El péndulo de la censura en internet vuelve a apuntar a la izquierda
Published on: jueves, 4 de febrero de 2021 //
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Después de haber censurado a militantes supuestamente fascistas, con la indiferencia e incluso el beneplácito de algunos, las redes sociales atacan ahora las cuentas etiquetadas como de izquierda. ¿Era necesario defender la libertad de expresión de los fascistas? ¿Son útiles las redes sociales para los revolucionarios de izquierda? Caitlin Johnstone plantea algunas cuestiones interesantes sobre un fenómeno creciente que debería preocuparnos. Porque esto es probablemente sólo el comienzo.
Ha habido una purga de cuentas de izquierda de las redes sociales, con organizaciones socialistas atacadas en Facebook y múltiples cuentas asociadas a Antifa suspendidas de Twitter.
“Acabamos de confirmar que Facebook ha desactivado la página de International Youth and Students for Social Equality (Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social) en la Universidad de Michigan, así como las cuentas de todos los administradores”, tuiteó hoy el editor de la web World Socialist Web Site. “Este es un ataque sin precedentes a los derechos de expresión de un grupo estudiantil oficial del campus”.
World Socialist Website también informa lo siguiente:
El viernes, Facebook llevó a cabo una purga de páginas y cuentas de izquierda, pacifistas y progresistas, incluidos miembros destacados del Partido Socialista por la Igualdad. Facebook no dio ninguna explicación de por qué se deshabilitaron las cuentas y ni siquiera reconoció públicamente que se habían producido esas eliminaciones.
Las cuentas de Facebook de al menos media docena de miembros destacados del Partido Socialista por la Igualdad han sido desactivadas permanentemente. Incluidas la cuenta pública de Genevieve Leigh, secretaria nacional de International Youth and Students for Social Equality, y la cuenta personal de Niles Niemuth, editor en jefe en EEUU del World Socialist Web Site. En 2016, Niemuth fue candidato del Partido Socialista por la Igualdad a la vicepresidencia de Estados Unidos.
Facebook también desactivó la página del London Bus Drivers Rank-and-File Committee de Londres, que se creó con el apoyo del Partido Socialista por la Igualdad (Reino Unido) para organizar la oposición entre los conductores de autobuses. Esto tiene lugar después de un llamamiento ampliamente discutido para atender a una manifestación por la que los conductores de autobuses exigen protecciones elementales contra la pandemia de COVID-19.
Ninguna de las personas cuyas cuentas han sido desactivadas había violado las políticas de Facebook. Al intentar apelar la eliminación de su cuenta, recibieron un mensaje de error que decía: “No podemos revisar la decisión de inhabilitar su cuenta”.
The New York Post informa lo siguiente:
Twitter ha suspendido varias cuentas populares con supuestos vínculos con Antifa, que combinadas tienen más de 71.000 seguidores, tras los disturbios del Día de la Inauguración.
Al menos cuatro cuentas vinculadas con el grupo militante se han desconectado, incluida @TheBaseBK, la cuenta del centro anarquista en Bushwick, Brooklyn.
Páginas web archivadas de las cuentas muestran que tenían más de 71.000 seguidores y datan de 2012.
Sus páginas ahora dicen “Cuenta suspendida” por violar las reglas de Twitter.
Esto es la continuación de una purga masiva de cuentas derechistas a raíz de los disturbios en el Capitolio a principios de este mes, un cambio de rumbo del péndulo de la censura que no sorprende a nadie que no sepa algo. Esa purga fue ampliamente apoyada por los shitlibs (abreviación de shitty liberals, expresión coloquial despectiva hacia los liberales) y un porcentaje sorprendentemente grande de la verdadera izquierda, a pesar de la abrumadora y creciente montaña de evidencia de que es imposible consentir la censura en Internet de otras ideologías sin consentir que censuren la suya.
Encontré muchos argumentos en apoyo de la purga de la derecha por parte de la izquierda online mientras tenía lugar, y ninguno de ellos era bueno.
“Sólo están prohibiendo a los fascistas”, me dijeron. “¿Por qué defiendes a los fascistas?”.
Bueno, en primer lugar, nunca hubo evidencia de que estas corporaciones de redes sociales solo estuvieran purgando a los fascistas. Sabemos, por ejemplo, que en el barrido se incluyeron decenas de miles de personas que posean sobre QAnon, que aunque ignorantes y equivocados, en la mayoría de los casos no cumplirían con la definición de “fascista” de la mayoría de la gente. No sabemos quién más fue eliminado en la purga, pero creer con fe ciega que Facebook y Twitter solo apuntaban a fascistas que quieren derrocar violentamente al gobierno de EEUU es una tontería.
En realidad, estos gigantes de las redes sociales nunca han afirmado estar “prohibiendo a los fascistas”, y no hay razón para creer que esa es su política; los nacionalistas blancos como Richard Spencer siguen allí. E incluso si estos medios tuvieran una política de “prohibir a los fascistas”, ¿qué definición de “fascista” están usando? ¿Creen los defensores de la censura de Silicon Valley que usarán su definición personal de fascismo para determinar qué discurso político está prohibido? ¿Crees que te llamarán personalmente para consultarte a quién prohibir? ¿Cómo imaginas que funciona esto exactamente?
Y, por supuesto, oponerse a normalizar que los oligarcas monopólistas de Silicon Valley vinculados al gobierno controlen el discurso político mundial en las plataformas que un número creciente de personas utiliza para comunicar ideas importantes no es “defender a los fascistas”. Oponerse al control autoritario oligárquico es exactamente lo contrario de defender el fascismo.
“Siempre censuran a la izquierda”, me dijeron. “Estamos simplemente contentos de que ahora también estén censurando a los fascistas”.
¿Entonces no puedes imaginar que pueda empeorar? Acabamos de ver una escalada importante contra cuentas de izquierda en los últimos días; ¿Crees que eso va a ser el final? ¿Qué imaginas que pasará si la izquierda alguna vez llegase a amenazar los intereses de los poderosos después de haber ayudado a fabricar el consentimiento para normalizar la censura en Internet a cada paso?
Siempre puede empeorar. La izquierda online aún no ha experimentado una censura masiva del discurso político; ha experimentado lo que significa perder algunas cuentas aquí y allá. Todavía no habéis visto nada. Algunos izquierdistas de Twitter realmente parecen pensar que la eliminación de sus cuentas porque los partidarios de Kamala Harris los denunciaron en masa a través de un tweet malicioso es lo peor que puede pasar. Si su objetivo es amenazar el poder en algún momento (y si es realmente un izquierdista, debería serlo), entonces debe oponerse a normalizar cualquier política que pueda usarse para silenciar a quienes amenazan a los poderosos.
“Bueno, de todos modos, tampoco se trata de que se planease una revolución de izquierda en las redes sociales”, me dijeron.
No usas las redes sociales para planificar la revolución izquierdista, las usas para crear más izquierdistas. Las usas para crear conciencia y comprensión de sus ideas y sus causas. Consentir que se institucionalice la censura del discurso político es consentir ser silenciado en este frente, lo que significará que las únicas personas que podrán compartir rápidamente ideas e información en línea con la población en general serán las que apoyen las mismas estructuras de poder a las que te opones.
Y no se equivoquen, los gestores narrativos imperiales ciertamente necesitan el consentimiento del público para la censura de Internet. No invierten grandes fortunas en fabricar consentimiento en favor de agendas malvadas porque sea divertido, lo hacen porque requieren el consentimiento del público. El totalitarismo invertido del imperio solo se mantiene unido porque son capaces de mantener la ilusión de libertad y democracia; el silenciamiento con puño de hierro de un discurso político sano sólo puede suceder si el público ha sido inducido a creer que es algo bueno. Cada paso del endurecimiento de la soga de la censura es parte de esto, y si lo consientes, los estás ayudando.
“En última instancia, este movimiento de moderación de los contenidos restaurará un sistema en el que el único camino permitido para llegar a una amplia audiencia será a través de un socio institucional importante”, observó recientemente el periodista Matt Taibbi.
Eso es. Ese es el objetivo. Intentaron permitir la libertad de expresión en línea mientras simplemente nos golpeaban con propaganda para mantenernos dormidos, pero la gente todavía quería usar la democratización de la información que Internet les brindaba para hablar sobre lo horrible que es el status quo. Así que ahora están trabajando para restablecer la supremacía de los guardianes del mainstream.
Cuando te das cuenta de que las corporaciones son el verdadero gobierno de EEUU, todo el argumento de que “no es censura si lo hace una empresa privada” se revela como la broma que es. Cuando te enteras de que esta censura se está coordinando activamente con el gobierno, es una broma peor.
Apoyar la censura del discurso online es apoyar la autoridad de los oligarcas tecnológicos monopolistas para ejercer un control cada vez mayor sobre la comunicación humana. Independientemente de su actitud hacia quien haya sido eliminado un día determinado, apoyarlo solo puede ser autodestructivo.