La tercera dosis y la hipocresía de los "expertos"
Published on: jueves, 10 de febrero de 2022 //
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10 de febrero de 2022
“Lo que veis y lo que leéis, no es lo que pasa”
Donald Trump, en el documental “Fahrenheit 11/9"
Una cosa es lo que los medios de comunicación te dicen que está sucediendo y otra muy distinta lo que realmente sucede.
Y sucede que la campaña de vacunación de la tercera dosis ha sido dada por concluida. Aunque, como no pueden explicitarlo, aparentan que aún permanece vigente. Alguno de los indicios de que la tercera dosis ha finalizado son los siguientes:
1º.- Desde hace unos días, los medios de comunicación ya no alientan a inocularse esta dosis llamada de “refuerzo”. Si prestáis atención, casi no hablan de ella, ni de sus bondades ni de la imperiosa necesidad de que todos se la inoculen.
Supone un extraordinario contraste con la gran campaña mediática desplegada hasta hace la fecha, en la que todos los medios, todos los días y a todas las horas del día han hecho un espectacular despliegue en torno al lema de “Vacunar, vacunar y vacunar”, lema que ahora brilla por su ausencia.
2º.- La afirmación de la EMA hace escasas fechas, en las que advertía que las dosis de refuerzo podían debilitar el sistema inmune fue un claro punto de inflexión y un mensaje implícito respecto a la tercera y sucesivas dosis, máxime si son inyectadas de manera tan continuada en el tiempo. En el mismo sentido, tampoco la OMS ni la AEMPS parecen mostrar excesivo entusiasmo con esta tercera dosis.
3º.- Los "expertos mediáticos" merecen un capítulo especial. Durante prolongado tiempo han defendido e incentivado la inoculación de la tercera dosis para todos los ciudadanos sin excepción, de manera insistente, vehemente e incluso agresiva.
Sin embargo, cuando les ha llegado el turno de vacunación (y en función de las nuevas informaciones que manejaban como la de la EMA) han modificado radicalmente su postura, al extremo de afirmar que no eran partidarios de su inoculación y que, en todo caso, habría que “personalizar”.
Han llegado a afirmar que ellos mismos no se la iban a inyectar y, para justificar este sorprendente cambio, han pretextado los dos siguientes “mantras”:
a) En principio que era más necesario que las terceras dosis fueran a parar a países del continente africano u otros con baja tasa de vacunación porque era más importante que se pusiesen allí la primera que inocular aquí la tercera. Como la excusa era francamente mala, han introducido un segundo “mantra”.
b) Resulta que estos “mediáticos expertos” (como, por ejemplo, el profesor con cátedra de Inmunología que nunca ha tratado un paciente) han esgrimido que se habían contagiado de Ómicron y que resultaba contraproducente inyectarse la tercera dosis. No se han infectado oficialmente mediante una prueba hospitalaria sino que han alegado un test de antígenos positivo hecho en su domicilio.
En este sentido, su credibilidad es mínima porque son los mismos que aseguraron que las vacunas eran totalmente seguras, que prevenían la infección en un 95% y que la “inmunidad de grupo” se alcanzaba una vez vacunado el 70% de la población, entre otras afirmaciones que han resultado inciertas.
Pero supongamos que se han infectado con Ómicron aunque no conste oficialmente en su Pasaporte Covid y que no quieren vacunarse con la tercera dosis. Pues bien, su comportamiento es justamente el opuesto a su discurso anterior, en el que han promovido, alentado, incentivado y presionado a todos los ciudadanos a ponerse esta “dosis de refuerzo” ( se hubiesen o no contagiado). Por tanto, esta gravísima contradicción, que ha puesto en riesgo la salud de infinidad de ciudadanos, tiene una clara relevancia penal.
4º.- Pero sigamos con estos “expertos televisivos” que han marcado la hoja de ruta de la vacunación y, además, se han lucrado convenientemente promoviendo insistentemente la vacuna.
Estos pseudoexpertos son unos auténticos NEGACIONISTAS, ANTI-VACUNAS y FASCISTAS, que han puesto en serio riesgo la salud de la ciudadanía en general. No se trata de una apreciación subjetiva sino de una constatación objetiva fundada en sus propias y reiteradas declaraciones.
Porque estas nuevas “estrellas televisivas” han calificado durante largo tiempo de anti-vacunas, insolidarios y peligrosos negacionistas a todas las personas que ( por múltiples y variadas razones como por ejemplo alergias o padecer determinadas patologías o reacciones adversas a pasadas vacunas, etc) no han procedido a vacunarse, poniendo así ( según su versión) en riesgo la salud de los vacunados e impidiendo el fin de la pandemia.
Pues bien, siguiendo ahora su mismo argumento, estos “adictos a las cámaras de televisión” deben ser considerados, a nivel oficial, como personas NO VACUNADAS, puesto que no pueden homologar su certificado según establece la normativa europea. Por tanto, al no haberse inoculado la tercera dosis tienen idéntica condición que cualquier no vacunado y, siguiendo su propio criterio, pasan a ser los nuevos y peligrosos anti-vacunas.
5º.- Dado que la situación se tornaba escandalosa porque el riesgo potencial de la tercera dosis superaría ampliamente el beneficio ( en caso de que aportase alguno) el Gobierno español de manera camuflada ha validado esta hipótesis porque ha retrasado de 4 semanas a 5 meses la inoculación de la tercera dosis, siempre y cuando se acredite fehacientemente y de manera hospitalaria haber padecido Ómicron.
Pero este no es el caso de estos expertos televisivos (ni el de otros muchos defensores a ultranza de las vacunas y de la versión oficial) puesto que todos se están apuntando al “mantra” de tener un test de antígenos positivo hecho en casa. Esta excusa no valida el Certificado Covid y, por tanto, son a efectos legales personas no vacunadas, negacionistas y anti-vacunas como así habían calificado ellos mismos a los que no se habían vacunado hasta la fecha.
6º.- Dada esta surrealista situación, donde los más fervientes oficialistas se han convertido en nuevos y peligrosos anti-vacunas, ya adelanto en primicia mundial que en breve ( en una o dos semanas) se dará un nuevo giro de tuerca al relato oficial y se validará como vacunado a todo aquel que pretexte haber dado positivo en un test de antígenos en casa ( incluso a nivel europeo) aunque no se pueda acreditar absolutamente nada (personalmente, yo alegaría que me contagio Cindy Crawford una noche en mi dormitorio)
¿Y sabéis lo más alucinante de todo esto? Que a todos estos “oficialistas” que no se ponen la tercera dosis les importa un bledo el bienestar de la ciudadanía y haber caído en la grave contradicción de hacer lo contrario de lo que alentaban. Únicamente piensan en su propio interés y lo que realmente les “jode” es que sin Pasaporte Covid no pueden irse de vacaciones (con el dinero televisivamente ganado) en Semana Santa al extranjero porque, oficialmente, no tienen homologado el pasaporte.
Dijo el insigne catedrático que no quería ponerse la vacuna pero que, ni no podía viajar, entonces no tendría más remedio que inocularse, en una clara prueba de que los que nos han estado “guiando”, instando e incitando a vacunarnos no solo no son expertos sino que presentan un grave déficit de inteligencia.
7º.- Por último, daré otra primicia a nivel mundial. Cuando pasen los 5 meses, tampoco ninguno de estos pro-vacunas se inoculará la tercera. Ni estos ni nadie, porque cuando llegue la fecha estaremos en otro contexto totalmente distinto, con otras vacunas o medicamentos, otras variantes y una situación que nada tiene que ver con la actual.
La solución de los 5 meses solo constituye un pretexto para quitarse de encima la tercera dosis . Es como si tienes el balón o la vacuna en la mano y no tienes ni idea de lo que hacer. Entonces le das una patada hacia delante al balón o la vacuna y la mandas 5 meses más lejos (o 20 si hiciese falta) y, de esta manera, has conseguido que la tercera dosis ya no se la ponga prácticamente nadie.
Por tanto, aunque oficialmente no se puede decir porque se armaría un escándalo de dimensiones mayúsculas, extraoficialmente y a efectos reales, la campaña de vacunación de la tercera dosis ha sido dada por finalizada. Bastará, para los que aún no se la han puesto, alegar que han dado positivo en un test de antígenos o cualquier excusa similar como haber sido infectado por Cindy Crawford o Brad Pitt según el gusto (hasta el Rey Felipe ya han salido rápidamente a decir que se han infectado con Ómicron).