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Las plantas tienen memoria: Entrevista a Frantisek Baluska

Published on: domingo, 30 de mayo de 2021 // ,


Desde hace meses el libro "La vida secreta de los árboles" está entre los libros más vendidos. En él, el guarda forestal Peter Wohlleben describe árboles que tienen sensaciones, sentimientos e incluso recuerdos. Debido a ello no pocos le toman por un chalado esotérico. El biólogo celular e investigador de plantas Frantisek Baluska de la Universidad de Bonn no está de acuerdo, y respalda a Wohlleben en una entrevista.

Peter Wohlleben suele ser calificado de esotérico por sus críticos. ¿Qué dice un científico sobre su libro?

Creo que lo que allí se explica es correcto.

¿También la afirmación de que los árboles pueden hablar?

Yo lo habría dicho quizás de otra forma: Tienen la capacidad de comunicarse. Esta es quizás mejor que el verbo  "hablar" que se aproxima demasiado al ser humano.

¿También calificaría a los árboles de seres vivos?

Sí, lo son sin lugar a dudas: tienen sus propios problemas, capacidades para hacerlos frente, y se comunican entre ellos para resolver los problemas juntos.

¿Cómo se comunican los árboles entre sí?

Al respecto aún hay mucho que investigar. Este tema, en relación con el comportamiento de las plantas se acepta como tema de discusión científica tan sólo desde hace cinco o seis años. Anteriormente, los árboles no eran aceptados como seres vivos.

¿Qué debo imaginarme bajo el concepto Wood Wide Web?

Los árboles se comunican no sólo a través de mensajes aromáticos, sino también mediante hongos, que disponen de una red similar a los cables de fibra óptica que se extienden bajo el suelo. A través de su sistema de finas raíces, los árboles y las plantas pueden entrar en contacto con esos hongos Micorrícicos. A través de ellos varios árboles están unidos entre sí en una red. De esta manera se puede transmitir información de un árbol a otro. Esto se conoce también como "Wood-Wide-Web".

¿Qué distingue a los hongos Micorrícidos para que sean ellos los que se hacen cargo de esta importante tarea?

Los hongos micorrícidos (que realizan una simbiosis con las raíces de una planta) son hongos especiales del suelo, que dependen por completo de las plantas; es decir, sin las plantas este hongo no puede existir.


Frantisek Baluska, biólogo celular e investigador de plantas de la Universidad de Bonn


¿Espera el hongo una recompensa por sus servicios como agente transmisor de información?

Obtiene una solución de azúcar creada a partir de la fotosíntesis por los árboles y otras plantas. Las plantas se quedan con los minerales y el agua. Los hongos micorrícicos dependen por completo de las plantas que crecen más altas y los árboles como proveedores de la solución de azúcar.

Pero no se puede calificar de comunicación a este tipo de intercambio de nutrientes...

La ciencia se complica en exceso con este tema. Pero ya hay publicaciones en las que se confirma la comunicación dentro de esta red.

La comunicación es un acto social. ¿Tienen las plantas un comportamiento social? ¿Son seres sociales, y forman un sistema social?

No hay evidencia de esto. Pero tampoco se ha demostrado lo contrario. Aún queda mucho por investigar. Por mi parte, yo asumo que las plantas son seres vivos. Pero si ellos son seres vivos, tienen que tener también un comportamiento social.

¿Puede darnos un ejemplo de esa afirmación?

Tomemos por ejemplo los hongos micorrícidos. Cuando hay árboles jóvenes en un bosque muy denso, no reciben la luz y normalmente deberían morir. Pero si están conectados con los árboles más grandes, reciben el azúcar a través de los hongos micorrícidos y pueden seguir creciendo.

¿Tienen los árboles también memoria?

Tienen que tener recuerdos. De no tenerlos, tampoco podrían encontrar soluciones a problemas. Además también tienen que prevenir el futuro, y tener una idea de lo que les puede ocurrir en algún momento.

¿Y cómo se demuestra eso?

Lo que es seguro es que las plantas y los árboles se toman en serio los datos ambientales clave de manera continua. También guardan esos datos y gracias a ellos se preparan para cambios. Así se preparan, por ejemplo, a fuertes fluctuaciones de la temperatura.

¿Usted cree que sus reacciones a los cambios en el medio ambiente no son sólo reflejos?

No. Las plantas registran al menos 20 parámetros diferentes de su entorno, y probablemente aún más. Y son también capaces de combinar estos datos de alguna manera. A partir de ello toman decisiones. Como los parámetros están cambiando constantemente, las decisiones se deben tomar de nuevo, constantemente.

¿Qué cree usted que desencadena el cambio climático en la plantas?

Se adaptan a el. Pero aún no sabemos exactamente cómo.

Se sospecha que el cerebro de la planta se encuentra en la punta de sus raíces...

Sí, la punta de las raices es un dominio sensorial, donde no sólo se almacenan todos los parámetros importantes. También se encuentran allí soluciones a los problemas que hay que hacer frente. A partir de la información allí almacenada, la raíz decide por ejemplo si se mueve hacia arriba, abajo, derecha o izquierda para crecer. Después de todo, es más fácil crecer rodeando las zonas menos favorables para el crecimiento.

Usted también está investigando sobre todo la punta de las raíces...

Sí, queremos averiguar cómo reacciona la raíz al estrés, por ejemplo. Sienten estrés  en relación con la sal muy pronto y no crecen en suelo salado, sino que lo rodean.

¿Qué aceptación tiene este enfoque de investigación?

Hay muchos colegas que son todavía muy escépticos. Todavía domina un enfoque científico conservador, según el cual las plantas no se comunican entre sí y tampoco necesitan hacerlo. Y debido a que la distribución de fondos para la investigación está fundamentalmente en manos de la generación anterior, esto cambia lentamente.

En Suiza hay un Comité de Ética que discute sobre si se debe establecer una ética para el tratamiento digno de las plantas. ¿Qué le parece?

Que lo que hacen está bien. Dado que las plantas son seres vivos, han de ser tratadas como seres vivos y no como mercancías, que por desgracia es lo más habitual.


Este artículo ha sido publicado en el número 4 de la revista Prisma, que puede descargarse gratuitamente aquí.

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