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Noticias Amor y Rabia

La Asociación Luis Vives y la clandestinidad anarquista en Valladolid

Published on: domingo, 1 de mayo de 2022 // ,

por Rabioso


Un episodio desconocido de la resistencia anarquista en Valladolid durante el franquismo


24 de abril de 2022


A pesar de la brutal represión la guerra civil y en la posguerra, la dictadura franquista fue incapaz de eliminar el movimiento anarquista vallisoletano. En 1944 se refundaron los sindicatos de Oficios Varios y de la Construcción de la CNT de Valladolid (1). Según Leopoldo García, que participó en la refundación y fue nombrado responsable de propaganda de la CNT vallisoletana, "la propaganda venía de Cataluña y de Francia. La que llegaba de Toulouse o de Perpignan era la más valorada". La CNT tuvo una participación destacada en la creación en 1946 de  las Fuerzas Libres del Interior (FLI), organización clandestina de resistencia antifranquista vallisoletana en la órbita de la ANFD (Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas), en la que la CNT jugó un papel protagonista. El PSOE y el PCE también participaron en la FLI, que llegó a estar integrada por unas 70 personas.


La ola de represión que desató el Franquismo en 1947 en toda España, que entre otras cosas acabará con la presencia del PSOE en Asturias,  dio lugar a una "caída" importante de miembros de la CNT, detenidos en las redadas policiales que acabarían destruyendo la FLI, dejando muy debilitadas a las organizaciones que habían participado en ella. La represión franquista en la posguerra contra la CNT se cebó especialmente en la Regional Centro, que desde el fin de la guerra civil hasta 1949 sufrió la desarticulación de 13 comités regionales, el mayor número de todas las regionales, siendo seguida por Cataluña, que sufrió la desarticulación de 10 Comités Regionales (2).



La plaza del Rosarillo, donde estaba la casa de Martín, trabajador de Tafisa, donde se reunía la asociación Luis Vives



Tras una década de represión constante y sin cuartel en la que el franquismo desarticuló 11 de 14 comités nacionales y 61 comités regionales, la militancia de la CNT estaba exhausta, mientras que la dictadura había logrado consolidarse nacional ye internacionalmente. Ante la evidencia de la imposibilidad de derrocar al régimen franquista, el movimiento clandestino anarquista abandona el intento de crear una organización de masas y se centra en la mera supervivencia. Según José Riera García, "Riereta", miembro del primer comité nacional de la CNT tras la guerra, creado en abril de 1939 y desarticulado en noviembre, cuando salió de la cárcel a comienzos de los años cincuenta "no había ni CNT ni nada, pero había muchos compañeros que nos dedicábamos a reunirnos de vez en cuando por algún pueblo, por alguna tasca de las afueras de la ciudad, nos reuníamos, charlábamos" (3).


Este tipo de reuniones se convirtieron en una práctica habitual para mantener los lazos que se extendió por toda España y se prolongaría durante todo el Franquismo. En Valencia, por ejemplo, represaliados cenetistas tras una primera etapa de reunirse en tascas y casas particulares pasaron a alquilar un local en el que se reunían, y en Sevilla viejos militantes cenetistas se reunían en la llamada "tertulia de la cuchara" en la más absoluta clandestinidad. Una característica fundamental de esta nueva forma de organizarse es el rechazo a la estrategia de la primera posguerra de intentar formar una organización de masas; en su lugar, estos grupos se basan en la afinidad, la amistad y que las personas que se organizan se conocían entre si. Como explicaba un miembro del grupo Anselmo Lorenzo de Madrid, formado por 5 personas, "no queríamos crecer más en número, si había más gente preferíamos que hicieran otro grupo" (4). El grupo madrileño, del que formó parte Gómez Casas, secretario general de CNT en la Transición, se dedicaba a difundir las ideas anarcosindicalistas mediante propaganda que elaboraban ellos mismos y la que recibían del exilio francés.



Los miembros de la CNT vallisoletana clandestina distribuían la prensa editada en el exilio, a la que también suministraban información. Arriba, CNT (Toulouse, II época, Nº 726, 29.03.1959). Abajo, Solidaridad Obrera (París, Año X, Nº 520 10.03.1955).


También en Valladolid se creó a finales de los años 40 o principios de los 50 un grupo similar al de otras ciudades de España para continuar la existencia de la CNT. El grupo estaba compuesto por unas 6 o 7 personas, todo ellos trabajadores. Entre sus participantes estaban Francisco Baticón (impresor), Martín Sanpalencia (trabajador de Tafisa), Joaquín (albañil), Adalia (electricista) y Teodoro, trabajador en una fábrica.


Para poder reunirse sin despertar sospechas se disfrazaron de asociación cultural: así nació la Asociación Luis Vives, así llamada en memoria de un filósofo, humanista y profesor universitario valenciano perteneciente a una familia judía cuyos miembros se convirtieron al cristianismo para evitar ser expulsados en 1492 pero siguieron practicando clandestinamente el judaísmo. Con esta tapadera se reunían en la plaza del Rosarillo, en casa de Martín, donde hablaban de anarquismo y se intercambiaban libros de filosofía política, novelas de contenido social o textos científicos (Bakunin, Kropotkin, Zola, Hernandez Cata, Federico Urales, Eliseo Reclus, etc).


El grupo estaba además en contacto con la CNT en el exilio, que les mandaban libros, prensa confederal y propaganda, así como informaciones de la lucha contra el Franquismo; el intercambio de informaciones era recíproco: un repaso a la prensa confederal en el exilio indica que los miembros de la CNT vallisoletana suministraban información sobre sucesos locales, desde comentarios a un discurso de un jerarca franquista en un teatro vallisoletano a noticias sobre las desastrosas condiciones de vida de la clase trabajadora bajo el franquismo, como es el caso de la muerte de un padre y sus dos hijos al derrumbarse el tejado de la choza en la que vivían en el barrio de los Pajarillos (5).


Además de reunirse en la plaza del Rosarillo también organizaron excursiones, tanto al campo como a otras ciudades, de lo que dan testimonio multitud de imágenes que se han conservado. El grupo mantenía también contacto con otras fuerzas clandestinas. Se dispone, por ejemplo, de una imagen de 1959 en la que se ve a a miembros de la CNT clandestina reunidos con miembros del Socorro Rojo local, organización ligada al Partido Comunista (PCE) dedicada a apoyar a los presos políticos y a sus familias. Ese año el PCE vallisoletano difundió un panfleto exigiendo la amnistía para los presos  y exiliados políticos (6).



Algunos participantes en excursiones de la Asociación Luis Vives a comienzos de los años 50 (abajo, en 1952).

En el acto público en recuerdo de Paco Baticón celebrado el 24.04.2022 se pudo entrar en contacto con una persona que les conoció y participó en sus actividades, que se fue al exilio por no querer hacer el servicio militar, que formó parte de las actividades de la CNT clandestina en esa época. Según contaba, Joaquin, con quien estuvo haciendo pintadas y esparciendo octavillas en los años 50, fue detenido por la policía franquista ´en 1960, siendo condenado a 2 años de cárcel; un tribunal militar le condenó en 1962 a otros 7 años de prisión, 9 en total. Nada más meterle en la cárcel la policía fue a su casa, destruyó su biblioteca y logró que el padre perdiera su trabajo de portero y fueran desahuciados, acabando en la calle en el sentido literal, donde murieron ambos a los pocos días, primero la madre y luego el padre, que fue encontrado muerto por el frío en un banco en la calle. No se permitió a Joaquín asistir al entierro, y cuando finalmente pudo salir de la cárcel estaba en las listas negras y no pudo encontrar trabajo, por lo que se trasladó a vivir a Barcelona.


SILENCIANDO EL ANARQUISMO


Antes de seguir hay que llamar la atención a un fenómeno  curioso, por su continuidad y persistencia: la tendencia sistemática de la historiografía local a minimizar el papel del anarquismo. Jesús Palomares Ibañez silencia en su historia del movimiento socialista en Valladolid (7) que hasta finales del siglo XIX los anarquistas eran mayoritarios en el movimiento obrero vallisoletano, siendo los responsables de organizar la primera manifestación del Primero de mayo (8)  Lo mismo ocurrirá con el papel de la CNT durante la Segunda república en Valladolid. Según Angel de Prado Moura, "en Valladolid los anarquistas apenas si tienen una fuerza significativa ya que sus miembros oscilarían durante toda la II República entre los 100 y doscientos, todos ellos en la capital ya que el anarquismo no consiguió entrar entre los campesinos vallisoletanos" (9). Enrique Berzal de la Rosa va más lejos, y tras mezclar a la CNT con la extrema derecha y los grupos reaccionarios locales, asegura que el movimiento anarquista local era "minúsculo y poco efectivo... apenas llegará al centenar de militantes, por mucho que en 1931 afirmase contar con 140", y cuestiona incluso que los anarquistas vallisoletanos participasen en la revolución de 1934 (10).


 Estas afirmaciones no coinciden con la realidad. Tan sólo el Sindicato de Oficios Varios de la CNT de Valladolid que asistió en 1936 al IV congreso de la CNT tenía más de 700 cotizantes (11)  y datos publicados en las últimas décadas confirman la presencia de la CNT en múltiples localidades del resto de la provincia, como Tudela, Medina del Campo, Medina de Rioseco, Zaratán, Villalón de Campos, Arroyo de la Encomienda o Villabrágina. Abel Paz, utilizando datos de Gerald Brenan, consideraba el anarquismo la ideología dominante en Tierra de Campos (12)  donde la presencia del anarquismo está fuera de toda duda: había presencia de la FAI (13)  la CNT participó en la insurrección de Medina de Rioseco ("Medina la roja") en la revolución de octubre de 1934 (14)  cuando además se proclamó el comunismo libertario en  Aguilar de Campos (15)  su presencia abarcaba incluso Villalón de Campos, centro del sindicalismo amarillo/clerical, donde se se llevaron a cabo manifestaciones a favor del comunismo libertario (16).


De la misma forma se ha ignorado por completo el papel de la CNT en la lucha antifranquista. De nuevo el profesor Berzal asegura que "una vez concluida la guerra ya no existirá, hasta casi los años setenta, más oposición en nuestra ciudad que la de los comunistas", y añade que las Fuerzas Libres del Interior "desembocarán casi íntegramente en el Partido Comunista" (17)  Que esto no es cierto se evidencia en que la CNT continuó existiendo tras la disolución de las FLI, disponiendo de cerca de cerca de dos decenas de personas entre miembros y simpatizantes, mientras el PCE disponía de unas 40 personas en 1954, según los propios datos de Berzal. Además, la falta de referencias de acciones del PCE en los informes policiales (18) pone de manifiesto que hay que tener prudencia y no tomar al pie de la letra los datos triunfales internos del PCE.


A finales de los años 50 y principio de los 60, la situación política, económica y social había cambiado. Para empezar, la etapa de represión centrada en aplastar a las organizaciones de izquierdas contra las que el ejército había luchado en la guerra civil se dio por terminada tras eliminarse los últimos focos de resistencia armada (19)  Este cambio de rumbo se pone de manifiesto en el caso de Eulogio de Vega Colodrón, secretario de la UGT de la provincia de Valladolid en 1933 y que era alcalde de la localidad vallisoletana de Rueda por el PSOE cuando tuvo lugar el golpe de estado del 18 de julio de 1936. De la Vega estuvo escondido en su casa casi treinta años, hasta que el 30 de septiembre de 1964 fue detenido por la policía, siendo puesto en libertad por un tribunal militar poco después por no encontrar ningún motivo que justificase la detención (20).



Miembros de la Asociación Luis Vives, entre ellos Paco Baticón, y miembros del Socorro Rojo (Valladolid, 1959)



En la década de los 60, tras la llegada al poder del Opus Dei y su liberalización de la economía, el Estado franquista se centró en el desarrollismo económico. El nuevo enemigo a batir era el nuevo movimiento obrero, sobre todo urbano, puesto en marcha por una generación que no había vivido la guerra civil, y que podía obstaculizar los planes económicos de los tecnócratas franquistas. Para impedirlo se llevó a cabo una reestructuración del aparato represivo, en la que la policía sustituyó al ejército en la represión, proceso que generó resistencias en el interior del aparato del Estado y desembocó en la creación en 1963 del Tribunal de Orden Público (TOP) (21).


La huelga de las cuencas mineras asturianas en 1962 puso en marcha un ciclo de protestas del que saldría un nuevo movimiento obrero, dominado por Comisiones Obreras, a su vez dominadas por el Partido Comunista. En marzo de ese año se puso en marcha Defensa Interior (DI) (22)  organismo creado por decisión del segundo Congreso de la CNT en Limoges (agosto/septiembre 1961) para llevar a cabo acciones contra el Franquismo y devolver al anarquismo el protagonismo que había perdido. La existencia de DI, en la que la CNT, la FAI y la FIJL en el exilio unieron sus fuerzas, fue fugaz: según García Oliver, uno de sus integrantes, DI "realizó una labor de seis meses de duración", es decir, hasta septiembre de 1962.


La existencia de DI, a pesar de no tener nada que ver con la CNT de Valladolid, jugó un papel fatídico en el desarrollo del Movimiento Libertario vallisoletano. DI inició en junio una campaña de atentados que se prolongó durante todo el año (23):


▪ 5, 7 y 12 de junio, Madrid: antiguo edificio de la Nunciatura, Banco Popular e Instituto Nacional de Previsión.

▪ 29 y 30 de junio, Barcelona: Residencia de Monterolas, oficinas del Instituto Nacional de Previsión y jardín de la residencia de Falange. 

▪ 14 de julio, el Vaticano: monumento al papa Clemente XII.

▪ 15 de julio, Valencia: entrada de las Casas Consistoriales.

▪ 20 de julio, Barcelona

▪ 23 de julio, Cataluña: tres bombas en los postes eléctricos entre Manresa y Sabadell.

▪ 12 de agosto:  altar de la Basílica del Valle de los Caídos en El Escorial.

▪ 19 de agosto: cerca de la residencia de verano de Franco en San Sebastián, y en los periódicos Ya y Pueblo (Madrid), y La Vanguardia (Barcelona).





La respuesta de la dictadura fue una campaña de detenciones a comienzos de septiembre dirigida contra la FIJL, considerada responsable de los atentados. Fueron detenidos miembros de las FIJL en Barcelona, Madrid, Valencia y Zaragoza, pero por motivos desconocidos también miembros de los núcleos de la CNT de Vigo y Valladolid. En Valladolid la CNT había sufrido una redada en 1960 en la que Teodoro y Joaquín fueron detenidos y condenados a dos años de cárcel y Martín Sanpalencia estuvo en busca y captura, escapando a Alemania, donde le daría cobijo Paco Baticón. En 1962 la policía detuvo a los militantes vallisoletanos Pedro Rodríguez Pérez, Luis Blanco García, Tómás Bueno Ordóñez, Lucio Malpeces Calvo, Hilario Manzano Hernández, Epifanio González Criado y Joaquin Rodríguez Vay, lo que acabó con la existencia de la Asociación Luis Vives.


El 23 de noviembre de 1962 fueron sometidos a un Consejo de Guerra en Madrid, que condenó a Pedro Rodriguez Pérez y a Joaquín Rodrigez Vay a 4 años de prisión, y a Epifanio González Criado a 3 años, por "haber organizado en Valladolid un Comité Local de la CNT, obedecer las órdenes de los dirigentes de la CNT en el exilio, y recolectar fondos y hacer propaganda" (23)  Según Juan José del Águila, se "condenó a tres militantes de la CNT de Valladolid, acusados de la renovación de dicha entidad, de incitación a la huelga, así como de la distribución de propaganda clandestina, prensa y octavillas" (25).


DI sólo estrechó los lazos entre el régimen franquista y la Francia de De Gaulle: España dejó de dar cobijo a la OAS (que en 1962 mató  754 personas e hirió a otras 1.427), y en 1963 Francia ilegalizó la FIJL (26).



Espoir (9 de diciembre de 1962), órgano de la CNT en el exilio, informando sobre las detenciones en España



Tras el fin de la Asociación Luis Vives, parte de la militancia vallisoletana siguió en libertad por haberse marchado de la ciudad, como Leopoldo García, que se trasladó en 1955 a Vigo, o Paco Baticón, que emigró en 1960 a Alemania ante el temor de una redada. A pesar del golpe recibido, la CNT vallisoletana siguió existiendo, ya que, según Tomás Ibañez, formaba parte de las ciudades que en 1967 recibían prensa y propagancla anarquista (27)  La redada debilitó a la CNT, que no se benefició del ciclo de protestas iniciado en 1962/1963.


Tras la muerte de Franco en noviembre de 1975, tuvo lugar en Madrid una reunión en la que se decide refundar la CNT y reconstruir la regional centro, que se adelantará a otras regionales (28)  En Valladolid, según Luis Pasquau, la CNT se reconstruyó por aquella época en una reunión clandestina cuyos asistentes habían acordado en caso de redada decir que se reunían para preparar una obra de teatro (29). Pero esa es otra historia.


NOTAS


(1) AA.VV.: Memoria viva. Ángel Galván, Leopoldo García, David Moano, Santiago Robledo, Ateneo Republicano de Valladolid, 2007, p. 54-55.

(2) Ángel Herrerín López, La represión contra la CNT (1939-1949), en Historia contemporánea N° 28, 2004, pp. 375-395.

(3) Ángel Herrerín López, La CNT durante el Franquismo. Clandestinida y Exilio (1939-1975), Siglo Veintiuno, 2004, p. 175. Heleno Saña escribió en CNT N° 308 (enero 2005) un extenso artículo de Heleno Saña criticando el libro.

(4) Ángel Herrerín López, La CNT..., p. 174-175.

(5) CNT (Toulouse, II época, Nº 726, 29.03.1959). "Se derrumbó una choza", Solidaridad Obrera (París, Año X, Nº 520 10.03.1955).

(6) Cristina Gómez Cuesta, Ecos de Victoria. propaganda y resistencia en Valladolid, 1939-1959, p.219-220; el panfleto del PCE vallisoletano pidiendo la amnistía para los presos políticos se reproduce en la página 221.

(7) Jesus María Palomares Ibañez, El socialismo en Castilla. Partido y Sindicato durante el primer tercio del siglo XX, Secretariado de publicaciones de la Universidad de Valladolid / Caja de ahorros y Monte de Piedad de Salamanca, 1988.

(8) Enrique Berzal (El Norte de Castilla, 28.04.2020): "1890: primer Día del Trabajo": "En esos momentos, los obreros de tendencia anarquista monopolizaban la actividad reivindicativa en nuestra ciudad".

(9) Angel de Prado Moura, El movimiento obrero en Valladolid durante la II República, Conserjería de Educación y Cultura de la Junta de Castilla y León, 1985, p. 179.

(10) Enrique Berzal de la Rosa, El Valladolid Republicano (193-1936), p. 32.

(11) Juan Pablo Calero (Estudios Nº. 7, 2009): Vísperas de la revolución. El Congreso de la CNT (1936).

(12) Abel Paz, Durruti en la Revolución Española. Fundación Anselmo Lorenzo, 1996, p. 371.

(13) Juan Gómez Casas, Historia de la FAI, 1977.

(14) Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica: Medina de Rioseco (Valladolid). Un estudio de la represión en la retaguardia de 1936, 2007.

(15)Norte de Castilla (10.10.1934): “Se proclama el comunismo libertario en Aguilar de Campos".

(16) Mateo Martínez, Tierra de Campos. Cooperativismo y sindicalismo agrario, p. 196.

(17) Enrique Berzal de la Rosa (Coord.): Crónica de Valladolid, 1936-2000, Ed. El Mundo de Valladolid, 2001, p.110.

(18) Cristina Gómez Cuesta, Ecos..., p. 207.

(19) Los últimos guerrilleros anarquistas murieron en 1960 (Sabaté), y 1963 (Caraquemada).

(20) El Norte de Castilla (22.03.2014): Liberado un ‘Topo’ en La Rubia; Wikipedia, Eulogio de Vega.

(21) El TOP fue el pilar de la represión de la lucha contra la dictadura, convirtiéndose en 1977, tras la muerte de Franco y la instauración de la democracia, en la Audiencia Nacional. Juan José del Águila, El TOP. La represión de la libertad (1963.1977), Planeta 2001; Manuel Ballbé, Orden público y militarismo en la España constitucional (1812-1983), Alianza Editorial, 1983.

(22)Wikipedia, Defensa Interior.

(23) Salvador Gurucharri y Tomás Ibañez, Insurgencia Libertaria. Las Juventudes Libertarias en la lucha contra el franquismo, Editorial Virus,  2010; Boletín Exterior de Información del Movimiento Libertario Español, Nº 54, s. f. (septiembre de 1962). Albert Meltzer (ed.): The International Revolutionary Solidarity Movement: 1st of May Group, Cienfuegos Press, 1976. Octavio Alberola y Ariane Gransac: El anarquismo español y la acción revolucionaria (1961-1974), Ruedo Ibérico, 1975.

(24)Espoir Nº 49, Toulouse, 09.12.1962, Au mépris de toute loi

(25) Juan José del Águila, El TOP..., p. 61-62.

(26) Juan J.Alcalde, Los servicios secretos en España. La represión contra el movimiento libertario español, Madrid, 1995, p.119ff. 

(27) Salvador Gurucharri y Tomás Ibañez, Insurgencia..., p. 379.

(28) Juan Gómez Casas, Relanzamiento de la CNT (1975-1979), p. 7.

(29) Conversación con el autor. Participante de la refundación de la CNT vallisoletana tras el fin de la dictadura franquista, Luis fue secuestrado y torturado en la Transición por un comando fascista.

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