-

Noticias Amor y Rabia

En defensa de la pornografía

Published on: jueves, 28 de abril de 2022 // ,


por Kyle Reed

Si te preguntara cuáles son los sitios web más vistos del mundo, me imagino que adivinarías lo obvio: Google, Facebook o YouTube. Tendrías razón. Todos están entre los cinco primeros. Pero algunos otros sitios extremadamente populares como Amazon, Netflix, Reddit y medios de comunicación como CNN no están entre los cinco primeros, ni entre los diez primeros. Pero XVideos y PornHub sí lo están (1). Tienen los puestos 9 y 10, respectivamente. Sí, los servicios de transmisión de pornografía que transmiten “Triple X Big Tit Rubdown” superan a Netflix y Amazon en el tráfico web. Asúmelo. Para tratar de frenar su influencia, recientemente se ha propuesto y aprobado una legislación en todo el mundo dirigida a la distribución masiva de pornografía en línea. En 2017, el Reino Unido aprobó la Ley de Economía Digital (Digital Economy Act), que requiere que los usuarios de la web proporcionen sus licencias de conducir o pasaporte antes de acceder a sitios web pornográficos para 2019. En China, la pornografía en la red está completamente prohibida desde 1997 (2). Incluso aquellos que son muy liberales sobre el tema temen los daños que puede causar a nuestra impresionable juventud. Sin embargo, la influencia de la pornografía en nosotros no es una situación en blanco o negro. Es un reflejo de nosotros mismos, de nuestra cultura y de cómo abordamos el tema del sexo. Para comprender realmente el problema, debemos darnos cuenta de que la pornografía no nos está influyendo a nosotros, sino que nosotros estamos influyendo en la pornografía.

La primera película pornográfica se publicó en 1896 (3) y, desde entonces, hemos estado debatiendo todas las formas en que va a destruir nuestra civilización. Es algo universal, y la histeria colectiva siempre ha sido parte de nuestra psicología humana colectiva. Recordemos, como ejemplos, el pánico hacia el satanismo de la década de los 80, la guerra contra las drogas y los juicios de las brujas de Salem. El comunismo incluso asustó tanto a la gente que el “Miedo rojo” (Red Scare) volvió dos veces como un mal ex. La paranoia en torno a la influencia de la pornografía no es muy diferente. Políticos, líderes religiosos y activistas hablan por igual de cómo la pornografía está arruinando a nuestras familias y enviándonos a todos al infierno, pero es una realidad mucho más diferente cuando miras fuera de la cámara de eco anti-pornografía (la cámara de eco es un fenómeno de comunicación donde las personas escuchan solo lo que les es afín, lo que quieren, lo que les gusta, AyR).




El miedo en torno a la pornografía se impulsa habitualmente por la idea de un mayor comportamiento promiscuo, más violencia y una visión del mundo sexual impulsada por la fantasía. Múltiples estudios han demostrado (4), sin embargo, que no es así. Así como sabemos que los videojuegos no inspiran a las personas sanas a cometer un delito (5), la idea de que las personas sean más propensas a actuar si les permites fantasear o jugar a fingir no está respaldada por la realidad. Esto no quiere decir que no afecte a aquellos que ya están perturbados, porque puede hacerlo. Pero para el público en general, la fantasía generalmente se entiende como lo que es: algo no real. Sin embargo, la pornografía tiene un problema con la cosificación y la normalización del acto de degradar a las mujeres, pero este es un tema aparte que abordaremos más adelante. Se puede hacer alguna correlación, pero no tanta como te imaginas. La mayoría de nuestras preocupaciones sobre el comportamiento son meras supersticiones.

Los activistas contra la pornografía a menudo señalan a los asesinos en serie como Ted Bundy, quien dijo que la pornografía violenta era una de sus fuentes de inspiración (6). Es fundamental poner énfasis en “señalar” porque eso es todo lo que está sucediendo en este argumento: señalar con el dedo a nivel superficial. Estas afirmaciones son una forma rápida y económica de abordar el problema más grande, incómodo y complejo de la salud mental. Creo firmemente que la mala crianza, la falta de recursos de salud mental y una cultura de silencio en torno a las luchas personales es el factor principal que contribuye a la mayoría de los problemas psicológicos, si no a todos. Es fácil decir que personas como Ted Bundy vieron pornografía violenta, se inspiraron y luego actuaron en consecuencia. Pero no haber visto “Cougar Sightings 5” no le habría impedido matar. Era un hombre mentalmente perturbado que creció en una sociedad que constantemente destacaba a los hombres para que sean el alfa. Para alguien como Bundy, ver mujeres dominadas fue parte directa de sus viajes de poder impulsados ​​por el ego. La pornografía violenta, las películas de terror y los videojuegos pueden haberle dado más ganas de ser violento, pero no haberlos tenido no habría evitado nada a largo plazo. El deseo de dominar y controlar a alguien no es culpa de la pornografía. Es culpa de nuestra sociedad. Nos degradamos unos a otros en una escala demasiado amplia para culpar a un solo culpable de los delitos sexuales violentos.

En el mundo de hoy, “ser dueño” de alguien se considera la única forma de tener éxito. Tienes que ser un maestro en “tomarte las libertades” para ganar influencia en los ámbitos derechistas de nuestra política. Atrofiar a los que te odian, devolver los golpes y causar grandes daños a todos aquellos que te hicieron daño es donde está el dinero en cada artículo viral de BuzzFeed. Incluso frases más sutiles como “¡se lo dejaste claro!” es un gran eslogan cuando alguien gana un premio o consigue un buen trabajo. Para un narcisista, sexista o psicópata, dar un paso más en su vida sexual es demasiado común. Tomemos como ejemplo al 45º presidente de los Estados Unidos, al que se ha intentado inhabilitar dos veces: “Ni siquiera espero. Y cuando eres una estrella, te dejan hacerlo. Puedes hacer cualquier cosa. ... Agárralas por el coño. Puedes hacer cualquier cosa”. Dudo mucho que la pornografía haya jugado algún papel en esa declaración. Donde la pornografía falla es al permitir que las fantasías agresivas y sexistas sean filtradas en su industria.




La industria del sexo prospera jugando con nuestras fantasías más profundas, pero también tratando de llevar nuestras fantasías al extremo. Cuanto más impactante, más extrema y más dramática puede llegar a ser una película porno, más atención atrae. También existe el aspecto de minorías silenciosas pero ruidosas de hombres retorcidos que buscan pornografía fetichista extrema. Para las estrellas o compañías pornográficas, ver cientos de solicitudes de videos de fantasía de violación (7) indica que existe una demanda de ese género. Ceden y se inclinan para atraer a esa audiencia. Pero no representan a la mayoría de los espectadores, al igual que la extrema izquierda no representa a la mayoría de los millennials o liberales en Twitter. Los espectadores que de otro modo no buscarían pornografía violenta ven estos videos como normales y los aceptan como “simplemente otro género”. Esto es culpa de la codicia y la moral débil en nombre de la industria del porno, no es una representación precisa de la pornografía en su conjunto. Al normalizar los problemas desagradables de unos pocos, pusimos en riesgo a los espectadores fácilmente influenciables que, de otro modo, no serían violentos. Pero nuevamente, debemos recordar que este es un tema psicológico y sociológico. Stormy Daniels no te obliga a ver este contenido (Stormy Daniels es una estrella de striptease de EEUU, AyR).

Finalmente, está el antiguo argumento de que la pornografía establece expectativas poco realistas. Parece ser el tema de conversación más utilizado, y una vez más, esto es culpa de una audiencia tonta y engañada. Si crees que la pornografía es un reflejo realista del sexo, probablemente no seas el más listo del barrio. Es la misma mentalidad que tienen las personas cuando creen que de repente que son un G.I. Joe tras comprar una ametralladora. El hecho de que los chicos y chicas geniales de las películas lo hagan no significa que tú puedas. Podemos hacer que las personas sean más conscientes de este punto ciego en su visión del mundo mediante una mejor educación sexual en las escuelas, impulsando una narrativa más abierta y positiva sobre el sexo y alentando a los padres a tener una comunicación más sólida con sus hijos; todo eso está demostrado (8) que ayuda a prevenir las imprudencias sexuales. Pero todo esto no impedirá que, en algún momento, alguien nos amargará el día.

Si bien atacar la pornografía parece ser cada vez más popular en ambos lados del espectro ideológico, sigo sintiéndome cada vez más confundido. Hay espacio para el consenso bipartidista en torno al tema. El verdadero liberalismo debe centrarse en la libertad individual, la igualdad de derechos y el trato mutuo con dignidad y respeto. El conservadurismo, por otro lado, se enfoca en los mercados libres y en mantener el gobierno pequeño. Una industria de la pornografía libre y justa se alinea con ambas ideologías. Sin embargo, la industria de la pornografía también tiene que respetar la decencia humana fundamental; y está en nuestras manos hacerlos responsables. Debemos cambiar la narrativa social en torno al sexo. Sin un despertar colectivo en torno a nuestras fantasías sexuales, la pornografía seguirá siendo más impactante, más extravagante y más peligrosa para los más impresionables. La pornografía no es la droga de iniciación que esos temen, sino una imagen reflejada de nuestra sociedad corrupta, rota y socialmente dañada.


NOTAS


(1) Dorothy Neufeld y Joyce Ma (Visual Capitalist, 27.01.2021): The 50 Most Visited Websites in the World.

(2) Christopher Beam (Slate, 24.06.2009): They Know It When They See It

(3) Quora.com (2020): What was the first porn movie ever and who has acted in it?.

(4) UTSA (05.08.2020): Study: Pornography does not cause violent sex crimes.

(5) The Guardian (22.07.2020): Playing video games doesn't lead to violent behaviour, study shows.

(6) Chicago Tribune (24.01.1989): Bundy blames Pornography.

(7) The Guardian (29.07.2017): Jon Ronson on bespoke porn: ‘Nothing is too weird. We consider all requests’.

(8) B. Barnett (National Library of Medicine, primavera 1997): Education protects Health, delays Sex.


Este texto es parte de un dossier en defensa de la pornografía publicado en el número 53 de la revista Desde el Confinamiento, que puede descargarse gratuitamente aquí. Una introducción puede leerse aquí.



ECONOMÍA