreso, dejando a los gigantes de Silicon Valley ansiosos por complacerlos silenciando a sus adversarios. Este motivo corrupto fue hecho claro de manera expresa por Jennifer Palmieri, que ha sido agente de Clinton desde hace mucho tiempo:
La naturaleza del poder monopolista es que entidades anticompetitivas se involucran en actividades ilegales antimonopolio para destruir a los competidores en ascenso. Parler está asociado con la ideología política equivocada. Es una plataforma lo suficientemente pequeña y nueva como para que pueda convertirse en un ejemplo. Su cabeza se puede colocar en una pica para dejar en claro que no es posible ningún intento de competir con los monopolios existentes de Silicon Valley. Y su destrucción preserva el poder indiscutible de un pequeño puñado de oligarcas tecnológicos sobre el discurso político, no solo en EEUU sino de las democracias en todo el mundo (razón por la cual Alemania, Francia y México están alzando sus voces en protesta).
Ningún autoritario cree ser autoritario. No importa cuán represivas sean las medidas que apoyen (censura, poder de monopolio, listas de exclusión de poder viajar en avión para ciudadanos estadounidenses sin que para ello se lleve a cabo un juicio), se dicen a sí mismos que aquellos a quienes están silenciando y atacando son tan malvados, son terroristas, que cualquier cosa que se haga contra ellos es noble y benevolente, no despótica y represiva. Así es como piensan actualmente los liberales estadounidenses, mientras fortalecen el control de los monopolios de Silicon Valley sobre nuestras vidas políticas, que se ha puesto de manifiesto de manera ejemplar con la destrucción de la noche a la mañana de un competidor nuevo y popular.