Hong Kong: la decadencia al servicio del imperialismo
El uso de independentismo y anticomunismo por EEUU para desestabilizar a China, su principal competidor
por Rabioso
6 de abril de 2019
Manifestantes contrarios al gobierno han asaltado el parlamento local, tras imponerse por la fuerza a la policía. A pesar de ello, la prensa occidental tan solo condena la "brutalidad policial" y la "violación de los derechos humanos" de los "pacíficos manifestantes". Blanco y en botella: da igual cuando leas esto, o dónde tengan lugar estos hechos, lo que te están contando los medios de propaganda del capital es que en algún lugar del mundo tiene lugar un golpe de estado "blando" contra un gobierno que perjudica los intereses del imperialismo occidental.
En este caso le ha tocado a Hong Kong, el punto débil de China, casualmente cuando EEUU está llevando a cabo una guerra económica contra Pekín. Y, de nuevo, ahí están, luchando contra la policía: manifestantes vestidos de manera similar, con símbolos comunes, usando el anonimato de las redes sociales para organizarse evitando que se sepa quién está detrás, con eslóganes radicales pero sin denunciar el capitalismo y empleando la estrategia golpista de Gene Sharp: tras una fase inicial "no violenta", centrarse en ocupar lugares públicos, enfrentarse a la policía, apalear a ciudadanos que les critican, sabotear y/o destruir infraestructuras y negarse por completo a negociar. El objetivo es siempre el mismo: sembrar el caos para forzar al gobierno a usar la violencia, con la esperanza de que haya la mayor cantidad de víctimas posible. Y, si no se logra, ya se encargarán unos fantasmagóricos francotiradores de crear el número de mártires conveniente, como ocurrió en Venezuela o en Ucrania. Una vez logrado el número de muertos idóneo, occidente, que se encarga de financiar el caos a través de organizaciones creadas ex profeso para ello, como la NED (National Endowment of Democracy), derramará lágrimas de cocodrilo por las víctimas, que servirán de excusa para imponer sanciones y todo tipo de medidas para seguir desestabilizando al país, hasta lograr que tenga lugar el "regime change" (cambio de régimen) deseado.
Lo impresionante no es que funcione, ya que ha sido analizado y estudiado de manera concienzuda, sino que la izquierda siga cayendo en el engaño. Las "revoluciones de colores", que es como se llama este circo reaccionario, no son nada nuevo. Su funcionamiento al servicio de EEUU se conoce desde 2.000, cuando el funcionario de la NED Paul B. McCarthy explicó al New York Times con todo lujo de detalles cómo EEUU había organizado la revolución de colores que derribó el gobierno de Milósevic en Yugoslavia en 2.000 y, lo que es más importante, lo barato que había sido: menos de tres millones de dólares (1). Incluso si esto pasó desapercibido entre la izquierda, el papel creciente de los nacionalistas en los "golpes blandos" es público y notorio desde el golpe del Maidán en Ucrania, en el que las luchas contra la policía estaban encabezadas por grupos neonazis; y esto se ha convertido en habitual, como se ha visto en los recientes intentos golpistas en Nicaragua y Venezuela, donde hubo linchamientos y asesinatos de civiles. Y en esa dirección parece deslizarse Hong Kong, donde los opositores dan palizas a civiles que les llevan la contraria (2).
HONG KONG, ASCENSO Y CAIDA DE UN PARÁSITO
El común denominador de todas las "revoluciones de colores" es que se centran en el Talón de Aquiles de los contrincantes del imperialismo occidental, para aprovecharlo en su beneficio. Y Hong Kong es, sin duda, uno de los puntos débiles de China. Antaño una zona de pescadores, Hong Kong fue ocupado en concepto de "reparaciones" por el Imperio inglés tras las Guerras del Opio, mediante las cuales la corona británica consiguió sembrar el caos y la miseria en el coloso chino. A pesar de la victoria comunista en la Guerra Civil China tras la Segunda Guerra Mundial, Hong Kong siguió siendo una colonia británica, y Londres lo transformó en la puerta al exterior del comercio chino.
El HSBC (Hong Kong Shanghai Bank), es buen ejemplo del papel de Hong Kong expolio británico de las riquezas chinas: fundado a mediados del siglo XIX tras la derrota del ejército imperial chino para extraer los beneficios del tráfico de opio, a mediados del siglo XX pasó a dedicarse a acumular capital aprovechando el monopolio de facto de Hong Kong sobre las exportaciones chinas; hoy día es el mayor banco británico y uno de los mayores del mundo (3).
Durante la Guerra Fría, la economía de Hong Kong se basaba en una relación parasitaria sobre el resto de China, debido al paso obligado de buena parte de las exportaciones a través de la colonia británica. Pero, tras la integración de China en la economía global como pieza clave de la globalización y deslocalización neoliberal, esta situación dejó de tener sentido, y Londres aceptó devolver Hong Kong a China.
Tras perder su estatus privilegiado, la economía de Hong Kong se hundió en la insignificancia a partir de la década de los 90: si en 1994 el PIB de Hong Kong equivalía al 27% del de China, actualmente es tan solo una décima parte, un 2,7%; y, mientras en la década de los 90 el puerto de Hong Kong era el que más mercancías transportaba del mundo, actualmente ha sido relegado al séptimo puesto (4).
La decadencia de Hong Kong ha sido paralela al florecimiento y modernización de la economía China: de los 6 puertos del mundo con más tráfico de mercancías que Hong Kong, 5 son chinos. Hong Kong también ha perdido su papel a la cabeza de las ciudades chinas, y este año ha sido superado en peso económico por la vecina ciudad de Shenzhen (5), apodada "el Silicon Valley chino", donde tiene su cuartel general Huawei.
Y las perspectivas no son mejores. De hecho, Hong Kong representa económicamente justo lo contrario que la China actual: mientras la economía del resto del país ha aprovechado la acumulación de capital y know-how para crear sus propias empresas y desarrollar sus propios productos, en Hong Kong el capital acumulado acabó en los bolsillos de occidente, que no lo reinvirtió, por lo que la ciudad nunca superó su modelo de trabajo precario y mal pagado, en un paisaje de chabolismo vertical. Si Huawei simboliza el modelo de desarrollo del resto de China, el modelo de desarrollo de Hong Kong está representado por Kowloon, barrio con condiciones de vida peores que las famosas favelas de Brasil, controlado por la mafia y con una densidad de población 120 veces mayor que la de Nueva York, que fue derribado justo antes de que Hong Kong dejase de ser una colonia (6).
Con todos sus defectos, el modelo de desarrollo chino ha sacado de la pobreza a 700 millones de personas, mientras que los bajos salarios, altísimos precios de alquileres y comida, la pobreza y el trabajo precario son un factor clave de la economía de Hong Kong, que ha sido incapaz de crear empresas en los sectores de las nuevas tecnologías. Mientras en los 80 los rascacielos de Hong Kong y su pujante economía eran vistos como modelo de modernidad por el resto de China, hoy día es lo contrario: en la cercana ciudad de Shenzhen, el nivel de vida es superior (y más asequible) en todos los sentidos (7).
DEL ANTICOLONIALISMO AL INDEPENDENTISMO
Uno de los aspectos que más llama la atención de las protestas en Hong Kong es que son abiertamente anti-chinas, así como la nostalgia de los manifestantes de la época colonial británica, que igualan con prosperidad y democracia. Como hemos visto, la prospera economía de Hong Kong, aunque existente, era solo posible a costa de parasitar al resto de China al servicio de occidente, y se basaba en trabajo precario; en cuanto a la democracia, esta era inexistente: la colonia británica de Hong Kong estaba gobernada sin control parlamentario o democrático alguno; de hecho, las primeras elecciones en Hong Kong tuvieron lugar en 1998, tras reintegrarse a China (8).
En el pasado, la población rechazaba la colonización británica. Eso dio lugar a un levantamiento general en 1967, en plena Revolución Cultural en el resto de China, que fue reprimido brutalmente por las tropas de ocupación británicas con ayuda de grupos anticomunistas chinos (9) (tras aceptar Margaret Thatcher devolver Hong Kong a China en 1984, esos grupos desataron una campaña de atentados terroristas).
Aquí hay que tener en cuenta el papel de EEUU en Hong Kong, donde se situadas unas instalaciones inmensas de la CIA desde las que se dirigía sus actividades contra China; además, EEUU apoyaba a los grupos nacionalistas anticomunistas locales sin informar al gobierno inglés, provocando serios problemas para el gobierno colonial, como ocurrió en 1956, cuando grupos apoyados por EEUU desataron luchas callejeras por toda la ciudad al atacar a comunistas (10).
La extrema derecha tradicional de Hong Kong ha ido desapareciendo (11) y ha sido sustituida por el localismo o independentismo, fuertemente impregnado de xenofobia y supremacismo respecto a la población del resto de China. Este independentismo es heredero directo de la extrema derecha anticomunista de la Guerra Fría, como lo demuestran sus pintadas contra la Federación de Sindicatos de Hong Kong por haber apoyado las protestas anticoloniales de 1967, sus pintadas en monumentos en honor a los soldados víctimas de la invasión japonesa en 1931 o su uso de "Shina" para referirse a China, palabra despectiva cargada de racismo usada por los ocupantes japoneses (y también usan la Rana Pepe, símbolo de la extrema derecha alt-rigth) (12).
Este odio anti-chino, similar al de la extrema derecha ucraniana hacia los rusos, es sin duda el motivo por el que el gobierno de EEUU y los medios de comunicación occidentales apoyan abiertamente a los independentistas. Entre los ejemplos más destacados están Jimmy Lai, un oligarca nacido en la República Popular China que emigró a Hong Kong, donde se enriqueció en el sector textil (conocido por sus desastrosas condiciones laborales) y más tarde se convirtió en el rey del periodismo basura de masas de Hong Kong. Lai financia a la oposición anti-china, difunde en sus publicaciones propaganda xenófoba contra los habitantes del resto de China, y tiene estrechas relaciones con las élites de EEUU (13).
Otro ejemplo es Joshua Wong, presidente de Demosistō, partido independentista creado en 2016, presentado por la prensa occidental como el líder de las protestas; como Lai, Wong mantiene estrechas relaciones con EEUU, especialmente con 'halcones' como Marco Rubio, senador republicano por Florida (14).
INDEPENDENTISMO Y OLIGARQUÍA
El independentismo hongkongés es un fenómeno de reciente aparición, que creció de la noche a la mañana en 2012-2013 (15), precisamente cuando se preparaban las protestas que desembocarían en la "revolución de los paraguas" de 2014, ejemplo típico de "revolución de colores", que fue financiada por EEUU (16).
Es interesante el parecido entre las protestas de Hong Kong y el Procés catalán: ambas son regiones que se beneficiaron de una posición privilegiada frente al resto del país; al perderla por la desregulación neoliberal (aquí por la baja presión fiscal de Madrid, allí por el fín del monopolio sobre el comercio exterior chino), tanto en Hong Kong como en Cataluña se fomentó el odio hacia el resto de la población ("colonos"), con el apoyo de una "izquierda" independentista: en Cataluña, David Fernandez (CUP), con sus camisetas antifascistas, es amigo íntimo de la cúpula de CiU; en Hong Kong, Leung Kwok-hung, trotskista con pelo largo y camiseta del Che, ha sido financiado en secreto por el oligarca Lai.
Estos paralelismos demuestran lo útil que es el nacionalismo para la oligarquía, al permitir encauzar el descontento social debido a la creciente precariedad (17) contra un enemigo "exterior" (allí China, aquí España) para evitar que el descontento se dirija en contra suya. Y todo esto a sabiendas de que la independencia es imposible (18) o que, incluso si se alcanzase, no podría devolver a Hong Kong a su posición de parásito privilegiado.
En cuanto a EEUU, Washington sabe perfectamente que la única forma de frenar el ascenso de China es provocando divisiones en el seno de sus élites. Es por ello que, mientras financia las protestas (19), estrecha lazos con oligarcas "disidentes", como hizo en Ucrania con el sector de la oligarquía que temía ser engullido por los mucho más poderosos oligarcas rusos; es el mismo temor que tiene hoy la oligarquía de Hong Kong, y no es infundado: si en 1997 de las 10 mayores empresas de la bolsa de Hong Kong 8 eran locales, 1 china y la otra el HKSB británico, hoy 9 son chinas y la otra es el HKSB (20).
Consciente del efecto disolvente de estas luchas de poder, EEUU ha alistado para su cerco contra el gobierno chino a oligarcas como Guo Wengui, de Pekín (21), relacionado con Steve Bannon, el "Soros de derechas" que dice que hay que parar a China (22); oligarcas independentistas, como el hongkonés Jimmy Lai o Rebiya Kadeer, de Xinjiang, relacionada con la NED y el terrorismo yihadista (23); o líderes feudales independentistas, como el Dalai Lama. Pero el tiempo se acaba: el sistema financiero no aguantará mucho más la enorme deuda de EEUU.
NOTAS
(1) Roger Cohen (New York Times, 26.11.2000): Who really brought down Milosevic.
(2) Twitter/SCMP (15.09.2019): "A video going viral online shows a middle-aged man being beaten up by protesters this afternoon. He was later found lying injured at Gloucester Road. Paramedics treated him; he was conscious" (Enlace).
(3) Margaret Smithson (20.06.2018): HSBC Hong Kong Shanghai Bank and The Opium Wars of 19th Century China.
(4) South China Morning Post (14.02.2019): Hong Kong’s port business drops out of top five in world for first time as Asian rivals Shanghai, Singapore, Ningbo, Shenzhen, Guangzhou and Busan leave city in their wake.
(5) South China Morning Post (27.02.2019), Hong Kong economy surpassed by neighbour Shenzhen for first time in 2018 as China’s hi-tech hub soars.
(6) Europa Press (16.01.2018): Así era vivir en Kowloon, la ciudad sin ley con una densidad de población 120 veces mayor que la de Nueva York. Wikipedia, Ciudad amurallada de Kowloon.
(7) Glogalfromasia.com (25.06.2018): Should You Live in Hong Kong or Shenzhen, China?.
(8) Wikipedia, Elections in Hong Kong.
(9) Wikipedia, Hong Kong 1967 leftist riots. New York Times (16.09.2019), In 1967, Hong Kong's Protesters Were Communist Sympathizers.
(10) Londres reaccionó a la injerencia de EEUU dejando de mandar al exilio a Taiwan a los matones anticomunistas, y les condenó a largas penas de prisión. Priscilla Roberts, John M. Carroll (2017): Hong Kong in the Cold War, p. 41-42 (Enlace).
(11) Hong Kong Free Press (03.10.2017): Hong Kong-based anti-Communist magazines Cheng Ming and The Trend cease publication after 40 years.
(12) South China Morning Post (19.09.2019), PLA Hong Kong Garrison pays respect to fallen war heroes at Tai Po monument, which was vandalised amid protest crisis; twitter (17.08.2019); New York Times (19.08.2019): Hong Kong Protesters Love Pepe the Frog. No, They’re Not Alt-Right; Wikipedia, Sinophobia, y Shina (word).
(13) Wikipedia, Jimmy Lai; dimsumdaily.hk (09.07.2019), Jimmy Lai who allegedly funded the Occupy Central movement in 2014 meets US Vice President, Mike Pence and Michael R. Pompeo, US Secretary of State; The Standard (12.07.2019): Lai wants political bite from US.
(14) Wikipedia, Joshua Wong; South China Morning Post (19.11.2016): Watch out for Joshua Wong’s new-found friends in Washington; Nikkei Asian Review (14.09.2019): Hong Kong's Joshua Wong heads to Washington to seek US support.
(15) Ying-Ho Kwong (China Perspectives, No.2016/3): The Growth of “Localism” in Hong Kong; Idem (Contemporary Chinese Political Economy and Strategic Relations, Vol. 3, No. 2, July/Aug. 2017): Localism in Hong Kong: Its Origins, Development and Prospect; Samson Yuen, Sanho Chung (China Perspectives 2018/3): Explaining Localism in Post-handover Hong Kong: An Eventful Approach.
(16) Tony Cartalucci (01.10.2014), US Now Admits it is Funding "Occupy Central"; Idem (30.09.2014), US Openly Approves Hong Kong Chaos it Created; Idem (28.10.2014), US Covers Up Support for Hong Kong "Occupy Central"; Wikileaks (02.10.2014), US funded program for leader of Hong Kong protest movement "Occupy Central"; Jennifer Baker (Revolution News, 10.01.2014), US State Dept Funding and Occupy Central, the Ties that Bind.
(17) zerohedge.com (09.09.2019): Is Hong Kong's Outrageously Expensive Housing Fueling Civil Unrest?.
(18) Forbes (06.10.2019): Unlike Ukraine, The Hong Kong Protests Will Almost Certainly Fail.
(19) Dan Cohen (The Grayzone, 17.08.2019): Behind a made-for-TV Hong Kong protest narrative, Washington is backing nativism and mob violence; Tony Cartalucci (27.06.2019), US "Color Revolution" Struggles in Hong Kong; idem (25.08.2019), Hong Kong Crisis: Made in America; Global Times (18.08.2019), US foundation supporting HK riots shows ‘Americanization’ aims: observers. China Daily (17.08.2019): Who is behind Hong Kong protests?.
(20) Ver infográfico Mainland Influence, en Wall Street Journal (23.09.2016): An Era in Hong Kong Is Ending, Thanks to China’s Tight Embrace.
(21) Wikipedia, Guo Wengui; The Guardian (16.10.2017): Guo Wengui, the maverick Chinese billionaire who threatens to crash Xi's party.
(22) Yahoo News (14.05.2019), Steve Bannon, cheering trade war, hopes for government to fall — in China; The Nation (05.08.2019), Steve Bannon’s Foreign Policy Crusade Against China.
(23) Wikipedia, Rebiya Kadeer; China Daily (11.08.2008), Kadeer's US sponsor has ulterior motives; F. William Engdahl (11.07.2009), Washington is Playing a Deeper Game with China; Thierry Meyssan (19.02.2019): The CIA is using Turkey to pressure China.