El festival de Eurovisión: la más importante herramienta de comunicación creada por la OTAN en la guerra fría
por Juanjo Crespo
Cuando era pequeño, lo que más me gustaba de Eurovisión eran las votaciones. Me alucinaba ver como el presentador –el mítico José Luis Uribarri- sabía lo que iba a votar cada país, no sólo por la canción, sino por la Historia y las circunstancias políticas.
¿Hasta donde llega el vínculo entre el festival de Eurovisión y la geopolítica? Para responder a esta pregunta tendréis que acompañarme hasta el Palacio de Chaillot en París, famoso porque en él se firmó la declaración Universal de los Derechos Humanos a finales de 1948.
Lo que no se sabía de ese palacio, hasta hace unos meses, es que pocos años después de aquella importantísima firma, allí hubo una serie de reuniones de la OTAN fruto de las cuales nació el festival de Eurovisión. Os lo voy a contar.
La última semana de enero de 1955 se reunió en el Palacio de Chaillot el Comité de Cultura e Información Pública de la OTAN. El motivo era recabar ideas para mejorar las relaciones culturales entre naciones que, una década atrás, estaban pegándose tiros.
El reto para los miembros de ese comité era ver cómo convencer a los ciudadanos europeos para que, no sólo se conocieran entre ellos, sino que también se reconocieran como miembros de una familia más amplia.
El 28 de enero de 1955, último día de la reunión y ya casi haciendo las maletas para volver a sus países, los miembros del comité recibieron al director de la Radiodiffusion-Télévision Française, quien les habló de un proyecto que junto con la BBC, estaban intentado desarrollar: Eurovisión.
Se trataba de unir, en una única señal, televisiones de distintos países europeos. Incluso les mostró un mapa con los enlaces (de cable o radio) que técnicamente eran necesarios establecer.
Aquello impresionó a los miembros del comité y, sin ellos sospecharlo aún, cambió la Historia de Europa.
El 30 de noviembre de 1955, el mismo comité volvió a reunirse, en el mismo castillo. En esta ocasión, el motivo fue la posible creación del “Festival Musical de la Alianza Atlántica”: una cita para oír a distintas bandas de música de varios países de la OTAN.
El acta de la reunión, recoge la recomendación de una fecha concreta para la primera edición del festival: abril de 1956.
Llegamos, el 17 de febrero de 1956, a una tercera reunión (mismo comité y mismo castillo) donde se siguió discutiendo sobre la realización del “Festival Musical de la Alianza Atlántica”. Esta acta –en su día secreta- recoge un dato que luego rescataremos: se decidió que en cada festival se interpretaran de 12 a 14 temas.
Sin embargo, esto no fue lo más importante de esta tercera reunión, no.
El párrafo “clave” del acta de la reunión recoge que el servicio de información de la OTAN contactó con la BBC para ver si era posible usar la red de Eurovisión para dar difusión al festival. La respuesta de los dirigentes de la cadena británica no deja dudas: ese tipo de festival era exactamente lo que estaban buscando para mostrar en la nueva red.
El resto de la historia ya la sabéis. Las 14 canciones que la OTAN ideó para el “Festival Musical de la Alianza Atlántica” en abril de 1956, sonaron con un mes de retraso: en mayo de ese año, se celebró el primer festival de Eurovisión.
Me imagino a los holandeses –por ejemplo-, disfrutando con los acordes de una canción alemana, cuando aún debía retumbar el vuelo de los aviones Stuka bombardeando las iglesias de Rotterdam.
En fin, que la OTAN consiguió lo que estaba buscando desesperadamente: una herramienta de comunicación a gran escala. Millones de europeos viendo a la vez las mismas imágenes, oyendo las mismas notas y sintiendo las mismas emociones.
Millones de europeos unidos, sólo unas horas es verdad, pero unidos. Ahora lo vemos como algo normal, pero no lo era en la Europa de los años 50.
¡Ah! Se me olvidaba una fecha para acabar esta historia: el 16 de enero de 2015. Sí, sí…., ya sé que es hace poco, no me he equivocado.
Ese día la OTAN desclasificó y subió a la red más de 23.000 documentos que en su día fueron secretos. Así he podido descubrir, y luego contaros, cómo la Alianza Atlántica encontró en la música el modo de unir a un continente roto: los acordes del festival de Eurovisión cosieron sus heridas.
Y ahora, la pregunta que todos os estáis haciendo: pero ¿y quién ganó? Pues quién va a ser…, el único país que podía ganar sin que nadie pensara que había ganado el del “otro bando”.
Ganó Suiza. Qué raro ¿verdad?
Este texto (y cómic) forma parte del dossier sobre la OTAN publicado en el número 57 de la revista Desde el Confinamiento, que puede descargarse gratuitamente aquí.