Bye, bye, internet
18 de marzo de 2019
Tras 6 años de actuar en el espacio digital, el grupo Amor y Rabia desaparecerá de internet y centrará sus actividades en torno al papel.
Motivos para esta decisión hay muchos, pero sin duda la gota que ha colmado el vaso es la directiva de Copyright de la UE, que pone punto final a internet como la hemos conocido hasta ahora. Aunque sus efectos tardarán en notarse, el objetivo es claro: crear un instrumento que permita acabar con la disidencia informativa, camuflando la censura con la defensa de la propiedad.
Se aproximan tiempos difíciles, las nubes ya se asoman en el horizonte. Tras una década viviendo en el Mundo Feliz avanzamos hacia un 1984 supertecnológico en un contexto que cada vez se parece más al de la década de los 20 y 30, cuando la otrora potencia hegemónica —el Imperio Británico— se derrumbaba, dando lugar a un carrera armamentística paralela al establecimiento de bloques económicos autárticos.
El mundo virtual creado por la digitalización está devorando el mundo real y sustituyéndolo por un Pueblo de Potemkin, y convierte Fahrenheit 451 en un juego de niños, como demostró el Estado alemán en 2017, al eliminar con tan sólo apretar un botón una filial alemana de Indymedia. Existir en este decorado, en el que la información es un bien con fecha de caducidad inmediata y de valor ínfimo, es una carrera diaria eterna a ninguna parte, que consume un tiempo inmenso a cambio de (casi) nada.
Tras el final de nuestra presencia digital, nuestras cuentas se mantendrán inactivas y centraremos nuestros esfuerzos en levantar una infraestructura que nos permita volver al mundo real, de papel. Quien tenga interés en apoyarnos puede ponerse en contacto con nosotros a través de nuestra dirección de correo electrónico: colectivo.editorial.ayr@gmail.com. Al resto, agradecer vuestro interés durante estos años. Salud.
Este artículo ha sido publicado en el número 4 del Boletín de Amor y Rabia, que puede descargarse gratuitamente aquí.