Datos biográficos de Francisco Baticón Palenzuela
por Francisco Baticón Aguilar
Nació en 1928 en el Camerino de San Martín. Su madre Maria y su padre Eleuterio. Allí vivió una infancia, hasta los 8 años, más o menos normal. Jugando en la calle y siendo un niño feliz y querido hasta que en 1936 empieza la mal llamada Guerra Civil, es decir la sublevación de parte del ejercito contra el régimen legal de la República.
En 1937 su padre enfermó de tuberculosis y muere. Su madre queda viuda con cuatro hijos en unos momentos en que el país esta en guerra sin medios de subsistencia y a merced de los criminales falangistas que se paseaban por la ciudad como si fueran los amos y señores con derecho a todo.
Paso la guerra y en pleno periodo del hambre que siguió, su hermana mayor, Rufina, murió también de tuberculosis (enfermedad muy común entre el pueblo debido a las condiciones precarias en las que vivían), y su otra hermana, Mari Luz, se metió en un convento para poder subsistir y no seguir su suerte.
Los dos chicos, Paco y su Hermano Jose, con mas posibilidades en una sociedad necesitada de hombres por la cantidad de ellos que habían muerto en la guerra o se encontraban presos o exiliados, se pusieron a trabajar.
Su hermano Jose entró a trabajar en la Renfe de aprendiz, y Paco, a través de un vecino que tenia contactos entro de mozo en la librería Lara.
Es aquí donde empieza a tener contacto con los libros y con los que los escribían y leían.
De la Librería Lara pasó en pocos años a trabajar en la imprenta Gerper, cuyo dueño, Perdiguero, era uno de los señoritos fascistas del momento.
En la imprenta aprendió el oficio de impresor y empezó a nacer su conciencia social y sus contactos con los pocos que quedaban del sentimiento y las ideas libertarias.
Las imprentas eran un refugio para los resistentes, para aquellos que se habían librado de la muerte, la cárcel o el exilio.
En esos años finales de los cuarenta y principio de los cincuenta, conoció a Martín, un hombre unos años mayor que él y ya con una conciencia libertaria formada que le introdujo en las ideas anarquistas.
Ellos dos y un pequeño grupo de cuatro o cinco hombres más, formaron lo que para ellos era la continuación del sindicato CNT en Valladolid que disfrazaron de asociación cultural para pasar inadvertidos para el régimen fascista de Franco.
Asociación Luis Vives se llamaron. Nombre que para los que tenían encomendado, dentro de la policía, controlar cualquier indicio de asociacionismo contrario al régimen no significaba nada más haya de un personaje nacido hacia 500 años. Pero para ellos, sin embargo lo significaba todo. Luis Vives nacido en 1492 era un profesor universitario valenciano, humanista y filosofo, perteneciente a una familia judía que para evitar ser expulsados se convirtieron al cristianismo aunque clandestinamente siguieron practicando el judaísmo. De alguna manera ellos hacían lo mismo.
Bajo la apariencia de asociación cultural se reunían en la plaza del Rosarillo, en casa de Martín, hablaban de anarquismo y se intercambiaban libros que se habían conseguido salvar de la purga. Libros de filosofía anarquista de Kropotkin y Bakunin. Novelas de Zola, de Hernandez Cata o Federico Urales (padre de Federica Montseny), o libros de ciencia, como los del geógrafo anarquista Eliseo Reclus.
Todos eran trabajadores, Joaquin albañil, Adalia electricista, Martín trabajador de Tafisa, Teodoro también trabajador en una fabrica y albino para más señas, Paco impresor. No eran intelectuales, eran cultos, muy cultos pero autodidactas y sobre todo trabajadores y por eso se consideraban a sí mismos, y lo eran, Sindicalistas, Anarcosindicalistas. Les interesaba el bienestar de los trabajadores y hacían fundamentalmente un trabajo sindical allí donde trabajaban individual y colectivamente, pero también transmitían las ideas anarquistas, no a la tiranía y la explotación, no al Estado como representante máximo de esa tiranía y explotación. Sí a la Acción Directa, a la Asamblea como órgano colectivo de decisión y a la libertad.
Tenían también contacto con el exilio en Francia de donde les venían libros, textos y noticias de la resistencia en general y anarcosindicalista en particular contra el régimen.
Pero eran tiempos muy difíciles para la resistencia en general y para la anarcosindicalista más todavía, y sobre todo para la que se hacia dentro de España, y haciendo esto se visibilizaban, empezaban a ser conocidos por la policía del régimen franquista y, aunque eran pocos y tomaban precauciones, el peligro de ser detectados y detenidos era cada vez más grande.
Los acontecimiento se precipitaron y las detenciones eran inminentes. Ante esta situación Paco tomo una decisión, tenia familia, dos hijos, compañera y a su madre. Y aunque Milagros trabajaba, dependían de el en gran parte. No podía arriesgarse a ser detenido y dejar a su familia en una situación muy precaria. Incluso, aunque Milagros no participaba de las actividades del grupo, también podía ser acusada y detenida.
Así que, aun con algunas débiles criticas internas, tomo el camino del exilio con Milagros su compañera, dejando en España a sus hijos de 5 y 6 años al cuidado de su madre Maria. Era el año 1960 cuando se fueron a Alemania.
Efectivamente los temores de Paco desgraciadamente se hicieron realidad y unos meses más tarde se produjeron las detenciones. Dos de los compañeros del grupo Luis Vives, Teodoro y Joaquín, fueron detenidos y acusados de asociación ilícita por los tribunales de orden público del régimen. Fueron condenados y estuvieron presos dos años. Un tercero, Martín, a punto también de ser detenido marcho para Alemania, siendo acogido por Paco que llevaba allí ya un año.
La vida no fue fácil en Alemania. Casi siete años duró este exilio y durante los dos primeros años trabajaron, tanto el como Milagros, en una Fabrica de Leche y sus derivados, residiendo en una vivienda mínima que les facilitaba la propia empresa; esto suponía una gran dependencia de la empresa, si dejaban la empresa perdían la vivienda, y en aquellos momento existían una gran escasez de viviendas en Alemania, que no hacia mucho que había salido de una guerra terrible.
Después de un año y ya mínimamente establecidos decidieron llevarse a sus dos hijos y a Maria, madre de Paco, y a partir del tercer año consiguieron trabajo en sus respectivas profesiones, Paco en una imprenta y Milagros en un taller de costura, cambiando de ciudad y de casa.
Al margen de algún episodio de rechazo fascista hacia los emigrantes españoles que sufrieron en la empresa y que en una ocasión le obligaron a cambiar de imprenta, el pueblo aleman y sobre todo los sindicatos alemanes acogieron bien a los inmigrantes españoles y les ayudaron todo lo que pudieron.
Siempre mantuvo el contacto con los compañeros de España a través de cartas y de visitas relámpago que se realizaban siempre por algún motivo familiar y siempre con el miedo de ser detenido.
Durante su estancia en Alemania nunca cejo en su empeño de transmitir y poner en practica las ideas anarcosindicalistas del cooperativismo como forma de superar el sistema capitalista de producción. Consiguió formar un pequeño grupo de españoles a los que convenció para formar un cooperativa agrícola que les permitiera regresar a España y seguir adelante en su pelea contra el sistema, manteniendo una vida digna y coherente con sus ideas.
El proyecto sigue adelante, hicieron un fondo económico común para llevarlo a cabo, compraron tierra en Aragón e iniciaron los tramites para ponerla en marcha.
El tema estaba tan avanzado que Paco busco un colegio interno para su hijo pequeño lo mas cerca posible del lugar donde tenían previsto poner en marcha la cooperativa. Encontraron un colegio en Lérida y mandaron allí a su hijo.
Desgraciadamente, el proyecto no pudo llevarse a cabo, todo se vino abajo, lo que supuso para Paco una gran decepción y que su hijo pequeño no volviera a casa hasta cuatro años después, cuando toda la familia se volvió a reunir en España definitivamente.
Ya con la idea de volver a España no dejo nunca de intentar una cooperativa de imprenta ya en Valladolid, donde estaban ya sus hijos y madre. A pesar de sus esfuerzos no lo consiguió hasta bastantes años más tarde.
En el verano del 67 volvieron a España definitivamente. Los compañeros habían salido de la cárcel y la policía político-social del régimen estaba volcada en su lucha contra el movimiento comunista del PCE y su sindicato afín, CCOO. El anarcosindicalismo no representaba un problema para ellos, eran muy pocos y aislados y, aunque mantuvieron el contacto, no volvieron a tener, como colectivo, ninguna capacidad organizativa ni de movilización obrera.
Paco debido a su aprendizaje en Alemania de las nuevas técnicas de impresión que empezaban a introducirse en España, encontró trabajo rápidamente en la imprenta más importante de Valladolid, Graficas Miñón.
En estas circunstancias sigue luchando. Su lucha consistía en seguir transmitiendo las ideas anarquistas a los jóvenes que le rodeaban y a apoyar y casi siempre liderar las reivindicaciones de los trabajadores de mejora de salarios y condiciones de trabajo en su empresa.
A partir de los años setenta las luchas obreras se intensificaron con los últimos coletazos de la dictadura y Paco mantenía un trabajo intenso de extensión de las ideas anarcosindicalistas. Dentro de su empresa y a pesar de que ya existían obreros organizados en torno fundamentalmente a CCOO, consigue que fuera en la Asamblea de Trabajadores donde se tomaran las decisiones sobre las reivindicaciones laborales y que tipo de movilizaciones se deberían hacer para conseguirlas, y ademas que fueran los representantes de la asamblea los que negociaran las condiciones de trabajo y los salarios dando cuentas constantes a la Asamblea de trabajadores.
Fueron años de un trabajo sindical intenso donde las posibilidades de despido siempre estuvieron presentes.
Al mismo tiempo nunca abandono el trabajo pedagógico y de transmisión de las ideas Anarcosindicalistas, de la lucha contra el Capital y la explotación, transmitiendo a las nuevas generaciones esas inquietudes y formando un núcleo de jóvenes fundamentalmente que acabaría germinando en el resurgimiento de la CNT de Valladolid y la puesta en marcha de experiencias sociales cooperativistas muy importantes.
Con la llegada de la llamada democracia burguesa y la legalización de los partidos políticos y las organizaciones sindicales a partir de 1976 la CNT es nuevamente legalizada. En Valladolid se reorganiza el sindicato y se alquila el local en la Calle Real de Burgos. Son momentos confusos y en el entorno de la CNT se juntan todo tipo de tendencia anarquistas que generan luchas internas por monopolizar el sindicato y que en último extremo son las responsables de que este no consiguiera una implantación real entre los trabajadores.
Por un lado estaban los que promovían las ideas netamente anarcosindicalistas, que defendían que la organización era un sindicato, y que su trabajo principal estaba en las fabricas reivindicando mejoras en las condiciones de trabajo y salario con métodos asamblearios y colectivistas, y que preconizaba a largo plazo una sociedad sin clases y sin Estado.
Por otro los que planteaban que la CNT debería ser un movimiento puramente anarquista y revolucionario que incluía la utilización de la violencia, que promoviera acciones que nos llevaran cuanto antes a la revolución que suponía esa sociedad sin clases y sin Estado.
Y por otro los que creían que la CNT se incorporara con el resto de sindicatos en las estructuras institucionales del estado formando parte del Estado.
En este sentido la CNT sufrió desgarros profundos que la debilitaron. Varios compañeros fueron detenidos con acusaciones graves de actos violentos e incluso armados, y por otro la escisión del sindicato con el surgimiento de la CGT.
Paco siempre se situó en la primera posición, intentado mantener las esencias anarcosindicalistas e intentado que la CNT se volcara en el trabajo sindical en las fabricas, sin caer nunca en la tentación del conchabeo con los empresarios o el Estado. Desarrollo un trabajo intenso sindical en su empresa Macrolibros, donde trabajó hasta que se jubiló en 1979, y a la vez promovió experiencias colectivistas que pusieran en practica sus ideas de organización anarquista de la sociedad.
Una se esas experiencia fue el nacimiento de Graficas GERMINAL.
El surgimiento de esta cooperativa de trabajadores significó la puesta en marcha de lo que Paco llevaba intentado desde su exilio en Alemania. La creación de una cooperativa de trabajadores anarquistas dispuestos a poner en practica sus ideas de superación de los métodos capitalistas de producción.
Paco, no solo buscó, encontró y formó ideológicamente a los primeros jóvenes de la cooperativa, también buscó y encontró la maquinaria necesaria y enseñó el oficio a estos jóvenes. Siempre contaron con el apoyo de la CNT de Valladolid y Nacional. La empresa logró ser muy importante dentro del mundo de la impresión con la incorporación de nuevos cooperativistas y nueva maquinaria. Se mantuvo fiel a las ideas anarcosindicalistas durante mucho tiempo, y aunque sigue siendo una cooperativa de trabajadores, perdió sus esencias anarquistas y es el momento en el que Paco se aleja de ella.
El otro experimento del que es también protagonista, aunque en este caso solo a nivel ideológico, es la creación de los talleres Maxi. Cooperativa que se forma sobre la base de un pequeño taller que tenia Maxi desde 1969 al que se incorporan 7 trabajadores despedidos por las huelgas de La Sava, entre los que se encuentran Goyo Baticón, alma de este experimento y primo carnal de Paco. Talleres Maxi ha llegado a ser unos de las medianas empresas del metal más importantes del país y, aunque se ha perdido gran parte de la ideología anarquista en ella a raíz de la jubilación o muerte de los que la iniciaron, sigue siendo una cooperativa.
Mantener siempre esta posición de lealtad a las ideas anarcosindidalistas le costó no pocos enfrentamientos en el sindicato y finalmente su alejamiento de él. Son los tiempos de la sede en la Plaza mayor y posteriormente en Pilarica.
Paralelamente a su lucha sindical y la puesta en marcha de las experiencias colectivistas, dedica también su tiempo a la puesta en marcha de lo que para el era uno de los principios básicos del anarcosindicalismo, que es acercar al pueblo la cultura que le permitiera tomar conciencia de clase. Para ello colaboró intensamente con otros compañeros en la formación de varios Ateneos.
El “Ateneo Republicano” que posteriormente abandono por su defensa a ultranza de los valores anarcosindicalistas, que le llevaban a enfrentarse a todos aquellos que se alejaran de ellos, formando otro Ateneo llamado “Asamblea Republicana” y el Ateneo Gregorio Baticón llamado así en honor a Goyo, miembro destacado de la CNT y fundador de Talleres Maxi muerto recientemente.
Ateneos qué dedicaban su actividad a la extensión de las ideas republicanas y anarquistas y a la planificación de diversas actividades culturales en tono a la literatura, el cine y la cultura en general.
Un poco defraudado y ya muy mayor se fue alejando de la primera linea de las organizaciones. Seguía relacionándose con las personas con las que él consideraba siempre fieles a sus ideas y con las que al mismo tiempo conservaba una intensa amistad.
Sus últimos años no fueron buenos. Su cabeza privilegiada se fue deteriorando y fue perdiendo el sentido de la realidad, olvidando su pasado y no reconociendo su presente.
Fue cuidado hasta sus últimos momentos por su compañera de vida Milagros, que siempre estuvo a su lado apoyando su lucha desde una posición anónima y que desgraciadamente esta sociedad es incapaz de reconocer en su caso y en el de miles de mujeres sin las cuales la pelea de estos hombres por mejorar esta sociedad no se habría podido realizar.
También algunos de sus amigos y compañeros estuvieron con él hasta el final.
Paco murió en Portillo el 10 de abril de 2021, tenia 91 años y en él se puede reconocer a uno de esos hombres que Bertolt Brecht llamaba imprescindibles por haber luchado toda la vida.