DOSSIER: Ateismo en el mundo árabe

El pasado diciembre, Dar Al-Ifta, una institución venerable con sede en El Cairo encargada de emitir edictos islámicos, citó una oscura encuesta según la cual el número exacto de ateos egipcios es 866. La encuesta proporciona recuentos igualmente precisos de los ateos en otros países árabes: 325 en Marruecos, 320 en Túnez, 242 en Irak, 178 en Arabia Saudí, 170 en Jordania, 70 en Sudán, 56 en Siria, 34 en Libia, y 32 en el Yemen. En total, exactamente 2.293 de una población de 300 millones.

En el país conocido como la cuna del Islam, donde la religión dá legitimidad a las normas gubernamentales y los clérigos designados por el Estado se dedican a controlar el comportamiento de la sociedad, un creciente número de saudíes están declarando en privado ateos. Las evidencias son anecdóticas, pero persistentes. "Conozco al menos seis ateos, que me lo han con rmado personalmente", dijo Fahad Alfa- had, de 31 años, un consultor de marketing y activista de derechos humanos.

Es poco probable que los medios de comunicación occidentales se hayan dado cuenta, pero parece que hay un rejuvenecimiento del ateísmo árabe. Los medios occidentales nunca toman nota de las tendencias intelectuales árabes, sobre todo si se desvían de la imagen tradicional de los impulsos teólogocéntricos (como Maxime Rodinson lo llamó en su libro La fascinación del Islam) de todos los árabes y los musulmanes.

Según la escritora feminista marroquí Fátima Mernissi, la confusión entre el Islam como una creencia y el Islam como una religión de Estado ha contribuido en gran medida del fracaso de los movimientos de la izquierda laicista en el mundo árabe. La corrupción y el autoritarismo de estos movimientos y sus régimes han llevado a la explosión de movimientos populares, a veces de manera pací ca y otras en forma de levantamientos violentos, exigiendo el derrocamiento de dichos regímenes.

Acepté esta entrevista porque estoy interesada en compartir mis pensamientos y creencias contigo. ¿Por qué tendría que estar asustada? Tengo derecho a expresar mi opinión y no tengo miedo de hacerlo. La gente intenta intimidarnos para que creamos cosas... para que seamos parte de "algo superior". Intentan imponer que asumamos cualquier cosa, desde opiniones políticas a creencias religiosas. Me niego a ser el producto de semejantes intentos de engañarnos. Me pueden llamar lo que quieran, pero al final del día soy tan solo una mujer independiente con una opinión firme.