Albert Camus y el anarquismo
A lo largo de su vida, Camus estuvo muy estrechamente relacionado con el anarquismo, y se consideraba simpatizante del sindicalismo revolucionario, que veía como el motor de toda revolución no nihilista
Mientras Daniel Guérin se aproximó al anarquismo desde una posición marxista, el más famoso escritor Albert Camus (1913-1960) llegó a una perspectiva ampliamente libertaria que puede calificarse como tan próxima que se superpone al anarquismo desde un liberalismo humanista radical, existencialista y antimarxista. En 1948, el veterano militante anarquista André Proudommeaux presentó a Camus a un grupo anarquista como un simpatizante anarquista (1). Pese a que nunca se calificó a si mismo como tal, la orientación basicamente anarquista de Camus en los siguientes 12 anos era evidente. Mientras su posición teórica es por tanto de gran importancia, sus orígenes e identidad personal europea-argelina le sumergían profundamente en un diálogo sobre Argelia y la Guerra hasta su muerte accidental en 1960.
Las afirmaciones libertarias (anarquistas) de Camus más conocidas y claras se encuentran en su famoso libro ”El hombre rebelde”, publicada tan solo tres meses antes del inicio de la insurrection argelina (2). Visto en perspectiva anticipaba directamente la mayor parte de la dinámica del futuro alzamiento, y contenía a su vez una crítica severa de sus fallos autoritarios y violentos.
Para describir implicitamente el contexto colonial, afirma
“No hay, de hecho, nada en común entre un amo y un esclavo; es imposible hablar o comunicarse con una persona que ha sido reducida a la esclavitud. En lugar del diálogo implícito y sin límites a través del cual reconocemos nuestra similitud y consagramos nuestro destino, la servidumbre dá lugar al más terrible de los silencios… (4) Debido a que la persona que miente se separa ella misma de las demás personas, la falsedad es por tanto proscrita, y lo mismo ocurre a un nivel ligeramente inferior con el asesinato y la violencia, que imponen el silencio definitivo (5)”
En cuanto a los objetivos y métodos aceptables de la Revuelta,
“Lejos de exigir una independencia general, el rebelde quiere que se reconozca que la libertad tiene su límite allí donde se encuentre otro ser humano – el límite es precisamente la capacidad de rebelarse de esa otra persona… en ningún caso exigirá (el rebelde), si es coherente con sus ideas, el derecho a destruir la existencia y la libertad de otros… No es tan solo el esclavo contra el amo, sino también el hombre contra el mundo del amo y el esclavo” (6)
Sobre la cuestión de la violencia revolucionaria,
“La Revuelta, cuando se convierte en destrucción, es ilógica. Exigir la unidad del ser humano es una fuerza vital y no mortífera… la consecuencia de la Revuelta… es la negación a legitimar el asesinato porque la Revuelta, en principio, es una protesta contra la muerte… (7) Si un exceso de injusticia convierte la (violencia insurreccional) en inevitable, el rebelde rechazará la violencia previa al servicio de una doctrina o de la razón de estado… Un auténtico acto de rebelion tan solo consentirá la toma de armas por instituciones que limiten la violencia, y no por aquellas que la justifiquen… (8) La revolución sin más límites que la conveniencia histórica no son más que la esclavitud ilimitada (9)”
publicó artículos tras su ruptura con Sartre
Como ejemplo de una rebelion efectiva y no nihilista, Camus nombra
“El sindicalismo revolucionario… (el cual, en nuestro siglo) es responsible de la enorme mejora en las condiciones de vida de los trabajadores, cuya jornada de trabajo pasó de las 16 horas diarias a las 40 semanales… El sindicalismo, como las masas, es la negación, en beneficio de la realidad, del centralismo abstracto y burocrático… Si la Revuelta quiere una revolución, lo quiere en nombre de la vida, y no al contrario. Por ello se centra primariamente en las realidades más concretas –en el trabajo, en el pueblo, donde se encuentra el corazón vivo de las cosas y de los seres humanos (10)”
De una forma aún más explícita, Camus evoca el ideal del movimiento anarquista:
“Precisamente en el momento en que la revolución cesarista triunfó sobre el espíritu libertario, el pensamiento revolucionario perdió, al mismo tiempo, un contrapeso del cual no puede privarse sin iniciar su decadencia… (11) El pensamiento autoritario, mediante tres guerras y gracias a la destrucción de las élites revolucionarias, ha logrado eliminar esa tradición libertaria. Pero dicha victoria estéril es solo provisional, la batalla continua (12)”
Comentando su libro en 1952, Camus afirmaba estar seguro del potencial del anarquismo no nihilista:
“El anarquismo tiene una gran ferilidad a su disposición a condición de rechazar sin dudarlo todo aquello de sus tradiciones o incluso de la actualidad que permanezca ligado al romanticismo nihilista que no lleva a ninguna parte… Yo continuaré criticándolo, pero es esa fertilidad a la que yo quiero servir”
En cuanto al objetivo general del libro,
“La unica pasion de “El hombre rebelde” es precisamente la del renacimiento… Creo que la sociedad del futuro no puede ser poible sin el (pensamiento libertario). Una vez pase el escándalo inutil que el libro ha provocado, estoy seguro de que contribuirá, pese a sus defectos, a hacer que el pensamiento sea más efectivo y, al mismo tiempo, a reforzar la esperanza y las oportunidades de las últimas personas libres (13)”
En la última década de su vida, Camus habló y escribió entusiasmado sobre el movimiento anarquista español, y sus logros en la reciente Guerra civil y revolución en los años 30. También escribió artículos en Le Libertaire y Le Monde Libertaire, formaba parte del grupo editorial de la publicación anarquista Témoins junto con Gastón Leval y André Proudhommeaux, entre otros; habló en publico en varios mítines anarquistas; y apoyó al anarquista Louis Lecoin en su campana en apoyo de los objetores de conciencia (14). De manera similar a Emma Goldman, que en los años 20 denunció la opresión soviética, el anticomunismo de Camus en la postguerra provocó su rechazo por parte de la iquierda francesa procomunista, que le calificó de ser un instrumento de las fuerzas capitalistas reaccionarias.
Ya en su época de periodista en Argel en los años 30, Camus describió la extrema pobreza y miseria de la población nativa de la Argelia colonial y colaboró con el Partido Popular Argelino (PPA) de Messali Hadj. En el mismo periodo anterior a la Guerra, editó y escribió en el periódico de Argel Le Soir Républicain, incluyendo una defensa de la objection de conciencia y un análisis general de la política francesa “perfectamente compatible con el análisis contemporaneo anarquista” (15) Después de la massacre francesa de miles de musulmanes argelinos en mayo de 1945, Camus denunció rapidamente, en las columnas del periódico Combat, las condiciones de vida humillantes y la represion colonial que llevó inevitablemente a la Revuelta. Desde entonces hasta finales de los años 50 continuó condenando la opresión social y económica y la falta de igualdad política de la mayoría musulmana (16).
Pero la vision de Camus, opuesta al autoritarismo en general y al colonialismo francés, era favorable a una sociedad igualitaria y multicultural en la que cada grupo se enriquecería por la presencia de los otros en un contexto genuinamente democrático drásticamente diferente (aunque no totalmente independiente) de la Francia metropolitana. A su modo de ver, no había duda de que el millón de pieds-noirs (los habitants de Argelia de raices francesas), la mayoría de los cuales tenía raices de muchas generaciones en Argelia, merecía sin duda una plaza similar en el futuro del país. La tragedia de Camus es que su vision política y cultural era compartida, como mucho, por reducidas minorías de ambos bandos (17). Cada vez más, según la Guerra y sus efectos polarizadores iban en aumento, las posibilidades de realizar su vision del futuro en su país de origen se redujeron a cero. Medido en función de su posición completamente moral contra la violencia política y la coercion, así como por su positiva vision ideal para el futuro de Argelia, sentía cada día del conflicto como un golpe personal. “Estoy muy angustiado por los acontecimientos de Argelia. Hoy ese pais está atascado en mi garganta y no puedo pensar en otra cosa” (18).
movimiento anarquista francés entre los partidarios de apoyar al bando independentista y quienes se negaban a apoyar el nacionalismo por su autoritarismo
En sus escritos no de ficción sobre Argel tras 1954 (cuando el FLN inició su lucha violenta por la independencia), Camus de forma consistente denunció el fraticidio entre el FLN y el MNA, la horrorosa violencia hacia tanto los pieds-noirs como hacia los civiles musulmanes, el uso de Francia de la pena de muerte contra los militantes del FLN incluso cuando habían sido condenados por matar civiles, la búsqueda de la guerra por Francia y el FLN en general, los izquierdistas franceses que se quejaban con razón del uso francés de la tortura pero callaban sobre los ataques del FLN a civiles, y la negativa francesa de reconocer el estatus de objector de conciencia para quienes se negaban a cumplir el servicio militar. Así mismo, testificó en juicios a favor del activista de la FCL (Fédération communiste libertaire) Pierre Morain en 1955. Más destacado aún es el viaje de Camus a Argelia en enero de 1956 para presentar de manera pública y privada a los lideres del FLN y a los argelinos de origen francés su propuesta para una acuerdo bilateral para acabar con los asesinatos de mujeres, niños y ancianos. Mientras su propuesta fué aparentemente aceptada por los líderes del FLN (incuido Abane Ramdane), la propuesta nunca fué tomada en serio por el gobierno francés, y el mitin público mismo fué atacado por una turba de miles de pieds-noirs (19).
Después de ello, incapaz de construir puentes para superar la brecha entre ambas partes, Camus permaneció en silencio la mayor parte del tiempo para no favorecer a ninguna de las partes del conflicto. Un año más tarde, en diciembre de 1957, Camus fué a Estocolmo para recibir el premio nobel de literatura. En esa ocasion, replicó a un estudiante argelino critico con su incapacidad de apoyar la causa de la liberación nacional argelina. Aunque su respuesta textual era acorde con sus condenas previas del terror contra los civiles, escandalizó a gran parte de la izquierda francesa cuando se informó más tarde, interpretándose como un reflejo de sus raices europeo-argelinas. Repitiendo su apoyo a “una Argelia justa, donde dos poblaciones pueden vivir en paz e igualdad”, y con un “regimen completamente democrático”, Camus también denunció “un terrorismo ciego, en las calles de Argel, por ejemplo, y que un día puede alcanzar a mi madre o mi familia. Yo creo en la justicia, pero antepongo mi madre a la justicia.“ (20)
Parte de su antagonismo contra el FLN se debía a su oposiciópn absoluta al terrorismo contra civiles en general. Pero aparentemente también se debía a su Amistad con Messali Hadj y sus sensación de que el MNA era estaba lleno de cuadros muy valiosos para el futuro de Argelia (21) y estaba abierto a una posición más tolerante sobre la posición y el futuro de los argelinos de origen francés. Camus defendía una federación de Argelia cercana a la independencia pero garantizando una igualdad económica y política completa para ambas comunidades, argelina y francesa.
David Porter (Extraido del libro “Eyes to the south. French Anarchists & Argelia“, AK Press, Oakland (2001) p.67-71, así como p.509-511)
NOTAS
(1) André Prunier, “Discussion avec Albert Camus“, Le Libertaire, Nr. 134 (18 de junio de 1948).(2) Albert Camus, “L’homme révolté“ (Paris: Gallimard, 1951); las citas del libro se refieren a la edición inglesa “The Rebel“ (London: Penguin Books, 1952). La amplia genealogía de ideas y practica en dicha obra, distinguiendo la rebelión de la revolución total, incluye entre otras cosas una fuerte denuncia de las ambiciones hegemónicas y el comportamiento del marxismo, la Unión Soviética y el movimiento comunista internacional.
(3) Camus, “The Rebel“, p.247.
(4) Ibid, p.248.
(5) Ibid, p.249.
(6) Ibid, p.256.
(7) Ibid, 258. Pese a ser un militante activo de la Resistencia francesa como periodista (era redactor jefe de su órgano Combat), Camus se opuso a las ejecuciones de colaboracionistas tras la guerra.
(8) Ibid, p.261-262.
(9) Ibid, p.262. Camus sin duda se refiere a la predominancia del movimiento comunista internacional tras la Revoluciión Rusa.
(10) Ibid, p.263.
(11) Albert Camus, “Révolte et Romanticisme“, Le Libertaire, Nr. 318 (5 de junio de 1952).
(12) El compromiso de Camus con el movimiento anarquista es tratado de manera directa en Lou Marin (ed.), “Camus et les Libertaires“ (Marsella: Èditions Egrégores, 2008); “Albert Camus et les Libertaires“ (Antony: Groupe Fresnes-Antony de la Fédération Anarchiste, colección “Volonté anarchiste“, Nr. 26, 1964); y Antonio Vertone, “L’oeuvre et l’action d’Albert Camus dans le mouvement de la tradiction libertaire“ (1985). Una biografía corta de Prudhommeaux (Prunier) (1902-1968) aparece en el Bulletin of the Kate Sharpley Library, Nr. 6 (septiembre de 1996). Gastón Leval (Robert Pillar) (1895-1978) fué un militante anarquista activo en Francia, Argentina y España. Tras la Segunda Guerra Mundial, editó una revista mensual, Cahiers de l’Humanisme Libertaire. Camus no dudaba en atacar al movimiento anarquista mismo si contradecía sus principios. Lou Marín (nacido en 1961), activista, autor, redactor (1984-2001) y miembro del grupo editorial de la revista anacopacifista alemana Graswurzelrevolution es el principal autor de textos sobre la relación de Camus con el anarquismo: Albert Camus, “Libertäre Schriften” (“Escritos Libertarios“), edición y prologo de Lou Martin, Laika Verlag, Hamburg 2013. Lou Marin: “Ursprung der Revolte. Albert Camus und der Anarchismus” (El origen del a Revuelta. Albert Camus y el Anarquismo), Verlag Graswurzelrevolution, Heidelberg 1998. Lou Marin: “Camus gegen Sartre. Gewaltkritischer Anarchismus gegen marxistischen Linksradikalismus als prägende Auseinandersetzung des 20. Jahrhunderts” (“Camús contra Sartre. El anarquismo crítico con la violencia contra el radicalismo izquierdista marxista como la confrontación más influyente del siglo XX“), en: Philippe Kellermann (Ed.): “Begegnungen feindlicher Brüder” (“Encuentros entre hermanos enemistados“), Bd. 2, Unrast, 2012. Lou Marin: “Camus und seine libertäre Kritik der Gewalt” (“Camus y si critica libertaria de la violencia“), en: “Sozialwissenschaftliche Literatur Rundsachau” (SLR), Heft 2/2010 (Nr. 61)
(13) Lou Marin, “The Unknown Camus: Albert Camus and the Impact of his Contributions as a Journalist to the Pacifist, Anarchist and Syndicalist Press“ (27.07.2009). Durante su breve periodo de afiliado al Partido Comunista Francés a madiados de los años 30, Camus era responsable de la propaganda entre los musulmanes argelinos. Jean-Jacques Gonzales, “Une utopíe méditerranéenne: Albert Camus et l’Algerie en guerre“, en Harbi, Mohammed y Stora, Benjamin (eds.) “La Guerre d’Algerie“ (Paris: Hachette, 2004), p.868.
(14) Una colección de escritos de Camus sobre Argelia es “Chroniques algériennes (1939-1958)“ (Paris: Gallimard, 2002). Irónicamente, cuando esta colección fué publicada por primera vez en 1958, en medio de la Guerra de Argelia, aparentemente recibió poca atención de la prensa (Gonzales, “Une utopie“, 892). No obstante, Camus fué criticado por Edward Said y Abdelkader Djemai, entre otros, por la ausencia eurocéntrica de personajes muculmanes coloniales, o de las condiciones de vida de los nativos o de las perspectivas musulmanas en la situación colonial en varios trabajos de ficción sobre Argelia. Ver Said, “Culture and Imperialism“ (New York, Vintage, 1994) y Djemai, “Camus à Oran: Récit“ (Paris: Editions MIchalon, 1995).
(15) Sobre la superficie, según varias declaraciones efectuadas durante la guerra por los líderes y artículos del FLN, los argelinos de origen europeo eran bienvenidos para formar parte de la nueva Argelia.
(16) Carta a Charles Poncet (25.09.1956), citada en Gonzales, “Une utopie“, p.882.
(17) “Un appel d’Albert Camus“, Le Monde Libertaire, Nr. 31 (Diciembre de 1987), poublicado originalmente en “Révolution Prolétarienne“(19.10.1957).
(18) Sylvain Garel, “Louis Lecoin: An Anarchist Life“ (London: Kate Sharpley Library, 2000 p.9).
(19) “Albert Camus en Algérie: la trêve civile de janvier 1956“ (6.11.2007); Benjamin Stora, “Il y a cinquante ans, le prix Nobel de Literature était attribué a Albert Camus“, conferencia en Estocolmo, 6 de octubre de 1967; Gonzales, “Une utopie“, p.884. Abade Ramdane (1920-1957) era el principal ideólogo del FLN y un lider activista en Argel en aquella época. Mas tarde se encargó de organizar en Kabylia la Asamblea de Soumman de líderes del FLN en 1956, cuyo objetivo era establecer un aparato de toma de decisiones políticas colectivas, incluyendo la primacía de lo político e interno frente a lo militar y un lidezargo exterior. Fué asesinado en 1967 por decisión de sus rivales en el seno del mando militar y de seguridad en Tunez.
(20) Stora, “Il y a cinquante ans“; Gonzales, “Une utopie“, p.890-891. En aquella época, no obstante, Camus se desesperaba por la lógica imparable de la guerra que finalmente le obligó a pasar de tener una postura neutral a defender “la vuelta a la comunidad“ (Camus citado por Jules Roy, “Camus“ (Paris: Hachette, 1964), p.204, y citado por Gonzales, “Une utopie“, p.889. La última frase de las declaraciones espontáneas de Camus en Estocolmo fué presentada de manera sensacionalista como una cita fácil de recordar por los medios de comunicación franceses, y por tanto contribuyendo a una inserción de Camus en uno de l os dos bandos de la diacotomía, por un lado entre el nacionalismo/la izquierda contra pieds-noirs/la derecha. El biógrafo de Camus Alí Yédes afirma que esa declaración de Camus simplemente refleja la cultura europea-argelina, dando más peso “a lo relacional, lo personal, lo sensual, lo emocional y lo tribal por encima de löo racional y universal”. “Camus l’Argelien“ (Paris: Éditions L’Harmattan, 2003), p.89.
(21) Gran parte de los trabajadores inmigrantes argelinos en Francia a mediados de los años 50 eran miembros del partido MNA de Messali. Camus apoyó regularmente la campaña contra la persecución francesa de Messali.