El Centro Ibérico de Londres y la lucha anarquista contra el Franquismo
El Centro Ibérico fue un importante espacio de encuentro y centro comunitario, dirigido por anarquistas en Londres durante los años setenta y principios de los ochenta. Se convirtió en un foco para un movimiento anarquista internacional basado en la lucha de clases y un centro de organización para apoyar a los anarquistas y otros presos políticos a través de la Cruz Negra Anarquista.
Los orígenes del Centro como espacio anarquista se remontan a un encuentro entre Miguel García García y Stuart Christie en una prisión española...
“Mi primer encuentro con Miguel García García tuvo lugar a mediados de los años sesenta en la primera galería del penal de Carabanchel de Madrid. Estaba en tránsito hacia otra penitenciaría y se encontraba en lo que se conocía como 'periodo', una quincena de aislamiento sanitario, aparentemente para prevenir o limitar la propagación de enfermedades. Yo era el practicante de la Séptima Galería, un puesto que me dio acceso a la mayor parte de la prisión y me permitió vincularme con compañeros en diferentes alas, especialmente con prisioneros en tránsito aislados o prisioneros en régimen de aislamiento. Miguel pasó por Carabanchel en varias ocasiones a lo largo de los años, yendo y viniendo entre las penitenciarías y Yeserias, el principal hospital penitenciario de España en Madrid.
Miguel y yo entablamos una relación cercana, que duraría una década y media hasta su muerte en 1981. Lo que más me impresionó de él en nuestro primer encuentro fue su indudable fuerza de carácter, forjada por sus experiencias en la Resistencia como guerrillero urbano y 'falsificador' y en las cárceles de Franco, y la extraordinaria calidad de su inglés hablado, un idioma que había adquirido enteramente gracias a los prisioneros de habla inglesa. Ningún otro preso político con el que me encontré durante mis tres años de prisión en las cárceles de Franco tenía el dominio del lenguaje de Miguel o sus habilidades como comunicador. Nuestras conversaciones se centraron en cómo sacar a la luz la naturaleza represiva del régimen franquista y elevar el perfil de los presos políticos de Franco en los medios internacionales, algo que estaba en condiciones de hacer dada mi posición relativamente privilegiada como preso político extranjero y el acceso que tenía al mundo exterior a través de mi ya extensa red de funcionarios amistosos en la misma Carabanchel.
En 1967, tras recibir un indulto personal de Franco, salí de la cárcel y, a mi regreso a Gran Bretaña, me involucré con la resucitada Anarchist Black Cross, una organización anarquista de ayuda a los presos. El foco de nuestras actividades era internacional, pero los presos de Franco eran, naturalmente, debido a mi historia y a la represión continua y cada vez más intensa en España, una prioridad en nuestra agenda. El caso de Miguel García García, uno de los corresponsales más prominentes de la Cruz Negra anarquista, fue uno del que nos encargábamos regularmente, informando a la prensa internacional y a través de canales diplomáticos.
Liberado en 1969, después de cumplir veinte años de una condena de treinta años (era una pena de muerte conmutada), Miguel vino a vivir conmigo a Londres. Le tomó un poco de tiempo aclimatarse a los profundos cambios sociales y tecnológicos que se habían producido en el mundo desde su detención de joven en la Barcelona de 1949, cambios que eran aún más profundos en la 'tolerante' y 'permisiva' sociedad de Londres de 1969. De hecho, el trauma fue tan grande que, literalmente, no pudo hablar durante algunos meses. La conmoción de su liberación le había provocado una parálisis en algunos de los músculos de la garganta y, a través de Octavio Alberola, que entonces vivía bajo arresto domiciliario efectivo en Lieja, hicimos arreglos para que fuera a un consultorio en Bélgica para ver su estado.
El tiempo con Octavio estuvo bien aprovechado y lo puse al día de lo que estaba sucediendo dentro del movimiento europeo y el papel del International Revolutionary Solidarity Movement, que operaba bajo la bandera del Grupo Primero de Mayo, una continuación del grupo anarquista clandestino Defensa Interior (DI), que había sido encargado de matar a Franco. El Grupo Primero de Mayo había surgido recientemente de las ruinas saboteadas (por Germinal Esgleas y Vicente Llansola) de Defensa Interior (DI) como una organización revolucionaria internacional, anticapitalista, antiimperialista, estructurada para poder llevar a cabo espectaculares acciones directas. Tomó su nombre de la primera operación realizada el 1 de mayo de 1966, cuando miembros del grupo secuestraron al consejero eclesiástico de la Embajada de España en el Vaticano, monseñor Marcos Ussia. Pronto, el grupo comenzó a abarcar un área mucho más amplia de ataques dirigidos, en particular, a los gobiernos de Estados Unidos y Europa por su complicidad en la guerra imperialista en Vietnam.
De regreso a Londres, principalmente con el apoyo moral y económico del camarada Albert Meltzer, coeditor conmigo de la revista Black Flag y fuerza impulsora detrás de la revivida Cruz Negra Anarquista (ABC), Miguel entró en una nueva etapa dinámica de su vida como Secretario Internacional de la ABC y figura fundamental en la resistencia libertaria al régimen de Franco. Con Albert se embarcó en largas giras de conferencias por Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda del Norte, Alemania Occidental y Oriental, Francia, Bélgica, Dinamarca e Italia, hablando con una nueva generación de jóvenes europeos radicalizados sobre el anarquismo, la solidaridad internacional y, por supuesto, la necesidad de hacer frente a la tiranía mediante la cooperación práctica y la acción directa.
Se podría decir que el resultado de una de las primeras conversaciones de Miguel (en una sala de reuniones abarrotada en las oficinas de Freedom Press en Whitechapel High Street en Londres en febrero de 1970, poco después de su llegada a Gran Bretaña) iba a dar lugar a la llamada Angry Brigade, el primer grupo guerrillero urbano de Gran Bretaña. La voz de Miguel todavía era débil, así que tuve que hablar mucho por él, pero a medida que avanzaba la noche y se desarrollaba la historia de sus aventuras y privaciones a manos de las autoridades franquistas, eso y el hecho de que su espíritu y determinación revolucionarios permaneció claramente intacto, estaba claro que había causado una profunda impresión emocional en los aproximadamente cincuenta jóvenes de la audiencia. Aquí, frente a ellos, en persona, estaba alguien que había estado en confrontación directa con un estado fascista, que había estado totalmente involucrado en las luchas de resistencia y que había pagado un fuerte precio por ello. Tampoco era una lucha puramente histórica. Franco permanecía en el poder y un nuevo grupo de acción anarquista coordinado internacionalmente, el Grupo Primero de Mayo, estaba llevando a cabo esa lucha.
En Freedom Press, esa noche de febrero de 1970, la trascendencia, la importancia del Grupo Primero de Mayo y la tradición de la que él y Miguel surgían no pasaron desapercibidas para las personas que se apiñaban en la pequeña sala para escuchar la historia de Miguel García. Entre los presentes se encontraban algunos de los principales activistas posteriormente condenados en el histórico juicio de la 'Angry Brigade': John Barker, Hilary Creek, Jim Greenfield y Anna Mendelson. El apartamento de Miguel en Upper Tollington Park, cerca de Finsbury Park en el norte de Londres, pronto atrajo a anarquistas visitantes de todo el mundo. También comenzó a llamar la atención de la policía una vez que Miguel puso en marcha (con la ayuda de Albert) el Centro Ibérico y el Centro Internacional Libertario en Londres...”
Remembering Miguel Garcia, por Stuart Christie
Aproximadamente al mismo tiempo en que Miguel García llegó a Londres, un grupo de comunistas españoles, que había estado dirigiendo un lugar de reunión en un salón de la iglesia parroquial en Holborn, llamándolo Centro Ibérico, se mudó a un local más grande y cambió el nombre (según Luis Monferrer Catalán el espacio que pusieron en marcha fue el Centro Machado en 1968 en Notting Hill Gate).
Miguel inició un nuevo Centro Ibérico desde el salón de la iglesia, el Salón Parroquial de la Santísima Trinidad, Kingsway (justo enfrente de la estación de Holborn) y también lanzó un Centro Libertario Internacional, “un lugar cosmopolita que se convirtió en un imán para los anarquistas de todo el mundo; habían pasado muchos años desde que había habido algo como un club anarquista internacional en Londres, y su éxito se debió completamente a la poderosa personalidad de Miguel... una ventaja añadida fue que mantuvimos las viejas conexiones con los trabajadores españoles de visita que el Partido Comunista había ido estableciendo cuidadosamente..." (Stuart)
“Le advertí sobre los problemas de servir bebidas allí, señalando que el ministro en funciones era el Dr. Donald Soper, famoso defensor de la abstinencia total. Pertenecía al centro metodista vecino y sustituía al vicario anglicano, que tenía la pequeña congregación habitual. Miguel me aseguró: “Conozco a los sacerdotes. No hace falta que me cuentes a mí, un español, sobre estos santos padres, como se llaman a sí mismos. Le ofreceré una copa de vino y estará de acuerdo con todo”. Afortunadamente, el Dr. Soper nunca vino a la sala mientras estábamos allí, posiblemente teniendo otras cosas que hacer un domingo, por lo que esta interesante teoría nunca fue probada.
Allí se reunieron las últimas familias confederales exiliadas de España. Se habían convertido en una comunidad bastante interesante en Londres, manteniéndose juntos como una familia extensa. La mayoría se había asentado alrededor de Portobello Road, Notting Hill, donde habían estado las oficinas originales de CNT-MLE, aunque con el crecimiento de las familias se extendieron a los suburbios. El “Centro” supo ponerlos en contacto con una nueva generación surgida en España y con militantes de la Resistencia, pero el fantasma de los años de burocracia osificada y la pasividad no había desaparecido del todo, ni aquí ni en otro lugar.
El salón se hizo popular entre la comunidad española en general, residentes y visitantes, y Miguel les hizo sentirse tan en casa que tuvimos que tener dos salones, uno de habla hispana y en el otro un parloteo en diferentes idiomas. Los españoles aceptaron el hecho de que se trataba de un centro anarquista, incluso los que habían crecido bajo Franco, que había intentado borrar la memoria del anarquismo y las lenguas vasca y catalana. A Franco le habría enfermado oír hablar del anarquismo no sólo en inglés y alemán, que no le habría importado porque se lo merecían por permitir la herejía, sino en castellano, catalán, vasco e incluso gallego, la lengua de su provincia natal que, dicho sea de paso, odiaba más que nadie".
Los oradores invitados incluyeron a José Peirats, el historiador del anarquismo español, autor de La CNT en la Revolución Española, quien dio una conferencia en junio de 1971 en el salón parroquial ante 200 personas:
“El [movimiento] libertario estuvo bien representado (alrededor de 150 de las personas presentes), y había desde exiliados de treinta años -y sus hijos y nietos- hasta trabajadores y estudiantes inmigrantes, visitantes de forma temporal y nuevos exiliados. El resto de las 200 personas incluía algunos críticos comunistas".
(Black Flag, v.2, n. 6, junio de 1971)
“En poco tiempo tuvimos reuniones separadas para hablantes de gallego. Cuando se propuso, recuerdo haberles contado con mi forma habitual de divagar sobre Lloyd George en la conferencia de Versalles, que había leído o echado un vistazo a un artículo científico que afirmaba que los gallegos eran las mismas personas que los galeses. Se opuso a la retención de Galicia por parte de Austria diciendo que se oponía a que "su pueblo galés" estuviera bajo el dominio de los "hunos" sin darse cuenta de que Galicia en España no era Galicia en Austria / Polonia. Una mujer estadounidense que estaba presente me dijo después que sus padres habían huido de Roznow (en la otra Galicia) y el error de Lloyd George arruinó miles de vidas cuando Polonia tomó el relevo de Austria, lo que hizo que la anécdota fuera menos divertida.
Otro visitante casual quiso saber más sobre la Angry Brigade, casi tan pronto como se escuchó esa expresión. Fue difícil responder a sus preguntas, incluso si no sospechaba que era un agente de policía. Como muchos de mentalidad autoritaria, pensaba que era una conspiración dirigida centralmente y que yo era una especie de PRO de su Comité Central. De hecho, utilizó términos como "ala política de su lucha armada". Miguel me dijo en español: “Pregúntate a ti mismo. ¿Quién querría saber tanto?". El visitante enrojeció y supongo que lo entendió. ¿Se habría sonrojado un espía? Pero nunca lo comentó. No importaba porque todo lo que sabía y tenía que decir ya estaba expresado en las páginas de Black Flag, y ocasionalmente recogido por la prensa convencional. Por el tenor de sus preguntas, el visitante inquisitivo me sonó más como un emisario del IRA o del Sinn Fein tratando de conseguir aliados: los "troubles" (el conflicto de Irlanda del Norte, AyR) estaba reiniciándose. Cuando se refirió a Irlanda, se refirió al peligro del fascismo, y a las agrupaciones nazi-clerico-fascistas en lo que él llamó el Estado Libre -una expresión que solo usan los republicanos acérrimos (republicanos son los nacionalistas irlandeses, AyR) o los conservadores acérrimos, ninguno de los cuales reconoció la legitimidad de la República-. Según él, solo nuestra cooperación con el nacionalismo en el Norte de Irlanda podría evitar la expansión del nacionalismo fascista. No estaba de acuerdo con Miguel en que estábamos tratando con un espía de la policía o un agente provocador, pero el argumento político sonaba dudoso.
Otro invitado no particularmente bienvenido fue un joven alemán que vino justo cuando yo llegué de trabajar hasta tarde el domingo, para ayudar a barrer después de la reunión y que, mientras tiraba las colillas de sus cigarrillos en el suelo mientras yo barría, hablaba con estusiasmo sobre mi supuesto apoyo a la 'banda' de Baader-Meinhof, de la que solo conocía las informaciones basura publicadas en la prensa. Al principio, con paciencia (al menos para mí) le dije que no entendía el enfrentamiento entre anarquistas y leninistas que estaba ocurriendo en Alemania. (“Pero yo soy alemán, por supuesto que sé lo que está pasando en mi época” - “Apuesto a que tu padre nunca dijo eso” - “Ah, eres racista”). Algo acalorado e impaciente por acabar de limpiar lo que tiraba al suelo después de un día de trabajo y de responder a viejos y cansados clichés pacifistas, finalmente le grité "lárgate" y lo eché. Ted Kavanagh comentó secamente que fue una respuesta muy ingeniosa y me devolvió el buen humor, pero el estudiante indignado se fue a denunciarme en un periódico pacifista como un “hombre de mediana edad, clase media que solo cree en la violencia”. Ser considerado de "clase media" por un estudiante serio cuando estás empujando una escoba detrás de él justificaría la creencia en la violencia, incluso si dejara de lado a. una o dos creencias más.
Por otro lado, hubo tantas personas maravillosas que se acercaron que sería imposible tratar de mencionarlas a todas. Me sentí orgulloso de haber ganado tanto respeto y cariño, lo que compensó el odio que parecía generar en aquellos de fuera del movimiento y la clase por la que luchamos. Entre los activistas se encontraban algunos anarquistas irlandeses que intentaban construir un movimiento de lucha de clases en Irlanda y alejarse de la vieja rutina de los trabajadores del Norte luchando entre sí por los barrios bajos y los trabajos rutinarios, y en el Sur cediendo a la apatía. Hicieron un gran trabajo para la Cruz Negra para los prisioneros en el extranjero, pero poco después les cayó encima toda la venganza de la República por atreverse a intentar romper el molde de la política irlandesa”.
(Albert Meltzer, I Couldn’t Paint Golden Angels)
Stuart y Albert habían creado la Cruz Negra Anarquista (ABC) en Londres a finales de la década de 1960 para ofrecer un apoyo práctico a los numerosos camaradas anarquistas que habían sido detenidos en España resistiendo al régimen de Franco; generalmente acusados de "bandidaje y terrorismo". Grupos como Amnistía Internacional no apoyarían a estos activistas ya que estaban involucrados en una lucha de clases "violenta" de forma activa, y la política de Amnistía era, y sigue siendo, en general, negarse a defender a los acusados de crímenes violentos, los hayan cometido o no. Esto significó que defendieron a personas acusadas de luchar contra el estado que eran inocentes y solo ayudaron a las personas que eran víctimas por creencias inofensivas. Esto incluyó a editores y responsables de publicaciones, científicos y filósofos, pero nunca trabajadores. El Partido Comunista recaudó grandes cantidades para sus propios miembros a través de varias organizaciones pantalla, pero la resistencia, ciertamente en España, carecía de ayuda. La Cruz Negra dio a conocer casos de prisioneros anarquistas españoles y los apoyó económicamente, a ellos ya sus familias; luego, sus actividades se extendieron por todo el mundo, y grupos ABC surgieron por todas partes durante los siguientes 40 años… y continúa existiendo hoy día.
En julio de 1972, Black Flag informó: “Durante los últimos cuatro fines de semana nos hemos reunido con camaradas de Francia, España, Bélgica, Italia, Canadá, Estados Unidos, Jamaica, Australia, Sudáfrica e incluso algunos de Londres... Estamos haciendo todo lo posible para transformar los mítines del Centro Ibérico en un centro internacional que tendrá sus propias instalaciones... y también en un lugar donde, por separado, los trabajadores inmigrantes españoles puedan reunirse”.
HAVERSTOCK HILL
En junio de 1973, el deseo anterior de tener un local propio se concretó: el Centro Ibérico se trasladó a un gran sótano, en 83a Haverstock Hill, cerca de Chalk Farm, Camden. A este importante espacio acudieron muchas personas extraordinarias, incluidos los supervivientes de innumerables convulsiones políticas.
“…La imprenta [en la que se imprimió Black Flag y otro material anarquista] fue utilizada por Ted Kavanagh y Anna Blume (1) en un enorme sótano en Haverstock Hill, [después de la desaparición de la librería Wooden Shoe], que por lo demás era la sala de ensayo de un grupo de pop. El grupo tenía un alquiler semanal de la tienda de apuestas de arriba, reemplazando a un grupo de jóvenes religiosos (de una iglesia o sinagoga vecina, no sé cuál). Su líder / párroco / rabino o quien estuviera interesado lo había alquilado en la tienda de arriba cuando era una frutería y el sótano era prácticamente inhabitable. Lo arreglaron bien, pero cuando la tienda cambió de manos para convertirse en una casa de apuestas, el gurú se opuso a ambos cambios, de usuario y a la licencia de apuestas. Cuando Mammon ganó, se fueron o fueron desalojados y el grupo de pop se hizo cargo. Después de un año más o menos, el grupo se dio cuenta de que ya no estaba en armonía con la escena y Ted se quedó solo. Sin avisar al casero del cambio de planes y dejarle pensar que seguía siendo el mismo grupo de pop (nunca apareció por allí), lo convertimos en el International Libertarian Center / Centro Ibérico, un club anarquista al que acudían maravillosos jóvenes de todas partes del mundo, así como los supervivientes de innumerables convulsiones políticas... " (Albert Meltzer)
Se realizaron tertulias sociales los sábados y domingos. El veterano anarquista insurreccional, artista e intérprete John Olday lanzó una noche de cabaret que tenía lugar de manera regular: “El cabaret anarquista de John Olday abrió con vigor en el Centro Libertario Internacional con tres artistas que realizaron un fuerte acto de cabaret político -con fuertes parecidos al Berlín de los años veinte- apoyado por otros y el apoyo añadido del siguiente cabaret que se celebraba quince días después (tenían lugar en sábados alternos). Aún en sus primeras etapas y con síntomas de improvisación, el comentario político con canciones está teniendo su impacto y, a pesar de algunas debilidades, puede convertirse en el núcleo de lo que esperamos sea un teatro anarquista…” (Black Flag v.3, n. Marzo de 1974)
Entre los visitantes se encontraban el militante e historiador español José Peirats, y Emilienne Durruti, compañera de Buenaventura Durruti. Otro visitante habitual del Centro Ibérico fue el líder de ETA Pedro Ignacio Pérez Beotegui, también conocido como 'Wilson', que participó en la planificación del asesinato en diciembre de 1973 del protegido y subordinado de Franco, el primer ministro Carrero Blanco.
“Cuando el centro estableció contactos en España, una de las demandas más urgentes eran medios anticonceptivos o el aborto. Era ilegal en España y para una chica soltera quedarse embarazada era un desastre. Tan pronto como los liberados sexualmente se pusieron en contacto con una organización que luchaba contra la opresión, eso fue lo primero que le pidieron. Tuvimos que acceder a las demandas de un goteo constante de mujeres jóvenes que se presentaban en la puerta, con la tarifa de una operación y el pasaje de regreso, nada más. Nunca se dieron cuenta de que también tenían que pagarle a una tarifa al médico, ni contaban con los pocos días adicionales que debían quedarse. Se convirtió en un requisito estándar para el Centro encontrar una habitación y aumentar la tarifa adicional, y era vergonzoso para mí que siempre tuviera que llevarlos en automóvil y arreglar los asuntos con la clínica. La recepcionista nunca dijo nada, pero me pregunto qué pensó al verme llegar semana tras semana con una señorita diferente.
En un momento determinado, Miguel se acercó a un grupo feminista socialista para ver si cooperarían, ya que tenían muchos más recursos de los que nosotros carecíamos, así como acceso a financiamiento. Fueron sumamente hostiles. Afirmaron que estábamos fomentando la medicina privada. No se si esperaban que las mujeres jóvenes esperaran hasta que España tuviera un Servicio Nacional de Salud, desafiando a la Iglesia Católica entre tanto, pero habría tardado mucho más de nueve meses, y las penas que tenían que hacer frente por la maternidad eran severas”.
Miguel García era el corazón del Centro Ibérico; Según Stuart Christie, el espacio de Haverstock Hill fue “enteramente creación [de Miguel] y pasó todo su tiempo ayudando a su desarrollo, manteniéndose apartado de cualquier trabajo asalariado, a pesar de que de todos modos ya había pasado la edad de jubilación. Sin embargo, a través de Albert, obtuvo una pequeña pensión del gobierno británico.
[Miguel] tenía una forma de hacerte pensar eso. Convirtió el sótano en un lugar conocido internacionalmente al que acudir si necesitabas ayuda en Londres; un lugar para recibir una bienvenida, comida, una cama para pasar la noche o un lugar para ocupar. También reunió a personas de todo el mundo, convirtiéndose en el lugar de nacimiento de muchos grupos de afinidad que estaban activos en América Central, América del Sur y Europa. En 1970-71, Albert trabajaba en Fleet Street como reportero telefónico / copiador para The Daily Sketch , un periódico sensacionalista nacional británico de derecha, y después de mucha discusión y argumentación, y créanme, Miguel podría ser extremadamente polémico y belicoso, Albert finalmente convenció a Miguel para que escribiera sus memorias. Y así fue como el texto mecanografiado de lo que se convertiría en Franco’s Prisoner fue elaborado entre Miguel y Albert y mecanografiado en una trastienda en desuso de uno de los periódicos populistas conservadores más importantes de Gran Bretaña, y siendo pagado el tiempo de trabajo necesario para escribirlo por Associated Newspapers.
El libro, Franco's Prisoner, fue publicado en 1972 por la editorial Rupert Hart-Davis, [que originalmente había encargado el libro de Stuart The Christie File, pero incumplió el contrato en el último momento debido a la supuesta naturaleza polémica del material]. Además de ofrecer información sobre un amplio grupo de temas, desde el aborto hasta la asistencia legal y la ocupación, Miguel jugó un papel clave en muchas de las campañas de defensa internacional realizadas por la Cruz Negra Anarquista Internacional en ese momento, incluidas las de Julián Millán Hernández y Salvador Puig Antich en Spain, y Noel y Marie Murray, dos miembros del Grupo Anarquista de Dublín condenados a muerte en Irlanda por su presunta participación en el asesinato de un oficial de la Garda fuera de servicio durante un robo a un banco en Dublín, en 1975.
Salvador Puig Antich había sido un visitante habitual que acompañó a Albert y Miguel en algunas de sus giras de conferencias por Gran Bretaña. Al regresar a Francia en agosto de 1973 para participar en una conferencia de jóvenes activistas para crear el grupo de defensa anarquista conocido como MIL (Movimiento Ibérico de Liberación), Salvador Puig Antich estuvo involucrado en una serie de espectaculares expropiaciones bancarias en Cataluña y el sur de Francia. En septiembre de 1973, sin embargo, Puig Antich cayó en una emboscada policial en la calle Gerona de Barcelona en la que resultó herido y un policía franquista fue asesinado a tiros. Puig Antich, de 25 años, fue asesinado mediante el garrote vil en la cárcel Modelo de Barcelona el 2 de marzo de 1974.
Tras el golpe militar en Argentina el 24 de marzo de 1976, Miguel persuadió a mucha gente a 'perder' sus pasaportes para que los compañeros que huían para escapar de la Junta pudieran adoptar un cambio de identidad temporal. En junio de 1976 instaló una imprenta en el sótano de Upper Tollington Park, en la que imprimió varios libros anarquistas en español, incluido Anarquismo y Lucha de Clases (la traducción al español de Floodgates of Anarchy, escrita por Albert Meltzer y yo) que distribuyó en España. Además de imprimir documentos de identidad, también reunió a un grupo de jóvenes camaradas españoles en Londres para producir su propio periódico anarquista Colectivo Anarquista”.
A finales de la década de 1970, Miguel regresó a su Barcelona natal, donde cumplió una de las ambiciones de su vida: abrir su propio bar, La Fragua, antigua fragua en el nº 15 de la calle de la Cadena del Raval de Barcelona… Al igual que el Centro Ibérico, La Fragua se convirtió en la meca de anarquistas y libertarios de todo el mundo…
Phil Ruff, quien estuvo involucrado de manera central con el Centro Ibérico, nos ha enviado sus recuerdos del centro en Haverstock Hill:
EL CENTRO
Oí por primera vez hablar de “El Centro” -Centro Ibérico / International Libertarian Centre- cuando abrió por primera vez en junio de 1973, a través de un anuncio en Black Flag. Yo todavía vivía en Birmingham por aquel entonces, pero ya estaba en contacto con Albert Meltzer (1920-1996) y Miguel García García (1908-1981), porque el Grupo Anarquista de Birmingham fue muy activo en la campaña de solidaridad con la nueva ola de resistencia anarquista (MIL-GAC) en Cataluña. El Centro era realmente la criatura de Miguel, ¡pero Albert pagaba todas las facturas y por lo general también llevaba la lata!
El Centro ocupaba un gran sótano debajo de una tienda de apuestas en 83A Haverstock Hill, London NW3, a medio camino entre las estaciones de metro Belsize Park y Chalk Farm. La puerta principal estaba a la vuelta de la esquina en Steele's Road. Cuando abrías la puerta de entrada había una pequeña habitación a la izquierda, donde John Olday (1905-1977) vivía en la miseria bohemia. A la derecha, un empinado tramo de escaleras descendía hasta las instalaciones del sótano. En la parte inferior había una gran sala utilizada para reuniones, proyecciones de películas y, durante un breve período, el “cabaret anarquista” de John Olday. Paralelamente a las escaleras, colindante con la sala de reuniones, había una sala más pequeña que albergaba una imprenta offset perteneciente a Ted Kavanagh, un camarada australiano (nacido en Melbourne, 1936), en la que se imprimía Black Flag. Entre la sala de impresión y las escaleras había un pasaje corto que conducía a una pequeña cocina,frente a la sala de reuniones. La cocina se abría por un lado a un pequeño patio y un baño exterior. La pared opuesta al patio se utilizó para exhibir papeles anarquistas y algunos libros. En el otro extremo de la habitación había un mostrador bajo, detrás del cual se sentaba Miguel García y una cocina de gas, en la que Miguel preparaba una deliciosa paella. Miguel también repartió vino tinto y latas de cerveza a los clientes, aunque nunca se molestó en adquirir una licencia para poder vender bebidas.
Como su nombre indica, el Centro era un foco para los activistas visitantes de España y Portugal, la generación anterior de exiliados de la CNT en Londres que habían participado en la guerra civil y un flujo constante de mujeres que buscaban abortos que no estaban disponibles en la España de Franco y personas que necesitaban un lugar para quedarse o que necesitaban consejos sobre cómo ocupar casas o encontrar trabajo. Miguel ayudó a un número inconmensurable de personas en este sentido. El “Centro Libertario Internacional” cubría al resto; no sólo anarquistas británicos, sino camaradas de todo el mundo, convirtiéndose de esta forma en el lugar de nacimiento de muchos grupos de afinidad que estaban activos en América Central, América del Sur y Europa.
Mi primera visita a Haverstock Hill fue poco después de la apertura del Centro. Fue una noche de cine, en la que se proyectó una película británica Praise Marx and Pass the Ammunition (Alabado sea Marx y pase las municiones, Maurice Hatton, 1970), protagonizada por un John Thaw anterior a Sweeney como un trotskista loco por el sexo que lucha por asimilar el levantamiento de mayo del 68 en París. El lugar estaba bastante lleno para eso; una mezcla de camaradas ingleses, franceses, españoles, argentinos, italianos, alemanes y daneses. Sin embargo, no siempre fue así. Después de mudarme a Londres en el verano de 1974 (a los 22 años), acompañé a Miguel en idas y venidas interminables desde Finsbury Park a Haverstock Hill, casi todas las noches, hasta que cerró en septiembre de 1976, para abrir el Centro para que alguien estuviera por si alguien aparecía por allí. A menudo, solo estábamos Miguel y yo mirando la pintura que se despegaba de las paredes y tomando una copa, pero si alguien pasaba por allí Miguel les daba la bienvenida de inmediato, les cocinaba una paella y comenzaba a tejer su magia. Sin duda era un gran comunicador y habría sido un maravilloso negociador de rehenes. Todos salieron del Centro sintiéndose como si fueran los mejores amigos de Miguel y estando listos para matar dragones.
El Centro también proporcionó un lugar para las reuniones del grupo Black Flag, que cuando me uní a él en 1974 estaba formado por Albert Meltzer, Miguel García, John Olday, Ted Kavanagh, Lynn Hudelist, Iris Mills y Graham Rua (Graham era un neozelandés que murió el 14 de enero de 2020), además de Stuart y Brenda Christie, que vivían entonces en un piso cerca de Wimbledon Common con el apellido de soltera de Brenda como "Sr. y Sra. Earl". La absolución de Stuart en el juicio de "Angry Brigade" en diciembre de 1972 fue algo que la Brigada Especial lamentó, y prometieron atraparlo por medios legales o ilegales. Asimismo, un intento fallido de la policía española y francesa de implicar a Stuart en el secuestro de un banquero español en París en 1974 por parte del GARI, en solidaridad con los presos anarquistas en España, supuso que la policía prestase mucha atención, así como el interés de varios agencias de seguridad europeas, en lo que sucedía en el Centro. Ted y Lynn tomaron esto como una buena razón para mudarse a Australia y abrir una librería. Y alrededor de mayo de 1975 Stuart y Brenda también consideraron prudente marcharse de Londres, abriendo una tienda de té en Yorkshire; seguido poco después por Iris Mills y Graham Rua, que se mudaron a Huddersfield. El grupo Black Flag en Londres se redujo a Albert, Miguel, John Olday y yo. John se peleó con Miguel poco después y se retiró arriba a su pequeña habitación para concentrarse en su boletín idiosincrásico, “Mit-Teilung”. A partir de entonces, la mayor parte del trabajo editorial recayó en Albert y en mí; enviando copia a Stuart y Brenda (“Marigold”), quienes entre ellos se encargaron de la composición tipográfica, la maquetación y el envío por correo.
Un incidente gracioso en el Centro, después de que Stuart y Brenda se fueran a Yorkshire, involucró a Jaime Pozas de Villena (fallecido el 14 de febrero de 2017), una figura destacada de la revuelta estudiantil “ácrata” (1967-1969), el Grupo Primero de Mayo y la CNT, que había estado en prisión con Miguel García y Luis Edo. Llegué y lo encontré con los pantalones bajados, angustiado, inyectándose penicilina en el trasero. Él y varios otros tipos jóvenes desafortunadamente había sufrido gonorrea de manera repentina, siendo el origen de todos los casos la misma joven, que posteriormente de descubrió era una informante de la Embajada de España en Londres; ¡uno de los medios menos convencionales de atacar a la resistencia española! Miguel estaba haciendo todo lo posible para proporcionar vino y simpatía, pero obviamente pensó que lo ocurrido era gracioso.
Otros grupos a menudo alquilaban la sala de reuniones del Centro. Uno se llamaba Solidarity for Social Revolution (creo que una escisión de Solidarity; alguien con mejor memoria y más interés en el esoterismo de izquierda que yo sabrá todo sobre esto). Mi único interés fue que entre las personas que asistieron a las reuniones había dos veteranos del Partido Comunista en el antiguo East End judío, Joe Jacobs (autor de Out of the Ghetto, 1978) y su amigo Arnold Feldman, quien invariablemente se escapaba a la cocina para intercambiar historias de luchas pasadas con Miguel a cambio de unas copas de vino. Otro personaje memorable que solía acercarse a Albert Meltzer era Joe Thomas, "Padre de la Capilla" de Fleet Street (nombre de la calle donde están situadas las sedes de buena parte d los principales medios de comunicación de UK, AyR) y copista de The Guardian, quien durante años fue el único defensor del comunismo consejista en Londres. Una tarde, Joe entabló una larga conversación con Albert y una vibrante dama francesa de cierta edad sobre las luchas laborales españolas. Después de que la mujer francesa finalmente se fue para tomar su tren, Joe se volvió hacia Albert y comentó con asombro que la dama parecía saber mucho sobre los anarquistas españoles. Albert estalló en carcajadas. Debería, dijo, se llama Emilienne Morin. ¡Solía estar casada con Buenaventura Durruti!
El Centro finalmente se vio obligado a abandonar Haverstock Hill en septiembre de 1976 después de que el propietario de la tienda de apuestas de arriba quisiera convertir el sótano en un elegante club de apuestas. Lo recuerdo bajando las escaleras para negociar con Miguel, con un enorme guardaespaldas detrás de el, que parecía un extra del reparto central para un remake de The Krays, a quien presentó cortésmente como su “abogado”. Recibió su ración de justicia poética en 1979, cuando el club de juego fue allanado por detectives de policía del escuadrón antiterrorista vestidos de civil que investigaban un caso de "Persona desconocida". Los gorilas de la puerta, pensando que los policías eran mafiosos rivales, convirtieron la redada en una pelea a gran escala; una indicación interesante de la rapidez con la que la inteligencia policial se desactualiza. ¡Los anarquistas se habían ido hace mucho tiempo!
Luego nos mudamos brevemente a un salón de una iglesia lúgubre en el norte de Londres antes de tranladarnos a una clase en una antigua escuela ocupada en 421 Harrow Road, pero nunca volvió a ser lo mismo después de dejar Haverstock Hill.
Miguel finalmente se mudó de regreso a Barcelona para abrir un bar anarquista (La Fragua) en el histórico Barrio Chino, pero mantuvo su piso en Finsbury Park como refugio. Murió de tuberculosis en un hospital de Londres en diciembre de 1981 y fue incinerado en Muswell Hill.
Philip Ruff
Philip Ruff es el autor de A Towering Flame: The Life & Times of the elusive anarquista letón Peter the Painter (Breviario Stuff Publications, 2019). Disponible aquí.
Posdata: Según Albert Meltzer, “perdimos el antiguo Centro en Haverstock Hill… por el descuido de John Olday. Regresó a Alemania desde Australia, donde promovió cabaret gay al estilo de los años veinte alemanes, y descubrió para su sorpresa que en sus veinte años de ausencia de la escena anarquista la Springer Press lo había hecho famoso. La apertura de los archivos de la policía alemana de Bismarck a Hitler había animado a los académicos a escribir sobre el movimiento alemán que habían ignorado anteriormente. Olday fue elegido como el vínculo entre lo viejo y lo nuevo sobre la base de ser el único alemán que conocían, debido a su copiosa aunque poco conocida escritura, que llenaría el vacío entre la resistencia antinazi y el renacimiento después de la guerra.
En consecuencia, encontró que el trabajo del mundo del espectáculo en Alemania, incluso en la escena gay inconformista, como algo completamente imposible y se.vino a Inglaterra. Tenía una pequeña cantidad de dinero en efectivo que pronto se acabó (por alguna razón o no podía o no quería aceptar la pensión o la seguridad social a la que tenía derecho) y se puso en contacto conmigo para ver si le podía ayudar. Lo puse en una habitación del club Haverstock Hill, y le expliqué que era oficialmente inhabitable debido a las ratas en el sótano. Cuando el casero se enteró de que vivía allí, por las quejas que le hizo sobre las ratas, nos desalojaron a todos. El propietario se indignó al descubrir que habíamos estado dirigiendo un club, debido a las ganancias que había perdido y, una vez que salimos, solicitó una licencia aparentemente a nombre de lo que él pensaba que era un “club español que ya estaba funcionando”. Como estaba en el punto álgido del caso de "Personas desconocidas", la policía lo allanó unas semanas más tarde en busca de armas, y se sorprendió al encontrar apostadores que fumaban puros jugando al baccarat".
Otros espacios se convirtieron en el centro de los pequeños grupos de anarquistas de lucha de clases alrededor de Black Flag y la revista Anarchy... Se planeó un centro anarquista de Londres y finalmente se abrió en Wapping, como Autonomy Centre. Mientras tanto, en Brixton, la antigua Librería Sabaar fue ocupada nuevamente y relanzada como la librería anarquista 121 Bookshop. El Centro Ibérico en sí continuó reuniéndose semanalmente durante un tiempo en el Centro Comunitario, Archway Rd., Londres N19 (una iglesia reconvertida justo enfrente de Highgate Tube).
Luego (como contaba anteriormente Phil Ruff) el Centro Ibérico se instaló más tarde en el oeste de Londres, en 421 Harrow Road junto al canal, en una antigua escuela. Fue ocupado en algún momento alrededor de 1977, ese año, Miguel Garcia escribió sobre las actividades allí en Black Flag: “[…] Los locales de la CNT están abiertos en su mayoría todo el día, pero son muy frecuentados por las noches. Cada sindicato está produciendo sus propios boletines, además de algunos periódicos, así como los periódicos nacionales y regionales. También hay numerosas publicaciones locales de tipo popular; para este fin, se necesitan tantas litografías offset y especialmente máquinas duplicadoras como sea posible. Son muchos los camaradas que aprendieron a utilizar una litografía gracias al Centro Ibérico de Londres: el suministro de litografías y duplicadoras ayudará a preservar esa tradicional diversidad de publicaciones que siempre caracterizó a nuestro movimiento en España y a mantener vivos nuestros muchos años de cooperación internacional" (Black Flag, v.5, n. 2, 1977)
Los actos que se llevaron a cabo aquí incluyeron una conmemoración del centenario del nacimiento de Joe Hill, el 7 de octubre de 1979, y una conferencia anarco-feminista en diciembre de 1979, según los avisos en las revistas anarquistas de la época.
“Se ha planeado un fin de semana feminista anarquista para el 7, 8 y 9 de diciembre en el Centro Ibérico, 421a Harrow Rd, Londres (el metro más cercano de Westbourne Pk) solo para mujeres. Habrá talleres sobre: video, autodefensa, 'destrucción creativa', así como talleres de discusión sobre internacionalismo, sobre 'situaciones de vida y trabajo' y otros. También se planean poesía, películas y otros entretenimientos, y hay una guardería, comida y alojamiento disponibles. En combinación con el fin de semana habrá una discusión abierta con hombres y mujeres sobre 'Sexismo en el Movimiento Anarquista' el sábado 8 de diciembre a las 7 pm, en Conway Hall, Red Lion Square, London W Cl. Esto se ve como un intento de discutir los problemas del sexismo a través del contacto directo con hombres y mujeres, en lugar de abordarlo de manera separada. Comida, proyección de películas y literatura feminista anarquista. Las mujeres que asistan a los talleres del Centro Ibérico durante el fin de semana deben traer sacos de dormir” (Freedom, noviembre de 1979).
Después de la desaparición del Autonomy Center de corta duración en Wapping, en el Harrow Road Center tuvieron lugar conciertos anarco-punk de Mob, Conflict, Poison Girls y Subhumans, así como de performances artísticas industriales de Throbbing Gristle, que se habían celebrado en el Autonomy Center… Las actuaciones terminaron en en algún momento de 1982, ¿posiblemente cuando el edificio fue desalojado?
“Los anarquistas españoles vivían en las aulas de arriba y nos permitieron convertir un antiguo salón de actos en la planta baja en un espacio de actuación. Se construyó un escenario con cocinas viejas de las cocinas cubiertas con alfombra recuperada de los contenedores. Aunque el Centro fue desalojado a fines de 1982, durante unos meses durante la primavera y el verano se usó una vez a la semana para conciertos de punk anarquista”.
Hay mucha más información sobre los conciertos punk en el Harrow Road Center en la web Kill Your Pet Puppy, y algunas fotos aquí y aquí.
Hasta hace poco tiempo, en la pared de la escuela de Portobello Road se podían ver grafitis del grupo anarquista antifranquista First of May (que estaban estrechamente vinculados a la Angry Brigade).
NOTAS
(1) Nick Heath: "Es erróneo lo que pone de que Ted Kavanagh y Anna Blume usaron la imprenta en Haverstock Hill. Anna y Ted se habían separado bastante tiempo antes, y Anna, en ese momento, había regresado a Alemania. Albert debe haber confundido a Anna con Lyn Hudelist, la pareja de entonces de Ted. En cuanto a que Ted y Lyn se mudaron a Australia debido a la atención no deseada de la policía, tampoco es cierto. Se fueron porque Ted echaba de menos Australia, Ted había abandonado cualquier actividad significativa algún tiempo antes. Albert debería saberlo, era un buen amigo de Lyn y Ted".